sábado, 1 de febrero de 2014

He desayunado con Pepe. Me he dado cuenta de que la cabeza jivarizada es una buena opción como compañía: me escucha, no come ni se enfada. Puedo descargar mi rabia en ella llamándola de todo y nunca tiene un mal gesto ni, por supuesto, me ataca. Así que como tranquila sabiendo que no saltará en mi taza. Quién quiera que fuese en vida, ahora es un bendito... o una bendita. Vaya, me molesta no saber con quién hablo porque no es lo mismo confiar tus pensamientos e ideas a un hombre que a un mujer.

Tendría que averiguar algo más sobre Pepe, aunque a él le de lo mismo... Empezaré mañana a indagar porque hoy... hace frío y quizá llueva... Pero si tengo que hacer caso al refrán "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy" ya tendría que estar en la calle camino de la tienda del señor Li... ¿Y si lo mató el chino? ¡que tontería! ¿Para qué iba a matárle?... Quizás fuese un competidor... Entonces ¿Pepe era chino?... Con la pinta que tiene podría haber sido cualquier cosa... Mejor se lo pregunto abiertamente a él: ¿Tú k ere? jajajajajajaja ¡Ay! no está bien reírse de un difunto pero jejejejeje como parece un llavero jajajajajajaja

Conseguí dominarme y entonces me vino a la cabeza la figura de Geooooooooorge ¡Que bueno está el hombre! Si la abuela no viviera tan lejos iría todos los días a comer a su casa. Aunque ella me calaría en seguida... Podría poner como excusa que no me fío de su mayordomo porque, cuando menos nos lo esperemos, cogerá a Pascualita y desaparecerán los dos para siempre. Puede que, muchos años después, en una revista científica, salga una crónica sobre el estudio anatómico forense que se realizó a un extraño pez con pinta de ¿sirena? ¡Se me ha puesto la piel de gallina!

Salí corriendo en dirección a la calle mientras metía a Pepe en el bolsillo de mi abrigo. Paré un taxi para ir a casa de la abuela. Llamé repetidas veces al timbre, cada vez más alarmada. Me abrió el abuelito Andresito - ¿Estás solo? (estaba preocupada) - No. Tu abuela y el mayordomo llevan un buen rato encerrados en el cuarto de ella... - ¡¿Ah, sí?! - Sí, hija, le está arreglando los pies. - Mientras solo sea eso (pensé asombrada)

Después de tomarnos un café juntos y hablar del tiempo durante un rato, apareció la abuela y unos segundos después, Geooooooorge en perfecto estado de revista. - "¿Qué haces aquí?" - La niña ha venido a comer. - "¡Vaya!" - Quiero que tracemos un plan para investigar a Pepe. - "¿Ahora?... - Mientras te lo piensas voy a enseñarle la pecera. - Saqué la cabeza decapitada y me acerqué al tubo de cristal. Unos segundos después apareció Pascualita haciendo el signo de OK con sus deditos. De repente su cabellera estropajosa se erizó aún más y se camufló tras las algas a la velocidad del rayo. La figura de Geoooooorge se reflejó en el cristal de la pecera.

Mientras tomábamos el chinchón comenté, en voz baja, a la abuela que iba a llevarme a la sirena a casa. - "¿Por algún motivo especial?" - La echo de menos. - "Vaaaaaaaale, boba de Coria, pero solo unos días"

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