La abuela se ha levantado nerviosa, como siempre que desea una cosa y no para hasta que la consigue.
Se ha tirado el café con leche encima. Menos mal que Pascualita estaba sentada en el borde de la pecera y no se ha quemado, en cambio el pobre Pepe ha recibido un buen baño, pero es muy sufrido y nunca se queja, en cambio la abuela ha gritado cuando le ha salpicado en el brazo. Tiene una herida de 3º grado... pero, al fin y al cabo, el café era suyo y lo ha tirado ella.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya has ido a ver al señor Li? - "He tenido que ir al hospital ¿No ves cómo tengo el brazo?" - Claro que lo he visto pero, como te gusta tanto el protagonismo, pensé que te lo habías vendado para que se fijaran en ti. - "Yo no necesito trucos. Mi personalidad es tan fuerte que, en seguida, soy el centro de la reunión" - ¡Ya estamos con el fantasmeo! En ésto tu nieta se te parece.

Salieron las dos, discutiendo como siempre y han tardado lo suyo en volver. La abuela venía alicaída. -  ¿Qué te pasa? - "No me voy a poder casar... " - ¿Qué le ha pasado a Andresito? (pregunté, alarmada) - "He visto el complemento perfecto y no lo encuentro en ninguna de las tiendas a las que he ido... Ni siquiera el señor Li la tiene" - ¿A qué te refieres? - "Al tocado que quiero llevar" - Pero si ya tienes la peineta fosfi... - "Eso está en el aire porque si gana la apuesta la Cotilla, la llevará ella" - ¡Mándala a freír monas!- Una deuda de juego es sagrada, guapa.

Hemos comido unas tristes sopas de ajo y tres sardinas cada una, con un poco de ensalada. Esto no puede ser. Tengo que animarla. - ¿Dónde has visto ese tocado ? - "En la tele. Es la corona que llevaba la reina Máxima ¡Esa es la que quiero llevar yo!... He visitado todas las tiendas de los chinos de al rededor y no la tienen" - Abuela, esa corona vale un potosí y no la venden los chinos, si acaso los joyeros judíos de Amsterdam. - "Andresito pagará lo que haga falta." - Te harían falta un montón de Andresitos con los bolsillos bien llenos. No es quincalla sino diamantes de los buenos. - "Entonces no la llevará todos los días, a pesar de ser reina... Ahora mismo la llamo para ver si me la deja. Solo serán unas horas" - Pero no son horas de llamar. Estarán durmiendo la siesta... ¿Quieres un chinchón? - ¡Naturaca! (saltó la Cotilla)