miércoles, 14 de enero de 2015

Ha sonado el timbre de la puerta. He ido a abrir arrastrando las zapatillas mientras me rascaba aquí y allá. No podía abrir los ojos de sueño... y de legañas. Era Geoorge que, a esas horas, ya iba echo un pincel. con su uniforme de chófer de rolls royce.  La gorra de plato, un poco ladeada sobre una ceja, que le daba un aspecto chulesco. Intenté hablar pero tenía la boca seca y solo me salió un gruñido - Good morning. ¿Qué decir? - Ejem, ejem (carraspeé) que estás con el guapo subido esta mañana, inglés. - ¿Desayunar chinchón, you? - ¿Desayunar? ¿a éstas horas? Escucha (le dije mientras ponía una mano haciendo pantalla en una oreja) No pita nadie y eso que has aparcado en el carril bus ¿A qué sí? - Yes. - ¡Si es que aún no circulan los autobuses! ¿Qué haces aquí que no estás durmiendo? - Madame mandar buscar you. - Dile que he emigrado a Australia. - Ella decir: Pascualita no estar.. - ¿Cómo que no estar? - No estar. Eso ser todo. - ¿Y la abuela? - In Torre Paseo Marítimou. Ella ponerse guapa - ¡La matooooo! - Madame decir que you traer croquetas fritas. Todas.

Dos horas después pasamos a recoger a la abuela. Me costó reconocerla. Se había puesto una peluca rubio-canario acabada en cresta y los consabidos brillos y plumas adornaban su ropa. Y sobre esto, un abrigo de piel de leopardo que asustaba. - "Es sintético y tan caro que le he dejado puesto el precio para que todo el mundo sepa el señorío que me gasto... Voy a ver a Mateo" - ¿Mateo? - "El Alcalde. Para el poco tiempo que le queda de estar en el convento ¿por qué no deja en paz El Funeral? ¿Querrá morir matando? No es su estilo... Más bien creo que es un pulso que le echa a nuestro Pinocho particular. Sea lo que sea, me va a oír"

La dejamos en el Ayuntamiento y seguimos hasta El Funeral dónde había un númeroso gentío que, cuando me vio salir del coche, gritó: ¡¡¡Croquetas, croquetas, croquetas!!! Me aplaudieron tanto que estuve a punto de dar la vuelto al ruedo.

La primera fila de defensores seguía en su sitio. Habían pasado la noche envueltos en mantas y pasándose las botellas de licor para entrar en calor. Sabía que debían ser los primeros en recibir las croquetas pero ¡allí estaban los bomberos de mi calendario y no pude contenerme! Menos mal que ellos se encargaron de hacer el reparto equitativo.

Unas horas después llegó la abuela. Se subió al capó del rolls royce con sus taconazos (a Andresito y al Unitetillo casi les da un soponcio) y gritó: - "He convencido a Mateo (se oyó un murmullo: ¿Mateo?) ¡El Alcalde! para que nos dejen en paz ¡volvemos al Funeraaaaaaaaaaaaal!" - Todo el mundo estaba feliz... menos yo. ¿Qué había pasado con Pascualita? Miré a la abuela que bailaba la conga con sus amigos, incluídos los de las sillas de ruedas, tacatacas y muletas. El termo de los chinos bailaba en su cuello ¿estaría vacío? Esperé a que el grupo pasara a mi lado y entonces grité: ¡¡¡Abuelaaaaa ¿dónde está?!!! - "Aquí (señaló el termo) durmiendo la monaaaaaaaaaaa" - Desconcertada, me dirigí al mayordomo - ¿Por qué dijiste que Pascualita no estaba? - Decir a mi madame que tu ser boba de Coria y no venir conmigo si no asustar... ¡Y tu asustar! jajajajajaja ¡Boba de Coria! - Le di tal patada en la espinilla que acabó uniéndose al grupo de los de las muletas.




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