jueves, 25 de septiembre de 2014

- "Nena, a partir de ahora voy a ronronear" - ¿Has hecho alguna promesa a la virgen de la Salud? - "Quién visitas las iglesias es la Cotilla. Yo solo voy a las bodas y funerales imprescindibles" - Entonces ¿a qué viene lo del ronroneo? Eso es cosa de gatos... ¿No habrás comprado uno? ¡Se comerá al conejo Rabito! - "Tranquila. No puedo meter más animales en casa, Entre mi marido, Geoooorge y el conejo ya tengo lleno el cupo... Es que Isa ronronea cuando está feliz" - ¿Qué Isa? - "La de Inglaterra" - ¿? - "¡La Reina, coñe, que pareces tonta! Y si ella lo hace, que es la Reina de todas las reinas, ¿cómo no voy a hacerlo yo?" - Porque no tienes pedigrí. - "¿Estás intentando decirme algo, jodía?" - Pues que ni reinas ni tienes una larga familia que se remonte a la Edad Media, llena de guerreros, políticos, príncipes y reyes. - "¿Qué sabrás tú, panoli? A lo mejor, rascando en nuestro árbol genealógico hasta emparentamos con ella allá en los albores del nacimiento del Hombre" - ¿Y por qué no de la Mujer? - "¿Tú tienes ganas de bronca, verdad?"

Puse a calentar un cazo con agua para hacer la sopa de sobre. Corté un tomate para la ensalada y le puse las últimas rodajas de choped que trajo el otro día la Cotilla del contenedor del supermercado. Abrí un vasito de arroz hervido, lo calenté al micro junto con rodajas de lomo adobado y me senté a comer en la cocina después de dejar la comida en la mesa - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Esto es lo que vamos a comer? Estoy por irme al comedor social... Bueno, ya que estoy aquí... - En ese momento me pareció ver, por el rabillo del ojo, una pequeña flecha azulada estrellándose contra el montón de arroz al que había tenido que añadir otro vasito gracias a que la Cotilla se había autoinvitado.

- Me estoy pensando, muy seriamente, ir a la policía y confesar lo que hicimos con tu primer abuelito. A ver si, viendo que pago mis culpas, me deja en paz su ánima. (dijo, compungida, la vecina) - ¿Lo sabe mi abuela? - Claro, pero me ha dicho que si confieso, me raja con un tenedor de izquierda a derecha... - ¿Por qué no de arriba abajo? - Para fastidiarme, porque sabe que las rayas horizontales no me favorecen.

El montón de arroz empezó a moverse. Entonces entró la abuela echa un basilisco - "¡¡¡Cómo vayas a la policía diré que lo mataste tu solita!!!¿Y a quién creerán más? ¿A ti, que no tienes dónde caerte muerta o a mí que soy una potentada? Además, contaré que robas en las iglesias. - ¡No lo harás o diré que me induciste a hacerlo para que no me quitaras el novio que tenía entonces y que cantaba muy bien las rancheras de Jorge Negrete! - "¡Puedo dar la receta del mejunje que hiciste!" - ¡Hazlo y diré que te lo sabes porque lo hiciste tú!...

La Cotilla, aunque estaba rabiosa no perdía comba en cuanto a la comida y al ir a coger arroz el montón se desparramó en su plato sin que ella lo hubiese tocado - ¡¡¡Aaaaaaaaaahhhhh!!! ¡Está aquíiiiiiiii tu puñetero primer maridooooooo! - "Naturalmente (dijo la abuela) ha venido a defenderme ¡No quiere que nos delates! A lo hecho, pecho, mujer. No lo enfades más" - La cara de la Cotilla era un poema - ¿Tú crees? - "¿Acaso no conozco bien a mi marido, boba de Coria?" - ¡O sea (salté yo, poniendo los brazos en jarra) que la una por la otra, la casa sin barrer! Y yo me quedo sin saber la verdad ¡Como los Pinochos y los del Psoe con lo de Son Espases!

A la Cotilla le costó recobrar el color a pesar del chinchón. Llevaba muy mal que le atacara el espíritu de su víctima y como me pilló con el día tonto, le di un acicate para animarla. - Le voy a poner deberes para el día 20 de noviembre. Consígame el libro "Galatzó. La leyenda del Comte Mal" de Carmen Alcázar. Lleva una espectacular portada de Pau. - Vale... ¿Y el dinero? - Beba otra copita, mujer... Le he dicho que me lo "consiga"

 
 

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