lunes, 20 de julio de 2015

Pollos croqueteros.

He visto a Blas el parado en la calle. Estaba en un semáforo vendiendo kleneex. Y no tenía buen aspecto. Al saludarle se ha avergonzado. Entonces me he rebotado. - ¡No tienes que avergonzarte, hombre! Eres una víctima. Hablaré con mi abuela y hará croquetas para que las vendas como antes. - Hasta que no sienten a la Infanta en el banquillo, pocas voy a vender. - Tendremos que pensar en otro tipo de clientes que no sean periodistas o curiosos.

Al llegar a casa he llamado a la Torre del Paseo Marítimo y después de mucho insistir, me ha contestado la Momia. - Hola, biznietastra ¡que alegría oírte! - Lo mismo digo ¿Cómo estás? - Estupendamente. Me está haciendo la manicura un chico guapísimo que me recomendó tu abuela, que, además de dejarme unas manos preciosas, me alegra la vista. No para de decirme que tengo una piel finísima... - ¿Aterciopelada? - No. Apergaminada jajajajajaja. - Dile a mi abuela que me llame, porfa. - ¿Eso quiere decir ¿por favor? Es que en mis tiempos terminábamos las frases. - Tus tiempos también son estos hasta que estires la pata. - Pues procuraré tenerla siempre encogida.

Pero la abuela no me llamó y decidí coger el toro por los cuernos. O sea: hacer yo las croquetas para Blas el parado. Así que que fui a la carnicería y pedí quince pollos de los que se emplean para hacer croquetas. El carnicero me miró asombrado. - ¿Eres la nieta de la señora tan simpática que tiene un rolls royce? - Sí... ¿Cómo lo has sabido? - Es que me ha contado muchas veces que tiene una cruz contigo. Y ahora veo por qué?... ¿Quince pollos? - Si no van a bastar pon veinte. Pero que sean croqueteros ¿eh?

Tuve que hacer dos viajes porque los pollos no cabían todos a la vez, en el carrito de la compra. Una vez en casa saqué cuanta olla, cacerola y cazo encontré para hervir tanta carne. Con todos los fuegos en marcha, más el horno que también usé para cocinarlos, en casa no se podía estar de calor.

Puse unos cuantos cubitos en el acuario de Pascualita porque la pobre estaba asfixiada. Se me ocurrió hacerle un abanico con un trocito de periódico y le enseñé a usarlo pero lo mojó y se estropeó. entonces la coloqué en plan broche y me lo prendí en la bata de andar por casa, sobre el pecho prominente, hacía cuatro del otro porque la abuela, al venir a verme al hospital, me arrancó de cuajo a Pascualita antes de que los médicos se dieran cuenta de que lo que les había contado del proyecto de hermano gemelo que llevaba pegado, era una trola y lo examinaran a fondo. Ahora iba descompensada y caminaba un poco de lado.

Estuve tres días sin hacer nada más que croquetas. No tenían muy buena pinta pero se me ocurrió una idea genial que puse en seguida en práctica. Les ponía un palillo en un extremo y las congelé. Eran polos de croqueta. Fui a buscar a Blas el parado a su semáforo y le llevé un taper lleno de polos. - En vez de kleneex, vende esto. Te lo quitarán de las manos. Y en cuanto se acaben ven a por más. Tengo muchos.

Al día siguiente vino la mujer de Blas a verme. Lo habían detenido por vender comida sin autorización ni haber pasado por Sanidad. Los hospitales públicos estaban desbordados de gente que llegaba con problemas intestinales gracias a las croquetas-polo. - Es raro que le hayan salido tan malas a tu abuela, con lo ricas que le salían.

Cuando quedé sola le di un polo a Pascualita, lo mordió y escupió, después saltó del broche a mi nariz y ahora apenas veo de lo hinchados que tengo los ojos. Hace un rato he probado un polo y está asqueroso... Creo que la pasta se ha estropeado por el calor... y la harina que le puse no era harina... sino bicarbonato. Tenía tanto trabajo que no miré lo que echaba... Tendré que tirarlo todo a la basura y lo peor será aguantar a la abuela, primero por lo malas que me han salido las croquetas y segundo porque dije al carnicero que le apuntara los pollos en su cuenta. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¿Qué haces? ¿Vas a tirar estas croquetas? - Es que... - ¡Manirrota! Trae acá que yo las venderé esta noche. - ¿Me dará un tanto por ciento? - ¿De qué? Si las ibas a tirar... - Siempre salgo perdiendo con esta mujer.


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