viernes, 7 de marzo de 2014

¿No hay ninguna ley que meta en la cárcel a los que hacen un despierticidio? ¡Jolines, ya! A ver si el gobierno le da la medalla al mérito de lo que sea a la abuela y me deja en paz con sus buenas obras. ¡Quiero dormir el tiempo que me toca!

Estaba en lo mejor del sueño: era la Reina de Egipto y tenía delante un abanico de esclavos jóvenes y cachas, para escoger entre ellos el que me gustara ¡Menudo dilema! Pero una reina de Egipto lo soluciona pronto ¡Los quiero todos! grité y fui aplaudida por mi decisión. ¡Que gozada para la vista! Pero, de pronto, oi una voz del Más Allá que me llamaba ¿Será el Faraón? pensé. Pues si quiere algo de mí que venga y deje de gritar como una verdulera... La voz no callaba... ¿Será el abuelito, cosa normal porque las Reinas de Egipto también tenían abuelos, no se privaban de nada. Entonces ocurrió algo horrible. Los bellos rostros de los esclavos se transformaron hasta convertirse en el de la abuela, repetido muchas veces. ¡El sueño se convirtió en pesadilla! ¡¡¡Que los echen a los cocodrilos del Nilo para que desayunen!!! - "¡Deja ya de gritar, alma de cántaro y levántate!"

La abuela me zarandeaba sin miramiento. - "Vamos a desayunar que se nos enfría" - ¡Yo quiero mis esclavos! - "Ya es que he prometido ser buena pero, ahora mismo te daba yo una patada en el culo que verías las pirámides en cinemascope ¡¡¡Arriba te he dicho!!!" - En la cocina nos esperaban Pascualita, Pepe-Crisogono y el visón. - "Cuando se tiene una responsabilidad con alguien hay que estar a las duras y a las maduras" - Oye, que no me he casado. - "Ni creo que lo hagas nunca, pero tienes un animalito desesperado por salir a dar su paseo matutino" - ¡¿Qué baje otra vez a ese bicho?! Bájalo tú. Yo me niego... - La mirada de la abuela me heló la sangre. - Vale, pero antes quiero desayunar... ¿No decías que se enfriaba el desayuno?

Pascualita, feliz, supongo, de haber recuperado su hábitat provisional volviendo a la pila bautismal y al ambiente de casa, saltó directamente a mi taza poniéndome perdida - ¡Maldita sea...! - "Aprovecha para bajar al visón mientras te hago otro cola cao"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! Se ha corrido la voz de que tu nieta tiene un visón. Menuda revolución. La gente hace cábalas de si le ha tocado la primitiva, la once, la lotería nacional, si apuesta a los caballos, a la ruleta, a... - ¿Quién lo ha contado? ... ¿Ha sido usted, Cotilla? ¿Ha dicho que es un animalito? - ¿Yooooo? ¿por quién me tomas? ¡Ni por asomo les he quitado la ilusión! Creen que es un abrigo. ¡Ya verás cuánta gente te pide algo cuando vayas al supermercado! - ¿Qué me van a pedir? - ¡Dinero, boba de Coria! ¡Vas a triunfar! - ¡La matoooooooo! - "Que arrabalera te has vuelto, hija"

Mientras tomábamos el café de la sobremesa sin poder oír lo que decía la tele gracias a los ronquidos de la
Cotilla, sentía que me hervía la sangre. Cogí a Pascualita y el visón saltó a mi regazo y los invité a chinchón. Es mejor tomarlo acompañada. La abuela también estaba fuera de combate así que me rodeé de mis amigos. A Pepe-Crisogono lo coloqué en el pecho de la Cotilla. Pascualita lo miró, curiosa y de repente saltó hacia él seguido del visón al que le encanta toda clase de juegos. La Cotilla se despertó asustada y al ver a semejante fauna encima, saltó de la butaca y cayó al suelo de narices. Aquello fue un jolgorio para los amigos que saltaban sobre la espalda de la vecina como si fuera una cama elástica. El único que guardaba la compostura era Pepe-Crisogono que estaba a un palmo de ella y la miraba con sus ojos cosidos. - El aullido de la Cotilla ante tan inesperada y tan horrenda visión, despertó a la abuela que, lógicamente, se enfadó muchísimo... jejejejeje Querida abuela; donde las dan, las toman (eso no se lo dije pero lo pensé)  

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