lunes, 31 de marzo de 2014

He compartido desayuno y periódico con Pascualita pensando que le agradaría que confraternizáramos, al fin y al cabo ha sido por una noticia relativa al mar y más concretamente, de uno de sus habitantes: la ballena. Pues se ha quedado tan pancha. Eso sí, por poco se ha comido todas mis tostadas.

El Japón se ha hinchado a matar ballenas, mintiendo. Decían que las cazaban para la investigación. Claro que la cosa no era muy creíble porque, con lo grandes que son, con una les hubiera bastado. Hasta que, finalmente, hartos de que los hijos del Sol Naciente, tomaran el pelo al lucero del alba la Corte Internacional de Justicia ha dicho que ya está bien de cazar ballenas en la Antártida.

Por lo visto a los japos les venía bien porque ahorraban en congeladores porque allí hace un frío de narices, digo yo. Bueno, pues en vez de alegrarse, Pascualita se ha puesto en plan estupendo como si la ballena no fuera un pariente suyo. Me ha mosqueado mucho su actitud y estaba a punto de ponerle las peras a cuartos cuando la abuela ha entrado en casa. El recibimiento de la sirena a su amiga (que ya no lleva la peluca rubia con tirabuzones) ha sido apoteosico. Se ha lanzado a la pila bautismal de cabeza y se ha pasado un rato entrando y saliendo del agua dando saltos mortales. Por último y después de vaciar en el suelo tres cuartos de agua, ha caído en brazos de la abuela, a la que se le caía la baba.

- Yo que tu no me fiaría de ella. Le he estado explicando lo de las ballenas y se ha mostrado insensible, como si le diera igual. - "¡Pues claro que le da igual! Como si a la ballena se la pica un pez. Lo único que comparten es el agua ¿Sabes porque te ha alegrado la noticia? porque son parientes lejanos nuestros" - ¡Me estás llamando gorda! - "Son mamíferos como nosotras" - Será como tú. No me parezco en nada a esos monstruos enormes. - "¿Acaso tu madre no te daba teta?" - ¡Y yo qué se!

Ahora tengo la cabeza como un bombo. Se ha pasado toda la mañana dándome la vara con los dichosos mamíferos ¿Qué quiere? ¿Qué felicite a Fliper en su cumpleaños?  Y encima no ha hecho la comida. Andresito ha pasado a recogerla y se han ido a comer con la Momia a un agroturismo. ¡¿Y qué me hago yo ahora?! le he gritado desde el balcón. - "¡En el congelador te he dejado caracoles!"

Estaban sin hacer y yo no sé hacer salsas. Los he calentado al micro y los he comido a palo seco porque ni mayonesa había en la nevera. ¡Que cosa más insípida! Los he tragado con ayuda del chinchón porque tenía la botella a mano y me ha dado mucha pereza levantarme a por la pepsi.

Hace un rato que me rio sola... ¿Será porque he descubierto que, como la Sirena, yo también tengo familia en el fondo del mar? ... ¿Tendré abuelitos ballena? jejejejejejejeje ¡Y primos enormes! jajajajajaja ¡Como pille a un japonés mirando a una ballena me va a oir! ¡hip!

domingo, 30 de marzo de 2014

Pascualita no quiere salir de la pila bautismal. Está muy a gusto cobijada entre las algas del fondo, con el agua templada que le he puesto y durmiendo a cola suelta. Otro tanto le pasa a Pepe-Crisogono. Lo he cogido tres veces y otras tantas se me ha caído al suelo. Eso quiere decir que no le apetece moverse de la estantería. Tampoco yo quería levantarme de la cama pero la fuerza de la costumbre y sobre todo, el no haber cambiado la hora en los relojes de casa, hacen que ahora esté desayunando con los ojos pegados de legañas.

¡Que mal llevo el cambio horario! ¿No se podrían estar quietos los Salomones que nos rigen? Ahora voy a tener el cuerpo de jota durante unos días, hasta que se aclimate. Además, por mucho que duerma hoy siempre me va a faltar la hora que nos han quitado. ¿Qué hemos hecho para merecer ésto?

Lo único bueno de la movida horaria es que la Cotilla aún no ha aparecido por aquí. Como no tiene reloj, no tiene problemas.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! - (Si antes la nombro, antes llega la pesada esta) ¿Ya ha terminado el sueño? - No lo he empezado. Me he pasado la noche buscando en los contenedores, en las cabinas telefónicas, en las papeleras... Vengo agotada... ¿no me has traído una ensaimada? La gente cada vez tira menos cosas ¿cómo voy a llegar a fin de mes? Si no hay solidaridad urbana no vamos a ninguna parte. - ¿Busca algo en concreto? - Aparte de euros, una lupa porque sigo sin ver la SUBIDA de la pensión.

Me ha estado dando la vara durante un buen rato hasta que ha dado por terminado el mitin. Se ha tomado dos copitas de chinchón y antes de que me diera cuenta (tengo el cerebro pastoso) se ha metido en el antiguo cuarto de la abuela y se ha acostado. Desde aquí oigo los ronquidos.

Después de echarle una mirada al periódico he decidido imitarla. Se me cierran los ojos mientras veo la foto de gente levantando banderas antiguas e intransigentes, contra los inmigrantes. Sin cabeza para pensar que nosotros también lo fuimos y lo somos. Así que me tomo una copa de chinchón y me acurruco en el sofá (¡bendito invento!) pongo la mente en blanco y... me dejo llevar... por el... sueño.




viernes, 28 de marzo de 2014

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! No huelo a café... ¿Aún duermes? - ¡Ya no! - Pues son las tres, hija mía. - De repente, en mi cerebro sonaron todas las alarmas ¿Era posible que hubiese dormido tanto? Salté de la cama y corrí al teléfono para llamar a mi jefe y darle una excusa creíble para no perder mi trabajo. Pero tenía la cabeza tan embotada que no se me ocurría nada.¿Por qué no me contestaba nadie? No lo entendía. A esas horas mis compañeros estaban dando el callo mientras yo estaba angustiada.

La Cotilla se acercó - ¿A quién llamas a éstas horas? - Al trabajo. - ¿Hacéis jornada nocturna? - No... Nunca la hemos hecho... (las sienes me empezaron a latir. Malo. Señal de que algo no iba bien) - Pues ya son ganas de gastar teléfono... - ¿No me ha dicho (la boca me temblaba y tenía taquicardia) que son... las tres? - Alto y claro. - ¿Las... las tres de la... la tarde? - Cómo van a ser de la tarde si es de noche. Anda, vamos a tomarnos un cafetito que tengo ganas de acostarme. - ¡¡¡La madre que la parió!!!

El Municipal se presentó raudo ante la insistente llamada de los vecinos que, alegaban, no poder dormir por el estruendo que había en mi casa- ¿Qué ha pasado ahora? - He roto el espejo del aparador con la cafetera que le he tirado a la Cotilla. Como no le he dado, he insistido y esta vez se ha estrellado en la vitrina donde la abuela guarda la cristalería de su primera boda (las lágrimas rodaban por mis mejillas) Luego le he tirado la pecera y ha salido disparada por el balcón ¡buuuuuaaaaaaaa!... Y antes de que escapara corriendo a su casa... ¡buuuuuuuaaaaaaaaa! le he lanzado un cuchillo jamonero y una silla del comedor que se ha roto al chocar contra la pared... ¡hip! ¡hip! ¡hip!... (la tensión no me dejaba respirar) - Cálmate, mujer ea, ea, ea... (pero yo no tenía consuelo) - No puedo, Bedulio... ¡hip!¡hip!... Es que quiero matarla. - No digas eso que está muy feo. - Me da igual ¡¡¡Quiero matarlaaaaaaaaaaaaaaaa!!! - Mátala pero no grites o me caerá un puro del sargento.

En cuanto se fue el Municipal me asomé al balcón buscando a Pascualita. Pero estaba oscuro, así que me puse la bata y el abrigo y bajé a tantear la acera y los coches. Debía ir con cuidado porque la sirena es muy pequeña y podía pisarla y aplastarla. Estuve mucho rato buscando sin ningún resultado. Ni siquiera me di cuenta cuando llegó un coche de la policía, por eso di un respingo cuando oí. - ¡Quédese dónde está y manos arriba! - ¿Es a mi? ¡No se acerque! - ¿Está intentando robar? - Estoy buscando una... lentilla que se me ha caído ¡A ver si la va a pisar! - Una vecina ha llamado diciendo que lleva un rato trasteando los coches ¿es la primera vez que roba? (otra vez sentí latir las sienes) - ¿Qué vecina? (chirrié)... ¡hip! ¡hip!... ¿La Cotilla? ¡¿No me diga que me ha denunciado?! - Chist, no grite que es muy temprano.

Como por arte de magia, la vecina se presentó tan pancha - ¿Ve cómo tenía razón yo, agente? Está robando ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYYYY!!! - La Justicia llegó convertida en dentadura de tiburón. Pascualita, cansada de estar colgada del árbol, cayó en la cabeza de la Cotilla y en un santiamén le cambió el peinado arrancando, mordiendo y liando sus pelos. Cuando le arranqué a la sirena llevaba consigo un diminuto trozo de cuero cabelludo casposo en la boca. Mientras la vecina se daba al "baile" que precede a todo mordisco de Pascualita, yo subí de cuatro en cuatro las escaleras y me encerré en casa atrancando la puerta con unos cuantos muebles... Menuda nochecita.  


jueves, 27 de marzo de 2014



Lo que no habla ahora la abuela (a causa de la hinchazón de los labios), lo habló antes con Andresito. Lo llamó desde el aeropuerto para contarle sus andanzas en Madrid y al pobre por poco le da un telele. Está preocupado por si alguien de su alcurnia se entera - ¡¿En qué posición me dejas delante de todos?! (le gritó) - "En posición de firmes, atontao ¿Quién se va a enterar si no me han sacado en la tele ni de refilón?"

Esta mañana, mientras la abuela dormitaba en la butaca le he pintado en los párpados unas pestañas larguísimas. Parecía una pepona y cada vez que la miraba se me saltaban las lágrimas de contener la risa. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Jopé! ¿Qué se ha hecho ésta? - Chissssst, A ver si la va a despertar, Cotilla... ¿Nos vamos de excursión? - ¿Las tres?.

A al abuela el plan le pareció bien, a pesar de que cuando se lo dije, aún estaba adormilada. Se puso el anorak y salimos con rumbo a Buñola donde esta la finca de Raixa. Al bajarse del coche tropezó con un bordillo y cayó patas arriba al suelo. Un extranjero que pasaba, cámara en mano, le hizo una foto pensando que era una jovencita pero cuando se quitó los bucles rubios de delante de la cara, el hombre huyó espantado.

Hemos sido la atracción de la mañana. Subimos y bajamos por senderos que llevan hasta lo alto de la montaña dando rodeos. Fotografiamos la gran escalinata romántica. Nos paramos ante el enorme estanque a contemplar el paisaje y las enormes truchas que lo habítan. Sentadas en el mirador,  la abuela abrió el termo de los chinos para que Pascualita diera un vistazo al panorama que nos rodeaba. No le prestamos atención porque solo teníamos ojos para tanta maravilla y, de repente saltó tras un abejorro que cruzó ante nosotras. Nos dimos cuenta al oir el ¡chaf! al entrar de cabeza en el agua ¡dulce!

Aquello es tan profundo que no se ve el fondo. Lo que sí vimos fue ver a las truchas pelearse por un exquisito bocado. Pascualita estaba perdida: No lo dudé y me tiré en plancha salpicando a varios excursionista que me pusieron a parir.

El agua estaba helada y no había rastro de la sirena. Me estaba congelando. A pesar de ello me acerqué al maremagnun de peces que saltaba sobre la superficie, me metí entre ellos dando manotazos y le arranqué de la boca a uno lo que parecía ser una sardina. Finalmente nos sacaron del agua y pese a la tiritona que tenía, tuve que hacerle el boca a boca a Pascualita.

Tengo una pulmonía triple, por lo menos. No paro de tiritar. Pascualita está fatal y con un color azulado- ahogado en la piel que le hace juego con las escamas de la cola. Y encima me han puesto una multa de 3.000 euros por gamberra. ¡Menudo días!

miércoles, 26 de marzo de 2014

La abuela ha vuelto de Madrid más enfadada que un mono ¡No ha salido en la televisión! Y eso que hizo todo lo posible por ponerse delante de las cámaras pero siempre hubo algo que la tapó: el armón de artillería con el féretro de Suárez; los caballos; la comitiva familiar; la banda de música; la comitiva de los políticos que se lo pasaban pipa; el coche fúnebre... Así que paró un taxi y se marchó, a toda pastilla, hacia Ávila diciéndole a chófer que era la abuela del ex Presidente y se pasó todo el camino sollozando y contando historias de cuando éste era pequeñito y ella lo acompañaba al colegio.

