viernes, 14 de junio de 2013

La abuela ha salido de buena mañana (a un recado) y ha vuelto con cara de pocos amigos. Se ha metido en su cuarto y la he oído remugar mientras estrellaba cosas contra el suelo. - ¡¿Qué pasa?! - "¡Nada que te importe!" - Así que he seguido desayunando tan tranquila, sobre todo porque lo que se rompía era suyo pero, por si acaso, he cerrado la puerta de mi cuarto con llave.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué le haces a tu abuela? - Nadaaaaaa... que manía ¡Abuela, está aquí la pesada de la vecinaaaa! - "Hola,Cotilla... Vienes en mal momento poque he dado cuenta de que voy a casarme con el hombre equivocado" - ¡Vaya! Si no lo quieres para ti, me lo quedo. - "¿Para que disfrutes de la Torre del Paseo Marítimo? ¡anda ya!... Me sacrificaré" - ¿Quién es el otro? - "Alguien que está forrado de oro. He ido a ver lo que me costaría embaldosar la fachada del balcón con chapas de titanio y he quedado quedado patidifusa, luego he mandado al vendedor a tomar viento pensando que se reía de mí, pero decía la verdad. ¡Y el tío ha forrado casi todo un museo en Bilbao! Se llama Guguenhein (o algo así) pero yo le llamo Hein, es más íntimo" - ¿Y Andresito qué ha dicho? - "No sabe nada...  ¡¿Por qué no lo habré conocido antes?!" - ¿Le conoces? - "¡Que no, pesada! Con él a mi lado, hubiese pasado a la posteridad. Imagínate dos enormes navíos en la bahía... uno a la derecha y otro a la izquierda. Un velero antíguo, anclado en el tiempo: La Catedral. En el otro extremo, un barco moderno que acaba de llegar, forrado de titanio, un museo Guguenhein, sensible a los cambios de la luz del sol a medida que pasan las horas ¡Que me río yo del edificio de Gesa! Dentro de unos años, en los libros de historia de nuestra Comunidad, al hablar de gente importante, los primeros seríamos Jaume I y yo... fíjate si no es para romper cosas"

Las dos viejas se ha sentado en la salita a hacer su cábalas entre copa y copa, de chinchón. - ¿Y si lograras conocerle, romperías tu compromiso con Andresito? - "¡Claro! pero no caerá esa breva" - Cosas más raras han pasado... Si ese tío es alemán, tendrá un apartamento en la Isla... ¿Entonces podría quedarme con Andresito?
- "¡Que perra te ha cogido con ésto! ¡¡¡Pues no!!!. Lo tendría de reserva por si las moscas" - ¡Mira que eres egoísta! ... ¿Y si voy le cuento todo ésto? - La abuela entrecerró los ojos. Avanzó un dedo acabado en una uña pintada de rojo pasión hasta ponerla junto a un ojo de la Cotilla que parpadeó, nervioso y dijo con voz ronca y amenazadora: - ¡Que te daría de comer Rita la Cantaora!

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