miércoles, 2 de septiembre de 2015

El móvil


Nunca he sentido la necesidad de saber que ruido haría mi cabeza si rebotara contra el suelo. Jamás lo había pensado y el mundo no se ha ido a pique por eso. He podido dormir, salvo cuando la abuela me despierta a las horas brujas de la madrugada. He comido, trabajado, ligado... poquísimo, sí, pero algún pequeño triunfo he tenido y no he echado en falta ese ruido hasta que la abuela se ha comprado un móvil último modelo y le ha dado por grabar escenas con ruidos poco corrientes.

- "Nena, tirate al suelo y date un coscorrón. Lo grabaré y verás lo que nos vamos a reír" - No tengo otra cosa que hacer. - "Venga, no seas sosa" - ¡Que no! - "Que cruz tengo contigo. Has salido clavadita a tu primer abuelito. Debe ser la penitencia que me ha puesto el Destino por habérmelo cargado" - Graba a tu marido saltando desde lo alto de la Torre del Paseo Marítimo (dije, enfadada) - "¡Huy, huy, huy...me sé de alguien se quedará sin herenciaaaaaa!"

A Pascualita la grabó saltando en la taza del cola cao. Estaba encantada hasta que las salpicaduras llegaron al móvil. Menudo cabreo cogió - "¡Que mal educada está la sirena desde que yo no vivo aquí! No se la va poder llevar a ningún sitio!"

Con la Cotilla también lo intentó - "¿Te gustaría verte rodar las escaleras y oir el catacloc, catacloc de la cabeza bajando los escalones? ¡Ostras, lo divertido que sería!" - ¿Has empezado a beber chinchón sin esperarme? - "Esa no es la contestación que quiero oír" - No es una respuesta, sino una pregunta. - "¿No has oído lo que te he dicho?" - Dicen que, a palabras necias, trompas de Eustaquio en estado cataléptico. - "Muy chula estás hoy" - Y tu pasada de rosca. Quieres quitarme de enmedio y encima, grabarlo. ¿No te das cuenta de que la policía te pillaría en seguida? Ahora ya sé a quién sale la tonta de tu nieta. - ¡¡¡Oiga!!!

No tuvo éxito la abuela. Por lo menos en casa, pero sí en El Funeral. Llegó contentísima porque uno de los socios del club había aceptado lo de rodar la escalera, a pesar de que Conchi (siempre tan humanitaria) no lo veía claro. - Por lo menos, dile que te deje algo en su testamento antes de grabar la escena. - "No le va a pasar nada, boba. Ya verás que risa luego" - Al final solo riéron dos, la abuela y Conchi porque la caída quedó muy graciosa y el ruído de la cabeza rebotando en los escalones, era sobrecogedor, sobre todo cuando reventó. - "Este hombre tenía madera de artista. En esta escena puso toda la carne en el asador y dio su vida por el Séptimo Arte" - dijo la abuela en la fiesta que se hizo en El Funeral a su amigo cuando colgaron su retrato en la Pared de los Finados y todos iban ya sobrepasados de chinchón.

Hoy me ha grabado a mi. Se había escondido trás la puerta de la calle y me ha puesto la zancadilla cuando yo llegaba de pasear con Pascualita, metida en el termo de los chinos. Me he ido de cabeza al suelo y se ha oído un golpe seco que habrá sonado a música celestial en sus oídos. Sin embargo no he sido la única que ha caído. La sirena ha salido disparada, aterrizando en la cara de la abuela. Temiendo caerse, se ha agarrado con uñas y dientes, a su nariz. La danza, gritos, carreras y aspavientos han comenzado en ese preciso instante. He cogido el móvil que había caído al suelo y la he grabado mientras arrancaba a Pascualita de un tirón seco. Me encanta como ha quedado el primer plano de los ojos hinchados y llorosos de la abuela ¡Está para un Oscar!   

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