miércoles, 20 de marzo de 2013


Esta mañana, antes de salir hacia el trabajo, la abuela me ha pedido que a la vuelta, traiga el pan - Sí, wuana. - "¿Estás aprendiendo idiomas a tus años? jejejeje" - No, wuana  (he contestado algo picada) -" Bueno, déjate de sandeces y que no se te olvide que luego no habrá para mojar la salsa" - Sí, wuana.

Cuando iba por el pasillo la he oído hablar con Pascualita - "La Primavera la tiene alterada, como a ti. A ver si encontráis novio pronto por que no hay quién os aguante... Y tú no te comas a los pretendientes que a éste paso acabaré trayéndote un pulpo a falta de otras especies.

A mediodía ha llegado la vecina - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Tengo un dilema como un catedral! ¿Se pueden adorar a dos santos a la vez y no estar loca? - "La canción no dice exactamente esto pero, no creo que los santos sean incompatibles aunque yo de estas cosas se más bien poco" - Ya sabes que idrolatro a Luis Bárcenas, el gurú que se merece que le siga con los ojos cerrados para aprender de él cómo se juntan 32 millones de euros en el extranjero, sin despeinarse y encima no duda en denunciar al lucero del Alba para que le paguen lo que es suyo... - "¿Los 32 millones?" - Esos no son suyos... o sí... No lo sé porque aún no me he leído sus obras completas. - "¿Las ha publicado?" - En la librería me han dicho que no pero, en cuanto lo haga te lo diré para que las compres - ¿Por qué no las compra usted, tía lista? - Porque no me llega la paga a fin de mes, bonita. - "Y cuándo tengas millones ¿me devolverás el importe de los libro?" - ¡Por supuesto que no! Va contra mi ética que es: Santa Rita, Santa Rita, lo que se da no se quita.

- "Cual es el otro "santo" del que hablabas?" - El Papa Francisco. - ¿Ya lo han hecho santo? Aquí el que no corre, vuela. - Que yo sepa no pero no tardarán porque ha hecho un milagro... bueno, de momento, ha hecho medio... ¡Mirad! - La Cotilla se puso de pie, se ciñó la parte alta del jersey y dijo: - ¿Qué? - "¿Qué de qué?" - Ya sé que estoy descompensada pero, todo se andará porque voy a ponerle un montón de cirios a Francisco para que redondee el milagro. - Efectivamente, estaba descompensada. Tenía un pecho turgente y el otro flácido desde hacía muchos años. La abuela y yo nos miramos e, inmediatamente, unos lagrimones causados por la risa contenida, rodaron por nuestros rostros. Antes de empezar a comer, la vecina se empeñó en rezarle al futuro santo - Te agradezco los garbanzos que nos vamos  comer, aunque hubiese preferido corderito al horno. Y por otra parte, no tardes mucho en terminar la faena que has hecho en mi cuerpo. Ya sé que eres novato en milagros pero aplícate, por favor... Amén. - No pudimos aguantar más y reímos hasta quedar dobladas. - ¿Qué pasa?... ¿me he perdido algo?... ¡Ah, ya! jejejejeje la envidia os corroe jejejejeje.

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