jueves, 6 de agosto de 2015

Se masca la tragedia.

La abuela iba de un lado a otro de la cocina echando pestes contra la Cotilla - "Luego dice que es mi amiga ¡y un cuerno! Llega mi amor platónico, me aturullo y ella lo acapara. ¡La mataré!" - Pascualita y yo desayunábamos cola cao con ensaimadas de semana y media de antigüedad que trajo la Cotilla del contenedor del súper y no le quitábamos ojo.

A pesar de notar preocupada a su amiga, la sirena fue fiel a su ritual mañanero y saltaba, una y otra vez, en su taza hasta dejarla vacía, luego reptó por la mesa lamiendo el cola cao. Cuando acabó, se tiró al suelo y siguió lamiendo hasta la última gota. Después hizo trizas su ensaimada y no dejó ni una miga. Hay que ver lo complicado que es este bicho comiendo.

- Siempre presumes de haberle quitado a todos los chicos que le gustaban. Ahora ella te devuelve la pelota (dije con recochineo) - "No tiene nada que ver una cosa con otra" - La venganza se sirve en plato frío... ¡Aaaaaay! (acababa de dar con la frente en la mesa del pescozón que me arreó) - "¡Que cruz tengo contigo!" - ¡Avemariapurísimaaaaaa! ¿Qué le has echo a tu abuela, boba de Coria? - Antes de que pudiese contestar, la abuela saltó al cuello de la Cotilla. - "¡Eres una gallina vieja y te voy a desplumar!" - ¡Quítame a ésta loca de encima! - Intenté separarlas pero me llenaron de golpes, así que las dejé por imposibles... Con un poco de suerte sería heredera universal de las dos en un mismo día.

Pascualita se dio cuenta que estaban atacando a su amiga y saltó hacia la Cotilla como impulsada por un resorte pero, como no paraban de moverse, salió por la ventana, aterrizando en el árbol de la calle. - ¡Abuela, que se ha caído Pascual...! (estuve a punto de nombrarla delante de la vecina. Menos mal que rectifiqué a tiempo) - ¡¡¡Egoísta!!! (le gritó la Cotilla a la abuela) ¡Lo quieres todo, como  siempre. No te conformas con uno, ahora quieres tres! ¿Dónde escondes a Pascual? (Y gritó como una energúmena) ¡¡¡Sal, Pascual. Sal que te vea!!! Nena, llama a tu abuelito y dile que venga. ¡Tenemos a los adúlteros! - La abuela agarró el florero de la mesa del comedor y se lo estrelló en la cabeza a su amiga. - "¡¡¡Muere de una vez!!!" - Abuela, no pierdas las formas. - "Me refería al florero. Me lo regaló mi primera suegra y nunca me gustó" - ¿Era de la bisabuela y te has cargado un pedazo de la Historia de mi familia!? - "Ahora, en lugar de un pedazo, tienes un montón de trozos, alma de cántaro. Sales ganando"

Se sentaron para restañar las heridas. Mientras, les preparé unos chinchones on the rocks con cañitas. A la tercera copa cayeron redondas. Mientras roncaban a pierna suelta llamaron a la puerta. Era el juez Castro que venía a interrogar a la abuela. - Está durmiendo... Si quiere la despierto pero... dada su edad. (Antes de pronunciar las últimas palabras, me cercioré de que estaba bien dormida) - Déjela... ¿No tendría algo fresquito? - El chinchón con cañita tumba hasta a los súper jueces.  Le había indicado que se sentara junto a la Cotilla, así pude colocar la cabeza de ella sobre el hombro de él.

Pascualita, a quién hacía ya rato que había  rescatado, y yo discutíamos si sería conveniente llevar a la playa a Pepe... ¿Flotaría en el mar la cabeza jibarizada? Habría que verlo.




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