jueves, 11 de julio de 2013

Novedad.

¡¡¡Por fin solas!!! Que alivio volver a la normalidad. A mi futura bisabuela le caían unos lagrimones como puños cuando se fue. Su hijo vino a buscarla y le costó sudores llevarla hasta el coche. La mujer se resistía como gato panza arriba - ¡No me separes de mi bisnietaaaaaaaaaa! - Pero, mamá, por Dios ¿no ves que estás dando un espectáculo? Además, esa chica no es nada tuyo. - ¡Pero lo seraaaaaaaaa! ¡Déjameeeeeee! ¡Mal hijo!. - Como las cosas se estaban poniendo feas, me acerqué para consolarla y decirle que iría a visitarla pero que, ahora, tenía que irse. - ¿Vendrás? - Se lo prometo - ¿Y traerás chinchón? - ¡¡¡Mamá!!! ¿Qué le has echo a mi madre? (se encaró Andresito con la abuela) - "Nada que no quisiera. Claro que te traeremos chinchón" - ¡Ni hablar del peluquín! ¿No ves que es muy mayor? - "El que no lo ve eres tú ¡Déjala que disfrute que tiene edad para eso y más!"

A este paso no habrá boda y me sabría mal porque empieza a gustarme ser bisnieta. Esto no puedo decirlo porque la abuela me echaría en cara mi poca cooperación para que ella tenga uno, después del tiempo que hace que  me lo pide.

Ha venido de la compra con una novedad - "Me he apuntado a natación" - ¿Y te dará tiempo de hacer la comida en condiciones? - "A mi me da tiempo a todo, no como a otrasssss" (dijo arrastrando las eses y acusándome con la mirada) - ¿Sabes nadar? - "Cuando era jovencita me enseñó un novio que tuve. Matábamos dos pájaros de un tiro, aprendía a nadar y nos metíamos mano con disimulo. En aquellos años era un arte engañar a las madres, abuelas y carabinas que rondaban al rededor" - ¿Cuántos años tenía el mozo? - "Diez" - ¡¿Y tú?! - "Siete"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya estás lista? - ¿La Cotilla también va? - Claro. Para una cosa que aún es gratis para los jubilados, hay que aprovecharlo. - ¿Usted también tenía un novio que la enseñaba a nadar? - ¡Me lo quitó tu abuela! por eso no sé. - No quise preguntar más... Bueno, sí, una cosa muy importante que se me había olvidado y tuve que preguntarlo a la abuela a gritos desde el balcón - ¡¿Has dejado la comida echa?! - No lo puedo jurar pero... creo que me ha echo un corte de mangas.


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