viernes, 9 de mayo de 2014

La Cotilla sigue a Geooooorge por todas partes. Se ha convertido en su sombra y en un problema porque cada vez que se gira, se la encuentra. Y estas cosas pasan en mi casa. - ¿Tiene que venir a dar la nota y la lata aquí? Le recuerdo que vive en el 4º piso. - Pero no está tan bien acondicionado como éste y si vienen futuros votantes a interesarse por lo que ofrecemos en el programa electoral... - ¡Vaya! ¿Ya tiene uno? - No. Lo iremos haciendo según nos pidan los electores que les arreglemos esto y aquello... - Menudo susto se llevaría si sacaran un escaño ¿eh? - ¿Susto por qué? viviría en Europa. - ¿Acaso vive en la Conchinchina? - ¿Esto es Europa?

A pesar de que Geoooorge apenas se entera de lo que le dice la vecina, él va hablando, vaya usted a saber de qué porque lo dice en inglés. - Me recuerda a la cola de un perro (le dije a ella). - ¿Por qué? - Porque siempre va pegada a él. - ¡Qué cruz tengo contigo!

¡Yo lo veía yo venir! En uno de los encontronazos entre el mayordomo y la Cotilla se ha derramado un litro de aceite de oliva en el suelo de la cocina. El olor se ha extendido por toda la casa como si fuera un olivar de Jaén. Y de repente se me ha antojado pan con aceite ¡hummm, se me hacía la boca agua!

A pesar de haber recogido el aceite volcado y fregado y refregado el suelo, a quedado una mancha. El pobre Geoooorge ya no sabía qué más hacer para que desapareciera. Está ahí ha quedado para recordárle a la Cotilla lo pesada que es.

La comida no ha sido muy amena. Estábamos disgustadas pero hemos dado buena cuenta del menú que nos ha puesto el inglés. Luego, en silencio, hemos tomado el café y el chinchón. Yo solo he tomado una copa porque estando embarazada no quiero abusar... Ya sé que no es posible pero ¿y si fuese verdad? Antes he tenido un antojo. El Médico, que sigue de cerca mi "preñez" para hacer un estudio sobre la sugestión, me dice que tengo un embarazo psicológico. Pero yo cada vez tengo más confianza en que voy a ser mamá, aunque sin comerlo ni beberlo y sobre todo, sin catarlo que es lo más triste... Aún no le he preguntado si al final habrá niños o no.  Prefiero que sea una sorpresa... ¿Quién sabe? De todas maneras pienso cuidarme.

La Cotilla, en desagravio con Geoooorge, ha llevado las tazas a la cocina y entonces hemos oído su alarido espuznante - ¡¡¡¿Qué ha pasado?!!! - Mi primer pensamiento ha sido para la sirena pero la he visto durmiendo la siesta plácidamente en la pila bautismal. El mayordomo y yo hemos llegado a la par a la cocina. La Cotilla estaba arrimada a la pared, con Pepe-Crisogono en sus manos crispadas y la vista, desorbitada, fija en el suelo. - ¡¡¡Hay una caraaaaaaaa que me miraaaaaaaaa!!! - No le faltaba razón. La mancha de aceite formaba las facciones de una persona... - ¿No le recuerda a alguien? - le pregunté a la Cotilla. - ¡¡¡Sí. A tu puñetero abuelo!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario