domingo, 31 de marzo de 2013

- Se acabó la Semana Santa pero no para nosotras jejejejeje... Todavía nos queda mañana para seguir con el "régimen" de engorde. La Cotilla me ha advertido que como se me ocurra comerme cuanta delicatesen haga la abuela, me volverá del revés como a un calcetín y me lo sacará a la fuerza... Es capaz de hacerlo. Y como a mi no me cabe un crespell más, me abstendré de dejarla sin suministro...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - ¡No he comido nada! - Más te vale si no quieres salir en los telediarios con los higadillos por fuera. - "No le digas eso a mi nieta que luego sueña" - Gracias, abuela. - "De gracias, nada. Me gusta dormir de un tirón" - Hoy ayuno y así le haré sitio a Pascual. - ¿Cómo? ¿Mañana vendrá Pascual? ¿Y Andresito? jejejejeje ¡que cuajo tienes, amiga! ¡Esto no me lo quiero perder! A las 7 de la mañana estaré aquí como un clavo. - Le va a abrir Rita la Cantaora. - ¡Tengo llaveeeeee! (dijo, cantarina)

Mientras se echaban la siesta después de comer, cogí a Pascualita para que se desentumeciera un poco. Desde que no tiene la bañera rosa tiene poco espacio en la pecera y hace muy poco ejercicio. Así que me he puesto el guante de acero, he cogido a la sirena y la he colgado de mi dedo pulgar. Parecía uno de esos peces que ponen a secar al sol. Mientras tanto me puse cómoda para ver una película. Tenía el codo apoyado en el brazo de la butaca y la mano en el aire con el pulgar extendido. Debí dar alguna cabezada (es imposible estar despierta a esas horas) y miré a Pascualita con sorpresa - ¿Qué hace ésta aquí. - me dije.

Al abrir de nuevo los ojos, bizqueé intentando saber de qué iba la película... ¿o eran anuncios? Noté que se me dormía el pulgar, del que ya no recordaba por qué estaba tieso teniendo, como tenía, el resto del cuerpo dormido. Instintivamente me lo llevé a la boca para chupármelo...

Ahora estoy... ¡hip! ... bastante mejor... gracias... pero tengo los ... ¡hip!... labios tan hinchados que uno me llega a la nariz, impidiéndome ... ¡hip! ... respirar y el otro me tapa la barbilla... ¡Y sin silicona!... ¡Ayyyyy, que doloooooooooor!... ¡hip! ... y que borracheraaaaaaa. ¿Por qué me da chinchón la abuela si yo estoy en el ... ¡hip! ... ajo del misterio de Pascualita?... ¿Dónde estará la sirena?...Estoy fatal... ¡hip!... Oh, ho. La abuela se la está colocando a la Cotilla en... el pecho... jijijijijiji...¡que jodía!  

sábado, 30 de marzo de 2013

- ¡Ay! no me puedo mover... me siento como una ballena después de comerse un plato de fabada ¡ay, ay, ay! ... Me he comido todas las empanadas que hizo la abuela... ¡ay! y los robiols, los crespells ... ¡Huy, que malita me pongo hablando de comidaaaaa!... No he dejado nada, ni las migas... Abuela ¿me preparas una manzanilla? - "¿Yooooooooooo? ¡Egoísta! Gracias a tí ahora tendré que volver a hacer un poco de todo" - ¡No, por favor! No ves que tendré que volver a comer... ¡Ay! Toda la culpa la tiene la puñetera Cotilla y tu por darle alas. - "¿También es culpa mía que comas como una lima nueva?"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! Se oyen los lamentos desde la esquina ¿Qué pasa? - "Tiene un empacho digno de un primer premio" - ¡¿No me digas que no me ha dejad nada?! (ha venido hacia mi como una locomotora a punto de batir un record mundial de velocidad) ¡No me lo digas! - No se lo dije, claro. - Se plantó delante de mi, con los brazos cruzados sobre la tripa, mientras daba golpes al suelo con la punta del pie - ¿Voy a tener que esperar mucho? - Usted sabrá. - ¡¿Me lo vas a decir o no?! - ¡Aclárese de una vez que no tengo el cuerpo para acertijos, jopé ya!

La Cotilla  me estaba aplicando el 3º grado y no me gustaba. ¿Por qué era tan contradictoria? Si todos los interrogatorios son así, no me extraña que nadie quiera hablar. No porque no quieran sino porque no saben a qué atenerse ¿Tanto cuesta decir bien la cosas? - ¡¡¡Vómita de una vez!!! - No me lo tuvo que repetir dos veces... ¡que a gusto me quedé! Ahora está enfadada porque le he dejado las zapatillas y la falda que no hay por donde cogerlos... ¿En qué quedamos?... Un chinchón me vendrá de perlas.

- Por fin se ha ido la vecina ¡Que comida me ha dado!Dice que soy... ¡hip!... egoísta porque me he comido todo lo que preparó la abuela para estas fechas ¡para que no se lo coma ella! He jurado y .. ¡hip!...perjurado que es mentira. Y he tenido que ... hip!...aguantarme la risa más de una vez porque la tía tenía razón pero ¡no se lo podía decir! Sería como confesar que el asesino no es el mayordomo ¡si no yo! jajajajajajaja... La abuela no suelta la botella de chinchón ... ¡hip!... dice que ya he bebido bastan... ¡hip! ... te ¿Quién es ella para ... ¡hip! ... decirme a mí las ... ¡hip! ... las copas que puedo... ¡hip! ... tomar?... ¿Eso lo he di... ¡hip! ... cho yo o uno que lleva bi... ¡hip!... bigote?

viernes, 29 de marzo de 2013

Mi gozo en un pozo. Ya estamos todas en casa otra vez. Pensaba que éste año me libraba del potaje de Semana Santa pero la abuela ha dejado a su novio para venir a cumplir con la tradición de todos los Viernes Santos, a pesar de su ateísmo. Dice que lo cortés no quita lo valiente.

¿No sé si puedo tacharla de falsa ya que, en éste caso debería incluirme yo también porque... ¡no me gusta el dichoso potaje! Pero no se lo puedo decir porque entonces, en lugar de comerlo una vez al año, lo hará cada semana, así que me sacrifico, lo alabo y se que, en cuanto me acabe el platazo que me pone, no volveré a verlo hasta el año próximo.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa!..¡Ya huelo a potaje! Se me hace la boca agua... ¿Comemos ya? ... ¿Es pronto?... ¿Esperamos a alguien?... - Acabo de desayunar - Ese es tu problema... ¿Y si me pones un poco como aperitivo?... Espero que hayas echo mucho porque pienso repetir y luego me llevaré lo que sobre, en un taper, para mañana - ¿Y si lo quiero yo? - Pero ¿cómo puedes ser tan egoísta? ¡Dónde has aprendido estas cosas? porque ni tu abuela ni mí yo, somos así....A saber con quién andarás por ahí" - "Déjala que ande con quien quiera.  A ver si alguno pica o tendré que buscarme un bisnieto en uno de esos orfanatos del extranjero más lejano"

- ¿Vendrá Andresito?... jijijijiji... ¿Qué tal ha ido? - "Un  truinfo. Hemos hemos cortado las dos orejas y el rabo" - ¿Solo dos orejas? - "Mujer, quién dice dos dice seis" - Tampoco te tires faroles... con dos está bien...  ¿Os ha dado tiempo de ver alguna procesión? . "Haciendo zapping hemos visto unas cuantas. No sabes lo que le gustan a Andresito esas cosas ¡Si hasta se ha puesto a cantar una saeta en el momento cumbre!" - Abuela, eso es imposible porque tu novio ya no está para muchos trotes. - "Mujer de poca fe. Tu no sabes lo que hacen unas copas de chinchón y una pastillita azul. Se me ha ido a la estratosfera" - Un día irá y no volverá. - "Puede, pero como dice él: que le quiten lo bailao" - Jajajajaja Tendré que probarlo. Tráeme una de esas pastillas y regalame la botella de chinchón que está empezada... - "¿Te pongo también el novio?" - Vale, así no perderé el tiempo buscándolo.

Después de comer la Cotilla se ha dormido en seguida, menuda digestión le espera después de haberse comido tres platos de garbanzos y dos copas de chinchón (para bajar la comida) - "Creo que no le voy a dar las sobras a ésta y así mañana comeremos el potaje con arroz y ahorraremos un poco" - ¿Quéééééé? Pero si te ha lo pedido tu mejor amiga. - "Pues no me da la gana dárselo... además, mi mejor amiga es Pascualita y la pobre ni lo ha probado...Le voy a dar un poco" - Al cabo de un rato la tripa de la sirena estaba muy hinchada...  poco después se oyeron unos sonidos y la sirena se sujetó la barriga... - ¿Son sus tripas? -  Luego el agua de la pecera se llenó de burbujas y un olor fétido se extendió por la salita - "¿Esto es...? - No pudo acabar la frase porque un trueno retumbó muy cerca de nosotras. La Cotilla se removió en la butaca y el trueno volvió a sonar. La abuela se puso en pie de un salto, cogió el chinchón con una mano mientras con la otra se tapaba la nariz. - "¡Corre!. (me dijo) ¡Es una  tormenta biológicaaaaaaaaaa!


jueves, 28 de marzo de 2013

Estamos en la semana de Pasión y la abuela ha cogido el rábano por las hojas, le ha dado la vuelta y lo ha convertido en la Semana de Pasión... sexual. Esta mujer no tiene límite. Antes de que pusieran las calles, ha llamado a Andresito y le ha urgido para que pasara a recogerla cuanto antes. Por lo visto él no la ha entendido a la primera, cosa que no es de extrañar porque debía estar en el primer sueño y ella ha insistido, algo mosca - "Necesiiiiiito que vengas, mi amoooooor... ¿Quién estaba enferma? ¿Yoooooooooo?... ¿La tonta de mi nieta te lo dijo? ¿Y le haces caso? ... Sí, me había dormido pero de aburrimiento... ¿Que yo había bebido?... ¿Ves como es tonta? ¿Cuándo has visto tú que a mi me tumbe una bebida? ... ¡Lo sé, picarón jejejejejeje! Anda, pon una botella de champán al fresco y ven a buscarme en tu carroza, mi príncipe azul" - ¡Jope! pues sí que está inspirada de buena madrugada. Como ya me había desvelado entré en su cuarto. En la pequeña maleta había varios picardías, piezas de museo de los años 60 que conserva en alcanfor. Menos mal que los saca de vez en cuando para que se aireen, sino Andresito no le dura un asalto.