A medio camino les paró la guardia civil de tráfico por exceso de velocidad y cuando el taxista les dijo quién era su pasajera, se cuadraron, cogieron las motos y fueron abriendo camino hasta llegar a la puerta de la Catedral. Una vez allí, el taxista no quiso cobrarle la carrera porque había sido uno de los que siempre votó al ex Presidente.

Tampoco las cámaras la pillaron dentro del templo. No hubo suerte. A la salida vio de lejos al taxista rodeado de periodistas a los que informaba, ufano, de haberse jugado el tipo por traer a tiempo a la abuela de Suárez. Cuando vio como se encogía, avergonzado y rabioso, cuando le dijeron que qué abuela,  ésta buscó el primer callejón que encontró y puso tierra de por medio. Al llegar a Barajas, siempre mirando a su espalda por si aparecía el pobre hombre, cogió el primer avión que salía para Mallorca y no respiró a gusto hasta que estuvieron sobrevolando el Mediterráneo.

Ahora no se atreve a coger un taxi por si los taxistas de Madrid han mandado una descripción de ella a toda España y la reconocen. Por eso lleva una peluca rubia platino, con bucles que le caen en cascada por la espalda, lentillas azul cielo que le dan aspecto de tener los ojos glaucos y dan repelús. Viste ropa floreada, sandalias de esparto y cazadora del ejército de tierra. Y pasa más frío que un tonto. Por eso se ha apuntado a clases de ball de bot. Ha ido una vez y tiene agujetas hasta en las cejas. No creo que le dure mucho esta repentina afición por el baile regional.

Y para remate a la Cotilla le sientan ahora muy bien los jerseys ceñidos. - Abuela, la envidia es mala consejera jejejejeje - Por toda respuesta cogió a Pascualita y quiso tirármela a la cara pero la sirena, que no la conoció con semejante pinta, se revolvió contra ella y le mordió en los labios que le han quedado como los de Carmen de Mairena.

martes, 25 de marzo de 2014

Esta mañana comentaba con Pascualita y Pepe-Crisogono las noticias de éstos días. Tenían toda su atención puesta en mis palabras. Ni parpadeaban jajajajaja ni decían ésta boca es mía,sobre todo Pepe jajajajaja ¡Ay! es que me siento feliz. ¡Estoy sola y las dos personas capaces de sacarme de mis casillas, están lejos ¡En Madrid! pobres madrileños...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! - Como si tal cosa, la Cotilla entró en la cocina al tiempo que se anunciaba y no pude coger a la sirena, que se quedó muy quieta junto al azucarero, con los carrillos hinchados por el trozo de ensaimada que se acababa de meter en la boca. - ¿Pero... pero... pero... pero...? - ¿Te has atascado o es la ilusión de verme de nuevo?  - ¿Qué hace aquí? La abuela ha ido a buscarla a Madrid. - ¿Me visteis por la tele? ¿Os gustó la puesta en escena? - ¿Qué hacía allí? - ¡Trabajar! - ¿Limpiando carteras ajenas? - Sí. Mi gurú, Luis Bárcenas, puede estar orgulloso de mi. Incluso he podido venir en avión. - ¿Pagando? - Claro. Y me ha sobrado... Me tomaré un café con leche. - ¡Sí, wuana!

- ¿Al final, la secuestraron o qué? - Parece ser que sí... Me llevaron no sé donde. Y todo el tiempo me preguntaron por el avión de Malasia. ¡Que dolor de cabezaaaaaaaa! Acabé contraatacándoles. Les conté historias de mi abuela y mi bisabuela, que se casó con un peón caminero y tuvieron tantos hijos que hoy no cabrían en el libro familiar y... - ¡Vale, ya! - Supe que había obtenido un triunfo cuando corrieron a tomar aspirinas. Así que seguí contando historias muuuuuuuuy pesadas hasta que los dormí por agotamiento y me largué. Y resulta que estaba en Madrid. Me pilló la manifestación por la Dignidad... - ¿También trabajó allí? - No, que una no llegue a fin de mes y tenga que hacer pluriempleo no quiere decir que no tenga dignidad.

- ¿Y por aquí, qué tal?... ¿Se han pegado dos curas en la calle? - ¿Ya lo sabe? - Hago honor a mi nombre... ¿Han denunciado? - Sí. - ¿A la justicia civil o a la divina? - Creo que a la civil. - ¿Por las tortas? - ¡Claro! ¿por qué va a ser sino? - ¡Por el fondo! Cuando hay menores por medio hay que ir al juez y no al obispo para que meta la porquería bajo las alfombras - ¡Caray! viene reivindicativa. Tenga, una ensaimada. - La vecina, al coger el azucarero, vio a Pascualita. - ¡Que asco de bicho! - Y la tiró, de un manotazo, a la basura. Desde donde estaba, vi como sacaba los dientecitos de tiburón a pasear y me temí lo peor. De un coletazo saltó al pecho de la vecina y mordió a derecha e izquierda, con toda su rabia. Solo pude arrancarla cuando la Cotilla dejó de saltar, correr, chillar, llorar y le enseñé la botella de chinchón. Se tomó la mitad y ahora duerme como una bendita. Pascualita nada tranquila en la pila bautismal y sé que Pepe-Crisogono, no se chivará nunca jejejejejeje... También sé que, cuando la Cotilla despierte y vea la hinchazón de sus pechos, a pesar del dolor, dará las gracias a mi primer abuelito jajajajajajajaja.




lunes, 24 de marzo de 2014

Que fin de semana más movidoooooooo. Ha habido para dar y tomar, sobre todo mal genio por parte de la abuela ¡Estoy hasta el moño de tenerla en casa, por eso esta mañana he llamado a Andresito para decirle que venga a buscarla - ¿No te la puedes quedar unos días más? No sabes lo tranquila que está la casa sin ella. - Pues, no. Y te recuerdo que quién juró estar a su lado "para lo bueno y para lo malo" fuiste tú. - ¿Y si me divorcio? - Yo que tu no lo haría, forastero. - ¿Suena a amenaza o me lo parece? - Mejor que no lo sepas. - Vale. La recogeré... ¿mañana? - ¡¡¡Hoy!!! - Sabes que puedo quitarte de mi testamento... - Como se entere la abuela de ésta conversación, no te dará tiempo.

Al final hemos quedado en un término medio. Vendrá a buscarla después de la siesta y yo podré comer bien. - A media mañana hemos visto en la tele el homenaje al Presidente Suárez en el Congreso, aunque a penas me he enterado de lo que decían porque la abuela ponía a parir a casi todos los que salían en pantalla. Luego dice que tiene una cruz conmigo ¡Yo tengo todo el monte Gólgota con ella!

Luego, mientras la gente de la calle ha entrado a visitar la capilla ardiente (no sé porque la llamarán ardiente porque no ardían ni las velas) se ha sentado frente al televisor con las verduras que tenía que pelar y cortar para la comida, encima. - Ya lo verás cuando den el telediario. - "Nunca se sabe si aparecerá alguien conocido" - Sería casualidad. - De repente se ha levantado de un salto y plato, cuchillo y verduras, han volado por los aires - "¡¡¡Está allí!!!"

Pascualita que ha visto como la pila bautismal se ha llenado de guisantes desgranados y mondas de patata, ha salido como un rayo y ha caído sobre el sofá mostrando la dentadura de tiburón. - "¡Haber si lo ponen otra vez!... " - Y pasando ante el féretro hemos visto a la Cotilla santiguándose, luego a mirado a la cámara y ha saludado con la mano en plan Reina de Inglaterra mientras una pícara sonrisa bailaba en su cara. - "¡Será desgraciada! ¡Acaba de tener sus dos segundos de gloria nacional y yo no!" - Salió a la carrera hacia la puerta de la calle. - ¿Adónde vas, abuela? - "¡¡¡A Madrid!!!" - ¡No has hecho la comida!


domingo, 23 de marzo de 2014

Gruesos lagrimones corrían por las ajadas mejillas, sin maquillar, de la abuela. Gota a gota, caían en su café con leche y al ratito exclamó - "¡Niña, este café está frío!" - Pues llora después de desayunar. - "¡Lloro cuando me da la gana, que para eso tengo un marido rico!"

Ni siquiera se dio cuenta cuando Pascualita se comió más de media ensaimada suya ¡ - "¿Hay oferta de medias ensaimadas en tu barrio proletario? Pues si que están mal las cosas". - Ha sido... - "¿Ha sido la crisis? Estoy harta de oír ésta palabra... No puedo dejar de pensar que tiene la culpa de que se llevaran a mi amiga" - ¿La crisis? - "¡Cierra la boca y come!"

Tal vez vino atraído por el olor de las ensaimadas, el caso es que el guardia civil Jaume se presentó en casa a tiempo para desayunar. Al principio puso la excusa de estar de servicio pero los ojos le hacían chiribitas y una vez que logramos que se sentara, dejó el plato limpio. Luego se preparó para contarnos algo pero la abuela lo interrumpió antes de que abriese la boca. - "¿Le estás haciendo la pelota al guardia? ¡Le has dado una ensaimada entera, boba de Coria!" - ¡Y a ti también! - Discutimos durante un rato en un auténtico diálogo de besugos y sin poder hablar de Pascualita y su faena, delante de un extraño. Mientras tanto, Jaume se entretuvo mirándo la pila bautismal y el extraño pez que nada en ella - ¿Es japonés? - preguntó - "¿Quién? ¿El panadero?"... - Este bicho (la señaló) - "No tengo ni idea... ¿Acaso tienes que hablar con él?" (esto último lo dijo con brusquedad)

Así que Jaume se dejó de florituras y nos informó de que aún no sabían nada concreto sobre la desaparición de la Cotilla... - "Tengo la teoría de que ha sido cosa de la crisis. Ella es una pensionista que tiene que buscarse las habichuelas porque lo que cobra no le basta para vivir y si le ofrecieron el oro y el moro para que escondiera el avión de Malasia... ¡blanco y en botella! - ¿De qué habla? No entiendo nada. - Bienvenido al club, guapo .

La abuela, enfadada se acercó a Jaume, le cogió una mano y la sumergió en la pila bautismal - "Estás espeso de buena mañana ¡Coge al pez! dicen que trae suerte" - Veloz como el rayo, la sirena le cogió a él clavándole los dientes en la benemérita mano, donde quedó enganchada. Sin hacer caso de los gritos y aspavientos, carreras y llantos del guardia Jaume, la abuela siguió exponiendo su teoría: " Está en París. En el parque de Disney. ¿Quién lo buscará allí? ¡Nadie! y si lo ven pensarán que pertenece al guión de alguna de las películas y no le darán importancia" - ¿Habla en serio? (me preguntó, desesperado de dolor) -Sí, ha empezado temprano a darle tientos a la botella de chinchón...

Mañana tendré que comprar otra. Lo que quedaba se lo ha tomado Jaume, para que, cuando se despierte dolorido y con resaca, no recuerde nada de lo que le ha pasado. Y yo que pensaba que sería una mañana tranquila.
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sábado, 22 de marzo de 2014

- Abuela ¿no crees que podrías irte a tu casa? Ya tienes la cara bien. - "¿Cómo puedes ser tan insensible? ¿Acaso ves aquí a la Cotilla? Hasta que no aparezca, me quedaré" - ¡Menudo panorama me espera! ¿Dónde se habrá metido ésta mujer?... o la habrán metido...

Para matar el tiempo, hemos ido al mercado de Pere Garau a dar una vuelta por los puestos de los payeses. Pascualita ha venido con nosotras pero la llevaba yo, la abuela, de momento, no quiere saber nada de ella - ¿Qué culpa tiene la pobre? Lo hiciste por fastidiar y lo pagaste. - "¡Calla de una vez o te venderé al peso!" - Me ha puesto de mal humor. ¿Ha dado a entender que estoy gorda?

Hemos comprado ajos a un gitano que se estaba acordando de la familia de toda la policía - ¡Huy, como le oigan! - Me lo han quitao toooooooooo. Unos kilos de ajooooooos, otros tantos de papaaaaaaaaaas ¿Qué quieren que haga? ¿qué robe? ¿Qué le pasa hoy a la polecíiiiiiiiiia? - "¡Anda! Hay una manifestación por la Dignidad" (recordó la abuela) - Pero eso es en Madrid. - La de aquí es solidaria con la de allí. - ¿Y por eso me lo han quitao tooooo? - "Aprovechando que pasaban por aquí camino de la concentración. Ande, deme dos bolsitas, hombre"

En el paseo por el Mercado la abuela iba mirando a todas partes continuamente - No creo que la Cotilla esté por aquí. - De camino a casa hemos encontrado al Municipal - "¡¡¡Bedulio!!! A ti te quería ver ¿Dónde está la Cotilla?" - No es cometido mío saber eso - "¡Eres la autoridad!" - ¡Hable con la guardia civil! - Y salió corriendo.

