lunes, 17 de junio de 2013

Parece que el efecto de los porros ha desaparecido porque a la abuela se le han bajado los humos.  Menos mal, porque aguantar todo el día a la Reina de Egipto no sabéis lo que es. De todas maneras la Cotilla, que tiene la cara hinchada como si le hubiese picado un enjambre de avispas, no se fía.

- "¿Por qué me habéis quitado la ilusión de ser alguien importante? Ahora me veo una zarrapastrosa... ¡Toda la culpa la tiene Conchi!" - No lo dudes. ¿A quién se le ocurre llevar a una fiesta los porros del yerno? - "No, si eso estuvo bien. Lo malo es que no me los dio todos... ¿A ver si te crees que ella no los probó? ¡Pero si era Cleopatra y la Reina de Saba al mismo tiempo! jajajajaja Ese día se había peleado con su marido y se pasó la noche gritando que le cortaran la cabeza. Al principio a él le hizo gracia pero cuando a todos nos empezó a hacer efecto la bebida y alguien cogió el cuchillo de cortar jamón, se le pasaron de golpe los efluvios etílicos jajajajajaja" - Un día vais a tener un disgusto. - "¿Lo dices por si le cortamos la cabeza a alguien? ¡Que va, mujer! Más de una nos lo agradecería jajajajajaja"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Cómo está hoy la Reina de Egipto? - De capa caída. Hoy no llega ni a esclava. - ¡Menos mal! porque no quisiera que me tirara otra vez a ese que dijo... ¿como era? Osi... - Osiris, el dios de los muertos - ¡No me digas más! ¡¡¡Quería matarme y por poco lo consigue la jodía!!!

- "Hola, Cotilla... ¿Qué te ha pasado en la cara?" -¡ Un "regalito" del antíguo Egipto! - "¿De qué va ésta?" - Te perdono si haces la paella que no nos diste ayer. - "Ayer... ¡que tiempos aquellos en los que tenía esclavos para todo... ay, como los añoroooooo..." - Pero si fue ayer. Tu abuela aún está un poco pallá. - Tuve que darle la razón.

Después de comer, sentadas en nuestras butacas, miré a las dos amigas que roncaban a pierna suelta agradeciendo el fresquito que entraba por las rendijas de las persianas. Y sentí envidia porque nunca tendría una amiga así... ¿Por qué no tenía amigas? Quizás porque el genio de mi abuela las atemorizaba. O acababan hartas de la Cotilla que, continuamente, se metía con ellas... Pero ¡yo tenía una amiga! pequeña y fea, a la que había sacado de muchos apuros... Sentí añoranza y me levanté a buscarla. Luego, sentada de nuevo en la butaca, con Pascualita sobre mi rodilla, me sentí, más que amiga, madre y la acaricié una y otra vez, le compuse la birria de pelo-alga de su cabeza y seguí con el dedo el perfil de su boca... ¡que se abrió de repente y me mordió con toda la fuerza de sus mandíbulas -¡¡¡Serás....!!! - Sacudí con fuerza la mano y Pascualia salió disparada para caer, aturdida, en el escote de la Cotilla...- ¡Anda y que te den, monstruíto! ¡¡¡Que te salve tu abuela!!! - Y corrí a curarme el dedo hinchado que me dolía horrores.


No hay comentarios:

Publicar un comentario