Estoy sola en casa... bueno, con Pascualita. La abuela se la quiso llevar pero no cabe en el termo. Claro, le da a probar de todo y la birria esa no sabe decir que no y así está, como un pez globo. - ¿Para que quieres llevártela si no tendrás tiempo para ella? - "Para que aprenda lo que es la vida. La multiplicación de las especies. La atracción mutua y su resultado, la..." - ¡Para, para! ¿Quieres que Pascualita aprenda pornografía? - "Es necesario que lo sepa para cuando regrese a su hábitat... la pobre quedaría en evidencia ante los requiebros de un sireno si no supiera qué contestar o qué hacer" - ¿Te crees que es tonta? Las especies se han reproducido, desde que el mundo es mundo, sin necesidad de tus lecciones.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿Dónde está tú abuela? - Supongo que en el séptimo cielo con Andresito.  - ¿Y cuándo vuelve? - Cuando uno de los dos acabe en la UCI - ¡Hala, pues ya estás sacando la retahíla de dulces que me nombró, que vengo a merendar. - Esta semana se recomienda ayuno y abstinencia. - No estoy para chistes. He dejado mi negocio en la procesión para que no se os quede rancia la comida. Así que, encima que os hago un favor, no me vengas con remilgos ¿Dónde están esas torrijas? - Se las ha llevado para reponer fuerzas entre revolcón y revolcón.

Que poco aguante tiene esta mujer. Se ha puesto echa una fiera y gritaba diciendo cosas como que le estaba bien empleado por no haberle sido fiel a Bárcenas. ¡Si se está en un negocio, se está en el negocio! y a mi me ha podido la gula ¡Cuándo aprenderé!

No sé cuando será pero hoy no porque Pascualita le ha saltado a la cara. Como a falta de pan, buenas son tortas, el bicho debió pensar que la vecina me atacaba y al no estar la abuela, me ha defendido a mí. Ahora tengo a la Cotilla roncando a pierna suelta, gracias al chinchón, y con la cara hinchada como el muñeco de Michelín. ¡Menuda tarde me espera!

miércoles, 27 de marzo de 2013

Espero que la Primavera se vaya asentando y la Cotilla se calme, aunque no creo que sea esta semana porque van a cambiar la hora, así qué, además de la Primavera, tendrá que asentarse su cabeza. ¡Por qué no encontrará un novio que se la lleve lejos!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿Qué os parece mi nuevo look? - ¿A dónde va con esas sayas? - ¿Ves como tengo razón cuando digo que tu nieta es tonta? A ver, boba de Coria: llevo capirote, una túnica hasta los pies, cordón en la cintura y los bolsillos llenos... Piensa un poco... ¿quieres más pistas? estamos en Semana Santa... así que voy de... - Nazarena - ¡Bingo! acabas de ganar una muñeca chochona.- Es que me extraña que vaya vestida así. No va con usted. - ¿Cómo que no? Te recuerdo que paso mucho tiempo en las iglesias...

En ese momento la Cotilla se fijó en "una cosa" que iba reptando por la mesa de la cocina, vestida también de nazareno. ¡Ay, Dios! Tener una abuela atea no quita para que siga las tradiciones religiosas y hasta que no le ha echo un traje a Pascualita, no ha parado. Otro que no se ha salvado es Pepe, claro que como solo ha tenido que hacer el capirote ha sido más fácil. Pero ¿cómo se le ocurre tener a la sirena fuera de la pecera sabiendo que la pajarraca de la vecina suele rondar por casa a estas horas? - ¿Qué es eso? - "Como no voy a ir a las procesiones, por puro pundonor, las monto en casa. Disfrazo a un muñeco, pongo un disco de saetas, me como unos pestiños y unas torrijas, unos crespells, unos rubiols, unas rosquillas..." - ¡Para! ¿Te comes todo ésto y no me has dicho nada? ¡Valiente amiga estás echa! Y mientras, yo tengo que ir a paso de tortuga por las calles, aguantando a los pedigüeños de confites, las bandas de música y los parones para acabar con los pies como botas... claro que también me saco mis dineritos. - "¿En la procesión?" - Al que me pide confites: 1 euro. Si  oigo a un niño decirle a su madre que tiene hambre, saco un bocadillo del bolsillo y 3 euros al canto. ¿Qué tiene sed? un botellín de agua: 2 euros. "¿Pero qué llevas en los bolsillos, un supermercado?" - Bueno, no me falta de nada. - "¿Y con qué dinero has comprado todo eso?" - ¿Quién ha hablado de comprar? Si no llego a fin de mes. Me he inspirado en mi gurú Bárcenas y me va de maravilla. En las tiendas pequeñas me "abastezco" de todo. Luego os enfadáis cuando digo que hay que montarle de nuevo un altar. ¡Lo que sabe este hombre!...

Al quedarnos solas, la abuela corrió a arreglarse y salió de su cuarto ¡con mantilla y peineta! Me costó lo mío recuperarme de la impresión. Pero lo hice cuando vi que cogía a Pascualita y la intentaba meter en el termo aunque, gracias al traje y los michelines, no entraba. - ¿Qué piensas hacer con ella? - "Ganarme unos euros. No voy a ser menos que la Cotilla. Venderé claveles reventones y la sirena será un reclamo" - ¿La sirena? ¡ni se te ocurra sacarla a la calle!... Espera un momento... tómate un chinchón que hace frío en la calle... ¿Quieres otro?... - Horas después Andresito llamó por teléfono preguntando por la abuela. - Está durmiendo y no creo que se despierte hasta mañana.

martes, 26 de marzo de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa!... Ay, vivo sin vivir en mí... - ¡Ni en su casa! ¿sabe la hora que es? - Acabas de romperme la inspiración... ¿Y ahora como sigo? ¡con lo bien que me iba saliendo la poesía! - ¿No me diga que se la estaba inventando? - Pues sí. A ver si te crees que todas somos tan berzotas como tú que eres incapaz de juntar dos palabras que rimen - ¿Cómo que no? Mire: Con cien cañones por banda, viento en popa a... - ¡Vale, vale! Eso no se te ha ocurrido a ti. - Ni a usted el "vivo sin vivir en mí" - ¿Qué te juegas? - Eso lo escribió Santa Teresa de Jesús y aunque tiene usted más años que Matusalem, no coincidieron en el tiempo. - ¿Ella es más joven?... Me extraña... Si no lo he inventado yo ¿de dónde lo he sacado? - ¿De un libro? - Hummm... va a ser que no...¿Está tu abuela?

Mientras desayunábamos, la Cotilla sacó el tema que le interesaba - Veo que el incendio ha servido para algo. Os habéis quitado de encima aquella bañera rosa, que ya me explicarás qué hacía plantada en el comedor ¿La guardabas para tu, más que improbable, bisnieto? Cuando eso llegue, si es que llega, habrán salido modelos nuevos. - ¿Le molestaba a usted mucho? - Sí, todo lo que es anti estético me molesta. - "Hablemos de otra cosa" - ¿Cuándo te casas? - "Cuando nada me lo impida" - ¿Cómo qué? - "La elección del Papa; el asunto Corina; Urdangarín y sus trapicheos; cosas así. Cuando me case quiero que solo se hable de mi boda". - No quiero que pienses que soy egoísta, porque no va con mi naturaleza, pero tengo cosas más importantes en qué pensar. Vosotras me habéis causado un problema (la abuela y yo nos miramos un instante) ¿Dónde pongo ahora la foto de Bárcenas? - Lo siento por Pepe pero no tenía otra cosa a mano y se lo tiré a la cabeza.

A la hora de comer, la Cotilla ha venido con MIS gafas de sol. Lleva un ojo a la funerala. La abuela la estaba esperando para darle una noticia - "Tenemos denominación" - Eso qué es. - "Pues... como los vinos que tienen denominación de origen pero en personas" - ¿Nos pagarán por ello? - "No, es un título honorífico. Somos pro etarras... ¿cómo se te ha quedado el cuerpo?" - Me pinchan y no me sale chinchón. - "Ha sido un detalle por parte de la Delegada del Gobierno en Madrid hacia los que nos manifestamos contra los desahucios, sobre todo de los que van a las casas de tronío, a molestar, dice ella" - Pro etarras...Que antigua ¿no? - "Eso me ha parecido a mí pero, hija, un título es un título... ¡Niña, saca el chinchón!"

lunes, 25 de marzo de 2013

He estado al borde del patatús. Mi casa huele a chamusquina, las paredes están negras, los muebles del comedor no existen, incluyendo el "acuario" rosa de Pascualita. El agua ha estropeado muchas cosas y yo me siento fatal. Así que cuando he vuelto del trabajo, con la moral por los suelos,  me esperaba que la casa oliese mal pero no  a... ¡demonios!. La abuela ha vaciado dos botellas de perfume concentrado, por todas las habitaciones. Y ahora no hay quien entre.

Pascualita no ha salido de la pecera, no le gustó la experiencia de verse entre llamas. Y Pepe necesita un buen lavado y recoser algunos pequeños estropicios. Menos mal que la abuela se acordó de él y lo salvó cuando el fuego estaba a punto de quemarlo. Hubo un altercado a cuenta del jibarizado cuando el bombero supo que se trataba de una pieza de adorno en lugar de un ser humano. Se negó en redondo a que la abuela retrocediera para recuperarlo y la empujó hacia la salida. - "¡Necesito a Pepe! El pobre ya lo ha pasado bastante mal en la vida como para que ahora su familia lo abandone a su suerte" - ¿No me ha dicho que no es una persona? - "Ahora no, pero antes sí" - ¿Está borracha? - "Huy, acaba de recordarme que salve el chinchón... ¡Déjeme! Los recojo en un momento, hombre" - El bombero y la abuela recibieron un manguerazo y rodaron por el suelo. Ahora va un poco coja pero le encantó la experiencia de sentirse rodeada por unos brazos fuertes y rudos que la levantaron en vilo, junto con Pepe y la botella de licor, y se la llevaron como si fuera una pluma, hasta ponerla a salvo.

Mientras comíamos, sentadas a la mesa de la cocina, llegó la Cotilla - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¿No habréis empezado sin mi, verdad? - La abuela la miró con altivez - "Si te hubiese pasado lo que a mí, no te haría falta comer" - ¿Has picado entre horas? - "¡Me salvó el bombero más guapo del calendario!" - ¡Que suerte tienes, condenada! - ¿Suerte? Y por poco nos quedamos sin casa? - Ya salió la aguafiestas de siempre. ¿No puedes ver las cosas por el lado positivo? Has salido en la tele. - Ya, pero poquito, solo le preguntaban a la abuela. - Por que es más interesante que tú, boba de Coria. Siempre estás quejándote por todo... - ¡Oiga! No se ponga tanto que me va a dejar sin comida. - ¿Lo ves? ... Si no te basta la comida hazte un huevo frito.


domingo, 24 de marzo de 2013

Ya me parecía a mí que las ideas de la Cotilla no podían traer nada bueno. Las lleva a cabo con tanta vehemencia que se pasa de rosca. Al altar de Luis Bárcenas nunca le faltan cirios y velones, todos encendidos a la vez haciendo una luminaria que cualquiera diría que es un día soleado cuando, en realidad, es noche cerrada.

