miércoles, 7 de agosto de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! Vengo reventada. Toda la mañana yendo de acá para allá para conseguir unos pocos euros. No sé a donde vamos a ir a parar. - "Vienes acalorada. Toma un vaso de agua fresca" - Mejor dame un batido de helado de chocolate. - ¡Usted pida. No se corte que para eso tiene la boca tan ancha como el Túnel de Soller! - Esta nieta tuya cada vez es más quejica. ¿Le ronda la menopausia? A éste paso te quedas sin bisnieto. - ¡Pinche, pinche! Abuela ¿por qué tenemos que aguantar a este bicho todos los días? - "Reconoce que en lo del bisnieto tiene más razón que un santo... Podrías quedar con alguno de los policías que vinieron a casa. Hay un buen ramillete donde elegir" - ¡No me atosigues! - "Es que se te va a pasar el arroz"

La Cotilla nos explicó que ha tenido que ampliar su radio de acción para "limpiar" los cepillos de las iglesias. - Ahora llego hasta la Catedral, pero va lo comido por lo servido. - ¡Que ganas tengo de que la pillen con las manos en la masa! - ¿Pero qué le he echo yo a tu nieta? - ¡Que está muy feo robar en las iglesias! - ¿Y a ti que más te da si no vas a ninguna? (miró a la abuela con cara de pena) Lo que yo te diga ¡menopáusica perdida está ésta! ¡Que cruz te ha caído!

Mientras comía a dos carrillos, la vecina nos contó que desde que se anunció que convendría que en España se bajen los salarios, la gente se ha retraído más todavía a la hora de gastar - El otro día estaba en una parroquia haciendo tiempo para ver si algunos feligreses, que habían ido a rezar el rosario, se rascaban el bolsillo y sonaba en mis oídos el hermoso cántico de las monedas al caer en el cepillo, cuando un hombre se acercó a mí. Al verle venir directamente, me asusté "¡ya me han pillado!" pensé. Pero no. Me pidió cambio de 50 céntimos en monedas de 10 para meter 20 céntimos en el cepillo. Naturalmente, lo puse de vuelta y media ¡¿Cómo tiene el valor de regatearle unos céntimos a Dios?! (¡y a mí! pensé) Se mostró avergonzado ¡y se largó directamente a la calle, sin soltar la mosca! No sé dónde iremos a parar. Si pudiera coger del moño a la Lagarde, esa vieja estirada y presumida que un día, harta de vino supongo, dijo que en Europa había demasiados pensionistas y ahora pide que nos rebajen los sueldos, ¡la arrastraría por un pedregal! - "Eso se merece un brindis, Cotilla. ¡Niña, trae el chinchón!" - Brindamos varias veces para que se cumpla el deseo de la vecina - "Da igual quien la arrastre ¡¡¡Pero que lo hagan!!!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario