sábado, 14 de septiembre de 2013

Espatarradas nos hemos quedado la abuela, la Cotilla y yo, delante de la tele después de ver la etapa de la Vuelta de hoy. Madre del Amor Hermoso ¡Que cuestas! Si es que solo de verlos subirlas nos hemos reventado. El Anglilu ¡la madre que parió a los que se les ocurrió ponerlo en la carrera! Eso no es bueno para la salud.

Ni siquiera hemos dormido la siesta. Era un puro sufrir. Un ¡Ay! continuo viendo a montones de energúmenos cerrando la carretera y mirando a la cámara de la tele sin ver que, por detrás, venían los ciclista con los pulmones saliéndoles por la boca. Les hemos dicho de todo ¡cabestros! ¡hijos de tal de de cual! ¡Y esas banderas de todos los pelajes, puestas a un palmo de los ojos de los pobres corredores, que ni las veían de cansados que estaban! ¡Anda y metéroslas donde os quepan! Por Dios, que nervios hemos pasado.

No hacíamos más que beber chinchón para calmarnos. - Yo tenía a Pascualita en mi regazo, pensando que la Cotilla se dormiría como todas las tardes, pero hoy no. Parecíamos tres búhos. A mi me ponen frenética esas avalanchas y aunque estoy segura de que toda esa gente es muy tranquila en su casa, cuando ven un ciclista les sale el monstruo o el payaso que llevan dentro y no hay quién los aguante.

La abuela ha dicho que eso no le pasaría a ella jamás. Y la Cotilla, tres cuartos de lo mismo. Ellas saben comportarse como señoras que son. Pero cuando han visto lo bonita que estaba la carrera en los últimos kilómetros, gritaban como posesas: - "¡¡¡Puritooooooooooo, vamos, vamoooooooooos!!!" - ¡¡¡Valverdeeeeeeeeeee que te quedas, jodío!!! - Y no hacíamos más que saltar de las butacas - ¡¡¡Ay, que lo tiraaaaaaaaaannnnnnnn, animalessssssssss!!! - "Pon un chinchón, niña, que me va a dar un infarto" - ¡Y a mí! (añadía, rauda, la Cotilla) - No caerá esa breva.

Cuando ha terminado la etapa, con la cumbre cubierta de una niebla espesa, londinense, hemos llorado de emoción con el ganador de la etapa. Y no era para menos. Había que sacar fuera todo el estrés acumulado, los nervios, la pasión, la mala leche... Bueno, finalmente, nos hemos relajado y me he dado cuenta de que estaba algo achispada jejejejejejeje - "Estoy tan cansada como si hubiese subido yo el dichoso Anglilu" - Menos mal que ya nos hemos comido los canelones. - "Si tuviese que hacerlos ahora, comeríamos pamb oli" - Abuela... no está. - "¿Quién?... ¡Oh!... Ha sido por saltar ¿a qué sí?" - ¿Quién no está? - Son cosas nuestras (dije, preocupada) - ¿Con la edad que tienes, aún no sabes que secretos en reunión son de mala educación?  

Pascualita no ha aparecido. En cuanto la vecina se ha ido la hemos buscado por todo pero ha sido inútil. Antes de irse la abuela al El Funeral me ha dicho que la avise si aparece... Estoy triste y ya no sé donde mirar... Antes de acostarme he ido a cerrar las persianas del balcón y ¡allí estaba el bicho! ¡haciendo campaña para la Escuela Pública y en contra del TIL! Subida a la barandilla, sobre la camiseta verde que dice CRIDA PER LA ESCOLA PÚBLICA que tenemos colgada allí, viendo pasar la gente de la calle y haciendo, de vez en cuando, la señal de OK.


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