jueves, 29 de agosto de 2013

Hemos cambiado las copas de chinchón con tazas de tila bien cargadas de chinchón. Estamos de los nervios. Esta mañana ha venido el Municipal a preguntar - ¿Qué me pongo para la boda: traje de calle o traje de gala? - "De gala hombre. Estás guapísimo con él... -  Está encantado con la invitación a una boda de postín.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¡Acabo de ver a Andresito! Va hablando de la lista de invitados. - "¿Pero qué quiere este hombre. Que vengan cuatro gatos a nuestra boda? ¡Ni hablar!" - ¿Se puede saber por que estás haciendo una funda para el termo de los chinos, con todo el jaleo que tienes? - "Es para Pas... para... para relajarme" - ¡Ay, Dios mío! (la Cotilla levantó, teatralmente, los ojos al cielo) ¿No me digas que sigues enamorada de Pascual? ¿Es para que te recuerde cada vez que la mire? - ¿De qué habla ésta loca, abuela? - "Pregúntaselo tú, que a mi me da la risa"  - ¿Qué te cuesta recortar un poco la lista? (dije en plan pacificador) - "¡Que recorte la suya!" - ¡Es una idea estupenda, abuela! Es capaz de haber puesto a todos los que hicieron la mili con él?! (¡ahora empezaba a disfrutar!)

Andresito llegó, cabizbajo y ojeroso. - No duermo pensando en la dichosa lista... ¿También van a venir todos los de El Funeral? Yo pensaba invitarlos allí mismo y ya está. - "¡Claaaaaaro! ¡Y mi amiga Conchi se queda sin verme! ¿te parece bonito? ¡¡¡Dame tu lista!!! ( poco faltó para que Andresito se cuadrara)... ¿pero... quiénes son todos estos? ¡No conozco a nadie!... Un momento, a éste sí... ¡es un político! ¡Y éste, éste, éste, éste"... - Y empezó a tachar nombres como una posesa .- "¡En mi boda quiero gente honrada! ¿Pero que clase de lista es esta?" - No son como tú crees, cariño... ¡No los borres! - "Toma, aquí tienes tu lista" - Había roto el papel y le dio un trozo muy pequeño. - ¡Estos son los que valen la pena: tu madre y tu hijo!"

Andresito, desesperado, se acercó a la pila bautismal, metió la cara dentro del agua para refrescarse, sin que  me diera tiempo a darle un empujón. Era la hora de la siesta de Pascualita y ya sabemos cómo se las gasta si la despiertan. - ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh!!! ¡Que dolor! ¿Qué es estoooooo? - La Cotilla se levantó de un salto - ¡¡¡Te ataca el primer maridoooooooo!!! y se fue corriendo.  Andresito está durmiendo la mona, con la cara hinchada como una luna llena... Está visto que con la dichosa sirena, no ganamos más que para comprar botellas de chinchón.

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