jueves, 16 de abril de 2015

El nuevo negocio de la Cotilla.

Un portazo despertó a todo el edificio y como movida por un resorte, quedé sentada en la cama, con los ojos abiertos como un búho y temblando como una hoja en la tormenta. Supe que había sido la puerta de mi casa la que había sacudido los cimientos de la finca cuando el vecino de arriba aporreó el techo. Pensé, aterrorizada, que había entrado un tornado en casa y se me llevaría como a Dorita del Mago de Oz, solo que yo no estaba en Kansas... Entonces me acordé de Pascualita y fui a buscarla. Si el tornado me llevaba lejos, no iría sola.

Pero la sirena dormía tan profundamente que no me atreví a despertarla. Preferí que me atacara el tornado en vez de ella. Tras una rápida ojeada, vi que no había nada fuera de su sitio... Ni las cortinas se movían... Nada. Tan solo una rendija de luz brillaba bajo la puerta de la salita... Me angustié de nuevo  ¿Será un ladrón? pensé.

Me puse el guante de acero y las gafas de sol. Debía protegerme y no hay mejor arma en mi casa que la sirena cabreada. Eso si que es un arma de destrucción masiva. Al despertarla bruscamente, se convirtió en una fiera corrúpia que mordía y escupía sin parar. Con ella en la mano, abrí lentamente la puerta de la salita... Y allí estaba... ¡la Cotilla!

- Me ha dado un susto de muerte, maldita sea. ¿A qué ha venido ese portazo de antes? (pregunté mientras mandaba a Pascualita de vuelta al acuario como si de una pelota de tenis se tratara) - Es que tenía las manos ocupadas y la he cerrado con el pie. - Ni que fuera Messi... ¿Qué es todo eso que tiene aquí? - Mira lo que he encontrado ¡el Hola de la boda de la hija de Aznar! - Que asco. Está todo sobado y manchado de aceite. - Ya comprenderás que no estaba en un palacio. Lo tenía un amigo que es trapero en un rincón de su chamizo. Ha sido una suerte encontrarlo. Aquí salen todos mis gurús. Haré un buen altar y entronizaré la revista. Pondré velones grandes... - Parecen nuevos. - Lo son. - Veo que le cunde el dinero del alquiler de su piso. - Es de un negocio que he montado con una socia... Hacemos espiritismo ¡Somos brujas! jejejejejejeje

- ¿Les venden mejunjes a la gente? A ver si se les va la mano como con mi abuelito. - Perdona pero con él no se nos fue la mano. Estaba todo calculado... - No quise escuchar más pero la Cotilla levantó la voz mientras yo salía de la salita - ¡Les sacamos los cuartos a los pardillos! Es tan fácil que, hasta tú, podrías hacerlo, boba de Coria.

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