Arrastrando el carrito de la compra llegamos hasta la Comandancia y la abuela, cogiendo del brazo al primer guardia que vio, le dijo: - "¿Dónde está la Cotilla?" - Explicó que se la habían llevado creyendo que sabía algo del avión de Malasia. Y no había vuelto. - El guardia, que dijo llamarse Jaume, preguntó si pertenecía a un grupo terrorista. - "Creo que sí... por lo menos es admiradora de Luis Bárcenas... Y le imita a pequeña escala. Trabaja "limpiando" cepillos de las iglesias..." - ¿Es muy beata? - "Eso no lo sé, pero roba... ¿se pueden compaginar ambas aficiones? " - ¿Qué roba? - "¡Los cepillos de las iglesias, coñe, que no me escucha!"

Volvimos a casa cuando Jaume dijo que nos llamará en cuanto sepa algo... No se lo comentado a la abuela pero la cara de guasa del guardia me ha dado mala espina. Espero no tener que molestar a Pascualita...

viernes, 21 de marzo de 2014

Qué belleza los almendros en flor. Es un espectáculo ver un campo "nevado" de flores blancas que, en vez de helarte, calientan el ánimo... Esta mañana hemos ido en busca de la Cotilla la abuela y yo. Hace ya unos días que se la llevaron y nos parece que, como broma, ya no hace gracia. Así que con Geooooorge de chófer, nos hemos lanzado a recorrer las carreteras de Mallorca en el rolls roice de Andresito para ver si damos con ella.

El mayordomo ha traído una cesta de picnic con empanadas; coca de verduras; bocadillos de tomate, aceite y queso mahónes; algo de fruta y una botella de chinchón. También una recomendación de mi abuelito escrita de su puño y letra para que no haya malos entendidos "Como venga el coche con un rayajo, me divorcio y me quedo con todo" La abuela se ha puesto furiosa - "¿Te das cuenta cómo cambia un hombre cuando se casa y piensa que ya te tiene segura? Es como el perro del hortelano, ni come ni deja comer ¿Por qué no me deja disfrutar sin cortapisas, leñe! Ahora habrá que ir con cuidado con el coche... pero esta me la paga. Se va a quedar sin pastillitas azules y a ver de qué va a presumir luego"

El coche es un modelo antíguo que despierta la admiración por donde pasamos y como Geoooorge no quiere que Andresito le tire de las orejas si le pasa algo, se para en las afueras de los pueblos a los que tenemos que llegar andando para preguntar si han visto a la Cotilla. Luego nos espera a la salida, a donde ha llegado dando un rodeo para que la gente no se eche encima del coche. Hasta ahora nadie ha visto a la vecina.

Nos hemos sentado en un campo de almendros para contemplarlos y de paso, comer. Le ofrezco un trozo de coca de verdura a Geoooooorge - ¡¡¡¿Quieres coca?!!! (le pregunto en mi inglés particular) y me contesta que no con la cabeza (en su español particular también) y no se qué de pizza - ¡¡¡No es pizza, tarugo. Es coca!!! - El insiste con lo de pizza y yo me enfado como buena mallorquina que soy - ¡¡¡Es coca... C O C AAAAAAAA!!! - Un frenazo al borde de la carretera llamó nuestra atención. Era la guardia civil. - "¡Hola! ¿Quieren comer con nosotros?" - ¡Quedan todos detenidos por camellos y traficantes! - "Perdone (la abuela ya le había dado unos tientos al chinchón) el coche tiene caballos, no camellos jajajajajajajaja" - Lo habrá dicho porque es antiguo jajajajaja ¡que gracioso! - A punto estuvieron de sacar el arma reglamentaria mientras nosotras nos partíamos de risa - Deben ser andaluces jajajajajaja ¡¡¡Anda, Geoooorge, dale coca a estos señores!!!

Allí acabó nuestro viaje en busca de la Cotilla. Nos detuvieron y nos encerraron hasta que, unas horas después, se aclaró el malentendido Los guardias eran peninsulares recién llegados y aún desconocían la coca que les ofrecimos. Y ya que estábamos allí denunciamos el secuestro de la vecina. - ¿Por qué creen que la han secuestrado? - "Porque es imposible que se ligase a dos guaperas a la vez" (a la abuela aún le escocía que eso pudiera ser verdad - Y porque la acusaban de saber cosas sobre el avión de Malasia desaparecido (dije yo) - A punto estuvieron de encerrarnos otra vez por presuntos cómplices en el extraño suceso. Y el más sospechoso fue Geoooorge por ser extranjero. La abuela quiso echarle un cable a su mayordomo - "No es extranjero ¡Es guiri!" Nos dejaron marchar pero mañana tenemos que estar en la comandancia a las ocho de la mañana ¡Sin falta!


jueves, 20 de marzo de 2014

Hoy, además de tener que aguantar el mal humor de la abuela, tendré que cocinar yo porque tiene la cara tan hinchada y deforme que no se sabe dónde empieza ni dónde termina... Pascualita se ha jugado la vida cuando ha saltado de la pila bautismal a la mesa para desayunar con nosotras y le ha echo a la abuela la señal de OK con sus deditos. Al instante le ha volado el azucarero que se ha estrellado en Pepe-Crisogono poniéndolo perdido de azúcar. El pobre no ha sabido reaccionar rápido (ni lento) para darle un lengüetazo al montoncito que ha quedado en la mesa. Quizás es que no es goloso... o no tiene lengua... o se la hicieron tan pequeña que no llega a ningún sitio. Claro que teniendo la boca cosida poco puede hacer... ¡Ay, que complicados son estos hombres, por Dios!

A media mañana he pensado en la Cotilla ¿dónde debe estar? - "Estará viviendo la juerga de su vida" - ¿Con esos dos policías? - "A saber sí lo eran. A nosotras nos tomaron por torturadoras, acuérdate" - No creo que tarde en volver... ¿quién puede creerse que la Cotilla sabe algo del avión de Malasia? - "Yo misma" - ¡Abuela, mujer, que esto es serio! - "¿Me has visto reír?" - Es que, exactamente, no se dónde tienes la boca. - "¡Jodía sirena!"

Hemos comido solas. Ha sido entretenido ver comer a la abuela con cañita. Al principio me pidió que se la metiera en la boca pero después de intentar por tres veces agujerearle un ojo, lo ha probado ella, tanteando, hasta que ha encontrado el camino a través de las protuberancias de la cara. - "Quizás no vuelva más" - ¿El avión? - "¡La Cotilla, coñe!... A estas horas debe estar colgada de una viga por los pulgares..." - Pues espero que se haya lavado los sobacos antes porque sus efluvios pueden ser mortales de necesidad. - "Esta gente no se fija en éstas cosas" - Eso no se ve, se huele.

Durante la cena, la Cotilla volvió a ser nuestro tema de conversación - ¿Y si no vuelve que pasará con su piso? - "Se lo quedarán los dueños, supongo... ¿Por qué?" - Es que hay programado un escrache para este fin de semana que vendrán a embargarla. - "Habrá que cancelarlo" - ¡Vendrá la televisión y los vecinos ya han avisado a sus familiares para que lo vean! - "Es tan informal ésta mujer"

Hemos tomado unos chinchones, la abuela con cañita y de repente, le ha dado por reir. "Jajajajajajajaja La cara que ponía la Cotilla cuando, de jovencitas, le quitaba los novios... Y ahora que creía tenerlos de dos en dos ¡son policías!" - Las mentiras que nos contará cuando vuelva. - "¡Esta no vuelve! Estará en Guantánamo jajajajajaja" - ¿Guantánamo de guantanamera? - "¡Sííííííííííí!... jajajajajaja Guantanameraaa... guajira guantanameraaaaaaaaaaaa... Guantanameeeeeeeeeeera... guajira guantanameeeeeera...

miércoles, 19 de marzo de 2014

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La puerta se ha abierto de golpe - ¡¡¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa!!! ¡Aaaaaaaayyyyyyyyy que emoción! Hoy me he levantado con el guapo subido y arraso en la calle. - ¿No le da vergüenza llevar una cogorza de buena mañana? - No he probado ni una gota ¡Es que soy muuuuuuuuuy feliz! No solo a tu abuela que le salen pretendientes ¡A mi me han salido dos a la vez! - ¿Seguro que no trabajan en la ONCE?

- Al salir de "trabajar" en una de las iglesias me he dado cuenta de que dos pimpollos me seguían... Si yo me paraba, ellos también. Si miraba un escaparate, disimulaban jejejejeje pero yo, que me conozco el percal, se que iban tras de mi con buenas intenciones... ¡o no! jajajajajaja - Algún cura la habrá denunciado y la policía le ha seguido los pasos. - Los curas no denuncian a pobres ancianas que no llegan a fin de mes. - Es que ya tienen que estar de usted hasta la coronilla.

- "¿Ya estáis discutiendo?" - La envidiosa de tu nieta no puede consentir que haya ligado ¡por partida doble! - "¿Quién?... ¿tú? jajajajajajaja ¡Ay, que risa, María Luisa!" - ¿No te gusta que te haya ganado la partida, eh? ¡De dos en dos! jajajajaja ¡Ay, que sofoco! ¿A cuál elijo? - "¿No serán dos que están de plantón en la entrada?" - ¡Los mismos! ¿A qué están buenos?

Las dos amigas discutieron durante un rato. La abuela decía que si la Cotilla se arreglara un poco tendría más éxito y ella contraatacaba diciendo que si echa una facha ligaba de dos en dos, arreglada sería el acabose. Menudo tostón me dieron. Harta de oírlas dije a la vecina que lo que debía hacer era lavarse bien los alerones porque olían a muerto - No puede ser. Me lavé ... espera... ¡hace quince días!

La abuela trinaba de envidia ante el éxito de la vecina y cuando vi que se levantaba, la llevaba del brazo hasta la pila bautismal y le metía la cabeza dentro, supe que algo malo iba a ocurrir porque a esa hora Pascualita dormía a cola suelta ¿Y qué es lo que más odia la sirena en éste mundo? ¡Que la despierten bruscamente! Como lanzada por un resorte, Pascualita salió del agua, se estampó contra la cara de la abuela y clavó los dientes con toda la rabia que llevaba dentro.

Los gritos, saltos, carreras, lloros de la abuela se juntaban con los suspiros, manotazos y pataleos de la
Cotilla. Le tenía sujeta la cabeza debajo del agua para que no viera a la sirena. Todo este jaleo alertó a los vecinos y a los dos galanes de la vecina que aporrearon la puerta hasta que la abrí con ella bajo el brazo. Me enseñaron sus placa de policía. - ¡Buen trabajo, compañera, pero ahora nosotros nos encarguemos de ella! Tenemos que saber dónde está el avión antes que nadie. - Y se la llevaron en un coche negro con los cristales teñidos. ¿Me tomaron por alguien de la CIA?

La abuela duerme la mona. Y Andresito me ha dicho que ya vendrá a buscarla cuando se le pase la hinchazón. Que a ver si el bicho que la ha picado sigue en casa. Que a él estas cosas le producen ansiedad y a su edad no se puede jugar con eso.

martes, 18 de marzo de 2014

La gente, desde hace unos días, se pregunta: ¿Qué pasa con el avión? ¿dónde estará? Es un tema peliagudo que no encuentra respuesta...Quizá sea esa la razón por la que la abuela cada vez mira con más desconfianza a la Cotilla. - ¿Crees que la vecina tiene algo que ver en ese misterio? - "Pondría la mano en el fuego" - Pero, que yo sepa, no se ha movido de Palma. - "Lo has dicho bien: que tú sepas. Lo cual no es garantía de nada porque nunca te enteras de nada"

Se ha puesto a cocinar con Pascualita sobre el granito de la cocina. - "Prefiero hablar con ella. Razona mejor que tú y no hace preguntas tontas" - ¡Pero si no te pregunta nada! - "¿Te das cuenta de lo lista que es? Lo coge todo al vuelo" - Y ahora me dirás que puede que la sirena sepa algo del avión ¿verdad? - "No diría yo que no, pero es tan discreta que no habla por no pecar" - Di más bien porque no sabe. - "Se aplica el sabio refrán que dice: ver, oír y callar ¡A ver si tu haces lo mismo!"

