viernes, 15 de noviembre de 2013

Durante el desayuno la abuela ha ojeado el Diario. Iba tapada hasta las orejas y me ha tenido tres horas soplando el cola cao porque me lo ha puesto hirviendo - ¡Voy a llegar tarde al trabajo por tu culpa. Me quemo! - "Así tendrás la barriga caliente...Mira lo que dice aquí: va a nevar en la Serra de Tramuntana" - ¿Ahora? - "¡Claro! ¿No querrás que nieve en agosto?"

Pascualita saltó desde la pila bautismal hasta el azucarero y hubo azúcar por todo. - ¡Hala! Ya está el tocino marino éste poniéndolo todo perdido - "Te recomiendo que no la llames "tocino" porque, como te entienda no me gustaría estar en tu pellejo" - No sabe de qué hablo, abuela. - Ahora lo pongo en duda porque al acabar la frase un chorrito de agua salió de la boca de la sirena y me dio en la oreja. Inmediatamente me puse las gafas de sol. Pascualita, muy tiesa sobre uno montoncito de azúcar, me miraba fijamente mientras sacaba a pasear sus dientecitos de tiburón. ¡Que repelús me da este bicho!

Mientras la sirena daba buena cuenta del azúcar, rebozándose en él, la abuela aprovechó para calentar agua de mar y meterla en la pila bautismal. Hervía a borbotones. Y me vino a la cabeza una visión infernal: la abuela me servía una apetitosa sopa de pescado que sabía a ¡sirena! ¡¡¡Puagg. Que asco!!!

- Avemafiapurífimaaaaaaaaaaa! - Vaya, ya habla mejor. Que pena. Estaba más graciosa cuando no se le entendía nada. -¡Fofa de Cofía! - Jajajajajajajaja ¡aún dice tonterías! - La Cotilla se sentó a la mesa de la cocina, al lado del montón de azúcar donde un extraño ser se la estaba comiendo a dos carrillos. De repente a la vecina se le mojó el cuerpo con un sudor frío que la hizo tiritar - ¿Qué ef esto?... ¿un chuffo? - ¿Qué es un chufo? jajajaja... ¡Oh, cielos! - Me había olvidado de Pascualita, menos mal que la abuela estuvo al quite. - "No es un churro. Es un desperdicio que ha dejado aquí mi nieta. ¡A ver cuándo aprenderás que los restos de comida se tiran al cubo de la basura!" - Lió a la sirena en una servilleta de papel ¡y la tiró a la basura! - "A ti lo que te pasa es que tienes brotes psicóticos. Te lo tendrías que hacer mirar." - Y se quedó tan pancha, pero no la Cotilla que temblaba como una hoja a punto de ser arrancada de la rama por la tormenta. - ¡¡¡¿Me fas llafado focaaaaaaaaaa?!!! - Jajajajajajajaja ¡Está sembrada, vecina! - "Foca, no. Psicótica." - Puef eso: ¡Foca! - Me dio un ataque de risa y la abuela me sacó de casa con cajas destempladas.

Después de comer, tomando el café, la Cotilla pareció tener una revelación divina y se acordó del dichoso "churro" Quiso recuperarlo para llevarlo a examinar porque algo así fue lo que provocó que se le hinchara tanto la lengua que por poco no lo cuenta. La abuela, siguiéndole la corriente, se fue a la cocina y volvió con las manos vacías - "No está. He buscado bien el desperdicio y no está. La servilleta sí... Debe ser de la misma pasta que las medusas. En cuanto las sacas del agua se funden". - Parefía farina... - "¿De harina? Vete tú a saber... Me inclino a pensar en algo más etéreo"  (y puso cara de misterio) - La Cotilla envaró el cuerpo - ¿Fobrenafural? - "Pues... sí. Ya sabes la mala uva que tiene mi primer marido desde que es fantasma" - (Yo remaché) El ánima de mi abuelito parece tener memoria de elefante jejejejeje... - La Cotilla salió corriendo como alma que lleva el diablo. La abuela puso su voz más inocente cuando le gritó - "¿No quieres una copita de chinchón?" - Nos pareció entender algo así como "¡¡¡que fe la fome fu fadreeeeee!!! antes de oír el portazo.


























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