Ayer ocurrió lo que me temía. Una vela se cayó y la llama prendió en las cortinas de la ventana. A mi me parecía que olía a quemado pero la abuela dijo que no. Yo insistí y recibí un bufido. Y cuando volví a la carga y abrió la boca para ponerme de vuelta y media, llamaron a la puerta: - ¡¡¡Bomberos!!!

Con ellos llegó la Cotilla - Volvía a casa y vi salir una humareda por vuestro balcón ¿es que no olíais a quemado? - Antes de que yo pudiera contestar, la abuela se puso estupenda y dijo: - "Hace un rato que se lo estoy diciendo a ésta pero, ya sabes como es... nunca se entera de nada" - ¡Ay, hija, Que cruz te ha caíd!

Los bomberos fueron a lo suyo y mientras por la ventana entraban chorros de agua, la Cotilla se dio cuenta de que su altar ardía como una pavesa. Histérica perdida, buscó algo con que salvar la foto de su gurú. Lo que tenía más a mano era el "acuario" y no se lo pensó dos veces. Lo cogió, lo balanceó y descargó el agua, el barco hundido, la arena, las plantas y a Pascualita, sobre la fotografía.

Vi caer a la sirena entre las llamas. Grité: - ¡Abuela, coge a Pepe! - mientras me tiraba hacia adelante para coger al dichoso bicho. - Un bombero preguntó - ¿Dónde está Pepe, señora? ¿Es un niño o un adulto? - "Adulto, pero no busquen mucho porque solo es una cabeza" - Que preparen la ambulancia. A esta mujer le ha afectado el humo...  - Salí del comedor algo chamuscada con Pascualita, tiznada pero viva, en el bolsillo de la bata. Me llevé una bronca de un bombero y salí corriendo escaleras abajo. En la acera estaba la Cotilla abrazando contra su pecho la foto del Listo. Me fui a por ella dispuesta a estrangularla con mis manos doloridas - ¡Deténganla. Es la pirómana!

Finalmente pude aclarar las cosas. Esa noche dormimos en una pensión y hoy hemos tenido tanto trabajo para adecentar el piso que estamos derrengadas. La Cotilla ha aparecido cuando ya anochecía - "Podrías haber venido a ayudarnos" - He preferido venir ahora porque no quería estorbar. - Le tiré un vaso a la cabeza pero el cansancio hizo que perdiera mi puntería y rompí uno de los apliques de la pared. - Que nieta tienes... Vamos a tomarnos un chinchón que menudo día hemos tenido. - ¿Hemos? (dije, furiosa) - Sí, guapa. No eres la única que ha sufrido una desgracia. Yo he tenido que comer un sopicaldo y una reseca tortilla de patatas en un comedor social y no me quejo. - Fui a buscar a Pascualita que dormía plácidamente en la pecera. La cogí con brusquedad y la tiré a la espalda de la Cotilla. - Abuela, pónme un chinchón, por favor - Y me senté a esperar el resultado del ataque virulento que no se hizo esperar. Que razón tenía quién dijo que la venganza se sirve en plato frío.



sábado, 23 de marzo de 2013

Cuanto mejor huele en casa, más tiempo permanece en ella la Cotilla. Quiere ser la primera en todo, por ejemplo, en comer las empanadas de la abuela, o los crespells o cualquiera de los manjares que hace por estas fechas. Lo lógico es que sea yo quién los pruebe primero porque los hace MI abuela, están en MI casa, los avíos se han comprado con MI dinero y además, soy la más joven... ¡Pues no llego a tiempo!

Y encima se ríen de mi: que si me faltan reflejos; que qué juventud; incluso le oí decir a la vecina - ¡No está echa la miel para la boca del asno! si quiere una empanada, que se la compre y estas ¡para nosotras!

Pascualita lleva unos días sin hacer ejercicios y como la abuela se lo da todo a probar, ha perdido la poca feminidad que tenía. Sus curvas ya no son hacia adentro sino hacia afuera. Con esta manía que le ha dado de saltar del "acuario" a la mesa que tenga más a mano, temo que un día falle y ruede por el suelo como una pelota. La abuela dice que exagero y que ella la ve igual que siempre... hasta que intenta meterla en el termo de los chinos.¡No cabe! Está gorda como un ceporro. Tengo que pensar en algo para que Pascualita haga ejercicio todos los días... ¡¡¡Ya lo tengo!!! La usaré de pelota y la tiraré sobre una cama o el sofá, donde no pueda hacerse daño y en lugar de ir a recogerla yo, haré que sea ella la que venga arrastrándose. Cuando se lo dije a la abuela torció el gesto pero creo que no le pareció mal.

Esta mañana hemos practicado. Pascualita nadaba tranquilamente. La he cogido por sorpresa y acto seguido, la he lanzado contra el sofá... La cosa era que reptara y viniera hacia mí para que pudiera lanzarla otra vez. En lugar de eso se ha quedado aturdida y sin saber qué hacer - Ven, Pascualita... tienes que venir... Vale, por ser la primera vez, vendré yo pero no te acostumbres. Esta vez la tiré sobre mi cama pero tampoco vino. La abuela me recordó que hay que darle una golosina.  - "Porque, con lo sosa que eres, dan ganas de salir corriendo"

Abrí una lata de atún delante de ella y le enseñé el contenido - ¡Mira, te daré un poco cada vez que vengas hasta donde estoy yo. Vamos! - Volví a tirarla sobre mi cama y esta vez sí que vino reptando sobre sus michelines. Yo estaba entusiasmada - ¡Abuela, mira que lista es Pascualitaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyy!

La abuela no podía parar de reír ni yo de saltar y dar vueltas al rededor de la mesa. Mientras gritaba lo lista que era la sirena, señalándola con el dedo, la tía llegó hasta mi, se impulsó con la cola y me clavó los dientecitos de tiburón. El dedo se hinchó como una bota. El dolor era inaguantable y si no fuera porque no podía dejar de gritar, llorar y saltar, hubiese pisado al monstruo hasta hacerla picadillo - Por lo menos dame chinchón - le lloriqueé a la abuela - "A ti no te hace falta porque estás en el secreto de la sirena" - ¡Encima!

viernes, 22 de marzo de 2013

La Cotilla ha recuperado el apetito con creces ¿Cómo puede comer tanto una mujer de 85 años? Más que comer, devora. Miedo me da que descubra a Pascualita y se la coma sin pasarla por la sartén... Tampoco estaría bien que la friera... ejem...bueno, yo sé lo que me digo. El caso es que, desde que puede ver el altar de su gurú iluminado, parece otra. Ahora viene más por casa que antes, como si no fuera suficiente la tabarra que nos daba y como come como una lima nueva, tiene más energías.

- Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! - ¿Por qué no se está un ratito en su casa? sus muebles no la van a conocer. - Si pudiese dormir aquí, a los pies del altar de esa eminencia, lo haría, aunque fuese en el suelo raso... pero ya que tienes una cama confortable y yo soy muuuuuuyyyyyy mayor... ¿no me la dejarías, resalá? - ¡Ni harta de vino! quite, quite. - Que mala persona eres... Pobre de tu abuela, lo que tiene que aguantar jijijijiji - ¿A qué viene eso? - Muy mal tiene que haberlo hecho en la vida para que ahora pague por sus pecado teniendo que verte todos los días... - ¡¿A qué le tiro al gurú de las narices por el balcón?! - "¿Ya os estáis peleando? ¿Qué pasa ahora?" - Nada... Tengo que pedirte un favor...Ves a las iglesias donde "límpio" los cepillos y me llevo las velas y dí que he sido yo. - "¿Habéis tomado chinchón y no me habéis esperado?" - Noooooooo... Tu haz lo que te digo. - "¿Para qué?" - La policía vendrá a por mi y cuando me interroguen diré que no voy a decir ni mú. Que no me da la gana. Que me niego en redondo porque soy más chula que un ocho... como ha echo Bárcenas delante del juez. ¡Es que me tiene loca este hombre! - "¡Lo haré! ¿Cuánto me vas a pagar?" - Na.... nada...mi pensión no me... - "Quien algo quiere, algo le cuesta" - ¡Pero no tengo nada! - "Si tantas ganas tienes de emular a Bárcenas, arriésgate. El lo hace... "

Después de comer ha cogido su copa de chinchón y se ha plantado frente al altar de la vergüenza (como le llamo yo  pesar de que a la vecina no le gusta). Al cabo de un rato, mientras nosotras creíamos que se estaba estrujando las meninges pensando algo para "pagar " a la abuela para que la delate, la oímos roncar a pierna suelta. - "Aprovechando que ésta ya no se entera de nada, trae a Pascualita y le daremos un poquito de chinchón para combatir su astenia primaveral"

jueves, 21 de marzo de 2013

¡Que harta nos tiene la Cotilla con el medio milagro que se ha realizado en su cuerpo! - Ni en mis mejores tiempos estuve tan buena ¡Ay, Francisco, acaba el trabajo de una vez!... Luego iré a Intervíu para que me hagan un reportaje fotográfico ¡Imaginaos la portada! - "Nos la imaginamos, hija, nos la imaginamos" - Que poco entusiasmo le pones... ¿Estás picajosa? ¡Ah, se siente! - ¿Va usted de lado o son imaginaciones mías? - No me he dado cuenta pero... jijijijij no te extrañe, la exuberancia es manifiesta.

