lunes, 17 de agosto de 2015

A saltar charcos.

- "¡Nena, despierta que nos vamos a saltar charcos!" - Esto me ha parecido oír mientras dormía. A toda luces era una pesadilla. He dado media vuelta en la cama para cambiar de tema. Ha sido peor porque, la helada mano del hombre muerto, cuyas cuencas vacías proyectaban reflejos demoníacos, se acercaba lentamente, decidida a tocar mi espalda - ¡¡¡Ayyyyyyyyy La madre que te parió!!! - Salté de la cama, busqué a tientas la zapatilla y sacudí al saco de huesos que bailaba a mi al rededor. En justa correspondencia, recibí un pescozón que me mandó de vuelta a la cama. - "¡Cuidado con Pascualita!"

- En la cama, a mi lado, la sirena reptaba hacia mi con la dentadura de tiburón dispuesta para morder. si aquello era una pesadilla, era muy real ¿Había llegado mi hora y los demonios venían a buscarme? - "¡Cómo vuelvas a darme un zapatillazo, te desmonto!" - La voz de la abuela sonaba muy cabreada.

- Que alegría que sea tú, abuela. - "¡Ya lo he visto, ya!" - No te enfades. Estaba soñando cosas horribles... - (miré por la ventana) - ¿Ya han puesto las calles? - "No he visto un alma cuando venía" - Y llueve... - "A mares. Pónte el chubasquero y las katiuscas que vamos a saltar charcos" - ¿Tú estás bien? - "Divinamente, como decía Carmina. Y hablando de muertos, en El Funeral hemos celebrado una fiesta por Aniceto y colgado su foto en la Pared de los Finados. Su novia se ha emocionado mucho, sobre todo al saber que no cobrará viudedad después de cincuenta años juntos" - ¿No se habían casado? - "Aniceto siempre dijo que quería ser libre como un pájaro, sin ataduras legales" - Le habrá dejado una buena herencia. - "Ja. Eres tan ilusa como ella. ¡Resulta que estaba casado y con familia numerosa y todo va para ellos en compensación por haberlos abandonado!

Los hijos le salían por las orejas y un día se fue a por tabaco y no volvió más a su casa. Luego conoció a Anita, se liaron y así hasta el otro día en que estiró la pata. Nos hemos reído mucho porque Anita, que va cargada de joyas hasta arriba, decía que no quería nada. Y entonces va y suena el móvil de Conchi tocando Paquito Chocolatero jajajajajaja Cuando decía la viuda ¡no quiero nada! nosotros cantábamos ¡Aaaaaaaahhhh! al compás. Y venga brindar por Aniceto. Al final ha tenido una despedida de lo más lacrimógena porque nos caían unas lágrimas como puños con tanta risa" - A mi no me da risa esto - "Porque eres una sosa... ¡Vamos!"

Llevo todo el día con agujetas y con un constipado de los de aspirina y lingotazo de coñac por el chaparrón que nos ha caído encima mientras saltábamos charcos. He llegado a casa empapada, temblando y estornudando. La abuela me ha llamado a media mañana - "Prepara a Pascualita. Me la llevaré a la playa" - Estoy... cof, cof... malita... -  "Ajo y agua, boba de Coria"  

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