martes, 11 de agosto de 2015

Encuentro un alma gemela.

Estoy hecha un lío. Cuando voy por la calle y veo a toda la gente que se pasea por allí, no sé si son visibles, y por eso los veo, o invisibles y también por eso los veo con mis súper poderes. Los invisibles deberían llevar un distintivo para que yo supiera a qué atenerme.

A quién he vuelto a ver es a la abuela. Ha sido esta madrugada. Yo dormía a pierna suelta cuando, de repente, he tenido la sensación de que alguien me miraba... ¿Habéis sentido alguna vez algo así? Es como un cosquilleo molesto que pone los nervios en tensión y acaba despertándote. Normalmente la sensación termina en cuanto abres los ojos, que es lo que hubiese pasado si no tuviera el súper poder porque entonces no hubiera visto a la abuela a los pies de mi cama, mirándome fijamente.

Me había echo el propósito de que ella no supiera que yo sí puedo verla pero he sido incapáz de contener el grito de horror que ha salido de mi garganta. Hasta yo me he asustado al oírlo. He gritado hasta caerme de la cama. Casi al momento, el vecino de arriba ha dado golpes con la escoba en el techo.

Aterrorizada, he conseguido levantarme y... la abuela había desaparecido. Corrí a la cocina a beber un vaso de agua, luego me giré para volver a mi cuarto y... ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaah!!! ¡Otra aparición, no, por favor! - ¡Calla, loca, que vas a despertar a toda la finca! - La Cotilla estaba ante mi en pijama amarillo con rayas negras, como si fuese una enorme avispa.

Cuando logré calmarme le pregunté si había visto a la abuela. - Mientras sea invisible no puedo. - Empezaba a pensar que quienes tenían suerte eran los demás y no yo.

Durante la mañana la vi más veces, desayunando por ejemplo. A media mañana llegó la policía. - Venimos a deternerlas a usted y a su abuela. - ¿A santo de qué? - El municipal Bedulio las ha denunciado. - ¿Otra vez? - Parece que esta vez va en serio. - La abuela no está... es invisible. - Bedulio nos advirtió que nos saldría con algún cuento chino. Asi que no cuela esta excusa. - Es invisible de verdad. Solo la veo yo. - ¿Está aquí? - No sé, hace un rato que no la veo. - Tendremos que entrar a... Ahí está. Queda detenida, señora. - En efecto, la abuela estaba en el pasillo.

- ¡Que peso me acaba de quitar de encima, agente! (dije. Y le planté un beso en los labios) - ¡Oiga. que soy la autoridad! - Almas gemelas es lo que somos ¡Tenemos un súper poder! Somos los únicos, hasta ahora, que vemos a los invisibles. - ¿Qué me dice? ¿Está segura? - ¡Totalmente! - Pues... no sé que quiere que le diga... No me entusiasma la idea. - ¡Claro que sí, hombre! Tal vez veamos a los espíritus de los muertos también. - Deje, deje... Mire, ya volveré otro... día porque son... muchas emociones... de golpe... - El hombre reculó hacia el ascensor. Y entonces grité: - ¡¡¡Abuelitoooo!!! - Y el municipal se desmayó. - ¿Qué le pasa?  (dijo Andresito) - Será el estrés. Con tanto recorte, los funcionarios van cargados de trabajo... ¿Has visto a la abuela? - No.

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