viernes, 21 de noviembre de 2014

Con toda la ceremonia y el concierto de pitadas habitual, ha llegado la abuela a mi casa. En este caso ha entrada precedida por su suegra, la Momia que venía entusiasmada y elegantisima. Superaba en plumas, abalorios y brillos, a la abuela.

Las pestañas, milagrosamente, habían crecido dos centímetros por lo menos desde la última vez que la vi. La cara aparecía planchada, sin arrugas y sus labios, rosa chicle, aparecían jugosos. Andaba apoyándose en Geooorge, creo que para no perder la vertical a causa del taconazo de sus botines de charol. No pude por menos que exclamar: - ¡Abuelastra, estás estupenda! - ¿Verdad que me ha quedado muy bien la restauración que me han echo? - ¿Has ido a Lourdes? (dije entusiasmada) - ¡No! Al mismo milagrero que la vicepresidenta del Gobierno de Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! (la Cotilla se calló en seco)... ¿Quién es esta... ¿La Momia? - Os invito a celebrar mi supervivencia... - ¿Eso quiere decir: a comer? - Y lo que se tercie (dijo la abuelastra, encantada)
- ¿Qué dices que celebramos? - Ha muerto la Duquesa de Alba... y era más joven que yo jejejejejeje - Más que usted lo es cualquiera (dijo la Cotilla en plan piropo) - Presumía de sus muchísimos títulos y yo de mis años. Cuando se lo comentaba me decía: ya te cogeré pero le ha salido el tiro por la culata... En lo único que me ganó fue en maridos. Eso tengo que reconocerlo. - "No puedo entender como, en una vida tan larga como la suya, solo tuvo uno" - Por pereza. Hasta que no me hice mayor no me gustaba cambiar nada de sitio. Luego sí. Y ahora no paro... No cambio a mi hijo porque ya me he acostumbrado a verlo jijijiiji... Hay otra cosa en la que le gané jijijijiji... Ay, me da reparo decirlo jijijijijijijiji... - "Venga, suéltalo, suegra" - No sé, no sé... ¿Me prometes que no se lo dirás a Andresito? Le daría un patatús si se enterara. - "Lo prometo... ¿No me digas que es lo que me imagino?" - Pues, síiiiiiiiiiii jijijijiji... ¡Me estoy poniendo colorada! - La Cotilla y yo la mirábamos atónitas. - ¿De qué habláis?

- "¡Enhorabuena, suegra!" - ¿Qué pasa, abuela? - "¡La Momia ha tenido más que la Duquesa!" - ¿Millones? - "¡Amantes!" - Y todavía tengo (su sonotone acababa las pilas y no escuchó bien a la abuela) Te voy a regalar uno (me dijo) - "¡Nena, por fin tendrás un bisnietoooooooo!" - No sé que decir... ¿Tiene muchos años ese amante? (no las tenía todas conmigo) - ¿Que amante? - El que vas a regalarme. - La mujer quedó petrificada - Nena, yo no hago estas cochinadas - Su expresión ahora era seria. - Lo necesitas más de lo que creía. Toma, pecadora- Y depositó en mi mano un rosario de coral que tenía la pinta de ser muy antiguo.

Mientras la Cotilla corría a por el chinchón, la abuela indagó: - "Así que, a lo que tu ganabas a la Duquesa era coleccionando rosarios..." - Si. Tengo miles... Andresito no quiere que gaste dinero en esas cosas. Dice que despilfarro el dinero... pero no puedo contenerme: rosario que veo, rosario que compro.



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