sábado, 28 de junio de 2014

La sirena ya está mucho mejor... ¡Pascualita! ... salta del orinal al suelo y repta camino de ... ¡Pascualitaaa! ... la despensa a toda velocidad. Hay que ver lo bien que se está... ¡Pascualita, ya vale!... adaptando a las baldosas.

Hace un rato ha caído en el cola cao que me... ¡Pascualitaaaaaa! ... estaba tomando y he quedado bautizada de chocolate. Luego no me la podía quitar de encima porque ... ¡Ya basta!... quería lamerlo. Ahora tiene una vitalidad asombrosa. No para quieta en el orinal decimonónico y me la encuentro en cualquier sitio. Tendré que ponerle un cascabel al cuello para saber donde... ¡¡¡Pascualitaaaaaa!!! ... anda.

La abuela le ha estado dando aceite de hígado de bacalao para reforzarla pero creo que se ha pasado con la dosis. Y encima, apestaba. Hay reconstituyentes modernos pero ella, para estas cosas es muy tradicional. - "Esto tomó mi abuela, tomé yo, le di a tu madre y ella a ti... aunque debió darte poco porque eres más floja que el gusanito de Andresito" - me dijo.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Estás sola?... te he oído gritar. - (En ese momento Pascualita venía rodando como una croqueta cuando la rebozan, hacia los pies de la Cotilla. Así que me senté, de golpe, en el suelo y la sirena quedó escondida bajo mi falda. - ¿Qué haces, alma de cántaro? - Gimnasia mañanera... ¿Y usted? - Vengo a encender estos velones que he encontrado en una iglesia, en el altar de mi maestro Luis Bárcenas. - No hay altar que valga para ese tipo. - No le faltes el respeto a un genio. Es que hoy hace un año que está, injustamente, encarcelado. - Colóquelo en su casa. - Mejor aquí que es mi residencia habitual.

La "croqueta" con escamas rodó en sentido contrario y desapareció de mi vista. Yo continué desayunando. Poco rato después la Cotilla gritaba como una loca - ¡¡¡Nooooooooooo!!! - Al llegar a la salita la encontré llorando a moco tendido, con la foto de su ídolo Bárcenas rota en las manos. Al verme gimió - Tu abuelito es un rencoroso. Después de los años que hace que lo mandamos al otro mundo sigue vengándose ¡Mira lo que ha echo! - Yo sabía que no había sido el ánima de mi abuelito quien había dado dentelladas y tirones a la foto del ex tesorero millonario. Vi a a sirena bajo el mueble de la tele, la cogí y desde la puerta del comedor la lancé al orinal. Cada vez tengo más puntería y entró límpiamente en el agua. Pero a la misma velocidad, saltó y rodó hacia el balcón que estaba abierto de par en par. - ¡Nooooooooooooooo! (grité mientras me apresuraba a cerrarlo) - ¡¿Qué pasa, nena?! ¿Tu abuelito otra vez? - Pues... sí. No quiere ver ningún altar de Bárcenas aquí y amenaza con tirarla a usted por el balcón. (Metí a Pascualita en mi escote) ¡Váyase, váyase! - Mientras la Cotilla corría por el pasillo cargada con los restos de la foto y los velones, yo la apremiaba empujándola. Y entonces Pascualita, extresada, me mordió - ¡¡¡Aaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyyyy!!! - Nunca he visto subir las escalera a una mujer de casi noventa años a la velocidad que lo hizo ella...aaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyy... Ahora tendré que dejar que la sirena me muerda en el otro lado aaaaaayyyyyy Todo sea por la ley de compensación mamaria aaaaaaaaaaayyyyyyyyyyy

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