viernes, 14 de agosto de 2015

Detenidas.

Mientras desayunaba han venido dos policías, que no conocía de nada, a detenerme - ¿Y a mi abuela, no? (pregunté ofendida) - Me dijeron que había ido otros compañeros a la Torre del Paseo Marítimo a recogerla con un furgón - ¿Un furgón? Si no es en el rolls royce, ella no va a ningún sitio. - No le va a quedar más remedio (contestó uno de ellos. Muy serio, por cierto)  - ¿Estaré mucho rato fuera? Si es así, esperen que tengo que hacer unas cosas. - ¡Nos vamos, señora! - Señorita, si no le importa... Tengo que acabar de desayunar ¿o me van a invitar? Cogeré un cuadernillo de crucigramas para no aburrirme ¡Ah! y pondré comida en el ... (señalé al acuario) para... estoooo (por poco se me escapa)... ejem... las algas.

Uno de los guardias levantó una ceja. - ¿Tiene un acuario sin peces? - No es un acuario, es un ALGARIO. -  Es la primera vez que lo veo. - Nunca se acostará sin saber una cosa más jejejejejeje.- No le des palique, Manolo, que te liará. - ¿Yoooo? No. La lianta es mi abuela. Por cierto ¿por qué no ha venido Bedulio? - Está de baja. - ¿Y su compañero? - También está de baja. - Lo siento. Le había echado el ojo... y ahora tendré que volver a empezar. - ¡El nos habló de un ojo que tenía usted! - ¿Uno? Tengo dos... y muy bonitos ¿a qué sí, Manolo? (al decirlo, me apreté contra él) - ¡Señora, un respeto! - Es que soy corta de vista... ¿Está casado? ¿Le gustan los niños? - ¿Eh? - ¿Y usted cómo se llama? (pregunté al otro que tenía un culito respingón? - Ramón... - ¡¡¡Que afortunada soy. El Dúo Dinámico está en mi casa!!!

Me pusieron las esposas porque las manos se me iban al trasero de Ramón. Pero antes me las ingenié para meter a Pascualita en el termo de los chinos y colgármelo del cuello - No puede llevar eso (dijo uno de ellos) - Entonces me quedo - ¡Me está poniendo de los nervios! - ¿Algún candidato a ser el padre del biznieto de mi abuela? - Déjala que lleve el termo y ¡arranca el coche, por Dios!

Al llegar a comisaría vi aparcado el rolls royce y a Geooorge, esperando en el asiento del chófer. - ¡Hola, inglés! ¿Dónde está la abuela? - Dentrou edificiou. - ¿La has traído tú hasta aquí? - ¡Yes! - ¿Lo ven? Podríamos haber apostado y ahora tendría un capitalito, incrédulos.

Cuando nos llevaron a declarar nos encontramos con Bedulio y su compañero. Las dos nos alegramos de ver a nuestro amigo y corrimos hacia él para abrazarlo. Y él corrió a esconderse detrás del asiento del Juez. -  ¿Qué le pasa hombre? Solo quieren saludarlo. - Pregúnteles... si el fantasma de... el primer marido... viene con... ellas... - ¡No diga estupideces! Los fantasmas no existen. - Se nota que no ha estado...  en su casa. - ¡Ya está bien! ¡Pórtese como un hombre!

Los gritos del juez alteraron a Pascualita, que asomó la cabeza por la boca del termo, lo justo para escupirle agua envenenada a la cara y esconderse a la velocidad del rayo. Y mientras la abuela y yo quedamos petrificadas, el juez saltaba, lloraba, gritaba y corría de punta a punta de la sala donde nos encontrábamos, mientras los ojos que, hacía un momento, eran pequeños y miopes, se iban convirtiendo en ojazos saltones que amenazaban con saltar de verdad de sus cuencas. Pero el que más gritaba era Bedulio - ¡¡¡Se lo dije, señor juez. Se han traído al fantasma del primera maridoooooo!!!


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