Durante un rato no dije nada. Quería que pensara que soy tan lista como Pascualita a la que, mientras preparaba el sofrito, le contaba lo raro de que ese avión no apareciera por ningún lado. - "Si hubiese volado por el Triángulo de las Bermudas, sería normal y los familiares de los pasajeros podrían tener una lejana esperanza de que, algún día, aparecieran de nuevo, claro que no se sabe cuantas generaciones después de la nuestra... Soy de la opinión de que aquí hay una mano negra que ha movido los hilos en la lejanía... ¿tal vez por dinero? Si fuese así, tengo a la autora: la Cotilla". - Pascualita, que no le quitaba ojo a la abuela, hizo la señal de OK con sus deditos. - "¡Mírala si es lista mi niña!" - ¡Maldita sea! ¿Por qué no se me ocurre a mi hacer estas cosas?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Nada, que no aparece! - "Porque tú no quieres" - ¿Por qué dices eso? - "Contéstame a una pregunta: ¿ha sido por dinero?" - ¡Claro! siempre es por dinero. - "¿Y cuándo piensas acabar con esta comedia?" - No es cosa mía. - "Yo creo que sí" - Y yo que no. - "Está pasando de castaño oscuro la cosa" - ¿Tú crees? - "Vas a aburrir al personal y perderá su misterio" - Ah... no lo había pensado... Voy a seguir buscando ¡guardádme un plato de comida... o dos!

En la sobremesa la Cotilla nos contó que había cerrado un negocio con un anticuario para venderle una imagen de Santa Rita por unos buenos euros... Estaba en una iglesia poco frecuentada y como había un montón de estatuas si faltaba una no se darían cuenta. - ¡Cotilla, esto no se hace! - ¿Tengo que repetirte que no llego a fin de mes?... Pero el hombre no ha aparecido.  ¿Estará picado conmigo porque no quise decirle que iglesia era? No me he fiado de él...  - "¿Estás hablando en clave? ¿No tiene nada que ver con el avión?" - No bebas más chinchón que con la edad, te está afectando al cerebro. - Pero el único cerebro que resultó afectado fue el suyo cuando recibió, en plena cabeza, el jarro que compré ayer en la tienda de los chinos - "¡¡¡Cotilla, no me toques las narices!!!"

lunes, 17 de marzo de 2014

Se nota ya la cercanía de la Primavera. Los gorriones se dan baños de tierra en mis macetas. Juegan a perseguirse en vuelos rasantes. Los machos, como siempre, se pavonean ante las hembras que hacen como que no va con ellas la cosa. Y yo miro al cielo en busca de los primeros vencejos que no tardarán en llegar.

Sentada en la terraza, con Pepe-Crisogono sobre la mesa y Pascualita en el barreño de plástico que he colocado a mis pies, aunque no muy cerca para que no note que la controlo. Ya es mayor para estas cosas. Tiene su libre albedrío aunque su radio acción es corto. Otra cosa sería si estuviera en el mar. Allí sería la reina, entrando y saliendo cuando le diera la gana... o el hambre. Aquí se lo toma con calma y da vueltas en el barreño hasta que se cansa y salta al suelo para arrastrarse un poco y hacer ejercicio.

- "¡¡¡Estás pasmada!!!" - El grito de la abuela me sobresaltó. Vino corriendo con sus altos tacones y ahuyentó a unos gorriones que habían tomado a la sirena por una gruesa lombriz y se peleaban por ella. Me llevé una bronca monumental sobre lo poco cuidadosa que soy y bla, bla, bla, bla... Después me dijo que había venido a buscarme para irnos a caminar 20 kilómetros. - ¿Ahora? ¿No ves que tengo un trancazo de campeonato? Imposible. - "Esta excusa no te vale porque es por una buena causa. ¡Venga, andando!"

Por supuesto no hicimos veinte kilómetros, entre otras cosas porque la abuela llevaba tacón de aguja. - ¿No pensarás ir así? - "¡Claro. Ahora soy de la aristocracia financiera y no puedo ir por ahí de cualquier manera" - Subimos al Castillo de Bellver y volvimos a casa en bus. En la Plaza de España subió la Cotilla, aprovechando que bajaba mucha gente. Nosotras íbamos sentadas e insistió para que le cediera el sitio - ¡Si no ha pagado billete! - Soy una pobre pensionista que no llego a final de mes ¡Que pague quién pueda! Yo no puedo. Y ésta chica (señalándome) sin ninguna educación ni conciencia social, no deja que repose mis doloridos huesos en su asiento ¡Que vergüenza de País! - La gente asentía y me miraban mal. Algunos murmuraban mirándome y otros, directamente, me insultaron. - ¡Levántate y ten respeto a los mayores, cara dura! - Tuve que ir de pie hasta nuestra parada mientras las dos amigas no pararon de cotorrear y reírse de mi.

Mientras comíamos un pollo al ast que trajo la abuela, ésta insistió en que todos los días vendrá para que caminemos mucho. - ¿Para qué? - "Para dar nuestro apoyo a La Marcha por la Dignidad" - ¿Es un baile? (preguntó la Cotilla) - Será una carrera de la tercera edad (dije yo) - "¡Prohibido ver televisión que os vuelva más tontas de lo que sois! ¡La Estaban no entrará más en ésta casa! y el domingo todos a la calle ¡como si estuviésemos en Madrid!" - ¿Si hace bueno iremos a la playa?

Con las copas de chinchón en la mano, hacíamos planes para el sábado 22 cuando llamaron a la puerta. Era Bedulio. - Estooooo... Me acabo de acordar de lo que dijo ayer la Cotilla... ¿Estaba borracha, no? - ¿Yoooooooooooo? ¡Me ofendes! - Seguro que lo estaba (corroboré) - "¿De qué habló ésta loca?" - De tonterías... pero un policía tiene que estar atento... y como guardar dinero en latas de cola cao ya no es novedad... - "¿La Cotilla dijo eso? pero sino llega a fin de mes... ¿Una copita, Bedulio" - La Cotilla se encogió en la butaca ante la mirada asesina de la abuela.













domingo, 16 de marzo de 2014

¡Está loca de atar! Quién me mandaría dejar que Pascualita indagara en el oído de la Cotilla. Ahora lo tiene tan fino que a las tres de la madrugada ha entrado en mi casa, en mi cuarto y me ha arreado dos sopapos que me han hecho saltar hasta la lámpara. ¡Que despertar más brusco! - ¡Deja ya de roncar que no puedo dormir!

Cuando me di cuenta de lo que estaba pasando pensé que la vecina era sonámbula y procuré no despertarla, aunque el cuerpo me pedía guerra. - Nunca he visto roncar de ese modo ¡Ruges como un león de la sabana! - ¿Está despierta? - ¿Y cómo quieres que esté si el edificio entero retumba cuando roncas? - ¿Seguro que no está dormida? ¡¡¡Pues que sea la última vez que me despierta!!! - ¡¡¡Pues no ronques!!! - ¡¡¡No ronco!!! - ¿Cómo que no? - ¡¡¡¿Y si ronco, qué? En mi casa hago lo que me da la gana!!! - ¡¡¡No  mientras yo viva aquí!!!

Pronto se oyeron los golpes que daba el vecino de arriba, los portazos de los demás y el timbre de la puerta sonó largo y estridente. ¡En el edificio no dormía nadie! - ¡¡¡Maldita sea, Cotilla, ojalá la echen de aquí con cajas destempladas!!! - ¿Ahora tengo yo la culpa?

 Alguien aporreaba la puerta y en la escalera se oían gritos - ¡Policía local! ¡¡¡Abran o echaremos la puerta abajo!!! - En un arranque de rabia, abrí de golpe y me encontré, cara a cara, con el Municipal rodeado de todos los vecinos - ¡¡¡El que me rompa la puerta, la paga!!! -¡A mi no me hables en ese tono que soy la autoridad! - ¡¡¡Rompela y verás como la pagas, Bedulio!!! - Como  siempre que oían su nombre por primera vez, se oyeron risitas, cosa que enfureció más al municipal - ¡¿A qué le doy una patada?! - ¡¿A qué llamo a mi abuelito?! - Esto rebajó la tensión. - Venga, circulen y váyanse a dormir. Asunto zanjado.

Los tres nos tomamos unos chinchones para calmar los nervios. Bedulio quiso saber a qué venía tanto alboroto. Cuando se lo conté no daba crédito. - ¿Una cucharacha en el oído? ¿y no se enteraba? ¡Esto es para mear y no echar gota! - Eso es lo que dice ésta. Lo que pasa es que yo siempre he tenido buen oído y la envidia se la come... ¿A ver, dónde está el bicho? Yo no lo he visto. - Es que Pasc... estooooo, vamos, que se la comió... - ¿Estaba Pascual? ¿Sabe tu abuelo que su mujer se ve con él a escondidas en tu casa? - Los ojos del Municipal se abrieron como platos - ¿Tu abuela tiene un romance con un tal Pascual? - No, no... - ¡Anda que no! Pero si ya se veían antes de casarse con Andresito. - ¿Has dicho que ese tal Pascual se comió la cucaracha? - Frita en mantequilla (dije con guasa, pero no lo entendieron así aquellos dos) - Se me está revolviendo el estómago (dijo Bedulio con cara de asco) - A falta de pan, buenas son tortas (la Cotilla siempre ve el lado positivo, sobre todo si se trata de comer) Debe ser un sibarita... - O un asqueroso. - Seguro que ella le paga los caprichos a su amante... - Cotillaaaaa. - Ahora tiene dinerito fresco... - Claro, se casó con un ricachón. - Lo guarda en cajas de cola cao...como está de moda - ¡¡¡Cotillaaaaaaaa!!! - ¡No, mujer, jajajajaja  (Al Municipal le hacían gracias las cábalas de la vecina)  eso fue otra, que enterró las latas en el jardín de su casa, entre las coles. - Andresito es más fino y las tiene en la despensa. - ¡Hale, se acabó el cotilleo! Cada mochuelo a su olivo (había que cortar aquello antes de que Bedulio se lo tomara en serio. Al irse me dijo en voz baja - No le des más chinchón a la vecina que ya ha dicho bastantes tonterías por ésta noche jejejejejeje ¡Y lo cuenta como si fuera verdad! jejejejeje Hay que ver tu abuela. ¡Que mujer! A sus años y con amante. Y más joven que ella, seguro jejejejeje... Si mi señora no me atase tan corto, hasta yo caería en sus redes jejejejeje - ¡¡¡Bedulio!!!

sábado, 15 de marzo de 2014

Estoy desesperada porque la Cotilla, al paso que vamos, acabará viviendo en mi casa. Pero me defenderé como gato panza arriba. ¡Nadie tomará mi castillo! y menos la vecina. Ahora le ha dado por llorar cuando me ve. ¡Que vaya a llorarle a los propietarios de su casa! Claro que a esos, una vez que han olido dinero fresco, no les conmueve nada.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! Te traigo una caja de gambas que acababan de meter en el contenedor del súper. - ¿Me está chantajeando? ¿con gambas? Acuérdese de lo enfermos que se pusieron mi jefe y su mujer la noche que las comimos en la Torre del Paseo Marítimo. - Estas son de hoy. - ¡Se me ha ocurrido una idea! ¿Por qué no se las regala a sus caseros? Con un poco de suerte se le arregla el problema. - ¡Tienes razón! Y si le añado un poco de un mejunje que yo me sé, me quedo en mi casa para los restos. - ¡¿Lo ve como pensando un poco se encuentran soluciones?!

La abuela entró mientras celebrábamos con chinchón mi estupenda idea. - "No me acaba de convencer... ¿Y si no sale bien? Esta gente te denunciará." - ¿A mí, por qué? Tendrían que denunciar al súper por tirar mercancía en mal estado... - "¡Por eso la tiran, mujer!" - Desde luego, abuela, te has convertido en una burguesa de tomo y lomo. Y en muy poco tiempo. - "Será por la psicosis carcelera que tengo. Últimamente están juzgando y encarcelando a un montón de amigos de Andresito" - ¿El también es corrupto? - "No lo creo... aunque hay dinero en varias cajas de cola cao en lo alto de la despensa" - ¿Y por qué están ahí? - "Dice que para tener dinero suelto en casa por si ocurre algo" - Ah, bueno. Será calderilla. - "No. Billetes de 500 euros, bien colocados y apretados" - ¡Jopé! Eso tiene peligro. - Dame unos cuantos y yo los "lavaré (soltó la vecina) - "¡He dicho de 500, Cotilla! Te pillarían en seguida"

A la hora de comer la Cotilla ya había entregado la caja de gambas. Ahora solo teníamos que esperar a ver qué pasaba... Y contra todo pronóstico, se fue poniendo cada vez más nerviosa. - "Mujer, parece que es la primera vez que haces una cosa así. Acuérdate de mi primer marido" - No es eso...es que me molesta un oído ¿qué hago si me quedo sorda? - Se compra una tropetilla jejejejejeje - ¡Qué cruz tienes con ésta inútil!

