domingo, 28 de abril de 2013

El fraile Paco persevera en señalar LLUVIA con su puntero mientras se cubre la cabeza con la capucha y la  abuela, que no cree en clericallas pero sí en Paco, ha dicho que hoy no se sale de casa. Y aquí nos hemos quedado las tres... bueno, los cuatro, que Pepe también cuenta.

Hemos jugado al parchís, a la oca, al ahorcado, hemos discutido, reído, charlado por los codos. Pascualita ha tenido que hacer doble sesión de gimnasia hasta que se ha hartado y nos ha sacado los dientes. También ha tenido sesión de prueba de vestiditos para la boda (este ha sido uno de los momentos en que la abuela y yo hemos discutido) - Si no va a venir ¿para qué le haces ropa? - "¡Claro que vendrá!" - ¡Yo no pienso ir cargada con la sirena! - "¡Si ella no va, no me caso!" - ¿Por ese bicho le harías un feo a Andresito? - "Quedará en tu conciencia ¡Egoísta!" - Los gritos iban aumentando de volúmen y me he puesto las gafas de sol por si acaso. A la hora de comer le hemos dado una alegría al colesterol: huevos fritos con sobrassada. ¡Una barra entera de pan hemos mojado en el aceite! Hummm... Manjar de dioses. Luego hemos jurado que, a partir de hoy, haremos una dieta estricta para que podamos lucir los vestidos de la boda. Por que, ahora mismo, parecemos salchichas embutidas. Todo sea por salir bien en las fotos del reportaje.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Dadme un chinchón que estoy reventada! ¡Tira al fraile ese a la basura o sujétale la mano en alto, donde dice BUENO. Si no me salen escamas hoy no me saldrán nunca ¡Cuánta agua ha caído! - Se le está poniendo cara de galápago jajajajajajaja - ¡Y tu te pareces a ese broche que lleva a veces tu abuela ¡Mira que es feo, el jodío! - ¡¿Qué yo me parezco a P...p...?! -

- "¿Dónde has estado, Cotilla?"  - He ido de excursión. Ha sido un antojo repentino... - Jijijijijiji.... ¡Un antojo! A sus años jijijijijij  - He visto un autocar del Inserso parado frente a un hotel y me he colado. Una de las mujeres que iba un poco despistada ha sido la víctima... Le he escondido el bolso y mientras lo buscaba por todas partes, le he aconsejado que mirara en su habitación y yo le explicaría lo ocurrido a la guía. Me ha dado las gracias por mi amabilidad. Así que he ocupado su puesto y como tenía su cartera, cuando la han llamado he contestado. Lo que yo no sabía era que íbamos a Valldemossa, Deiá y Sóller. Creía que me moría con tanta curva, además, no llevaba paraguas y cuando bajábamos del autocar me ponía hecha una sopa. En el restaurante, con el estómago revuelto, no he comido pero he pedido que metieran las sobras en una tartera y aquí la traigo. Es paella. - "¿Hay para tres?" - Si, porque he dicho que los restos de los demás platos, los pusieran también.

A la hora de la cena, las dos viejas se han hinchado de paella y ahora, quién tiene el estómago revuelto soy yo.

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