miércoles, 26 de febrero de 2014

Está decidido ¡voy a aprender a cocinar! Se lo diré a la Cotilla para que me sirva de conejillo de indias. Además tiene el estómago a prueba de bombas así que no le pasará nada y si le pasa, no será tan grave como si me pasara a mí, por ejemplo.

Estoy cansada del comedor social, de abrir latas, de comer lo incomible que hago yo... Si pudiera ir todos los días a casa de la abuela sería otra cosa pero no puedo. ¡Tengo mi orgullo! Donde no me quieren, no voy... bueno, si me invitan algún día claro que iré, tampoco soy tonta... Pero creo que ya tengo edad para saber hacer una tortilla de patatas...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¿Hablas sola? - No me queda otra. - Así que vas a estudiar cocina... - ¡Caray, que oído tiene! ¿Se quedará a comer conmigo? - Nunca pensé que te vería suplicarme para que me quedara en tu casa... ¿Qué vas a poner hoy? - Un cocido sencillito. - ¿De enfermo?

Cuando nos sentamos a comer, la puerta de casa se abrió de par en para como atacada por un huracán - "¡¡¡¿Dónde está Pasc...?!!!" - La abuela se quedó callada cuando vio a la Cotilla. - No te cortes que lo sé todo.... Se que tienes amoríos con una mujer... - En ese momento acaba de entrar en el comedor el abuelito que se quedó patidifuso ante las palabras de la vecina. Yo quise arreglarlo - Dejaros de tonterías y sentaros a comer con nosotras jejejejejeje ¡Lo he echo yo! - La abuela escupió en el suelo con desprecio. La Cotilla hizo otro tanto mientras ponía cara de asco. Y a continuación le tocó al abuelito, aún no se porqué. - ¿Pero, bueno. A qué viene eso? - "¡Me has robado!?" - ¿A sí? (el abuelito iba de sobresalto en sobresalto) - ¡Esta sopa tiene tropezones! (gritó la Cotilla) Está llena de ¡gusanos! - (¡Bien, pensé, funciona como catadora! Eso quiere decir que no debo probar ni la sopa ni el acompañamiento)

La abuela, que estaba a mi lado, me agarró del pelo y metió mi cabeza en la olla de la sopa - ¡¡¡¿Dónde ésta?!!! - ¿Cómo quería que le contestara? Me estaba ahogando y quemando. Cuando empecé a patalear me sacó. - ¿Qué pasa aquí? (preguntó extrañada la Cotilla)... ¿No me digas que tu nieta te ha quitado a tu querida? ¡Traidora! - Oí gemir a Andresito. - "¡¡¡Me la llevaré yo!!!" (gritó la abuela) - ¡Por encima de mi cadáver! - "¡No me des ideas!"

Así seguimos un buen rato, sobre todo porque delante de la Cotilla no podíamos coger a Pascualita. Con paso inseguro, el abuelito entró de nuevo en el comedor del que había salido había un buen rato - Querida... ¡hip!... me voooooooooy a casaaaaa... ¡hip! ... a enroooooollarme con Geoooooooooooorge... Si cuando llegues... ¡hip! ... ves el cartel de Nooooo Molesten... ¡hip! ... en la puerta deeeeeee su cuarto... ¡hip! pues eso, NOOOOOO MOLESTES... Por cierto, nenaaaaaaa... (me dijo) he terminado el ... ¡hip! chinchón...

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