Después del café y los chinchones, se quedó frita y decidí divertirme a su costa. Acerqué a Pascualita al oído que le molestaba y dejé que lo trasteara. Metió su manita dentro y rebuscó - ¡Va a sacar más cera que la que arde en una iglesia! jajajajajaja - "Se la guardaremos para que alumbre el altar de su héroe Luis Bárcenas" - La sirena empezó a sacar cosas: medio palito para las orejas, un trocito de pan con sobrasada, la pluma de un pájaro (a medida que ahondaba en la oreja, más grande era lo que encontraba) tres cerillas de madera, un anillo de plata ("¡mi anillo!" gritó la abuela), un soldadito de plomo al que se le había ido el color ("Se lo regalaron cuando era pequeña. Le hará ilusión recuperarlo") finalmente salió una cucaracha viva - ¡Ah, que asco! ¡¡¡Noooooooo, Pascualitaaaaaaaaaa!!! - Los dientes de tiburón de la sirena salieron a pasear amenazantes y no pudimos impedir que se comiera al insecto con sus consiguientes creck, creck que nos pusieron los pelos de punta.

viernes, 14 de marzo de 2014

La Cotilla está enferma, depresiva. No consigue superar el disgusto que le supuso la noticia del cepillo del Cristo de la Sangre. Pobrecilla, incluso podría sentir pena por ella... pero la abuela me ha pedido que la acepte en casa para que no esté sola - "Podría tirarse por el balcón" - Podría. También te la podrías llevar tú a la Torre del Paseo Marítimo. Allí tiene una habitación. - "Ya no. Lo he convertido en saloncito para leer el Hola" - ¿Una sala de lectura? - "Eso abarca mucho. He dicho el Hola. Punto. Debido a mi estatus social es lo único que puedo leer, lo demás es cotilleo de barriada"

Al final me toca a mí bailar con la más fea. Le llevo el desayuno, la comida y la cena a la vecina y salgo corriendo. No hay que darle malos vicios haciéndole compañía que en seguida se acostumbra.

La abuela ha venido muy contenta después de comprobar que Mateo no tiene nada que ver en el regalo de los caudales al obispo - ¿Qué Mateo? - "El Alcalde" - Pero esto a la Cotilla no le alivia y sigue culpándose de su desidia: - ¡¡¡¿Por qué no subí esa cuesta. Por qué?!!! - Que cansina es...pero, por lo menos no entra en casa a cualquier hora y sin avisar. Por fin vivo tranquila, sin sobresaltos. Pascualita está feliz en su pila bautismal. Pepe-Crisogono sigue con su política de no meterse en nada y yo... ¡yo me aburro!

Esta mañana ha llegado una orden de desahucio para la Cotilla. Su piso es de renta antigua y los dueños le quieren sacar mayor provecho. - ¡Pero si son mis caseros desde los años 50! Los de ahora no, sus abuelos... Se habrá equivocado el cartero... ¿Dónde voy a ir? - A mi que no me mire. -

Cuando le subí la cena le pregunté -¿Se le ha ocurrido algo? - ¿Puedo ir a tu casa? - Siga pensando. - A las cinco de la madrugada ha aparecido a los pies de mi cama y ha encendido la luz. Estoy viva de milagro. - Pediré ayuda al obispo. - ¿Y por qué no ha ido a contárselo a él en lugar de darme éste susto? - Por la mañana se lo conté a la abuela - "Espero que no me nombre delante de él" - Que pesada está con el qué dirán desde que es rica.

Por el modo con que arrastraba los pies supe que había fracasado.- ¿Por qué no? (pregunté) Ahora tiene dinero fresco. - Dice que no es suyo - ¿De quién, entonces? - De la Iglesia. - ¿Y él que es? - Iglesia. - ¡Pues blanco y en botella! - Eso le he dicho yo pero me ha contestado que Botella solo hay una y está en Madrid.- Entonces habrá que luchar, Cotilla. - ¿Contra el obispo? - No. Contra los caseros. Mañana todos a la calle por sus derechos. - ¿De los caseros? - ¡No! Los suyos de usted, ¡jopé! - ¡Yo pondré los bocadillos y la bebida! - ¡Ese es el espíritu, Cotilla!... ¿De dónde sacará todo esto? - Lo lista que pareces a veces y lo tonta que eres en realidad ¡Del contenedor del súper, boba de Coria!

jueves, 13 de marzo de 2014

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! - Lo suyo no es normal, Cotilla. Hay que dormir y sobre todo, dejar dormir a la prójima que soy yo... - Cuando el hambre aprieta no hay horario ni prójimas que valgan ¿Te sobró un croasán ayer? - Se lo di al vison. Al pobre se le iban los ojos tras él. - La próxima vez hazte a la idea de que me llamo vison y el otro que coma pienso.

Estaba plantada a los pies de mi cama y no se iría, estaba segura, hasta que desayunara - ¿Bueno, qué? Si no vas a hacer nada déjame un sitio en la cama y por lo menos me calentaré. - ¡Ah, no! ¡Eso sí que no, tía pesada! - Mientras desayunábamos puse la radio para no oír a la vecina con su cantinela de siempre: que si no me llega la pensión, que si los políticos son unos tal y unos cual, etc... De repente la Cotilla se atragantó. El pan tostado se le había quedado atascado y la mujer se puso azul, luego roja hasta pasar a muuuy roja. Al principio me dio la risa floja. ¡Que payasa, la tía! Llorábamos como Magdalenas  porque me partía de risa ¡Que graciosa es cuando quiere, Cotilla! jajajajajajajaja ¡Pare, pare, que al final me ahogaré! jajajajaja... Oiga ¿no se estará ahogando? - Algo me dijo pero no se le entendía y se lo hice repetir. Para entonces el color de su cara era tirando a morado y tenía los ojos saltones... No podía mirarla sin reírme ¡Mire que es payasa! ¿Se ahoga o no? - Ante la duda, le di un fuerte golpe en la espalda y la tiré contra el fregadero. Pero fue efectivo y poco a poco, recobró su color. En cuanto recuperó el resuello me tiró un vaso a a cara, afortunadamente le dio a Pepe-Crisogono y no se quejó.

¿Qué le ha pasado? - pregunté, inocente de mí. - ¡¿No has oído lo que han dicho en la radio, boba de Coria?! ¡¡¡La culpa es mía, por vaga!!! Siempre me ha dado pereza subir esa cuesta sin haber hecho una promesa. - Temí que la vecina tuviera el cerebro afectado al haber estado unos segundos sin oxígeno. - Tenga un chinchón y recupérese. Solo falta que se quede más tonta de lo que es.

Pascualita se había asomado, somnolienta, al borde de la pila bautismal al oír los gritos de la Cotilla. El vecino de arriba golpeó el suelo con la escoba para que nos calláramos. Otro, en cambio, llamó a la policía y poco después se presentó el Municipal - ¿Otra vez aquí, Bedulio? - Al paso que vamos me convendría quedarme a dormir aquí. Os tengo que multar por escándalo. - ¡Ha sido la Cotilla!

- ¡¡¡40.000 euros!!! ¡Eso no  es moco de pavo! ¡¡¡40.000 euracos que me podría haber llevado yo. Maldita sea!!! - ¡Si es que no sabe comprar lotería! - ¡¡¡Basta de gritos a éstas horas!!! (gritó Bedulio - El vecino golpeó de nuevo, el suelo con la escoba - Me sacáis de mis casillas - La Cotilla se puso a llorar desconsoladamente.

- Todos los días limpiando cepillos de cercanías (gimoteó) y nunca se me ocurrió subir hasta la iglesia del Cristo de la Sangre porque no hay ni ascensor, ni bus, ni ganas de subir aquella cuesta ¡¡¡Vaga, más que vaga. Eso es lo que soy!!! - ¡Chissssssssst! - ¡¡¡40.000 euros al año meten en los cepillos y yo cogiendo calderilla!!! - ¿Está segura? - Lo han dicho en la radio y a estas horas no creo que bromeen... ¡¡¡Y se los quedará el obispo sin hacer siquiera el esfuerzo de ir a buscarlos!!! - ¡Chisssssst!

Llamaron a la puerta. Era otro municipal - Me manda el jefe a deteneros por escándalo. Los vecinos están hartos... ¿qué pasa? - Cuando se lo contaron exclamó: - ¡¡¡¿40.000 euros?!!! ¡¡¡La madre que me parió!!!  - ¡¡¡Chissssssssssst!!! - El desfile de municipales continuó hasta que salió el sol.

miércoles, 12 de marzo de 2014

¿Pero es que este tío no se equivoca nunca? ¡Dichoso fraile Paco y sus predicciones meteorológicas! Tengo por costumbre  mirarlo cada mañana para saber qué tiempo hará, porque falla menos que el de la tele. Esta mañana apuntaba a Húmedo ¡Y húmeda estoy ahora que me ha caído un buen chaparrón! ¿La culpa es mía por no haberle echo caso y salir a la calle sin paraguas? ¡Naturalmente que no! La culpa es suya por dejarnos sin el tiempo tan bonito que hacía.

Pascualita, al verme mojada como un pollo ha hecho la señal de OK. - ¡No te enteras de nada, boba de Coria! - le grité enfadada. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿No me digas que te enfadas contigo misma? ¡Esto tiene que saberlo tu abuela! jajajajajajaja ¡Eres más tonta cada día que pasa!... Por cierto, vendrá la policía  a hacerte un registro. - ¿A mí? - Ya te gustaría que te registraran a ti, guapa. Dicen que tienes una pila bautismal del siglo XII... Prepárate porque Bedulio tiene ganas de apretarte las clavijas... ¿Qué le has echo? - Pero si ya vinieron otra vez y no encontraron nada... ¿Usted le ha dicho algo? -¿Yooooooooooooo? Me he limitado a  decir que seguro que sí.

Llamaron, enérgicamente, a la puerta. El Municipal, junto con un compañero, me apartaron a un lado y entraron como Pedro por su casa en busca que el tesoro románico. A punto estuve de pronunciar su nombre pero puso un dedo en mis labios, sellándolos. Sus ojos eran frios como los de un pez... ¡ Pascualita! ¡No podían verla o me la quitarían! Me adelanté a ellos, cogí a la sirena y la guardé en mis sostén ¡Estaba helada y me dio repelús! - ¿Qué escondes ahí?- ¡Una pila bautismal, no te fastidia!

Se pasaron media mañana poniendo la casa patas arriba, pila bautismal incluida aunque para eso tuvieron que quitar las macetas que había dentro y la fregona que metí para despistar - ¿Qué hace esto aquí? - Cuando llegasteis recogía el agua que han soltado las macetas después de regarlas... - ¡Eso es mentira! (dijo la Cotilla) - Las miradas de los policías echaban chispas. - Espero que no dejaréis todo manga por hombro. - Eso ya no es cosa nuestra (se atrevió a decirme el Municipal en tono superior y entonces le ataqué) - ¡Bedulio, no me fastidies! - Al compañero se le llenaron los ojos de lágrimas y mientras su cuerpo se agitó. consiguió decir - Entonces... es ver... verdad Jajajajajajajaja ¡¡¡Bedulioooooooooooo!!! - Un poco más y terminan a tortas.

La Cotilla se impacientaba ¿Encontráis la pila esa o no? ¡Vaya panda de inútiles estáis echos! - E inició la búsqueda por su cuenta. Cinco minutos después, gritó, eufórica - ¡¡¡Está aquí!!! - Estaba en la terraza señalando triunfante la pila de lavar que tenía clausurada desde hacía años y tapada con una tabla y una tela. Los dos hombres la miraron incrédulos - No creo que sea eso. - Ni yo. - ¡Anda que no! Lo que pasa es que os he dado sopas con honda y os cuesta admitirlo. ¡Es ésto, os lo digo yo. Ya  podéis detenerla. - Lo que hicieron fue largarse dejándome el trabajo de recoger. La Cotilla trinaba - ¡¡¡Hombres!!! - Entonces le grité - ¡Tenga, un regalo de mi abuelito! y le tiré a Pascualita a los ojos. Ahora apenas se le ven a causa de la hinchazón. Ha sido divertido verla correr estampándose contra las paredes

martes, 11 de marzo de 2014

El ruido del tren es sedante: chacachachacacha... y adormece los sentidos. No me quiero despertar... De repente salto de la cama como si tuviera un resorte ¡¡¡BOOOOOOOOOOM!!! ... ¡Malditos seáis! Nos matasteis a todos. Estamos heridos, lisiados, amputados, con los nervios destrozados para siempre. Con un dolor crónico en el alma. Y a pesar de todo, con admiración y respeto por los ciudadanos de todos los oficios y carreras, de todas las nacionalidades, lenguas y religiones que ayudaron, dieron su sangre, su descanso, sus mantas... Todo por las victimas. Y de igual modo, al levantarme, siento asco por los que envenenaron, tergiversaron, ensuciaron la verdad.

