martes, 8 de julio de 2014

Pascualita se ha convertido en un peligro desde que se comió la estrella de mar. Ahora se lanza sobre todo lo que tiene forma estrellada. Esta mañana mientras desayunaba mirando el encierro de San Fermín en la tele, mojando en el cola cao unas galletas con forma de estrella, ha saltado dentro de mi taza salpicándome de arriba abajo, después, abriendo sus fauces tiburoniles, ha cogido la galleta. Menos mal que desde que vive en casa he desarrollado un sexto sentido y la he soltado antes de quedarme sin dedos. Luego ha reptado hasta la caja de las galletas para seguir con su ataque. Me ha dado tiempo a quitarla de en medio, cosa que no le ha gustado nada. Entonces se ha impulsado con la cola y ha saltado hacia mí. Pero ha fallado y se ha dado de lleno contra la pared quedando aturdida.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¡Mira que eres torpe! ¿Aún no sabes comer sin mancharte? Luego miraré en los contenedores a ver si encuentro un babero para ti. - ¡Ni se le ocurra traérmelo! - Ahorrarás en lavadora, mujer. - ¡Que no! - Además de torpe eres desagradecida ¡Que cruz tenemos contigo!... ¿Qué hay de comer? - Sopa de sobre... - ¡Otra vez! Te repites más que el ajo... Mientras la calientas pondré estas guirnaldas adornando el altar de mi gurú Bárcenas. - ¿De dónde son? - Del contenedor de un barrio de postín. - Y colocó ristras de estrellas de plástico que, al enchufarlas, se iluminaban. - ¡Ya las está apagando! No pienso gastar ni un céntimo en sinvergüenzas.

Pero, como siempre, no me hizo caso. Cuando nos sentamos a ver el Tour, arrellanándonos en el sofá para dormir la siesta, Pascualita, a la que también duerme la carrera, estaba en mi escote. De repente noté que la cola se tensaba y saltó a por las brillantes estrellas. Mordió a diestro y siniestro hasta que se produjo un cortocircuito y olimos a chamusquina. La sirena cayó al suelo echando humo, con el pelo-alga en plan permanente años cincuenta. Menos mal que la Cotilla no la vio, preocupada por la pérdida de luminaria sobre el altar de su héroe - ¡Ya le dije que lo apagara! (le grité para tenerla despistada mientras cogía a Pascualita, que echaba chispas y daba calambre)

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