La abuela y yo hemos discutido sobre la posibilidad de emborrachar a la Cotilla y dejar que la sirena le muerda el otro pecho para que el "milagro" sea completo, pero llegamos a la conclusión de que sería perder el tiempo y además expondríamos a Pascualita a contagiarse de vaya a saber usted qué. - "No vale la pena porque han pasado unos días y puede que el veneno ya empiece a perder fuerza. Entonces nos encontraríamos con la bajada de un pecho y la subida del otro, lo que nos acarrearía tener que aguantar más días a la vecina y no sé tú, pero a mi ya me tiene hasta las narices con el temita"

Unos días después el "milagro" se completó, pero no a gusto de la Cotilla sino de acuerdo con las leyes de la Naturaleza. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡Ay, que disgusto tengo! ¿Quién me mandaría  encomendarme a alguien que no tiene ni idea de milagros, con la de santos milagreros que hay en el santoral? - "¿Qué te pasa?" - ¿Qué me va a pasar? Mi gozo en un pozo. Ni portada de Intervíu ni ná. Con lo bien que me hubiese ido el dinero de la exclusiva ¡Ay, ay, ay, ayyyyyyyy! ¡Si es que he nacido para pobreeeeee!... ¡Mírame! plana como una tabla de planchar ay, ay, aaaaaaaaaaayyyyyyyyyy. - "No te pongas así, mujer... Míralo por el lado bueno..." - ¿Es qué hay uno bueno? - "Lo que te vas a ahorrar en ropa"

La comida pasó sin pena ni gloria y eso que la abuela se había esmerado. Pero los ánimos de la Cotilla estaban por los suelos. Ni siquiera sabía lo que comía y eso nos dio una pista de lo mal que loestaba pasando la mujer. La abuela, para animarla, le contó anécdotas de su éxito con los hombres hasta que cerró la boca de golpe cuando le di una patada en la espinilla por debajo de la mesa.

Mientras tomábamos el café rehusó el chinchón - "¡Cotilla, tu estás enferma!" - Asustada, la abuela le propuso ir con ella al Funeral. Le dejaría ropa y complementos para que brillara con luz propia, pero dijo que no. - Todo esto me ha pasado por traicionar a mi gurú. El sí que sabe hacer las cosas, mira sino al ex marido de Ana Mato que, siguiendo sus enseñanzas, ha denunciado a los suyos por despido improcedente y pide un pastón. Déjame que le coloque un altarcito a Luis Bárcenas, al fin y al cabo estoy más tiempo aquí que en mi casa.... ¡buuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaaa!

De nada ha valido mi enfado, mis ruegos o mis amenzas. La abuela se ha convertido en un muro en defensa de su amiga y ahora, la foto del tiparraco ese está sobre el aparador del comedor con unas cuantas velas encendidas. Me he buscado una pequeña venganza: enseñar a Pascualita a escupir agua a los cirios y apagarlos. La abuela me deja pero, en cuanto viene la Cotilla, los enciende. Estoy frustrada.

miércoles, 20 de marzo de 2013


Esta mañana, antes de salir hacia el trabajo, la abuela me ha pedido que a la vuelta, traiga el pan - Sí, wuana. - "¿Estás aprendiendo idiomas a tus años? jejejeje" - No, wuana  (he contestado algo picada) -" Bueno, déjate de sandeces y que no se te olvide que luego no habrá para mojar la salsa" - Sí, wuana.

Cuando iba por el pasillo la he oído hablar con Pascualita - "La Primavera la tiene alterada, como a ti. A ver si encontráis novio pronto por que no hay quién os aguante... Y tú no te comas a los pretendientes que a éste paso acabaré trayéndote un pulpo a falta de otras especies.

A mediodía ha llegado la vecina - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Tengo un dilema como un catedral! ¿Se pueden adorar a dos santos a la vez y no estar loca? - "La canción no dice exactamente esto pero, no creo que los santos sean incompatibles aunque yo de estas cosas se más bien poco" - Ya sabes que idrolatro a Luis Bárcenas, el gurú que se merece que le siga con los ojos cerrados para aprender de él cómo se juntan 32 millones de euros en el extranjero, sin despeinarse y encima no duda en denunciar al lucero del Alba para que le paguen lo que es suyo... - "¿Los 32 millones?" - Esos no son suyos... o sí... No lo sé porque aún no me he leído sus obras completas. - "¿Las ha publicado?" - En la librería me han dicho que no pero, en cuanto lo haga te lo diré para que las compres - ¿Por qué no las compra usted, tía lista? - Porque no me llega la paga a fin de mes, bonita. - "Y cuándo tengas millones ¿me devolverás el importe de los libro?" - ¡Por supuesto que no! Va contra mi ética que es: Santa Rita, Santa Rita, lo que se da no se quita.

- "Cual es el otro "santo" del que hablabas?" - El Papa Francisco. - ¿Ya lo han hecho santo? Aquí el que no corre, vuela. - Que yo sepa no pero no tardarán porque ha hecho un milagro... bueno, de momento, ha hecho medio... ¡Mirad! - La Cotilla se puso de pie, se ciñó la parte alta del jersey y dijo: - ¿Qué? - "¿Qué de qué?" - Ya sé que estoy descompensada pero, todo se andará porque voy a ponerle un montón de cirios a Francisco para que redondee el milagro. - Efectivamente, estaba descompensada. Tenía un pecho turgente y el otro flácido desde hacía muchos años. La abuela y yo nos miramos e, inmediatamente, unos lagrimones causados por la risa contenida, rodaron por nuestros rostros. Antes de empezar a comer, la vecina se empeñó en rezarle al futuro santo - Te agradezco los garbanzos que nos vamos  comer, aunque hubiese preferido corderito al horno. Y por otra parte, no tardes mucho en terminar la faena que has hecho en mi cuerpo. Ya sé que eres novato en milagros pero aplícate, por favor... Amén. - No pudimos aguantar más y reímos hasta quedar dobladas. - ¿Qué pasa?... ¿me he perdido algo?... ¡Ah, ya! jejejejeje la envidia os corroe jejejejeje.

martes, 19 de marzo de 2013

A media mañana ha llamado la Cotilla desde la comisaría. Está detenida. Cuando la abuela me lo ha dicho he tirado todos los restos de velas por el balcón - "¡No las tires todas, jodía! Que nos servirán si hay apagones" - No quedará ni una. Seguro que la han cogido con las manos en el cepillo de alguna iglesia ¡Y nada menos que hoy, que hacen al Papa, Papa y están los curas de celebración! Verás que poco tarda la policía en venir. Tu amiguita ya les habrá contado dónde guarda el resultado de sus rapiñas. - "¿Crees que la policía no tiene otra cosa que hacer más que dedicarse a buscar cabos de velas? ¡Eres tonta hasta decir basta!"

Al oír la discusión, Pascualita se ha sentado en el borde del "acuario" mirándonos alternativamente, como si estuviese viendo un partido de tenis. Inmediatamente me he puesto las gafas de sol porque no le importa quien tiene razón o no, solo se preocupa de la abuela. He ideado una estratagema: consiste en coger a Pepe y echarle la bronca a la abuela pero dirigiéndome a la cabeza jivarizada. De este modo puedo decir lo que se me antoje y Pascualita no se inmuta.

A la hora de comer se ha presentado la Cotilla: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! -  ¿No estaba  detenida? - Sí, pero me han soltado porque no me aguantaban Y mira lo que me he encontrado en la acera: un montón de velas usadas... ¿que raro, no? Diría que son las mías si no supieran que están... aquí... ¿Son las mías? - Por supuesto. Con la lengua tan larga que tiene usted la policía las encontraría enseguida. - "¡A mi no me mires! Ya le he dicho que tendíamos que quedarnos con algunas pero como es una pava, las ha tirado todas" - ¡Con lo que me he arriesgado por ellas! ¡Que cruz tienes con ésta nieta! -  Me he ganado una mirada despectiva de estas "grandes mujeres" Que puedo hacer si no tengo la cara que ellas le echan a la vida.

Hoy hay comida de fiesta: canelones. - Abuela, desde que han elegido al Papa Francisco, voy de asombro en asombro. Quién te iba a decir que, a tus años, beberías vientos clericales. - "¿Qué quieres decir con eso de "a tus años"? - (No me gustó el tono de su voz y no quería quedarme sin comer) - Es una frase echa, abuelita jejejejeje - "¿Qué día es hoy, a parte de lo de Roma?" - Hummm....hum... ¿19 de marzo? - "Parece que empiezan a funcionarte las meninges... ¿Y qué más? - Hummm... ¿Ya queda menos para Semana Santa? - "Sí. ¿Y qué más?" - ¡Dale un poco de chinchón a ver si se le espabilan las entendederas o nos dan las uvas! ¡¡¡que tengo hambre!!! - "Te daré una pista..." - ¿No le das el chinchón? vale, me lo tomaré en su salud. - ¿Cómo se llama nuestra querida cabeza?" - Humm... ¿Pe... Pe?... ¡Claro, es San José! ¡Felicidades, Pepe! - Brindamos por nuestro desconocido amigo y confiamos en que, en vida, se llamara José... o fuera padre. En cualquier caso, no le hicimos ascos ni al chinchón ni a los canelones que estaban ¡de muerte!

Con la lengua un poco pastosa, pregunté a la Cotilla el motivo por el que la habían detenido - ¡Por... ¡hip! ... hacer una fa... ¡hip! ... fallaaaa con traca y ... todo, delanteeeeeeee... de la Jefaturaaaa... He quemado un montón de paaaaapelessssssss con cohetes... ¡hip! ... dentro jajajajaja ... En un momento ... ¡hip! han saaaalido tooooooodooos los ... ¡hip! policías a la calle jajajaja - "Otro día me... ¡hip! llamas y le pondremossssss gasoliiiiiinaaaaaaa para que sea más... ¡hip! espectacuuuuuularrr jejejejeje" - ¡Dios mio... ¡hip! que tropa!  

lunes, 18 de marzo de 2013

La Cotilla a venido a media mañana pensando que yo no estaba - ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! ¡Voy a guardar estas velas en la despensa, ahora que no está la tonta de tu nieta! - gritó, mientras avanzaba pasillo adelante, como si en casa estuviésemos todas sordas. De fondo se oyeron las risas de la abuela - ¡Alto ahí! Se le ha acabado el chollo porque, a ésta tonta (dije señalándome) le da la gana. - Siguió andando, como si no me hubiese visto u oído, hasta la cocina. - ¿Qué hace ésta aquí? Anda, pónme un chinchón para quitarme el susto.

La abuela estaba limpiando las muletas que le había dejado la vecina el día que se puso unos tacones de vértigo. Para no desmerecer con ellas, las pintó con purpurina dorada, les pegó unas cintas negras que colocó en espiral a lo largo y triunfó con semejante glamour en El Funeral. Según dice, ha marcado tendencia porque algunas de las parroquianas la han imitado, necesiten o no, muletas. - "Estoy metida en faena, así que sírvete tu misma" - ¡Ni hablar! Hasta que no me diga porque deja las velas aquí no hay ni licor ni comida. - ¿La estás oyendo? ¡Que cruz tienes con ella! Hitler la hubiese querido para su Gestapo ¡bicho, que eres un bicho! ¡Me quiere dejar sin comer!... Por cierto ¿que vas a hacer hoy? - "Pollo al horno con patatitas, verdurit..." - ¡Vale, vale. Me has convencido!...  (bajó los ojos y adoptó el gesto más inocente de su repertorio) Es que... como no puedo demostrar que he comprado esas velas... si viene la policía a mi casa prefiero que las encuentren aquí... - ¡Será borde! - Me está faltando al respeto (lloriqueó a la abuela) ... Y...traigo una foto de mi santo Patrón... Luis Bárcenas... ¿Te importa que le haga un altarcito sobre el aparador? - Yo no salía de mi asombro - ¡Pero... pero... pero...! (el infarto estaba próximo) - La abuela dejó las muletas, le dio a la Cotilla un trapo de limpiar el polvo y dijo: - "Toma, ves limpiando el aparador pero primero, moja el trapo en el agua de la bañera rosa y escúrrelo bien" - La Cotilla estaba encantada y yo también aunque por deferentes motivos.