Menos mal que hoy, todo ha sido una pesadilla... pero lo he visto tan claro... Pascualita me mira con sus ojos redondos de pez mientras me planto ante el calendario: 11 de Marzo. Hace 10 años que estallaron los trenes en los que íbamos todos ¡Malditos sean quienes lo hicieron!... Levanto el puño amenazante contra el fanatismo religioso. Contra todos los fanatismos religiosos.

La sirena salta a la mesa de la cocina y se acurruca junto a Pepe-Crisógono esperando que me siente a desayunar pero no tengo hambre. Finalmente se acerca reptando y le explico lo que pasó. No me entiende, o sí, pero presta atención, igual que Pepe. Son buenos escuchando historias. Luego hago el cola cao y Pascualita se deja caer dentro de la taza poniéndolo todo perdido pero hoy no me enfado.

La abuela ha llegado a media mañana con la compra - "Hoy pago yo" - y se metió en la cocina - "¿Te apetece una tortilla de habas tiernas?" - ¡Placer de dioses! Ya lo creo... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! Yo también quiero de eso que hará tu abuela. - ¡Pero si no sabe qué es! - ¿Es comida, no? No me hace falta saber más.

Después de comer, mientras tomábamos una copita de chinchón, no se nos iba de la cabeza la visión de una María Antonia Munar tan desmejorada que no parecía ni la sombra de lo que fue no hace tanto tiempo. - "¿Pero no decían que la peinaban en la cárcel? Con lo que ha sido ella, siempre tan arreglada y maquillada".- ¿Por que no se pintará un poco? - Querrá dar pena. - "Cotilla,  mira y aprende que irás a hacerle compañía?" - ¿Yooooooooooooooo? No tengo el gusto de conocerla. - "Lo digo por la limpieza de los cepillos" - Eso es pecata minuta, mujer... Anda, pónme más chinchón antes de que entre la modorra. - Mientras se lo servía le dije con guasa: - Le llevaré una botella a la cárcel, mujer. Una cada año jajajajajaja - ¡¿Has oído a la egoísta de tu nieta?!  ¡Una al año! ¡Que cruz tienes con ella!

lunes, 10 de marzo de 2014

Hay palabras que gustan y otras que asustan. Algunas que has oído repetidas veces, de pronto desaparecen y te olvidas de ellas hasta que, muchos años después, la oyes y toda una carga de sentimientos te cae encima... Sí, ya sé que estoy rara pero qué queréis que haga a las seis de la mañana si no puedo dormir, pues filosofar.

Pascualita duerme a cola suelta sobre las algas de la pecera que he trasladado a mi mesita de noche para no sentirme tan sola. Y el visón, a quién también parece que no le gusta la soledad nocturna, en algún momento se subió a la cama y está enroscado a mis pies... Falta Pepe-Crisogon. Lo sé pero desde que una noche me lo llevé a mi cuarto, lo puse junto a la lamparilla y de madrugada la encendí sin acordarme del jivarizado, fue tan aterradora la vista de su cara entre sombras que decidí dejarla donde estaba: en la cocina.

- "¡Hola!" - La abuela apareció por sorpresa y por poco me da un infarto. Luego aproveché para pedirle que se lleve a Pepe-Crisogono a su casa, al fin y al cabo lo trajo ella. Y Geoooooorge le agradecerá la cercanía con su "pariente" - "¡Ni hablar! Esta es su casa. ¿Quieres desarraigarlo después de la vida arrastrada que ha llevado?" - ¿Qué sabes tú cómo vivió? ¿Tal ve fue el rey de la tribu, murió de muerte natural y entonces fue cuando le redujeron la cabeza porque era una tradición? - "No te pongas estupendas que he dicho no y es que no... además. Andresito no lo quiere allí" - ¿Por qué? - "Le recuerda a un tío abuelo suyo que se fue de misionero a Papúa Nueva Guinea y acabaron sabiendo que lo habían apresado los jívaros" - ¡No fastidies! Este Pepe-Crisogno acabará siendo el hombre de las Mil caras... - "O mujer"

- A propósito, ha sido el Día de la mujer trabajadora y no me has regalado nada. - "Ni tú a mí" - Tu no trabajas y encima te lo hacen todo en casa. - "Pero aguanto a Andresito" - Y bien que se lo cobras - "¡¿Pero, vamos a ver, tú de parte de quién estás?! Tu abuela soy yo y mi marido un abuelo arrejuntao"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Queda café? Pónme una taza, niña... y unas galletas... y un vaso de agua... y una copita de chinchón... y... - ¡Ya vale! ¡Otra trabajadora! - ¡No lo sabes tú bien! Ya vengo de limpiar unos cuantos cepillos y solo son las ocho de la mañana. - "Mi nieta quiere que le haga un regalo, Cotilla" - Pues ya sabes que jajajajajaja - "¡Sí! Un ruiseñor con las patas verdes!" jajajajajajaja

Se me pusieron los pelos de punta. ¡Que miedo me daba cuando, de pequeña, la abuela me decía que los Reyes Magos me traerían eso: un ruiseñor con las patas verdes! Que jodía es la memoria cuando quiere divertirse a nuestra costa.



domingo, 9 de marzo de 2014



Me critica la abuela que tenga pocas macetas en el balcón - Pero si no caben más - "Tendrías que poner un árbol en la terraza. Viste mucho" - ¿Quieres que se hunda el suelo...? - "Una barbacoa te daría ese toque de distinción que de otra manera no alcanzarás nunca" - Los vecinos no me dejan ponerla. - "No hagas ni caso. La pones y ya está" - La primera que se quejará será la Cotilla. Menuda es. - "Eso te pasa porque eres una pobre de espíritu... Hoy haré la paella en el balcón y daremos envidia a la vecindad" - Pensaba que querías una medalla de oro al Mérito... - "Ya, pero hoy es domingo, que es día de asueto y puedo hacer lo que me de la gana" - ¿Los domingos no cuentan para hacer bondades? - "¡Claro que no!"

A pesar de haberle dicho que en el balcón no había sitio para hacer una paella, la abuela no dio su brazo a torcer y la hizo. Colocó una mesa con el fogón del butano y ya no cabía nada más. Así que quitamos la macetas y acercó una silla donde colocó la pecera de Pascualita. - "Quiero que aprenda a hacer paellas para que, cuando vuelva a su hábitat, deje con la boca abierta a sus conocidos" - Al final  hizo la comida en el balcón aunque a penas podía girarse.

La gente que pasaba por la acera, levantaba la cabeza tras el apetitoso olor que se esparcía por la calle. Alguno se quejó de haberse quemado con alguna salpicadura. Otra gritó que acababa de saltarle encima una anilla de calamar - "¡Pues comasela, mujer y por lo menos tendrá algo caliente en el cuerpo!" - Y se montó una discusión que fue cogiendo fuerza y de una cosa se pasó a otra. - Esta pobre gente debe estar realquilada en ese pisisto. Y menos mal que es con derecho a cocina aunque esté en el balcón - dijo alguien. - ¡Esa es una tía petarda que hace de su capa un sayo! ¿No veis que quiere darnos envidia? - Otro gritó - ¿Nos invitarás a esa delicatessen, guapa? - ¿Qué pasa aquí? - La voz del Municipal nos llegó alta y clara. - ¡Hola, Bedulio! ¿Quieres paella? Sube luego a comer. - Al guardia le subieron los colores cuando oyó pronunciar a gritos su nombre.- Estoy de servicio (dijo, mohíno) - "¡Te guardaré un plato!" - ¡No se puede guisar en los balcones! (dijo, enfadado) - "Eso hago, Bedulio. Guiso en UN balcón" jajajajajaja - ¿A qué no se atreve a multarla? (le pinchó una de las vecinas) Y el Municipal entró al trapo. Subió a toda prisa dispuesto a cumplir con su deber. - "Llegas a tiempo. Acércame el plato de las gambas" - Cogido de sorpresa, el Municipal obedeció.

Al ver una que flotaba en el agua, la echó el mismo a la paella. Cuando Pascualita sintió el calor del fuego tostandole la cola, saltó como un resorte a la oreja del guardia y se afianzó con fuerza con los dientes. Y Bedulio gritó y gritó hasta quedar sin aliento. Y saltó y saltó hasta que las piernas dijeron basta. A punto estuvo de tirar la paella al suelo y recibió un golpe de espumadera en lo alto de la cabeza. Aturdido, se dejó caer en una butaca mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas. El alarido que dio hizo que uno de los curiosos de la calle, espantado, llamara al servicio de urgencias cuya ambulancia no tardó en aparecer armando un escándalo con la sirena.

El pobre Municipal estará días sin poder sentarse. El visón, que dormitaba en la butaca, enroscado como si fuera un cojín, notó sobre él todo el peso de Bedulio cayéndole a plomo y se defendió del ataque clavando los dientes en sus posaderas. Cuando los sanitarios se lo llevaban en camilla la abuela le consoló - "No te preocupes, amigo. Guardaré tu plato de paella en un taper y mañana te lo llevo al hospital"

sábado, 8 de marzo de 2014

La abuela se ríe mientras toma su café con leche - ¿Qué pasa? - ¿"Te imaginas a un responsable de la Marina que tenga miedo al agua, no sepa nadar y se maree al subir a un barco? ¿O a uno de Sanidad al que tiempo atrás condenaron por asesino múltiple y destripador?" - ¡Claro que no! - "¿Y de alguien responsable de Educación que confunda la velocidad con el tocino?" - ¿Te ríes por que te hace gracia lo que piensas? (y esbocé una delicada sonrisa) - "Me río por no llorar. No quiero que se me corra el rímel... Tenemos a Madó Tropitja, responsable de la educación de los críos de las islas, a la que le encanta tergiversar nombres... ¿Has oído hablar del MoMa de Nueva York?" - ¿Es un acertijo, verdad? Mira que me gustan pero, a éstas horas de la mañana aún tengo telarañas en el cerebro...  Vamos a ver... Ya lo sé: ¡La gallina!

Aún me duele la cabeza del capón que me ha dado. Lleva media hora sin mirarme a la cara. Y encima Pascualita, que estaba desayunando con nosotras,  ha salido en defensa de la abuela ¡Pero si la agredida he sido yo! Como no tenía agua que llevarse a la boca, ha tragado un sorbo de mi cola cao y me lo ha tirado al ojo. Me ha dado de lleno porque no me lo esperaba. ¡Tendría que haber atacado a la abuela! Y ahora lo tengo como una pelota de tenis. Ha sido cola cao envenenado. Yo no sé como no se muere cuando se muerde la lengua.

- "¡SaMoMa ha dicho su señoría! ¡¡¡SaMoMa!!!  ¡Es para mear y no echar gota!" - ¿Hablas conmigo? - Cuadró los hombros, estiró el cuello, levantó la cabeza hasta que su nariz apuntó directamente al techo y me dijo, altiva donde las haya: - "Con las burras no se habla, se rebuzna, cacho de carne" - Ahora tengo la moral por los suelos... ¿Cómo iba a saber que el MoMa es un museo? ¿Acaso está aquí para que pueda ir a visitarlo?... ¿Habrá tenido tiempo la consellera de verlo con tanto trabajo como tendrá?... ¿Habrá dicho SA porque es muy campechana y le gusta hablar a la pata la llana? ¿Habrá recibido un capón de alto calibre, como yo, por decirlo? Me extraña.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Huele a pescado? - "Sí. Y lo que olerá. Acabo de enterarme que estamos en Cuaresma. Me ha informado una de mis nuevas amigas que van a la iglesia tan asiduamente como tú, Cotilla..." - ¡¿No me digas que me hacen la competencia?! - "Ellas son de las que echan limosna" - ¡Eso está bien! - "En Cuaresma se come pescado y como hace ya unos días que ha empezado, tenemos que recuperar el tiempo perdido, así que habrá pescado para el desayuno, la comida y la cena ¡cada día!" - ¿Y si comemos carne, quién lo va a saber? - "¡Yo! Ahora soy una señora respetable y tengo unas normas que cumplir" - Nosotras no (dijimos a dúo la vecina y yo) - "¿Quién guisa? ¿Yo, verdad? ¡Pues os tocará pasar por el tubo durante 40 días!" - Pascualita, asomada a la pila bautismal, me hizo la señal de OK. Claro, a ella le gusta el pescado ¡Jodía sirena!

viernes, 7 de marzo de 2014

¿No hay ninguna ley que meta en la cárcel a los que hacen un despierticidio? ¡Jolines, ya! A ver si el gobierno le da la medalla al mérito de lo que sea a la abuela y me deja en paz con sus buenas obras. ¡Quiero dormir el tiempo que me toca!

