viernes, 6 de febrero de 2015

Claro que he ido a ver a la abuela. La he llamado para decirle que mandara a Geooorge a recogerme. Hace tanto frío que no me apetecía andar por la calle. Me ha dicho que quién algo quiere, algo le cuesta (refiriéndose a la Torre del Paseo Marítimo, la jodía) - "Así que pon un pie delante del otro y te vienes para acá ¡Y no te olvides de Pascualita!"

La he encontrado echa unos zorros. Estaba tumbada en una butaca abatible, con unas ojeras hasta los tobillos, el brazo en cabestrillo parecía un cuadro abstracto, todo pintarrajeado con bolígrafos de distintos colores y carmín de muchos tonos. - ¡Vaya guarrada, abuela! ¿quién te ha echo esto? - "Mis amigos durante la fiesta de la boda. Y no grites que me retumba la cabeza" - Seguro que te bebiste hasta el agua de los floreros. - "El agua la tiré y les metí chinchón jejejejeje aaaaayyyyyy" - ¿Qué tal fue la boda? - "Como todas" - Que poco entusiasmo. - "Mientras los casaba Mateo guardamos la compostura" - ¿Mateo? - "El Alcalde"

Andresito le trajo una mantita a su mujer. Al verme se le iluminaron los ojos - Ya sabía que vendrías, picarona. - Entonces la abuela empezó a quejarse - "Aaaaaaayyyyyyyyyy que dolooooooor. Es insufribleeeee. Menos mal que se rompió mi brazo porque tú, cariño, no lo hubieses resistidoooo. Aaaaayyyyy ¿Te das cuenta de lo poco que me quejo, maridito?" - Eres muy valiente, mi amor ¿Quiéres que te traiga algo? - Pues... no sé jijijiji Me da apuro pedírtelo pero... me gustaría tanto que me lo vieras puesto..." - Dime que es. (dijo, babeando, mi abuelito) - Una gargantilla preciosa que vi el otro día en la calle de la Argentería... ¿Te viene de paso?" - Andresito, que ya no babeaba tanto, dijo que sí - "Es una que está expuesta en el mostrador, de oro blanco con un rubí de colgante. Verás que bien me sienta... Aaaaaaayyyyyyyy... Con éste dolor no tengo ilusión por nada. ¿Te acordarás de comprarla?"

La Cotilla vino a media mañana. -¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa!  Haces mala cara ¿es por lo del brazo? - "Es la resaca de ayer... Mira como tengo los pies ¡hinchados como botas! No paré de bailar en toda la noche..." - Ni de empinar el codo (dije yo que seguía tomando nota mentalmente de la estrategia de la abuela para sacarle una joya a su marido) - Dile a Geoooorge que vaya encendiendo la plancha que traigo gambas de las gordas para hacer un aperitivo (dijo la Cotilla) - ¿Las ha comprado? - Esta nieta tuya no es más tonta porque no se entrena ¡¿Con mi pensión?!... Son del contenedor del super y están frescas.

Cuando Geooorge las sirvió, la Cotilla arrugó la naríz y esperó a que el mayordomo saliera para decir en voz baja. - Faltan gambas. - "¿Cuántas?" - Cinco ¡Que cabrón el inglés! - " No te enfades que en el pecado lleva la penitencia".

Efectivamente, media hora después se lo llevaba una UCI móvil camino del hospital. Las gambas estaban frescas por el frío pero no ERAN frescas. A nosotras no nos pasó nada después del atracón que nos dimos porque, gracias a la Cotilla, tenemos el estómago a prueba de bomba.



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