viernes, 4 de octubre de 2013

- "¡Ay lo que me ha pasadooooooooooooooo! Un poco más y no lo cuentoooooooo" - ¿De dónde vienes con el pelo mojado tan temprano? - "De la piscina" - ¿Has comprado ensaimadas de camino? - "Si le tienes tanto cariño a tu estómago ¡ves tú! Por poco te quedas sin abuela y solamente piensas en ti ¡Egoísta! No sé a quién sales"

Cuando está así, lo mejor es cerrar la boca y esperar a que amaine el temporal. Así que me senté a la mesa de la cocina a esperar... que me pusiera el cola cao y el pan tostado. No hay que perder las buenas costumbres. Mientras, la abuela iba sacando de una bolsa, el bañador, el gorro, la toalla, una bolsita de plástico que acercó, velozmente, a la pila bautismal. - ¿Qué metes ahí?... ¿Es Pascualita?... ¡Te has llevado a la sirena a una piscina de agua dulce! - "Sí. Quería que hiciera ejercicio para perder grasa" - ¡¿Pero cómo se te ocurre?! - "Me ha venido la idea de repente. ¿No me digas que no es buena?" - Si el agua fuese de mar, sí. ¿A ver cómo está? - "No. Déjala tranquila un rato. Que descanse... ¿Te preparo un cola cao?" - ¡Abuelaaaaaaa!

Pascualita estaba blanco-amarillenta (su color natural pero acentuado) ¡una ahogada, vamos! Y yacía lacia en el fondo de la pila bautismal. El corazón me dio un vuelco. - ¿Está...? - "¡Nooooo! Ya sabes que le gusta hacer comedia... Toma, pan tostado ¿a qué huele bien?" - Divinamente.

Antes de que llegara la Cotilla, quise aclarar lo de Pascualita. - "Era tan temprano que solamente éramos dos personas nadando en la piscina. Y decidí soltar a la sirena para que disfrutara con tanta agua a su disposición. Inmediatamente se fue al fondo. ¿Quieres creer que me emocioné? Pensé que le tiraban las profundidades y no hice caso. Como tenía toda una calle para mí, quise perfeccionar la natación de espaldas. Así puedo mover los brazos a placer sin arrear tortazos a mis vecinos" - Te he dicho mil veces que los brazos van junto a la cabeza - "Lo hago, pero junto a la cabeza del de al lado y ya me han llamado varias veces la atención ¡menudas tortas reparto!

"Cuando me he cansado he ido a por Pascualita y... estaba en el fondo, sin moverse. ¡Y he tenido que bucear! No podía llamar al socorrista. Por más que intentaba hundirme, el culo se iba hacia arriba. Así que he salido del agua, he cogido la maleta de la otra nadadora, la he abrazado y me he tirado hasta el fondo. Me ha costado coger a Pascualita porque apenas veía. Y he salido porque el socorrista me ha sacado de los pelos aunque, para compensar, luego me ha hecho el boca a boca... ¡Y la loca de la maleta me ha vuelto a tirar al agua! ¡Se había enfadado la tía!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡mirad, he comprado un pececillo rojo! ¿Lo meto en la pecera? - ¡No! en la pila...estoooooo... Métalo ahí, que hay más agua. - Antes de comer, la abuela me guiñó un ojo y me faltó tiempo para acercarme a la pila bautismal. Pascualita nadaba lentamente mientras una pequeña escama flotaba entre dos agua. ¡Había vuelto a la vida!

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