Estaba en lo mejor del sueño: era la Reina de Egipto y tenía delante un abanico de esclavos jóvenes y cachas, para escoger entre ellos el que me gustara ¡Menudo dilema! Pero una reina de Egipto lo soluciona pronto ¡Los quiero todos! grité y fui aplaudida por mi decisión. ¡Que gozada para la vista! Pero, de pronto, oi una voz del Más Allá que me llamaba ¿Será el Faraón? pensé. Pues si quiere algo de mí que venga y deje de gritar como una verdulera... La voz no callaba... ¿Será el abuelito, cosa normal porque las Reinas de Egipto también tenían abuelos, no se privaban de nada. Entonces ocurrió algo horrible. Los bellos rostros de los esclavos se transformaron hasta convertirse en el de la abuela, repetido muchas veces. ¡El sueño se convirtió en pesadilla! ¡¡¡Que los echen a los cocodrilos del Nilo para que desayunen!!! - "¡Deja ya de gritar, alma de cántaro y levántate!"

La abuela me zarandeaba sin miramiento. - "Vamos a desayunar que se nos enfría" - ¡Yo quiero mis esclavos! - "Ya es que he prometido ser buena pero, ahora mismo te daba yo una patada en el culo que verías las pirámides en cinemascope ¡¡¡Arriba te he dicho!!!" - En la cocina nos esperaban Pascualita, Pepe-Crisogono y el visón. - "Cuando se tiene una responsabilidad con alguien hay que estar a las duras y a las maduras" - Oye, que no me he casado. - "Ni creo que lo hagas nunca, pero tienes un animalito desesperado por salir a dar su paseo matutino" - ¡¿Qué baje otra vez a ese bicho?! Bájalo tú. Yo me niego... - La mirada de la abuela me heló la sangre. - Vale, pero antes quiero desayunar... ¿No decías que se enfriaba el desayuno?

Pascualita, feliz, supongo, de haber recuperado su hábitat provisional volviendo a la pila bautismal y al ambiente de casa, saltó directamente a mi taza poniéndome perdida - ¡Maldita sea...! - "Aprovecha para bajar al visón mientras te hago otro cola cao"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! Se ha corrido la voz de que tu nieta tiene un visón. Menuda revolución. La gente hace cábalas de si le ha tocado la primitiva, la once, la lotería nacional, si apuesta a los caballos, a la ruleta, a... - ¿Quién lo ha contado? ... ¿Ha sido usted, Cotilla? ¿Ha dicho que es un animalito? - ¿Yooooo? ¿por quién me tomas? ¡Ni por asomo les he quitado la ilusión! Creen que es un abrigo. ¡Ya verás cuánta gente te pide algo cuando vayas al supermercado! - ¿Qué me van a pedir? - ¡Dinero, boba de Coria! ¡Vas a triunfar! - ¡La matoooooooo! - "Que arrabalera te has vuelto, hija"

Mientras tomábamos el café de la sobremesa sin poder oír lo que decía la tele gracias a los ronquidos de la
Cotilla, sentía que me hervía la sangre. Cogí a Pascualita y el visón saltó a mi regazo y los invité a chinchón. Es mejor tomarlo acompañada. La abuela también estaba fuera de combate así que me rodeé de mis amigos. A Pepe-Crisogono lo coloqué en el pecho de la Cotilla. Pascualita lo miró, curiosa y de repente saltó hacia él seguido del visón al que le encanta toda clase de juegos. La Cotilla se despertó asustada y al ver a semejante fauna encima, saltó de la butaca y cayó al suelo de narices. Aquello fue un jolgorio para los amigos que saltaban sobre la espalda de la vecina como si fuera una cama elástica. El único que guardaba la compostura era Pepe-Crisogono que estaba a un palmo de ella y la miraba con sus ojos cosidos. - El aullido de la Cotilla ante tan inesperada y tan horrenda visión, despertó a la abuela que, lógicamente, se enfadó muchísimo... jejejejeje Querida abuela; donde las dan, las toman (eso no se lo dije pero lo pensé)  

jueves, 6 de marzo de 2014

Que a gusto estaba yo escuchando música junto a Pepe-Crisogono sin que nadie interrumpiera la melodía, cuando me vino a la cabeza el visón. Gracias a la"bondad" de la abuela, ahora tengo salir dos veces al día a pasear al bicho para que haga sus "cositas" en la calle. ¿Es que nunca podré estar tranquila por culpa de esta mujer?

Lo bajé antes de que me diera más pereza y en la calle me encontré, primero al Municipal, que venía de curarse la mano. Al ver el visón le faltó poco para subirse a un árbol - ¡Esta fiera no puede ir sin bozal! - Intenté confraternizar pero no resultó. - ¿Cómo estás? - ¿Cómo quieres que esté? Me han puesto la vacuna contra la rabia, con lo que duele. - Míralo por el lado bueno, hombre. Ahora tienes vacaciones... - ¡¿A esto le llamas vacaciones?! - ¡Ay, que quejicas sois los hombres! Si fue un simple mordisquito. - ¡Me atravesó la mano de parte a parte! Menudo puro te va a caer- Viendo que no se podía razonar con él, me despedí diciéndole - Que poco le va a gustar esto a mi primer abuelito, Bedulio... En fin, tú sabrás lo que haces.

De vuelta a casa coincidí con la abuela - "He visto a Bedulio y tenía muy mala cara" - Le he hablado de tu primer marido. - "¡No me hables de maridos!" - Al entrar en casa soltó a Pascualita en la pila bautismal, se sirvió un chinchón y echo un poco en el agua de la pecera - "Que por lo menos ella sea feliz" - ¿No van bien las cosas? - Teniendo a un egoísta al lado nunca pueden ir bien... Le molesta la sirena. - ¡¿La ha visto?! (me asusté) - "Nooooooo. El la ve como un bicho raro... Dice que le provoca alergia y quiere que la tire al mar. ¿Y qué pasa con mi asma? Si Pascualita se va, me ahogo" - Y si no se va, se ahoga él ¿verdad? Tiene mal arreglo la cosa. - "Tenemos que divorciarnos"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Te divorcias? - Ha llegado la Oreja fantástica. (dije) - Date prisa no sea que a los Pinochos les dé por abolir el divorcio y nos fastidien. - ¿A usted qué más le da? - Si la plaza queda vacante, me pido a Andresito para mí. - "Voy a quedarme aquí unos días" - ¡Bien! Volveremos a comer como las personas. - Encima que come gratis, se queja. -  ¿Qué ha pasado entre vosotros? (preguntó, curiosa) - "Ha sido por Pasc... porque no pensamos igual en cierta cosa" - No me digas más. No le gusta llevar cornamenta  y te ha dicho ¡O Pascual o yo!

¡Que pesada se pone la Cotilla con el tal Pascual!  - No se pueden tener dos amores a la vez y no estar loca. - "¿Qué sabrás tú si nunca has ligado ni la mayonesa?" - ¡Quita novios! Eso es lo que tú eres, que no me duraba ninguno más de tres días por tu culpa. Ahora tienes que compensarme: o Andresito o Pascual ¡Elige! - "¡Nena, deja que se acabe la botella de cinchón, a ver si duerme la siesta de una vez la pesada ésta" - ¿Entonces ésta noche no vas a El Funeral? (pregunté a la abuela) - "¡Claro que sí! Hay concurso de tangos arrabaleros y Andresito y yo queremos ganarlo" - ¿Pero no vais a divorciaros? - "Un premio es un premio"

miércoles, 5 de marzo de 2014

La abuela ha llegado temprano con su inseparable Geoooooorge - "Con lo que me cuesta, bien puedo lucirlo" - me dijo cuando le hice el comentario. - Después sacó a Pascualita del termo de los chinos, la metió en la pila bautismal y nos sentamos a desayunar lo que nos había preparado el mayordomo - ¿Te has peleado con Andresito? - "¡Que va!  y eso que ocasiones no me faltan. Es que estoy haciendo buenas obras. Hoy prepararé yo la comida"

Me fijé que el inglés tenía a Pepe-Crisogomo a su lado y lo acariciaba. Me conmovió ese gesto y más pensando que quizás no fuese pariente suyo pero no era el momento de quitarle la ilusión. Se levantó a servirnos más café porque, cuando intenté hacerlo yo, recibí una patada de la abuela que murmuró: "¿Te parece bonito quitarle el trabajo a un proletario?"

Al sentarse de nuevo se encontró con Pascualita abrazada a la cabeza jivarizada y enseñándole sus dientecitos de tiburón. Geooooorge dio un salto hacia atrás, derribando la silla y cayendo al suelo con estrépito. Con ojos desorbitados, señalaba a la sirena que no cejaba en su amenaza - ¡¡¡¿Qué serrrrrr?!!! - ¡Anda, habla español el jodío! (dije yo, asombrada) - "Un tamagochi japonés" - ¿"Muerderrr"? - ¡Ya lo creo! ¡No lo toques por si acaso!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya estás aquí otra vez? ¡Como te aprovechas de tu nieta! - Nos quedamos boquiabiertas. - "He venido a guisar, Cotilla" - ¡Ah! eso es harina de otro costal... ¿El inglés no está bien? No me extraña con tanta agua caliente como toma.- "Es te" - ¿Deja de ser agua caliente?...

Oímos gritar al Municipal en la calle y salimos al balcón. Había un bicho enganchado a su mano - ¡Ay, mi visón! (grité) ¡Gracias, Bedulio, no sabía que se había escapado!  Sube y celebraremos con chinchón haberlo encontrado - "¡Eres más tonta que el que asó la manteca! Para celebraciones está este!" - En efecto, el visón no soltaba su presa y el hombre lloraba a moco tendido. - ¿No me digas que es tuyo?... ¿Sí? ... ¡Te pondré una denuncia que temblarán los cimientos de la capital! ¡¡¡Quitameloooooo!!! - Usé el guante de acero para hacerlo y dejé al animalito en el suelo.

El rugido de un tigre de bengala no nos hubiese impactado más. En la cocina se encontraron el visón y la sirena enzarzándose en una lucha sin cuartel hasta que Pascualita saltó a la naríz de su enemigo. Sin pensármelo dos veces, tiré de ella arrancándola junto con el trozo de carne que quedó entre sus dientes. El visón sangraba como un toro de lidia y tuvo claro quién mandaba allí: Pascualita.

martes, 4 de marzo de 2014

Estoy loca con tanto viento. Esta mañana he abierto una ventana y Pepe-Crisogomo ha salido volando y ha caído en mi taza de desayuno. Me ha tocado hacerme otro cola cao porque ¡no puedo beber donde se ha bañado un muerto!

Luego me ha costado mucho cerrar los cristales porque, en ese momento, se ha abierto la puerta de la calle. - ¡¡¡Cotilla, cierre!!! - "Que verdulera eres" - La abuela, que no se anuncia cuando viene, llevaba un extraño peinado, mitad punky, mitad loca de atar. - "Me lo ha echo el viento... ¿A qué me queda bien? Geoooooorge Hazme una foto y se lo enseñaré a mi peluquera para que vea cómo es." - El mayordomo obedeció la orden. -¡¡¡¿Me haces una a mí también?!!! - (le pregunté entre gritos y gestos pero dijo que no con la cabeza) - "¿Quién le paga? Yo. Pues las fotos solo me las hace a mi... Te traigo una noticia y un regalo" - ¡Vaya!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! Alguien habrá perdido la peluca que me he encontrado. Ha venido volando, fijaros que pensé que era un gato jajajajajaja Se la venderé al señor Li diciéndole que es una cabellera arrancada por los indios apaches y me dará un pastón. - Ay, Cotilla, siempre con el dinero a vueltas. - Es que me urge comprar una lupa para ver, de una vez, el subidón que le ha dado la ministra a mi paga de jubilada...

