jueves, 20 de noviembre de 2014

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ha venido tu abuela? - Ni está ni se la espera. - Cuidado con faltarle que ahora es bruja jejejejejeje... - Brujas son las dos. Tendría que denunciarlas. - ¿Se lo contarías a Bedulio? jajajajajaja Saldría corriendo y no pararía hasta cruzar los Pirineos. - ¿Me ha despertado para nada? - Para nada, no, alma de cántaro. Para preguntarte si está tu abuela. - ¡Lárguese de una vez! - Díle que tengo parte de la mercancía que me encargó.

A la hora del desayuno senté a Pascualita sobre el frutero y le conté lo que la abuela había echo conmigo mediante el vudú. Y aunque estoy segura de que no se entera de nada, la sirena hizo la señal de OK con sus deditos. - ¿Qué quieres decir con ésto?... ¿Qué te parece bien?... ¿Te gusta que sea una bruja?... ¿Quieres que te lo haga a ti?... ¿Quiéres que te enseñe? ... No sé si sería buena idea... ¿Cómo son los seres que viven en tu hábitat: liberales, conservadores, fanáticos religiosos, pasotas... Es que depende de las tendencias de la mayoría, convendrá o no, que aprendas esas cosas para cuando vuelvas a tu hábitat, Pascualita.

La sirena me miraba fijamente, sin parpadear, con sus pelos de alga tiesos y esmirriados sobre la cabeza. Supuse que debía aclararle los conceptos. - Si en la Edad Media, a la abuela se le hubiese ocurrido hacer vudú, la hubiesen quemado en la hoguera... (se puso bizca) ¿No sabes qué es una hoguera? Pues como una falla valenciana, solo que los ninots eran personas de verdad... Claro que a ti, en el fondo del mar, que te vayan dando hogueras... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ha venido tu abuela? - Pascualita pasó volando, por detrás de la Cotilla, cuando la lancé hacia el water del comedor.

- ¿Qué lios se trae con la abuela? - Se sentó a la mesa de la cocina a esperar que le pusiera el desayuno y cómo me interesaba que me contara lo que pasaba, lo hice. - Se te han quemado las tostadas (gruñó) Que poco provecho vamos a sacar de ti. Hazme otras. - Las venas de la cabeza me latían con fuerza y todo lo veía rojo. Solo matándola me libraría de la congestión que me oprimía pero, contra todo razonamiento, hice más tostadas. - ¿Trae la mercancía? (dije acordándome de sus palabras del amanecer) - Me miró perpleja
- ¿Estás en el ajo? (preguntó par asegurarse) - Desde el primer momento ... Enséñemela. - Sobre la mesa del comedor  dejó una bolsa de basura - ¿Qué contiene? - Pero ¿no estabas en el ajo? - Tengo mala memoria - Las uñas y los pelos que me encargó para sus ensayos de vudú. - Se me revolvió el estómago. - ¿De quién son? - Yo qué sé. Me he limitado a recoger la basura de una peluquería unisex.

Al entrar, la abuela se dirigió a la Cotilla - "¿Tienes la mercancía? Por mi parte debo decirte que tengo a Geooooorge en mis manos. Tengo pelos y uñas suyas. Incluso un kleneex sucio" - ¡Puag! ¿Por qué? - "Los fluídos corporales también valen para mis entrenamientos" - ¿Y si matas a alguien, abuela? - "Eso no sucederá... pero si sucediera ¡¡¡Me darían diploma y banda en mi escuela de vudú!!!"

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