jueves, 26 de septiembre de 2013

Tengo un dilema con el dichoso tiempo. Por un lado está el fraile Paco que, como es de casa, tengo que hacerle caso. Por eso, cuando salgo a la calle lo hago con el paraguas bajo el brazo aunque haga un sol como el de hoy, que tira de espaldas. Y por otro, está el clásico hombre o mujer del Tiempo de la tele. Esos que siempre, siempre, siempre, tienen que hablar poniéndose delante de las Baleares. La abuela y yo nos pasamos el tiempo estirando el cuello para ver las temperaturas a través de ellos, o si va a llover ¡lo que sea! Pero la tele aún no es tridimensional, por lo menos la nuestra y acabamos esperando, pacientemente, a que el locutor o locutora, tenga a bien apartarse.

Más de una vez, Pascualita se ha escapado de las manos de la abuela y se ha estrellado contra la pantalla del televisor con los dientes de tiburón dispuesto para morder, desgarrar y triturar al pasmao del Tiempo. Y todo porque a la abuela se la llevan los demonios - "¡Quítate de ahí! ¡¡¡Qué te quites, inútil!!! Ponte frente a Portugal que nos la trae al pairo... Serás... ¡¡¡Lo reventaría a éste tío!!!"

Los gritos de enfado exasperan a la sirena que no puede consentir que su amiga se sulfure, que para eso ella es como el Cid Campeador, solo que en vez de la espada Tizona, luce una hermosa, doble y puntiaguda dentadura.

Lo peligroso es que estas cosas ocurran cuando está la Cotilla en casa. Cuando la abuela se sulfura, se queda ciega y sorda a todo lo que no sea lo que le inteesa a ella, y temo que un día monte el espectáculo delante de la vecina y entonces se enterará todo el mundo de que tenemos una sirena... Ese día será el principio del fin de la estancia de Pascualita en casa. Y tal vez el último día de la Cotilla en la Tierra. ¡Menuda es la abuela!

Ahora estamos pendientes del tiempo que hará el domingo. ¿Tendremos que ir a la manifestación por la Educación, con paraguas o sin. Lo que es seguro es que caeran cuatro gotas (¿?) ¿Dónde? porque cada vez que sale el mapa cambian las gotas de sitio ¿en Menorca? ¿al norte de Mallorca? ¿hará sol? Es un lío que da dolor de cabeza - "Ay, no puedo más... Pónme un chinchón, a ver si se me pasa" - ¡Avemariapurísimaaaaaaa! Pónme a mi otro, ya que estás. A ver si también se me pasa. - ¿El qué? (pregunté, mosqueada) - Lo mismo que a tu abuela. - ¡No sabe lo que le pasa! - Bueno... supongo que tiene... ¡sed! Eso es. Tiene mucha sed, como yo. ¡Mira, tengo la lengua como el papel de lija. Rasposa! - Aquí tiene algo bueno para la sed ¡Un vaso de agua fresca! - ¿De dónde sacaste a esta nieta? ¡Que cruz tenemos con ella!

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