martes, 29 de julio de 2014

Si no llegamos pronto al mar voy a tener problemas con el agua de Pascualita. Tuve que tirar la que usaba porque tenía más alcohol que sal. El bicho se puso echa una furia. Que mal camino lleva... Si algún día vuelve a su hábitat pervertirá a toda la fauna que esté a su alrededor y ya no hará falta echar vino a las salsas de pescado... Ha empezado a remorderme la conciencia. Y ha sido una sensación extraña porque no sabía que tuviese.

Geoooorge le está tomando gusto a ser pasajero en vez de chófer. Hoy le he oído comentar a uno de los camareros del restaurante donde hemos comido, que el rolls royce es suyo y es tan generoso que lleva a la familia del chófer (Andresito) a ver a Santiago. Creía que no le oía nadie y el hombre presumía ante su posible conquista. Me he acercado a él con sonrisa diabólica y desde otra puerta, han aparecido la abuela y la Cotilla enseñando, a su vez, el colmillo. Ahora el inglés está en nuestras manos.

- Mister Andresitou, yo conduzcou, please. - El abuelito no se hizo de rogar. Se apoltronó en el asiento trasero y durmió una siesta reparadora. Más tarde, Geoooorge le dijo. - Mister Andresitou. Yo llevar a marisquería pero mi and Cotilla no comer con ustedes...(Había que ver la cara que se le puso a la Cotilla) - ¡Perfecto! - La abuela y él se pusieron como el Kiko, en cambio para mí pidieron caldo gallego y verduras con patatas. Cuando protesté la abuela dijo que lo hacía por mi bien. - "El marisco despierta la líbido y yendo sola por esos caminos puedes atacar a algún pobre peregrino que luego, te denunciaría ante la guardia civil". - ¡¿Por qué voy a atacarlo?! (protesté) - "Porque llevas mucho tiempo en dique seco. Te prometo que antes de ir a ver a Santiago te hincharás de mariscos para que dejes bien alto el pabellón de nuestra casa, pero mientras, vas a estar a verduras, caldos y a lo sumo, pulpo" -

El Hombre Caracol pasó junto a nosotros con la mochila a cuestas. Ya no llevaba el andar alegre del principio pero no decaía ante el cansancio y seguía marcándome el rumbo. Me aparté de los mío y seguí sus pasos mientras oía gritar a la abuela - "¡Ni se te ocurra meterte con él. Piensa que solo has comido grelooooooosssssssssss!"

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