Muy ufana, la vecina sumergió el trapo hasta el fondo, lo sacudió y con mucha parsimonia y sin dejar de mirarme con guasa, lo escurrió. A todo esto Pascualita ya se había despertado y ¿qué hay peor que una sirena arrancada de su sueño reparador? ¡Nada! Como una furia salió a la superficie y escupió agua envenenada a los ojos de la primera que encontró: La Cotilla. Y mientras ésta iniciaba su danza dolorosa con carreras, gritos y llantos, la sirena, que había saltado sobre ella, clavó sus dientecitos de tiburón en uno de los flácidos pechos de la mujer.

Agotamos la botella de chinchón, a la que aún le quedaban 3/4 de litro de líquido, pero borramos de su cerebro el más pequeño recuerdo de lo que le había sucedido.

domingo, 17 de marzo de 2013

Las montañas siguen nevadas pero como el Gran Almacén ha dicho que ya es Primavera, la abuela ha guardado las estufas hasta el invierno que viene. Mientras, me muero de frío. Llevo dos pares de calcetines térmicos más unos leotardos. En cuanto al cuerpo, voy blindada y cuando me desnudo me quedo en nada. Y el fraile del tiempo no ayuda mucho, está entre Inseguro y Ventoso. Como para hacerle caso.

La Cotilla no para de traer cabos de velas que consigue en las iglesias. Los deja aquí "para no tener que subirlos a casa" dice. ¡Pero si tenemos ascensor! Aquí hay gato encerrado.

Estoy aburrida. Los periódicos no traen nada nuevo: corrupción (de unos u otros, al fin y al cabo es lo mismo) protestas (ya me he perdido entre tanto personal cabreado) mentiras (ya cansan) Así que voy a ponerme el delantal de plástico y pondré a Pascualita a hacer ejercicio. A ver si consigue eliminar esas lorzas que la afean aún más. Y mira que es difícil.

En cuanto me siento en la cocina a comer la sirena no tarda ni medio segundo en aparecer y sentarse en el borde del "acuario" Entonces empieza el ejercicio. Al palo de la escoba le he puesto un cordel y ato una rosquilla. La coloco a su alcance pero no dejo que la coja. Pascualita levanta y baja los brazos siguiendo la trayectoria de la golosina hasta que se cabrea y me escupe agua en el ojo, por eso llevo puestas las gafas de sol. Luego engancho una sardina. Pascualita salta a por ella y nada todo lo que sus carnes le dejan, tampoco ahí se lleva el premio. Cuando se cansa se esconde en el barco hundido y se echa una siesta. Pero hoy está enfadada. No le gusta que le tomen el pelo.Ella no entiende de dietas ni ejercicios para adelgazar. Si ve comida se la quiere comer. Así que tengo que andar con cuidado porque hoy ha intentado morderme. Harta ya de perseguir a la sardina ha ideado una estratagema para despistarme: se ha sumergido a coger una copiña y la ha tirado al suelo. Eso me ha cogido desprevenida un segundo, que ha sido el que ha aprovechado ella para saltarme a la cara. Menos mal que, en ese momento, la abuela me ha llamado desde el comedor y me he girado para contestarle pero no he podido evitar que se enredara en mi pelo y liara la de San Quintín. Aún me duele la cabeza y sigo sin poder peinarme. Ahora tengo un estropajo por pelo ¡que horror! Tendré que pelarme al cero.

Pero la abuela está orgullosa y feliz de ver lo lista que es su amiga.- "¡Te da sopas con honda con lo chiquitina que es mi Pascualita!" - ¡Y encima me llama tonta!

sábado, 16 de marzo de 2013

- "¡Pascualita, ya es Primavera! Se acabó ponerte agua caliente en el "acuario" y el gorro y el jersey cuando estás fuera. A partir de ahora nada de quejarse del frío y si tienes, te aguantas como todo hijo de vecino." - Pues hoy hace un frío que pela; además, aún no es Primavera. - "Pues lo he oído por la tele" - No te digo yo que no pero, no es Primavera. - "Pues sí, porque lo ha dicho el Corte Inglés, lista"

La abuela ya no se rige por el calendario para saber las Estaciones del Año sino por la publicidad de estos grandes almacenes. - "Quién no se adapta a los tiempos modernos, acaba siendo arrollada por ellos... Por cierto, recuérdame que le pida las muletas a la Cotilla" -  - ¿Se ha hecho daño Andresito? - " No creo... ayer no me dijo nada... ¿Por qué?" - Por las muletas - "¡Aaaahhhh! jajajajajaja ¡Son para mí!"

Llevo observándola todo el día y no ha cojeado ni una sola vez. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¡Ay, que contenta estoy con mi santo patrón! ¡Mira cuantos cabos de velas he conseguido en las iglesias! No quiero que se quede a oscuras el patrón Bárcenas... ¡Y ha hecho un milagro!. Tengo los bolsillos llenos de céntimos de los cepillos. Estoy ansiosa por que llegue el domingo, seguro que, a cuenta del nuevo Papa, los fieles echarán más limosnas que antes... ¿Qué, comemos ya?

Después de comer, mientras bebíamos el café, la abuela le pidió las muletas a la Cotilla - ¿Piensas darme algo a cambio? es que no me llega la pensión a fin de mes... - ¡Egoísta! ¿Encima que te invito a comer todos los días, quieres cobrarme?" - ¿Para qué las quieres? - "¡No te importa!" - La discusión siguió mientras iban trasegando chinchón y acabó en cuanto les escondí la botella. - "¿Dónde está?" - La ha guardado la sosa de tu nieta. Supongo que la querrá para su ajuar jejejejeje.

Por la tarde, cuando la abuela salió de su cuarto echa un pimpollo para ir a El Funeral, se apoyaba en las muletas de la Cotilla. Esa mañana había pasado por la tienda del señor Li y se había enamorado de unos taconazos de vértigo. Nunca los había llevado tan altos. Por eso pidió las muletas  a la vecina, para no caerse de semejante altura y romperse las caderas. -¡Así no puedes ir! - "Andresito me espera abajo con el coche" - ¡Quitatelos para bajar la escalera! - "Tengo que practicar" - Me voy a quedar sin abuela. - "Y tu sin herencia por no darme un biznieto... Hale, ponte a practicar mientras yo estoy fuera" - ¿Con quién? - "Ay, hija. No querrás que lo ponga yo todo"

viernes, 15 de marzo de 2013

Hemos tenido que volver a poner a régimen a Pascualita. Este bicho tiene tendencia a engordar y encima come como una lima nueva.

Desde que le entró la ansiedad, sexual o no, devora todo lo que pilla, en este caso todo lo que le da la abuela - "Pobrecita. Si no puede disfrutar de un sireno que disfrute de la comida" - y se ha puesto como un tonel. Incluso le cuesta trabajo subirse al borde del "acuario" de un salto. Se ahoga... y sobre todo, no cabe en el termo de los chinos ni metiéndola a presión.

Eso fue lo que pasó ayer. La abuela puso una funda nueva al termo. Blanca, en homenaje al Papa. - ¿Al Papa? ¿Que clase de afinidad tienes con él?.. Ni siquiera vas a misa, salvo en bodas y funerales. - "Es que se llama Francisco como... esto... ¡García Lorca!" - Se llamaba Federico. - "¡Qué más da! Empieza con F ¿no?... Tampoco hay que ser tan tiquismiquis"

El caso es que al ir a meter a Pascualita, no cupo. Lo intentó de todas las maneras, incluso metiéndola de cabeza y empujando para que no se saliera, pero Pascualita se enfadó y la abuela no tuvo más remedio que aceptar que había engordado. - La culpa es tuya, que la tienes muy consentida. Si tiene ansiedad, que se aguante. - "Iré a la tienda del señor Li a por un termo más ancho" - ¡Ni hablar! Lo que tiene que hacer este bicho es ejercicios y una dieta equilibrada. - "¿Y que hago cuando me pida comida?" - No se la das y en paz. - "¡Que madrastra estás hecha, bruja, más que brujaaaaa!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! ¡Si me pinchan no me sacan sangre! ¿Te acuerdas que nos poníamos como una moto viendo a Jorge Mistral en el cine? Con aquella mirada de terciopelo, aquella sonrisa, aquel rizo sobre la frente, aquel...  - "¡Sí! ¿Qué pasa con eso?" - Que ahora me ocurre lo mismo cuando veo a mi héroe, con esa sonrisa torcida, de cínico, de chulapo, de un hombre que se viste por los pies y que sabe que tiene la sarten por el mango.... ¡Mira, mira. Es acordarme de él y se me pone la carne de gallina. "¿Es un actor?" - Tendían que hacerle patrono de nuestro gremio y yo le encendería una vela todos los días... Que cuajo tiene ¡Es un artista!... Y ahora les pide más de 900.000,00 euros jajajajajaja ¿Y sabes lo que te digo? ¡Que los conseguirá! Anda, trae el chinchón que vamos a brindar por su cara dura ¡Ay, que hombre! - ¡No seré yo quien brinde por él! - Ya está la sosa de tu nieta estropeando la fiesta. Que cruz tienes con ella. - "Aún no me he enterado de qué va la película...¿A quién van a hacer santo?" - No sé ¿A quién? - "Tú sabrás, que quieres ponerle velas" - ¡Jajajajajaja... Es Luís Bárcenas!!! - "¡Jopé! Pues yo si que brindo jajajajaja Ha conseguido que los suyos cantinfleen ante los periodistas para explicar lo inexplicable.  

