viernes, 17 de julio de 2015

¡Aeropuerto por 10. 000 euros, oiga!

Esta mañana ya no hacía tanto frío en casa y he pensado que la Cotilla había hecho algo al respecto. Pues sí, ha llenado la casa de velones encendidos y fotos de Luis Bárcenas. Más que un altar a lo bestia, parecía un auto de fe y que al tal Luis solo le faltaba el capirote y el sambenito y ser condenado a la hoguera. Me ha dado un repelús al pensarlo porque ¿y si el Torquemada de turno se equivoca de reo y me condena a mi? El frío me hace desvariar pero, en serio,  no quiero convertirme en barbacoa.

He apagado todas las velas y he desayunado con el anorak puesto. A Pascualita la he metido en un cazo con agua de mar caliente y entre esto y un cola cao bien caliente, nos hemos comido unos croasanes horneados cuando Franco era cabo, que trajo un día la Cotilla.

La abuela ha entrado en casa como un ciclón. - "¡Si Pascualita está contigo, escóndela. Rápido!" (gritó desde la entrada) - Como parecía urgente, la cogí de la cola, y la lancé, a través del comedor, al acuario... Lástima que fallé por muy poco y se dio un golpe en la cabeza que la dejó KO. No dije nada a la abuela para no tener que discutir y, con disimulo, empujé a la sirena bajo el aparador. - ¿Qué pasa? - "¡Viene el señor Li!" 

Llamaron a la puerta. Era el señor Li. Y realmente le pasaba algo. Estaba excitado... ¿Venía en busca de sexo?... Francamente, con la tripa llena y el frío que hacía, no estaba yo para juergas erótico-festivas. - Verá, señor Li... si va a ser un aquí te pillo, aquí te mato, vale, porque a nadie le amarga un dulce pero lo de desnudarme estando a bajo cero, va a ser que no. - Todo esto lo dije tiritando y tal vez, no entendiera bien mis palabras porque me salió por peteneras mientras la abuela, que sí lo había entendido, puso los ojos en blanco y dijo una de sus frases favoritas - "¡Que cruz tengo contigo!"

- ¿Qué decil Nieta? - "El frío le afecta al cerebro" - Yo dal noticia, Abuela. Yo tenel que subil plecios polque complal cosa buena, bonita y balata. - "¿Más caros? Entonces volveré a las tiendas de toda la vida" - ¡Nooooooo, Abuela! Tu complar a mi. Yo necesital dinelito. Tu y tu malido, licos. Yo poble comelciante chino. - ¡Que jodío!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿quién ha apagado las velas? ¡Encendédlas! Bárcenas ha recurrido la sentencia ¡Quiere que le admitan en su antiguo trabajo! Es admirable el tesón que tiene. ¡Hay que ayudarle! - Casi hicimos un trato, Cotilla y el aire acondicionado sigue aquí, helándonos. - Entonces la vecina reparó en el señor Li. - ¡Enhorabuena, amigo. ¡Quiero ser su socia! - "Tu no eres china" (razonó la abuela) - Puedo estirarme los ojos con celo. ¡Ha comprado el aeropuerto de Ciudad Real por 10.000 euros, el tío! - "Si llego a saber que venden algo tan barato le hubiese dicho a Andresito que lo comprara. Podríamos haber hecho una urbanización"

- Chino sel comelciante. Españoles pedil 40 millones de eulos pero no valel tanto. Pocos aviones allí. Yo hacel ofelta lazonable para mi y como nadie oflecel otla, ¡aelopuelto sel mio! jijijijijijijiji Ahola, muchos chinos en Ciudad Leal que il y venil de China a España y de España a China jijijijijijijijiji ¡Yo contento! Tu (me dijo) tlael gambas goldas pala celeblar buena jugada china jijijijijijijijiji - Gambas no tengo. - ¡¡¡Sí, tenel. Milal, milar, col.lel pol suelo!!! (Pascualita se había repuesto y reptaba hacia mi para vengarse)

No tuve más remedio que dejar al señor Li fuera de combate con ayuda de un jarrón que le regalaron a la abuela cuando se casó en primeras núpcias. Al volver en sí, ya llevaba en el cuerpo unas cuantas copas de chinchón que tragó sin enterarse. Y estaba contento - ¡¡¡Don Quijote ahola sel chino... ¡hip!... y la Mancha sel ... ¡hip!... La Mancha de la China!!! - "Dale más chinchón ¡A ver si se calla!"

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