- "A partir de hoy voy a ser virgen" (dijo la abuela y se quedó tan pancha) - Tendrías que haberlo pensado hace muuuuuuuuchos años, guapa. - "Es que ahora me será útil" - ¿No me digas que vas a hacer milagros? jajajajaja - "De momento no pero todo se andará" - ¡Anda ya! Pues sí que empieza pronto tu abuela con el chinchón... ¿Y a santo de qué te viene éste deseo? - "Quiero una medalla al Mérito de lo que sea" - Como no te la compre Andresito... - Abuela ¿qué méritos has hecho?... ¿Basta con ser virgen? Al abuelito no le hará gracia estar a pan y agua. - "¿Quién te dice que lo vaya a estar? Una cosa no quita la otra. Tengo que ser buena como una virgen" - ¡Ah! eso es otra cosa... ¿Podrás seguir yendo a El Funeral? - "Faltaría más"

- Desde que eres rica estás como descentrada ¿Te lo has hecho mirar?(la Cotilla estaba asombrada) - "Si a la Virgen Santísima del Amor le han dado la medalla de oro al mérito policial sin haber hecho nunca de policía...¿Por qué no me la pueden dar a mí, que soy mucho más divertida y tampoco he sido del Cuerpo?" - Ahí llevas toda la razón... ¿Y dices que la medalla es de oro? ¿Me dejarías que la empeñara para comprárme la lupa? (la Cotilla nunca deja pasar la ocasión de sacarse unos cuartos) - ¡Bueno, dejaros de tontería y vayamos a lo positivo (dijo yo que ya estaba en ascuas) ¡¿Y mi regalo? ¿Qué es? - "Te dije que te regalaría un visón y como ahora soy virgen no puedo faltar a mi palabra... Geoooooorge, dáselo (ordenó al mayordomo)

Me he quedado sola después de haberlos echado a todos con cajas destempladas... Decir "sola" no es correcto porque estoy acompañada por Pepe y el visón... ¡un visón!... Ya sé que la abuela no ha faltado a su palabra, dijo que me regalaría un visón y aquí está ¡en su jaula! ¿Qué hago con este bicho en casa? ¿qué come? Y encima tiene mal genio... Tal vez tenga claustrofóbia... ¿y si lo suelto?...

Estoy subida a una silla esperando que el chinchó le haga efecto al bicho ¡porque me quiere morder! ¡¡¡Jodía abuela y su virginidad!!!


lunes, 3 de marzo de 2014

¡Ay, que cansancioooooo! Tengo los pies hinchados como botijos de tanto bailar en el desfile de Carnaval... Encima me he quedado afónica y sorda porque me tocó ir junto a uno de los altavoces de la carroza. La abuela en cambio, se buscó el mejor lugar. Y se pavoneó delante de la gente que la jaleaba mientras se marcaba una samba sobre sus altos taconazos.

Estuve temiendo por ella hasta que me di cuenta que, esta vez, en el termo de los chinos llevaba chinchón en vez de a Pascualita. No paró de darle tientos así que no pasó frío en todo el desfile... Claro que eso me dio que pensar: ¿dónde estaba la sirena? Andresito bailaba a su lado y acabó renqueante el pobre y apenas pudo subir la cuesta de Jaime III. Era todo volantes el hombre. Y la Cotilla, que a saber de dónde había sacado el traje, bailaba como si fuera un zulú. Que poco oído musical tiene ésta mujer.

Cuando llegamos al final nos apostamos en la acera para ver el resto del desfile. La abuela estaba animadísima y no era para menos porque Geooooooorge, como buen servidor, nos había seguido con un impresionante abrigo de visón colgado del brazo para ella. - ¿Y yo? (pregunté aguantándome un estornudo) - "¿No has ido de rebajas? Hay que ser previsora, boba de Coria" - Yo quiero uno como el tuyo. - "¿Un visón? No te preocupes que mañana tendrás uno ¡Y deja de darme la tabarra! Si tienes frío, salta.

Una marea verde, muy animada bailando sin parar, rodeaba una carroza con un enorme embudo y el lema ¡CRIDA! fue muy aplaudida y jaleada. Y mientras nos movíamos al ritmo de su música la abuela vio un guardia - "¡Mira que originales. Disfrazados de protección policial!" - ¿Seguro? Ahí hay otro... y allí otro más. Hay nos cuantos. - "¡Y serios como patatas! Muy metidos en su papel jajajajajaja" - Sin pensárselo dos veces corrió hacia el guardia que tenía más cerca y le gritó - ¡¡¡Guapo, macizo. Cuando termines te contrato de guardaespaldas o de guarda-lo-que-quieras!!!" - Andresito se puso celoso.

Por más que la abuela insistía no consiguió arrancarle una sonrisa al hombre - Déjalo estar que no es una máscara. Es de verdad. - "¡Qué va a ser de verdad, sosaina. Que cruz tengo contigo!" - El guardia, harto del acoso, le gritó - ¡Calle de una vez o la detengo! - Aquello fue el delirio para la abuela - "¡¡¡Eso, eso. Deténgame señor guardia!!! - Su aptitud agresiva fue el detonante de la tragedia. El se volvió con la intención de agarrarla del brazo y apartarla pero Pascualita no lo interpretó así y de entre los pliegues del volante de la minifalda de la abuela, donde estaba escondido el broche al que iba sujeta, saltó a la entrepierna del guardia e hincó los dientes en la parte más blanda que encontró.

Los gritos se mezclaron con la música de los altavoces y sus carreras desesperadas fueron jaleadas y aplaudidas por la gente. A mi me costó mucho cogerlo porque iba de acá para allá como un loco. Nos aplaudían a rabiar y los había que se doblaban de risa. Tuvimos un éxito impresionante. Menos mal que logré agarrar a Pascualita y arrancarla con un tirón seco. Los saltos del guardia se multiplicaron. Al llegar a la altura del jurado el público gritaba que éramos los campeones de la Rúa pero... nuestro gozo en un pozo porque se lo dieron a otros... pero nos faltó poco para ganar.  

domingo, 2 de marzo de 2014

Ahora no sé si he tenido una alucinación debida a los vapores etílicos de ayer noche o es que, en realidad, me ha visitado la Reina Cleopatra. El caso es que tengo la espalda quebrada de estar inclinada ante ella. No quería que la mirara a los ojos. ¿Por qué?... Ay, no sé.  No estoy para muchos trotes. El caso es que la he tenido esperando en la puerta hasta que he oído el timbre sonando en mi esponjoso cerebro y se habrá enfadado.

Ha entrado como lo que es, la última Reina de Egipto y ordenando: - ¡Agáchate, escoria! - Eso me ha despertado del todo porque aún no ha nacido el guapo que me llame eso en mi casa... a parte de la abuela. Así que me he plantado ante ella con un dedo acusador frente a su nariz que, dicho sea de paso, no es nada del otro mundo y me ha pegado una patada en la espinilla que me ha dejado doblada. Y así he estado mientras ella desayunaba a dos carrillos. Hace un rato que se ha ido con la misma majestad con la que llegó.

He querido contárselo a Pepe-Crisogono y a Pascualita pero no están... Se las llevó la abuela y aún no los ha devuelto. Me he puesto a pensar en la fiesta de ayer de El Funeral. Como siempre, la reina fue la abuela. Nadie lleva como ella esos tacones de aguja de altura vertiginosa. Todos los hombres, Andresito incluido, babeaban viendo aquel cuerpo de casi noventa años cimbreándose como un junco joven. A su lado, vestida de gallina desplumada, me sentía ridícula. Así que bebí hasta olvidarme de mi misma.

Un Guerrero del Antifaz, con una barriga que recordaba más a Sancho Panza, me estuvo suministrando ginets hasta que le oí decir que le gustaría comerme en pepitoria ¡Vaya! ¿Era un piropo? Paseando mi gordo cuerpo desplumado (¡el señor Li me va a oír!) por la cafetería, llegué al Muro de los Finados donde estuve un rato entretenida mirando las fotos de los que ya no están en cuerpo presente pero si en la memoria de su amigos porque brindaron por cada uno de ellos y no una sola vez, entre baile y baile. Por eso muchos confundían los términos, como uno que me dijo: - Gallinita ¿te pongo un huevo en la mano?

Y de repente todos quisieron bailar conmigo y llevarme al huerto, en lugar de al gallinero que hubiese sido lo correcto. Fue divertido pero un poco agobiante. Trataba de esquivarlos pero me cercaba un bosque de manos, algunas con Parkinson, que buscaban las pechugas de la gallina y me enseñaban pastillitas azules... Lo que no recuerdo es como acabó la noche... ¿Cómo llegué a casa?... ¿Qué hacía una de esas pastillas en la mesilla de noche?... ¿Y una dentadura en el vaso?... ¡Esos dientes no son míos!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Menudo ajetreo te has traído esta noche, guapa! Si los camilleros querían llevarte a ti también... - ¿Ha venido una ambulancia? - A llevarse a un Corsario desdentado. Para mi que no llega al mediodía. - ¿Quién era? Solo recuerdo a Cleopatra...  - Siempre supe que me caería bien ese disfraz (sonrío la vecina) - ¡¡¡Cotilla!!!  

sábado, 1 de marzo de 2014

La abuela se ha presentado con Geooooorge. Han entrado como Pedro por su casa hasta la cocina donde el mayordomo ha preparado cola cao para mi y café con leche para ellos. Y nos hemos sentado a desayunar a pesar de que no he tenido tiempo de quitarme las legañas

Al parecer, la abuela ha enterrado el hacha de guerra, menos mal. Ha sido un desayuno silencioso y pausado. Nadie parecía tener prisa... en realidad no la teníamos. Luego, mientras el inglés lo recogía todo, supe el por qué de esta visita. - "Es Carnaval y en El funeral celebramos una fiesta de disfraces" - ¿Quiéres que vaya?... ¿No soy demasiado joven para vosotros? - "Si vas a empezar a decir tonterías, me largo. ¿No has oído a Serrat cantar Hace veinte años que tengo veinte años? Pues échate unos pocos más" - Tampoco te pases. - "No he pensado en tí sino en Pascualita y en Pepe-Crisogono. Necesitan salir y expansionarse. Disfrutar de lo bueno que tiene la vida. Reír, bailar, cantar, enamorarse, seducir..." - Abuela ¡para! Solo son un pez y una cabeza cortada y encogida.

- "¿Eso es lo que ves? Eres pobre de espíritu ¿Y crees que eres joven? ¡Menudo Matusalen estás hecha!... Mañana te los devolveré" - Pero... pero... - ""¿Quieres la Torre del Paseo Marítimo?... Pues pasa por el aro" - ¡Que mal negocio es que sepan tu punto flaco!

Remugué hasta que la abuela, harta de oírme, accedió a que fuera a la fiesta de Carnaval. Cuando cerraron la puerta tras ellos estaba loca de contento ¡Iba a ser la estrella! ¡La más joven y guapa! ¡Con la piel más tersa y brillante del local! ¿Quién no caería rendido a mis pies? ¡Todos esos viejos carcamales hambrientos de carne fresca! ¡Hasta mi abuela mordería el polvo!... Después de la euforia viene el bajón... ¿De qué me iba a disfrazar?... ¿De cabaretera? Es el disfraz favorito de Conchi... ¿De chino mandarín? ¡Ni hablar de ir tapada de pies a cabeza... - ¿De bailarina de can cán? Seguro que la abuela lo llevará, con más plumas que un pavo real...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! No huelo a comida ¿No has hecho nada? - Tengo un problema... No sé de qué disfrazarme. - ¡De ti misma! siempre vas hecha un fantoche. - Gracias por el piropo... -El señor Li puede sacarte del apuro.

A media tarde pasó la abuela a buscarme. Relucía como un sol vestida de Mata-Hari. Con brillos en el maquillaje, en el pelo, en las plumas, en las medias y en el generoso escote que remataba con un clavel reventón y una máscara veneciana que velaba sus facciones. En el pecho lucía el broche con Pascualita disfrazada de Sissi emperatríz en miniatura y con un pequeño pelucón cuajado de estrellitas, a juego. A Pepe-Crisogono le habían pintado los labios para disimular el zurcido. Llevaba pestañas postizas y una cola de caballo en su escasa pelambrera. - ¿De qué va? (pregunté) - "De María Antonieta recién decapitada... ¿Y tú?" - De... de gallina desplumada... Es que el señor Li no me ha entendido cuando le he dicho que quería que se me viese mucha carne y hace un momento que me ha traído el disfraz... ¿Tengo tiempo de ir a cambiarlo? - "¡Ni hablar! jajajajajajajaja ¡Seguro que ganas el primer premio jajajajaja" - ¡Glub! Tengo la sensación de voy a ser el hazme reír de la fiesta... ¿Y si no voy? - "¡De eso nada! ¡Tú vienes. Vaya, si vienes! jajajajaja"