viernes, 27 de diciembre de 2013

Ayer la abuela me dejó sola todo el día. Cuando me levanté ya no estaba y tuve que prepararme el desayuno. Tampoco había comida hecha, ni canelones ni escaldums, ni nada de nada. Así que, después de mucho esperar, me senté a la mesa de la cocina, puse a Pascualita sobre el frutero y me dispuse a comer las sobras de Navidad. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Y tú abuela?... ¿No hay comida? ... - Hay sobras. - ¿Dónde has emparedado a tu abuela... Y por qué tienes al Niño Jesús en el frutero? En esta casa estáis más locas cada día.

No me quedó más remedio que comer con la Cotilla y devolver a Pascualita a su pesebre en el Belén. La abuela no regresó hasta bien entrada la noche y no venía de muy buen humor - ¿Te parece bonito venir a éstas horas? (le recriminé) - Me dedicó una mirada asesina que me heló la sangre. - "No está el horno para bollos y menos para tus tonterías" - Pero no me podía callar - Piensa que vas a casarte y deberías guardar las formas ¿qué va a pensar la gente que te haya visto entrar en el portal? - "En cual? ¿En el de Belén?" - En el de casa, mujer. Eres una novia en ciernes y todos los ojos están fijos en ti? - "¿Has acabado con la botella de chinchón? Te he dicho mil veces que no es sano beber sola"

"Me he pasado el día de hospital en hospital, visitando a mis amigos. La mayoría están, más o menos, bien pero hay tres que nos han preocupado mucho, así que a media tarde hemos ido a El Funeral con los próximos viudos y viudas para preparar sus sitios en la pared de los Finados." - ¡Pero si no habían muerto! - "Ya, pero estaban a punto y los preparativos para sus homenajes llevan tiempo. Hay que calcular las botellas de chinchón y otros licores, que nos harán falta. Hay que elegir las fotos que se llevarán a enmarcar. Pensar en el menú que comeremos ese o esos días. En fin, que hay que ser previsores"

 - ¿Y al final, cuántos han caído? - "¡Ninguno! ¿Te imaginas que disgusto? Después de tanto esfuerzo, van y no se mueren. Catalina estaba tan decepcionada por la informalidad de su marido, que no paraba de llorar" - Sería de alegría, abuela. - "¿De alegría? A ella le hizo mucha ilusión cómo preparábamos el homenaje a su marido y cuando vio que no lo podríamos hacer porque, en lugar de morirse parece que va a mejorar, no pudo evitar sentirse avergonzada por la poca sensibilidad de su hombre. ¡Si hasta tenía pensado el vestido que iba a comprarse! Pero ya sabemos lo egoístas que llegan a ser algunas personas ¡Y si son hombres, más! Pobre Catalina, no tenía consuelo. Y eso que le dijimos que no era culpa suya" - Y al final ¿en qué ha quedado la cosa? - "Catalina, una vez superado el disgusto, se ha enfadado y ha dicho que a ella no le amarga nadie, y menos su marido, una fiesta tan bonita y si tiene que darle un empujoncito, se lo dará" - ¡¡¡Abuela!!! Eso quiere decir que es capaz de... (no pude terminar la frase) - "Naturalmente. Los hay que son muy indecisos y conviene que reciban una pequeña ayuda. Pobre Catalina..." - Y se fue a la cama sin despedirse siquiera.

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