lunes, 3 de noviembre de 2014


Me he paseado en bragas por casa. He mojado ensaimadas de anteayer en el cola cao. Me lo he bebido sorbiendo tan ruidosamente que el vecino de arriba a dado golpes con la escoba.  Me he chupado los dedos hasta el codo ¡Que rico estaba todo sin el abuelito al lado en plan inquisidor!

A mediodía, al poner la mesa para dos (a la Cotilla no me la quito de encima ni con agua caliente) he tirado los cubierto desde un metro de distancia y han caído como les ha dado la gana. La vecina ha intentado corregir sus posiciones pero no le ha dejado - Como los coloque,  no come. Estoy haciendo un acto de rebeldía y libertad. - Cómo quieras, pero los que han caído al suelo son los tuyos.

Cuando estaba la sopa de tetrabic en los platos, han llamado a la puerta. - Será algún moscardón que viene al olor de la sopa casera (dijo la Cotilla y me pareció notar un deje de guasa en esa frase) - Era el Municipal - Qué pasa, Bedulio ¿Tienes hambre? - ¿Ha cocinado tu abuela? - Servidora. - Entonces, no... he desayunado a los 8 de la mañana y aún estoy lleno. - Muy sutil por tu parte (¿notó el rencor en mi voz?) - Traigo más multas para tu abuela - Envíaselas a ella. - Es que... me dejaste preocupado cuando dijiste que tu abuelito estaba aquí como refugiado de la Justicia... He mirado sus antecedentes y no tiene... ¿Por qué le busca la Justicia? - No le busca. Ha sido "por si le buscaban" que se refugió aquí. - Eso es una tontería. Si fuera la Pantoja lo entendería... Lo que no entiendo es qué hace este water en el comedor. - Bedulio, me importa un bledo que no lo entiendas. - No me cuesta nada colocártelo dónde quieras. - Y sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo, levantó el inodoro y se le derramó toda el agua encima, junto con los complementos de algas y demás cosas.

La primera reacción fue partirnos de risa. La Cotilla, que se estaba comiendo mi sopa porque ya había acabado la suya, se atragantaba. Cuando me sequé las lágrimas y miré a Bedulio a la cara, le vi pálido como la cera, con los ojos desorbitados y la boca abierta como si le faltara el aire - Algo se... mueve en ... mi... pecho... - ¡Que bonita declaración de amor, Bedulio! (dije emocionada) - Está... frío... - ¿Entonces no es el corazón que late desbocado por mi, pecho lobo? - Jajajajajaja ¡Como te descuides ésta te convierte en padre! (gritó la Cotilla) - Entonces vi la silueta de Pascualita a través de la camisa mojada del Municipal. Reptaba hacia la axila del hombre. No sabía que hacer. La sirena no debía llegar allí. Y dije - ¡¡¡Fiiiiiiirmes!!! - Y Bedulio se cuadró.

Le ayudé a quitarse la camisa mojada y coger de paso a Pascualita. Afortunadamente no había mordido a nadie. Probablemente dormía y no supo reaccionar cuando salió disparada de su "acuario" Saqué el chinchón para entretener a los "invitados" mientras metía a Pascualita en un taper con agua, en un armario de la cocina.

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