  

jueves, 14 de marzo de 2013

Se acabó la intriga y ya tenemos Papa. La centenaria chimenea volverá a su anonimato y el continuo trajín de gentes recorriendo salas y pasillos vaticanos hasta desembocar en la colorista Capilla Sixtina, continuará incansable. Todo esto se lo contaba la abuela a Pascualita esta mañana cuando he entrado en la cocina. La sirena, sentada sobre el bote de cola cao le prestaba atención, como siempre.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - ¡Se llama Francisco I!... Anda que no me ha traído recuerdos el nombre porque, yo, aquí donde me ves, tuve un novio que... jijijiji... que se llamó Francisco... ¡ay, que tiempos aquellos!... - "Los del cuplé... ¿No te habrás confundido con el Francisco Alegre el de la copla?" - ¡Que va! Y bien guapo que era aquel Francisco. - "¿Era argentino?" - Pues, ahora que lo dices... no lo sé. Han pasado tantos años... Recuerdo que tenía un lunar junto a la boca que me traía a mal traer... y era muy gracioso - "¡Ya me acuerdo! Pero no era Paco, era Pepe... y era valenciano!" - La Cotilla se dio un golpe en la frente - ¡Es verdad! y que paellas preparaba. No he vuelto a comerlas tan buenas. - "Bueno es saberlo y así, el día que la haga, mi nieta y yo estaremos más anchas en la mesa"

Al llegar a casa después del trabajo encontré a la abuela y la Cotilla en una discusión acalorada - "¡No son más inútiles porque no se entrenan!" - ¿Y ahora qué, eh? ¿cómo queda la cosa? - "Tanto ayudar a sus amiguitos los banqueros... ¡que cara se les habrá quedado!" - Menos mal que a Blas aún no lo han desahuciado pero ¿y todos los que se han quedado en la calle? ¿Qué pasará ahora con ellos? - "No lo sé pero para los que no hay solución es para los suicidas" - Europa ha tardado ¡jopé! pero ya lo ha dicho ¡LOS DESAHUCIOS ESPAÑOLES NO SON LEGALES! - ¡Nena! (gritó mi abuela) tómate una copa con nosotras - ¿Antes de comer? - Después, otra.



miércoles, 13 de marzo de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡Estoy tan emocionada!... ¿Aún estáis en la cama? ¡Venga, gandulas, arriba que ya son las 6 de la mañana! - Prepárese usted misma el desayuno y déjenos en pazzzzzz... - ¿No sentís bullir la sangre? ¿No os gustaría tener una vida mejor? - "Conque nos dejaras dormir ya la tendríamossssssss" - ¡Todo el mundo está pendiente de la chimenea y vosotras durmiendo como lirones! ¡La Historia se mueve y no os importa! - Algo de lo que le tiró la abuela debió dolerle porque durante un rato se oyeron maldiciones.

Al ir a desayunar oímos gruñir a una fiera. - "¡Llama por teléfono al Municipal y dile que está aquí!" - ¿Quién? - "Lo que sea que se haya escapado de un circo" - Pensé en Pascualita y con el teléfono en la mano, mientras marcaba el número de la Policía Municipal, me asomé discretamente a la cocina. Colgué antes de que me respondieran. Lo que nos había asustado eran los ronquidos de la Cotilla que dormía a pierna suelta y roncaba en estéreo. Pascualita reptaba hacia ella mostrando sus dientecitos de tiburón. La cogí antes de que atacara porque recordé que nos habíamos quedado sin chinchón.

Despertó al olor del café recién hecho - ¿Ya hay fumata blanca? - "¡Y yo que sé!" - No sé como puedes estar tan indiferente con lo que te gusta la lotería de Navidad. - "¿Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino?" -  Mucho. Aunque se nota que quien prepara todo el tinglado vaticano no es español. Faltan los décimos. A cada cardenal abría que ponerle un número y si saliese elegido mi décimo, por ejemplo, me darían un premio en euros... - ¡Ja! Esos no sueltan ni una perra chica que tenga que salir de sus bolsillos. - saldría de las ganancias de la venta... - "Estás tonta" - ¿Por qué? Todo el mundo mira a una simple y vieja chimenea como en Navidad miramos los bombos y sus bolitas. Queremos que salga el Gordo pero no muy temprano porque se carga el sorteo. Con el Cónclave pasa lo mismo porque hay que dar vidilla al asunto. Cuandosalen los premios pero no son gran cosa: fumata negra y cuando por fin sale fumata blanca ¡el Gordo! todo el mundo se pone muy contento hasta que te das cuenta de que no es tu número. Como tampoco es el Papa que les gusta a todos. Finalmente sale al balcón un anciano diciendo Habemus Papa y los que les ha tocado descorchan las botellas de cava y los demás, apagamos la tele. - "¿En algo hay que entretenerse, verdad?" - Pues sí... Podríamos hacer algo así para el nuevo Cónclave. - "Buena idea" - El nuevo Cónclave es éste. - "No. Este es el actual"- ... ¡Dios mío, ¿cuánto tiempo más tendré que aguantarlas?



martes, 12 de marzo de 2013

He tenido que comprar más aspirinas porque me las tomo de dos en dos. ¡Dichoso cascabel y dichosa Pascualita! Se pasa más tiempo fuera del agua que dentro y el cascabeleo se oye por toda la casa - ¡Quédate quieta, ya, pesada! - "No le grites" - Ahora mismo se lo voy a quitar porque, a este paso se quedará sorda y nosotras histéricas. - "¡Si se lo quitas te pongo los trastos en la calle!" - La fiera de mi abuela me ha amenazado cogiéndome por sorpresa. Creo que, aunque no lo diga porque no quiere dar su brazo a torcer, está tan histérica como yo... Pero me ha dolido mucho que quiera echarme de casa... Un momento... ¿de qué casa quiere echarme? ¡¿De la mía?! jajajajaja... La aguanto porque guisa bien que si no...

Desde que se le puso el dichoso cascabel la sirena está de uñas. No sé qué mosca le habrá picado para que quiera andar zascandileando por ahí ¿No es un pez? pues tendría que estar todo el día en remojo.

Esta noche me ha dado un susto de muerte. En pleno sueño reparador, el dichoso bicho, después de saltar del "acuario" al suelo, ha reptado hasta mi cuarto, se ha subido por las mantas y se ha acostado conmigo, concretamente sobre mi cuello. Imaginaos que estáis profundamente dormidos o quizás en plena pesadilla y  algo viscoso, húmedo y frío se apoya en vuestra garganta. ¿Qué pensarías?... Lo mismo que yo. En el cuchillo de un psicópata. ¿Y qué haríais?... ¿gritar, no?... ¡¡¡Claro!!! y eso fue lo que hice. Chillé y chillé con todas mis fuerza, sacando notas agudas de donde no hay y busqué, frenética el cuchillo para arrojarlo lo más lejos posible... Oí un golpe seco y un grito que no era mío - ¡¿Qué es esto? ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyyyy!!!

Menuda nochecita. Mis gritos despertaron a la Cotilla y a la abuela (supongo que fue por este orden porque la vecina fue la primera que entró en mi habitación, por eso Pascualita se estrelló en su cara y por eso fue mordida con rabia en la nariz mientras el cascabel no dejaba de tintinear.

Los vecinos llamaron, preocupados, al timbre - "Es que la niña ha tenido una pesadilla jejejejeje pero ya esá bien... Lo siento si os ha despertado" - Algunos murmuraron, camino de sus pisos - La niña, la niña ¡jodía niña que ya tiene más espolones que el gallo Kirico! A ver si se casa de una vez y se larga ya, hombre.

Cuando conseguí arrancar a Pascualita de la cara de la Cotilla le quité el cascabel y lo tiré al wáter.

La Cotilla lloraba quedamente después de beberse casi media botella de chinchón. Tenía la cara hinchada, los ojos cerrados y la nariz, roja y gorda como un payaso. Y hablaba. - Perdóname, Tancredo, pero... no me castigues solo a mí... ella también cooperó dándote el mejunje... - "¡Oye, no predispongas a mi marido contra mí?" - ¿Se llamaba Tancredo? - "No. Se lo puse yo porque era un hombre al que le gustaba mucho estar quieto y callado" - La Cotilla seguía a lo suyo - ¿Ha sido el meteorito... verdad? ¿El polvo cósmico que arrastraba?... Perdónameeeeee ... - La abuela y yo nos miramos y solo nos faltó gritar Eureka. Ahí estaba la respuesta al extraño comportamiento de Pascualita ¡El polvo cósmico! Para que luego los listos de de turno digan que el meteorito no nos afectó.

lunes, 11 de marzo de 2013

A la abuela le ha dado un soponcio esta mañana. Ha entrado en la cocina y gracias a Dios que ha resbalado (no es que me alegre sino que, a consecuencia de ello, no ha pisado a Pascualita que iba reptando por el suelo) - "¡¡¡¿Desde cuando un bicho como tú anda por donde no debe?!!! - le ha gritado con toda la fuerza de sus pulmones (que, aunque pueda parecer que no, es mucha) Si hubiese patinado con un poco de agua que se me hubiese derramado a mí... ahora mismo estaría mi esquela en los periódicos pero, claro, como ha sido su amiguitaaaaa.

Pero la sirena tiene la cabeza dura, tanto para darse golpes como para dar su brazo a torcer. De vez en cuando sale disparada del "acuario" y como aún no ha perfeccionado la puntería, cae donde menos te esperas, sin ir más lejos, dentro de mi taza de cola cao. Ya van dos veces que lo ha hecho y me pone perdida. Así que de hoy no pasa que le compremos el cascabel. Yo se lo quería comprar de diseño pero la abuela dice que no están los tiempos para pijadas y que no hay nada más útil que lo que se ha usado siempre, así que se ha llegado hasta la tienda del señor Le y le ha sacado uno, gratis. Es que la abuela tiene a gala no pagarles nada a los hombres que suspiran por sus huesos. - Pero eso es un comercio. - "¿No querrás que por esa tontería yo renuncie a mis principios?" - Bueno, tampoco creo que el señor Li vaya  a arruinarse por tan poca cosa.

Lo ha colgado de una pequeña cinta roja. No sabía por qué color decidirse porque tiene una buena colección que guarda desde cuando era jovencita. - "Esta me gusta pero no va bien con su color de piel... Esta es demasiado ancha... La negra es elegante pero le queda algo fúnebre... El azul cielo es demasiado pálido... El lila... ay, no, que me da mala espina ¡quita, quita!... ¡Mira, esta roja es perfecta!" - Y dicho y echo. Luego se lo enseñó a Pascualita y sacudió el cascabel para que oyera su sonido. La sirena, satisfecha, hizo la señal de OK y en un santiamén, lo tuvo colgado al cuello.

