martes, 28 de mayo de 2013

La mesa de la cocina está llena de folletos de viaje. Hoy vendrá Andresito a comer para ver si se ponen de acuerdo, él y la abuela, sobre el lugar al que ir de Luna de Miel. Aunque me extraña que lo logren porque son como la noche y el día para esto. Ella quiere ir a África, a una tribu zulú y él a Nueva York. Yo voto por mi futuro abuelito pero ya me he echo saber la abuela que, ni pincho ni corto en este tema.

Durante el desayuno Pascualita ha echo de "mano inocente" La abuela la ha colocado sobre los folletos y ha dejado que reptara todo lo que quisiera. El viaje ganador sería sobre el que se detuviera la sirena. Pero no ha sido posible porque el bicho ha pasado de largo y se ha ido al lado de Pepe. La siguiente vez ha pasado lo mismo. Y así una vez y otra. La pobre buscaba a su silencioso amigo. Entonces la abuela ha cogido el toro por los cuernos y ha colocado los papeles en torno a la cabeza jibarizada pero haciendo trampa: los folletos que le interesaban a ella eran los que estaban más cerca de Pepe. - ¡Abuela, eso no vale! - "¿Quién se va a ir, tú o yo?" - ¡Pero no está bien que le hagas trampas al abuelito! - "Hasta que no me des un bisnieto, eres lo mismo que un cero a la izquierda"

Mientras comíamos, la abuela sacó el tema - "Ya sé dónde podemos ir de viaje, cariño, ¡a Groenlándia!" - ¿Estás de broma? Allí hace mucho frío. - "Por eso, tontín. Así estaremos abrazados todo el día y toda la noche" - No sé si será bueno para mi reuma. - "¡Ni lo notarás con el calor que nos daremos!" - Eso sí, debe haber buenas estufas allí. - "¡Yo seré tu estufa!" - Por la cara que puso Andresito, no estaba muy convencido de que le bastara con "esa" estufa. - Prefiero ir a sitios más templados y civilizados...- "¡No quieres ir a África, no quieres ir a Groenlandia!... ¿Estás seguro que quieres ir de viaje?" - Entre un lugar y otro hay un enorme abanico de posibilidades... - "Ya sé: ¡a Ciudad Juárez! Un viajes de riesgo y aventura en una ciudad fronteriza ¡yuuuuuujjjjjjjjjuuuuuuu!" - ¡¡¡No!!! Estoy empezando a pensar que lo que quieres es acabar lo antes posible, siempre después de la boda: que muera congelado, tiroteado, comido por lo caníbales - "¿Cómo puedes pensar eso de mí?" - Me lo dijo la Cotilla. - La vecina, que tenía la boca llena de sopa, se atragantó hasta ponerse morada y con los ojos en blanco - ¡Ayudadla! (gritaba Andresito) - "Déjala que le sienta muy bien éste color" (dijo la abuela mientras seguía comiendo tan tranquila. Yo hacía lo mismo porque, cuando hice un amago de levantarme, me pegó una patada en la espinilla que aún me duele) - ¿Es que no hay misericordia en ésta casa? (clamaba el viejo)

No llegó la sangre al río y la Cotilla se repuso, aunque a duras penas. - "¿Ves cómo no le pasaba nada, cariño? Hace tantos años que la conozco que me se todos sus trucos... Bueno, ¿vamos a Egipto entonces?" - Es que allí están un poco revolucionados... no sé que decirte... - "¡Dí que sí, hombre! La aventura es la aventura y hay que poner un poco de emoción a las cosas, corazón. Además... ahora es más barato ir allí...¿Quieres un chinchón, faraón mío?" - ¡Ay! que haría sin ti... ¡Que puñetas! Tienes razón. ¡Sí a todo! - Que arte tiene ésta mujer cuando quiere. La que no ha salido tan bien parada ha sido la Cotilla - "Yo te compensaré, bichito. Para empezar, borraremos a la Cotilla de la lista de invitados... No me gustan las hienas jejejejeje"
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