viernes, 28 de noviembre de 2014

Alucino en colores. El señor Li ha venido dispuesto a comprarme la "leliquia" que tenemos bajo una lupa. Cuando le he dicho que no puedo vendérsela se ha enfadado el hombre. Me ha dicho que ya "no sel mi amigo polque yo quielo vendel-la al mejol postol" Y a montado en cólera, dando gritos en chino y acordándose de mis antepasados. Antes de irse, se ha vuelto hacia mí con el puño cerrado y ha gritado ¡¡¡VOLVELÉ!!! cosa que me ha dejado intrigada... ¿volverá solo o con la mafia china?...

La Momia se pasa el dia mirando a Pascualita nadar tranquilamente en el water. - Nunca había visto un pescadito como éste. ¿Es un híbrido? - ¿Qué quieres decir, abuelastra? - Si los científicos han echo cruces entre peces y... ¿tritones? por ejemplo. Este debió salirles mal porque, aunque es gracioso, es un bicho muy feo... feísimo diría yo ¿no crees? - Estoy de acuerdo contigo pero, mejor no opines de estas cosas delante de él (nunca le dije que era sirena) Es sensible a las críticas negativas y saca el genio a pasear. - No me digas que esta cosita tiene genio... ¿qué hace?... ¿muerde? jajajajajaja Que chistosa eres. - No es un chiste... - Pues a mi no me ha mordido y eso que he estado jugando con ella toda la mañana. - ¿Ah, sí? - ¿Le pasará algo si la cojo un poquito? - A ella no, pero a tí, es posible. - Si he podido lidiar con mi difunto marido, podré hacerlo con este pececito. - Antes de que pudiera impedirlo, cogió a Pascualita y le dio un besito. No quise mirar para no ver el destrozo que haría la sirena en la cara de la anciana. Esperé a oír sus gritos de dolor pero... no ocurrió nada. - ¿Tiene nombre este angelito? - Pascualita.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! - Arranqué a la sirena de las manos de la Momia y la lancé al water sin ningún miramiento. Luego musité a mi abuelastra (a la Cotilla, ni mu) - ¡Esto es un éxito! La reliquia funciona mejor de lo esperado. - ¿De quién habla, nena? - De San Mandinga, abuelastra. - Sí, es muy milagroso. Siempre lo ha sido. Y eso que cuando vivía fue un mal hombre. Se decía, por aquel entonces, que por donde pasaba dejaba olor a azúfre porque era discípulo aplicado del Demonio. - ¡Caray! - Según documentos que figuran en nuestros archivos, mi antepasado marchó a tierra de negros (¡Aquí di un respingo!) para vigilar su floreciente negocio de trata de esclavos... - ¡Que me dices! Menudo hijo de su madre. - Eran otros tiempos, nena. - Ya, ya. - La cuestión es que hubo una revuelta y lo mataron. Se dijo que fueron unos indios, los jíbaros, expertos en reducir cabezas... Nunca he creído en esa patraña porque ¿cómo lo hacían? ¿Cociéndola muchas horas en la olla exprés? jejejejejejeje ¡Si no había!... El caso es que lo más grande que nos llegó de él fue este trocito de... vamos, de... en fin, de lo que ya sabéis. - Del pene (soltó la Cotilla) y la Momia se puso roja como un tomate - Una señora nunca dice estas cosas (la recriminó)

Nos tomamos unas cuantas copas de chinchón e hice partícipe también a Pascualita... ¿Sería posible que tuvieramos en casa, dos trozos del cuerpo de aquel mal hombre?... - ¿Tenéis algún retrato? - Pues... sí. Hay una pintura que le hicieron antes de partir en el que sería su último viaje... Está en la Torre del Paseo Marítimo, junto a la biblioteca... ¿Te gustaría verlo? - Un minuto después llamaba a mi abuela. Y diez minutos más tarde, el rolls royce aparcó en la parada del autobús.La abuela entró en casa como el caballo de Atila, seguida de Geooooooge con un objeto en la mano. - "¡Nena, trae a Pepe!" 


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