miércoles, 19 de marzo de 2014

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La puerta se ha abierto de golpe - ¡¡¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa!!! ¡Aaaaaaaayyyyyyyyy que emoción! Hoy me he levantado con el guapo subido y arraso en la calle. - ¿No le da vergüenza llevar una cogorza de buena mañana? - No he probado ni una gota ¡Es que soy muuuuuuuuuy feliz! No solo a tu abuela que le salen pretendientes ¡A mi me han salido dos a la vez! - ¿Seguro que no trabajan en la ONCE?

- Al salir de "trabajar" en una de las iglesias me he dado cuenta de que dos pimpollos me seguían... Si yo me paraba, ellos también. Si miraba un escaparate, disimulaban jejejejeje pero yo, que me conozco el percal, se que iban tras de mi con buenas intenciones... ¡o no! jajajajajaja - Algún cura la habrá denunciado y la policía le ha seguido los pasos. - Los curas no denuncian a pobres ancianas que no llegan a fin de mes. - Es que ya tienen que estar de usted hasta la coronilla.

- "¿Ya estáis discutiendo?" - La envidiosa de tu nieta no puede consentir que haya ligado ¡por partida doble! - "¿Quién?... ¿tú? jajajajajajaja ¡Ay, que risa, María Luisa!" - ¿No te gusta que te haya ganado la partida, eh? ¡De dos en dos! jajajajaja ¡Ay, que sofoco! ¿A cuál elijo? - "¿No serán dos que están de plantón en la entrada?" - ¡Los mismos! ¿A qué están buenos?

Las dos amigas discutieron durante un rato. La abuela decía que si la Cotilla se arreglara un poco tendría más éxito y ella contraatacaba diciendo que si echa una facha ligaba de dos en dos, arreglada sería el acabose. Menudo tostón me dieron. Harta de oírlas dije a la vecina que lo que debía hacer era lavarse bien los alerones porque olían a muerto - No puede ser. Me lavé ... espera... ¡hace quince días!

La abuela trinaba de envidia ante el éxito de la vecina y cuando vi que se levantaba, la llevaba del brazo hasta la pila bautismal y le metía la cabeza dentro, supe que algo malo iba a ocurrir porque a esa hora Pascualita dormía a cola suelta ¿Y qué es lo que más odia la sirena en éste mundo? ¡Que la despierten bruscamente! Como lanzada por un resorte, Pascualita salió del agua, se estampó contra la cara de la abuela y clavó los dientes con toda la rabia que llevaba dentro.

Los gritos, saltos, carreras, lloros de la abuela se juntaban con los suspiros, manotazos y pataleos de la
Cotilla. Le tenía sujeta la cabeza debajo del agua para que no viera a la sirena. Todo este jaleo alertó a los vecinos y a los dos galanes de la vecina que aporrearon la puerta hasta que la abrí con ella bajo el brazo. Me enseñaron sus placa de policía. - ¡Buen trabajo, compañera, pero ahora nosotros nos encarguemos de ella! Tenemos que saber dónde está el avión antes que nadie. - Y se la llevaron en un coche negro con los cristales teñidos. ¿Me tomaron por alguien de la CIA?

La abuela duerme la mona. Y Andresito me ha dicho que ya vendrá a buscarla cuando se le pase la hinchazón. Que a ver si el bicho que la ha picado sigue en casa. Que a él estas cosas le producen ansiedad y a su edad no se puede jugar con eso.

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