lunes, 2 de septiembre de 2013

Al llegar a casa estaba todo revuelto y olía a incienso, pachuli y porro. Una mezcla infernal que me ha obligado a abrir, de par en par, las ventanas y el balcón. En la cocina, Pascualita reptaba por la mesa lanzando dentelladas al aire, bizca perdida y con los pelos-algas de punta. Ante tan horrible espectáculo he optado por irme, llevándome al pobre Pepe y salvándolo de la fiera corrupia .

- ¡Abuelaaaaaa! ¿Qué pasa aquí? - "¡Estamos en mi cuarto!" - ¿Quienes estáis?...- pregunté, al mismo tiempo que entraba - Hola... bisabuelita... - No esperaba encontrarme a la Momia, que estaba casi enterrada bajo montones de trajes a cual más colorista. La mujer estaba feliz, pasándose un canuto entre la abuela y un artista travesti, amigo suyo. - ¡Fíjate de ropa más bonita que ha traído ésta chica. Tu abuela tiene unas amigas estupendas... si las mías, las pocas que me quedan, fueran así no tendría que haber encargado mi vestido a Dior ¡Mecáchis!

-"Ayúdame a encontrar el conjunto adecuado para casarme... Es todo tan precioso y original, que no puedo decidirme." - ¿Te pondrás lo que yo elija? - "No, eso será lo que descarte" - ¿Por que no vas tú también a Dior? - "¿Y perder mi personalidad, mi identidad?" - La Momia se puso a aplaudir y un escalofrío recorrió mi espalda cuando dijo: - ¡Que cruz tienes con tu nieta!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Hola, Momia. Abajo está tu hijo esperándote. - Ya lo sé. Me ha traído él. - ¿Cuánto tiempo llevas aquí, bisabuelita? - Unas tres horas... ¿no? (se dirigió a la abuela) Jajajajaja ¡Yo esperé nueve meses, así que todavía tengo saldo jajajajaja

Bajé a ver a Andresito. El pobre que ya no sabía como sentarse, hacía tiempo que se había comido las uñas. - ¿Por qué no subes? - Me lo han prohibido. Dicen que da mala suerte que el novio vea el vestido de la novia... - Eso son tonterías. - Ni lo sé ni me importa y por supuesto, no pienso averiguarlo. ¿No te parece que ya estoy teniendo montañas de mala suerte? - ¡Que quejicas sois los hombres! Te advierto que tu madre se queda a comer y luego quiere ver la etapa de la Vuelta a España... Anda, sube, pero no intentes entrar en el cuarto de mi abuela. Allí está "el traje misterioso"... supongo.

No hubo modo de convencerlo. Le bajé comida en un taper, un poco de vino con sifón, dos rodajas de melón, el café y el chinchón y el me miró con ojos agradecidos - Que suerte tener una nieta como tú (me dijo, cariñoso, mientras una lágrima rodaba por sus mejillas)

Tengo que reconocerlo. Valgo un potosí y se sacrificarme cuando algo vale la pena... como la Torre del Paseo Marítimo...  

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