sábado, 27 de abril de 2013

La abuela ha encendido la estufa de buena mañana y me siento como si estuviera en una sauna. - "Si el periódico dice que va a nevar, es que nevará" - Se te ha pasado por alto que las nevadas serán en la Península. - "¿No has oído hablar del Efecto mariposa? Si una mariposa mueve las alas en la otra parte del mundo, originará un vendaval aquí" - Tu escuchas muchas tonterías... ¿Te lo han contado en El Funeral? - "Allí hay mucha sabiduría" - Allí lo que hay son muchos años ... ¡¡¡Ayyyyyyyyyyyy!!! - Me ha dado tal patada en la espinilla que iré coja dos días.

Ahora resulta que la Madrina en la boda de la abuela, voy a ser yo. Llevaré al novio del brazo y el Médico a la novia. Esto está mejor, sin embargo tengo que evitar que ponga la foto del abuelito en la mesa de los recién casados. Fue una excusa que se me ocurrió y la abuela ha echo suya la idea. - ¿Qué pinta tu anterior marido ahí? - "La idea es tuya" - Pues ahora me desdigo. - "Ya no vale... Pienso que no le traté muy bien al final..." - ¿Solo al final? - "Antes solo le había engañado con otros. Pero lo de mandarlo al otro mundo me parece más fuerte" - Se merece que lo hagan santo y lo pongan en los altares. - "Tienes razón. Tendré que hablar con Francisco" - ¿Francisco? - "El Papa"

- ¡Aveamariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Yo también digo nones! - "¿No vas a venir a la boda?" - Si Cristina no quiere enseñarle al Juez sus declaraciones de la Renta, yo tampoco. - ¿Se las han pedido? (pregunté, extrañada) - ¡A mi no! Pero, en cuanto lo hagan, levantaré bien alto la cabeza, con la nariz apuntando al techo y diré: ¡Tararí que te vi! - "¿Eso ha dicho Cristina?" - ¡Pues sí! Con ese abolengo que tiene, no puede decir menos. - ¿Cuándo ha echo usted la declaración de la Renta? - ¡Nunca! ¿Y eso qué tiene que ver con lo que estoy hablando? (se volvió hacia la abuela) ¿Tú crees que alguien como tu nieta puede ser Madrina de tu boda? Nunca he conocido a nadie tan corto... bueno, sí, a tu marido... ¿No estará por aquí su espíritu, verdad?

Saboreando el chinchón y a punto de traspasar el umbral de los sueños, debido al calor que hace en casa, la Cotilla dijo: Que gusto debe dar decirle no a Hacienda... Cuando lo haga me sentiré como una Infanta. - Y nos dormimos.

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