Pero la alegría de la sirena duró a penas un minuto porque el ruido la fue sacando de sus casillas. Y empezó a tirar de la cinta para arrancársela. - No le gusta. - "Tendrá que acostumbrarse." - ¿Y si no lo hace tendré que ir todo el día con las gafas de sol? Mejor se lo quito. - "¡Ni se te ocurra! Vamos a darle tiempo al tiempo"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿A qué hay que acostumbrarse? - "Al cascabeleo" - ¿Tenéis gato? ¡Huy! pues tendréis que quitarlo porque me dan alergia. - ¡Que idea más buena me ha dado! - Que cruz tienes con esta nieta... Ahora lo oigo... A mi que no se me acerque. - Yo ya estaba embalada y decidí reírme un rato a su costa. - No se preocupe, Cotilla. No es ningún gato... es el alma en pena del abuelito. - ¡No fastidies! ¿Y ese cascabel? - Nos anuncia que está entre nosotras, más que nada para que no nos asustemos si vemos su sombra andando por las paredes. - ¡¡¡Ay, Jesús, María y José!!! ¿Pero que dice ésta loca? - "Una verdad como un templo. No nos lo podemos despegar. Ese debe ser el castigo que nos mandan por haberle dado el empujón para el otro barrio... ¿Ha sonado el cascabel en tu casa?" - ¡¡¡Nooooooooo!!!... ¡Otra vez! ¡Me largo! - "Pero si voy a poner paella para comer" - ¡Guárdamela en un taper porque, lo que es yo, no como más en esta casa! - Habrá que ir con cuidado que no se meta el abuelito dentro. - ¡No quiero ni el taper! ¡¡¡Me vooooooooyyyyyyyyyyy!!! - "¿Y la paella?" le gritó la abuela pero la Cotilla no la oyó porque iba subiendo, de dos en dos, escaleras arriba.



domingo, 10 de marzo de 2013

La Cotilla no nos habla. Que mujer más rara, no sabe aguantar una broma. En cambio la abuela se parte de risa cuando recuerda el episodio. - "Jajajajajaja. Es que aún veo la cara que puso cuando dio el primer trago, jajajajaja" - Creo que te pasaste un poco. - "¡Que va! Cuando lo conté en El Funeral fue muy divertido,  sobre todo la salida de Conchi que me dijo: tendrías que haber puesto una guinda en la copa jajajaja ¿te imaginas? ¡Una guinda con aceite de hígado de bacalao!"

Pascualita está asombrada. No le quita ojo a su amiga. Al principio le debió parecer que discutíamos y yo me puse las gafas de sol por si acaso. Ahora nos mira con curiosidad. Debe pensar que estamos locas.

De repente ha saltado a la mesa de la cocina y ha reptado hasta Pepe. Le comenté a la abuela las libertades que se está tomando la sirena y me contestó que, siendo como es, de la familia, Pascualita puede ir a donde le de la gana. Yo lo decía porque cualquier día puede estar arrastrándose por el suelo y si no la vemos, podemos pisarla y ¡adiós Madrid!. La abuela estuvo reconsiderando esta posibilidad y ha encontrado una solución: ponerle un cascabel al cuello.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - ¡Hombre, la hija pródiga! - Eso lo serás tú. Yo vengo a ver qué hay de comer. - "¿No nos hablas y quieres que te invitemos?" - Que tendrá que ver la velocidad con el tocino... Espero que no sea nada contundente porque tengo el estómago revuelto. - ¿Aún? - De pequeña quedé saturada de esa porquería. Mi madre me lo daba todos los veranos. - "Hay fabada" - ¿Fabada? ¡Yo no puedo comer eso... - "Pues ves a preguntar en el comedor social" - Bueeeeeeeeno, comeré fabada, no creo que me pase nada. - Como que no, se le irá el hambre jejejeje

sábado, 9 de marzo de 2013

Seguimos preocupadas por Pascualita ¿Sufre mal de amores, como dice la abuela? Solo sé que lo suyo no es normal. Esta mañana la hemos encontrado en el fondo del "acuario" con Pepe en los brazos. ¿Quién ha metido allí a la cabeza jibarizada? Nosotras no hemos sido; Pepe no camina, primero porque no tiene piernas y segundo, porque lleva años muerto. Así que solo nos queda pensar que ha ella quién, de un salto ha llegado a la mesa del comedor, ha cogido a Pepe y ha saltado con él, de vuelta al agua.

- Abuela, tenemos que encontrar una solución. - "¿Otro pez de juguete?" - ¡No! Sería engañarla de nuevo a la pobre. - "¿Uno de verdad?" - Se lo come. - "Pues no se me ocurre nada más" - La abuela salió a dar un paseo para ver si encontraba una solución. Al volver traía una bolsa de la farmacia. - "El farmacéutico me ha dicho que ésto es mano de santo para recuperar la energía y a Pascualita tiene que gustarle" - ¿Un jarabe? - "Mejor. Aceite de hígado de bacalao... Anda, dáselo" - ¿Yooooo? ¿Y si no le gusta? - "Ponte el guante de acero, por si acaso"

¡Que pesteeee! Y la abuela se ha escaqueado con el cuento de que tiene que ir a la compra... Me están dando arcadas... ¡uf!... No se lo va a tomaaarrrr... -  Cogí a Pascualita que acababa de echarse sobre la arena del fondo a dormir una siesta reparadora y ni corta ni perezosa, clavó sus dientes en el guante con muy mala uva. - Toma, bonita. Verás que cosa más rica... Abre la boca... Mira, huele a pescadito... Hummm, que ricoooooooo... ¡Abre la boca, puñetera! Pero ella siguió sin abrirla. Agotada mi paciencia, estaba a punto de soltarla en el agua cuando me hizo la señal de llevarse algo a la boca - ¡Menos mal! Toma... ¿no me has dicho que querías esta porquería?... ¿Qué me la tome yo?... ¿Yoooooooo? ¡Lo tienes claro!... ¿Luego te lo tomarás tú? - Pascualita hizo la señal de OK y yo me tomé la cucharada, menos mal que era pequeña pero he tenido retortijones todo el día. A la sirena le encantó el brebaje y si por ella fuera, habría vaciado la botella

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡Ayer fue nuestra fiesta y no nos acordamos de celebrarla! - ¿Santa Cotilla? - No, boba. El día de la mujer trabajadora. - "¿Tu santo? Si no das un palo al agua." - ¡Mira quién fue a hablar! La potentada. En cambio yo visito iglesias, limpio bolsillos y carteras... Osea: trabajo. Venga, vamos a celebrarlo... ¿Dónde está el chinchón?... ¡Vayaaaaaaaa! Ya era hora que cambiaseis de licooooor. Yo primera, que soy quien se ha acordado de la celebración. - Cuando fui a abrir la boca para advertirla de que lo que creía licor era aceite de hígado de bacalao, la abuela me dio un codazo y me dejó sin respiración, después, muy amablemente, le pasó una copa más grande a la Cotilla diciéndole - "No nos andemos con chiquitas. Bebe, hija, total, para cuatro días que nos quedan en el convento"

viernes, 8 de marzo de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¡Vengo del médico! - Pobre hombre. - Dile a tu nieta que  no empiece a meterse conmigo porque, seguramente, la culpa de mis males la tiene ella. - La abuela y yo nos quedamos mirando a la Cotilla con ojos de búho - "¿Y ahora qué me dices?" - De un tiempo a esta parte hay días que tengo mucho dolor de cabeza... - Es que la tiene muy gorda jejejejejeje... - Sobre todo después de la siesta... - ¿Para eso ha ido a molestar al médico? Si me hubiese consultado a mí, se lo habría dicho. - ¡Mira, guapa, si crees que por acostarte cada año bisiesto con el Médico ya eres doctora en medicina, estás MUY equivocada ¡Y no me calientes que la vamos a tener! - "Caramba, como viene este año la Primavera."

Después de comer la Cotilla sacó un paquete de cigarrillos y encendió uno antes de que me diera tiempo a quitárselo. - ¡Me lo ha recetado el médico! Son hierbas medicinales que calman los nervios. - ¡No me cuente historias! Todo lo que se fuma son hierbas así que ¡apáguelo! - Tuvimos un pequeño rifirrafe  mientras la abuela hacía equilibrios con las copas y las tazas del café para que no las tiráramos. La Cotilla manoteaba con el cigarrillo entre los dedos y a pesar de la edad, era rápida de reflejos la condenada. En una de estas el cigarrillo pasó sobre su cabeza y prendió en la pelambrera. - "¡¡¡Cotilla, que te quemaaaaasssssssss!!!" - ¡Aaaayyyy, aaaayyyy..¡Adios, amiga!... (que teatrera es la jodía) Búscame un buen sitio en la pared de los finados... de El Funeral... aaayyy, aaaayyyy... - "No podrá ser porque no eres socia de nuestro club." (dijo la abuela, muy seria) - Le tiré una toalla mojada sobre pelo y se acabó el incendio. - Meta la cabeza bajo el agua por si quedan rescoldos. - Yo pensaba en el lavabo o en el fregadero pero ella metió la cabeza dentro del "acuario" porque le quedaba más a mano y acto seguido, la abuela y yo, contuvimos la respiración. Pascualita salió del barco hundido, se impulsó con la cola y saltó sobre la Cotilla. Y entonces ocurrió algo que nos dejó estupefactas: la sirena alargó sus manitas palmeadas y acarició la cabeza de la vecina.

Tuvimos que sacarla para que no se ahogara - Ayyyyy, que gustirrinín. Que manos tienes - le dijo a la abuela - "No he sid..." - Un codazo a tiempo bastó para que se callara - Cotilla, tome un chinchón para que se le vaya el susto. - Mejor que sean dos y haremos números redondos. - La abuela tampoco se quedó atrás. Estaba muy preocupada por la reacción que había tenido Pascualita. "Habría que llevarla al veterinario" - Pero lo que no se puede, no se puede y además es imposible y estuvimos toda la tarde pensando, entre copa y copa, cual podía ser el motivo por el que no atacó a la Cotilla. Y fue ella, envuelta en los vapores del licor quién, seguramente, dio en el clavo: - La... ¡hip!... pfrimaaaav... eraaaaaaaa... ¡hip!...la saaaaaaaangre altf...¡hip! ... altera ¡HIP!


jueves, 7 de marzo de 2013

Tras sus dos sonoros fracasos sentimentales, Pascualita está hecha un manojo de nervios. Se pasa el día saltando, arriba y abajo, en el "acuario" y lo pone todo perdido de agua. Arranca las plantitas del fondo y las tira al suelo. Esta mañana he patinado con una de ella y no me he caído porque me ha dado tiempo a agarrarme a la mesa del comedor. Tendré que ir a la playa a llenar más garrafas de agua pero, como le he dicho a la abuela, esto no puede seguir así.

