sábado, 21 de marzo de 2015

El plan de la abuela.

La abuela está muy preocupada por la Cotilla. - "He decidido que vendremos todos a vivir aquí" - ¿Quiénes son "todos"? - "Andresito, la Momia, Geooorge y yo. Después de la tortura que le infligieron en comisaría, hay que tenerla vigilada. Bajo ningún concepto puede ver Gran Hermano. Tendrá que pasar el mono y buscará mil triquiñuelas para engañarnos y ver a la Esteban"

- ¿No es más lógico que vayamos a la Torre del Paseo Marítimo? - "No, porque allí me expongo a que nuestras, exquisitas y ricas, amistades se enteren del cacao y no vuelvan a hablarnos. Hay que saber mantener las formas y no dar tres cuartos al pregonero" - Pues aquí no vamos a caber. - "Ya lo creo, solo hace falta un poco de buena voluntad"

Pronto supe lo que era la "buena voluntad" de la abuela. Andresito y ella dormirían en su antiguo cuarto - "La cama es un poco estrecha. Así entraremos antes en calor" - Tú (o sea, yo) con la Momia" - ¡Ni hablar! ¿Y si se muere mientras dormimos? - "Entonces, miel sobre hojuelas porque no te vas a enterar, boba de Coria... Y Geooorge dormirá en un catre que pondrá en la cocina. Así lo tendrá todo a mano cuando nos haga el desayuno" - Me parece muy fuerte esto... ¿Y si viene el Médico? - "No viene nunca a dormir ¿por qué va a hacerlo justamente ahora?" -  Es una posibilidad ¿qué hacemos entonces? - "En ese caso, la Momia se iría al catre con el mayordomo y el Médico contigo. De paso podrías aprovechar para que te fabrique un biznieto" - ¡Abuela!

- ¿Y dónde dormirá la Cotilla? - "En su casa" - La tiene apalabrada para alquilarla, según tu consejo. - "Entonces le pondremos un catre en la salita, junto al Altar de los Amigos de lo Ajeno" - Me parece  mucho lío para nada porque, en cuanto salga a la calle verá el programa en cualquier bar. - "Yo iré con ella"

El primero que protestó fue Geoooorge. - ¡Yo no ser fregonau! Quejar a Sindicatou. - "Vale. Entonces dormirás con la Cotilla" - El inglés se puso rojo como una amapola, supongo que del susto. - ¡No, madame! Yo dormir en cocinau.

A partir de ese momento, todos estuvimos pendientes de la Cotilla. Incluso Pascualita, a quién la abuela había aleccionado. Y demostró que lo había entendido porque, la primera tarde que estubimos todos juntos, mientras el sueño de la siesta nos envolvía, la vecina se acercó de puntillas a la tele y cuando fue a encenderla algo le cayó en la cabeza. Un remolino furioso que le arrancó media cabellera. Y eso porque nos despertaron sus gritos y pude arrancar a la sirena del cuero cabelludo de la Cotilla. Mientras gritaba, saltaba, lloraba y bebía chinchón como una descosida, yo escondí a Pascualita - ¡Bien echo! (le susurré)

Más tarde, cuando la vecina se despertó de la borrachera, se llevó las manos a su dolorida cabeza y gimiendo, dijo a la abuela: No me ha servido de nada confesar el crimen. El espíritu de tu primer marido me ha vuelto a atacar. Tu también tendrás que confesar para que nos deje, de una vez por todas, en paz. - A lo que la abuela contestó: - "LO TIENES CLARO"


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