jueves, 10 de septiembre de 2015

Dia ajetreado.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! estoy indignada. - ¿Qué le pasa, Cotilla? - Expulsaron de un monumento de Granada, a una mujer por amamantar en público a su bebé. - ¡Uf! no me extraña que se enfade. Aunque creía que esta vena reivindicativa solo la guardaba para Luís Bárcenas y demás cofrades del Amor al Dinero Ajeno. - No. Es que... - ¿Quién la echó? Un machista redomado y capetovetónico, claro. - ¡Que va! Una chica que trabaja allí, a la que le gusta que se guarden las formas y la decencia, en los monumentos, - Cotilla, no le de al chinchón de buena mañana. Será un chico y del Opus Dei por lo menos. - ¡Que no! Fue una chica y me parece muy bien.

Debí poner cara de asombro infinito porque, por el rabillo del ojo, vi a Pascualita hacer la señal de OK con sus deditos. - ¡¿Cómooooooo?! - Era una egoísta. Dónde esté el biberón que se quite el pecho, coñe. - Pues los pediatras dicen que... - ¡Que digan misa! Un biberón es fácil de coger cuando la madre está despistada y luego se vende. Pagan bien porque los botes de leche son caros, pero una teta... ¡Cómo le quitas la teta a la madre! - Está desvariando, Cotilla. - Cómo se nota que no te cuesta llegar a fin de mes.

Llamó la abuela desde la playa. - "Estoy más sola que la una" - ¿En remojo? - "¡Claro! el agua está buenísima" - Pero contaminada. - "Tiene sus ventajas. Me he ahorrado ir a la peluquería a ponerme el tinte y el pelo verde me sienta bien" - Lo mismo te quedas calva en dos días. - "¡Lagarto, lagarto!... Hablando de lagarto ¿vamos a ver el Dragón del Obispado?" - ¿Qué te ha echo el obispo para que lo llames así? - "¡No eres más tonta porque no te entrenas, boba de Coria!" - ¡Espera, abuela! Si mandas a Geooorge a buscarme con el rolls royce y luego me invitas a merendar a C`an Joan de S`aigo, me bañaré contigo. - "Vale, pero tu pagas la merienda" - ¡Y colgó!

Antes de que llegara Geooorge, vino un municipal que estaba indagando sobre lo ocurrido con la oreja de Bedulio. - El dice que le atacó algo que cayó del árbol que está, justo, bajo su casa. - Sería un gato ¿no? - Bueno... él dice otra cosa. - (Me puse en guardia. ¿Habría visto a Pascualita y deducido que esa cosa es una sirena?) - Cree que ha sido atacado por... jijiiji... perdone pero, cuando uno está en shock dice cada cosa... Por un fantasma... - ¡Vaya. Que imaginación! - Eso pienso yo, pero tenemos que investigar todas las opciones. - ¿Algún fantasma en concreto? - Sí, jijijijiji ¡perdone!... el de su primer abuelito jijijijiji. - ¿El suyo? - No. El suyo. - Eso he dicho. El suyo. - No. El suyo no, el de usted ¿Lo ha visto? - Desde el accidente, no. - ¿De tráfico? - De oreja. - Ya nos hemos liado otra vez. Hablo del fantasma de su abuelo. - ¡Oiga, un respeto, que era una persona muy formal! - Perdone... Que difícil es esto... Si es que a mi, los temas sobrenaturales, no me van.

Al despedirse, Pascualita le lanzó un chorrito de agua envenenada al cogote. El hombre se volvió hacia mi. Estaba pálido. Miró en derredor y aparte de muebles, solo vio un inofensivo acuario en el que no flotaba ningún pez. - Esto (señalaba con un dedo tembloroso) fue una... de las... cosas que me... explicó Be... Bedulio . Y salió corriendo. Ni tiempo me dio a ofrecerle una copita de chinchón.


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