A la hora del desayuno no ha hecho falta que la abuela la cogiera para hablarle de sus cosas. Pascualita, impulsada por su cola, ha saltado hasta la mesa. El porrazo ha sido fuerte y ha quedado algo conmocionada pero, en cuanto se ha rehecho, le ha vuelto la inquietud al cuerpo. La única manera que ha descubierto la abuela para tranquilizarla ha sido dándole de comer. ¡¿Cómo puede un bicho tan pequeño tragar tanto?! Su tripa a ido aumentando a ojos vista - Para, abuela, que explotará. - Pero no me ha hecho caso. Le duele ver a su amiga echa un basilisco por culpa de los donjuanes de turno. - Eran unos juguetes baratos. No valen ni el trabajo de hablar de ellos. - "¡Eres insensible a las cosas del corazón!"- La solución sería encontrar un sireno... como si fuera tan fácil.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Hablábais de serenos? Yo conocí a uno, allá por los años cuarenta del siglo pasado, que estaba de muy buen ver y el puñetero lo sabía. Tenía encandiladas a las mujeres del barrio. Rondaba todas la noches, cargados con el chuzo y las llaves. Eso sí, daba gloria verle con el uniforme, parecía un capitán general... - "¡Sin chorreras! Ya me acuerdo del tal Benigno. ¡Menudo era! A mi me tenía loquita" - Jajajajajaja ¡y que lo digas! Buenos ratos se pasaba en tu casa, puñetera! jajajajaja - ¡Abuela! ¿También engañaste al abuelito con un sereno? - "Era la moda de entonces" - ¿No te da vergüenza? - "Si entonces no me daba, no me dará ahora jejejejejejeje" - Que sosa es tu nieta. No sé a quién ha salido. - "A quién va a ser. A su abuelito... ¿Te los imaginas a los dos juntos? jajajajaja" - ¡Sí! La alegría de la huerta jajajajaja -

Un ruido nos alertó. Corrí al comedor cerrando la puerta tras de mí. Pascualita, frenética, tiraba el agua al suelo - ¡Para, desgraciada! - Antes de que pudiera cogerla sacó sus dientecitos de tiburón a pasear y me frenó en seco. ¿Por qué sacaba el agua del "acuario? ¿Quería suicidarse? Contra eso yo tenía un remedio: el chinchón pero, cuando se lo acerqué me escupió aunque no me acertó.

La abuela entró llevando algo en la mano y me mandó salir para mantener a raya a la Cotilla. Al cabo de un momento se reunió con nosotras. - ¿No habías ido a por la botella de chinchón? - se quejó la vecina. - "¡Que cabeza tengo!" - dijo y me mandó a mí. El "acuario" estaba tranquilo y movida por la curiosidad me acerqué a ver por qué. Sentada sobre la arena del fondo Pascualita se estaba comiendo, tranquilamente, un buen trozo de chorizo. Al volver a la salita la abuela me hizo una seña y yo le contesté, haciendo la señal de OK: - Sin novedad en el frente.

miércoles, 6 de marzo de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! - ¿Pero qué hace aquí a éstas horas, si aún no han puesto las calles? - No he pegado ojo en toda la noche. Necesito hablar con alguien porque estoy asustada. - "¿No estás bien?" - ... Es que no tenemos Papa... - "¿Has bebido?" - ¿Te habías enterado?... ¿Y ahora qué haremos? - Como pensé que era muy temprano para cometer un asesinato justificado, decidí volver a la cama y me dormí.

Cuando entré en la cocina a desayunar, las dos amigas seguían con el temita - ¿Sabes qué dice tu abuela? Que esta tarde irá a El Funeral. Es una inconsciente. Deben ser cosas de su edad avanzada... ¡Ay! no me des en la espinilla.

Disimuladamente miré dentro del "acuario". Ni Pascualita ni el pez de juguete estaban a la vista... ¿Habrían congeniado? - ¿Y qué haremos ahora sin Papa? - "Pues lo que hemos hecho hasta ahora, alma de cántaro. ¡Vivir!...Además, ya llevamos unos días sin él. El que nos ha dejado ahora es Hugo Cháves" - ¿Tenía opciones para ser Papa?- "Pocas, aunque no por falta de labia"

A mediodía la Cotilla se presentó con varios paquetes de kleenex y los ojos hinchados. - ¿Qué, la ha calentado el cura al pillarla con las manos en el cepillo de la iglesia? - Es que no puedo parar de llorar por el disgusto que me habéis dado ¡Me he quedado son ver la ceremonia del entierro del Papa! ¿no podíais avisar? - ¡Si no está muerto! - ¡Pues han convocado el Cónclave!

Menuda empanada metal tiene la vecina. Después de comer y para que se callara, le he dado doble ración de chinchón, a lo que no ha puesto reparo alguno. Mientras, Pascualita estaba en su "acuario" tratando de engatusar a su nuevo Romeo. De repente, en un arrebato erótico-festivo, saltó sobre su "amante" y le clavó, una y otra vez, sus dientecitos de tiburón ¡y ocurrió el milagro! De nuevo fue sacudida por un chispazo al fundir la parte eléctrica del pez. Y mientras en el agua ocurría esto, sobre la bañera rosa apareció una pequeña nube blanca. La Cotilla, con los ojos bizcos a causa del alcohol, se levantó como un resorte y a voz en grito dijo: ¡Fumata blanca! ¡¡¡HABEMUS PAPPA!!!

martes, 5 de marzo de 2013

¡Que listo es el fraile que tiene la abuela colgado en su cuarto!... que mal suena eso ¿no? jajajaja. El tío baja  el brazo con el puntero hacia donde dice LLUVIA y para no mojarse, se está subiendo la capucha del hábito. Como me he cansado de decir que todo esto me suena a truco barato, ni lo miro cuando la abuela está delante. Y por eso no cojo el paraguas y luego voy hecha una sopa. Al final tendrá razón la Cotilla cuando dice que no soy más tonta porque no me entreno.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué has comprado en la tienda de los chinos? - a preguntado la vecina a la abuela en cuanto ha puesto los pies en casa - ¡Le importará a usted mucho! - Pues sí porque si no, no lo preguntaría ¿no te parece? - " Una tontería... un pececillo que nada." - Cada día te pareces más a tu nieta, en lo tonta quiero decir... ¿Dónde se ha visto un pez que no nade? - "¿Y desde cuando venden pescado en la tienda del señor Li? A ver quién es ahora la tonta jejejejeje.. Es un juguete que vi el otro día y me hizo gracia" - Y lo vas a poner en esa bañera rosa ¿a qué sí?... Por lo menos servirá de algo porque, como elemento decorativo, deja mucho que desear aunque, ya se sabe que para gustos, colores.

Mientras comíamos la paella, riquísima, que había echo la abuela... - ¿Paella en martes?. Esto es que celebramos algo importante. ¿Qué es? ¿qué es? - ¡Coma y calle, tía petarda! - ¡Que comida nos ha dado la Cotilla de las narices! He estado en tensión todo el tiempo por si a la abuela se le escapaba que el pez era para Pascualita y sobre todo por si lo metía en el "acuario". Entonces se descubriría el pastel en cuanto la sirena saliera a ver a su nuevo compañero... Aunque la pobre no parece estar bien del todo. Digo yo que será la resaca porque a la abuela se le fue la mano echando chinchón en el agua. Se ve que tiene la cabeza como un bombo y no ha salido del barco hundido ni para decir hola.

- ¡Venga, mete el pez en el agua y veré como nada! - Es como la gota malaya esta tía. Al final me he levantado de la butaca, le he puesto la botella de chinchón delante y he dicho las palabras mágicas: - ¡¡¡Barra libre!!! - ¿Por qué no se me ocurriría antes?

lunes, 4 de marzo de 2013

Que poco dura la felicidad en casa del pobre. La Cotilla ha vuelto a casa esta mañana. No es tonta, que va. Es más lista que el hambre que pasaría si abuela no le pusiera un plato a la mesa. Por eso, cuando algo no le interesa no se da por enterada. Esta mujer no sabe que tiene una mina, es una actriz dramática como la copa de un pino. Si en lugar de conocer a hombres que no la beneficiaron en nada, hubiese conocido a Carlo Ponti (el que fuera marido de Sofía Loren) ahora estaría anunciando pasta italiana por la tele. Pero los pantalones la pierden (los que tienen un señor dentro) y desperdició su vida. La abuela (¡otra que tal baila!) ha tenido más suerte porque Andresito que, además de pirrarse por ella está forrado, nos va a hacer ricas a las dos... Espero que no tarde mucho porque a los viejos de hoy les gusta ser longevos.

Hoy la abuela se ha levantado suspirando - ¿No estás bien? - "Divinamente" - ha dicho en plan pijo. Luego ha puesto a Pascualita sobre el azucarero - "¡Aayyyyyyyyyy!, ¡aaaaaaayyyyyy! ¡aaaaaaaayyyyyyyyyy!... Una no sabe lo que es un hombre hasta que lo ve enfundado en un uniforme... y si es en un traje de neopreno ¡aaaaaayyyyyyyyyy!, no te digo más." - La sirena la miró curiosa hasta que se hartó, dio un poderoso impulso a su cola y saltó desde la mesa de la cocina a su "acuario" En seguida se puso a nadar junto al pez de mentira e inició lo que me pareció una danza ritual de aparejamiento. Fue algo digno de verse: roces, golpecitos, frenéticas vueltas al rededor del la bañera rosa, saltos espectaculares sobre el agua... en fin, un espectáculo pero el pez... ¡ni se inmutó¡Que tio más soso!... Sí, ya se que es de mentira pero, caray, hay que ser muy de mentira para no reaccionar, no sentir correr la sangre por las venas... vamos ¡ponerse como un venao!

No podía dejar de prestarles atención. Y la abuela hablaba y hablaba. - ..."Y sacaron al náufrago del lago. Cuando salieron del agua los trajes brillaban y se pegaban al cuerpo ¡y que cuerpos!...¿Me escuchas?" - El cuerpo de la Guardia Civil ¿no?... ¿qué les pasa? - "¿Qué les va a pasar? ¡que están muy buenos! ¿Pero qué miras?" - A Pascualita cortejando al pez jajajajaja ¡No se ha enterado que no es de verdad! ¡Mírala! jajajaja ¡sigue, sigue jajajaja" - Harta de tanto desprecio, Pascualita pasó al ataque. Las aguas se volvieron turbulentas porque la embestida fue de órdago. Ella le clavó los dientes y... ¡de pronto, el pez explotó!. La sirena dio un salto hacia atrás, con doble tirabuzón, debido a la onda expansiva. Una pequeña llamarada y un hilillo de humo flotó sobre la superficie del agua y el pez se hundió.

Ahora Pascualita está triste. Nadie la había tratado con tal arrebato como el pez de mentira. La pasión que sentía por él era tan fuerte que lo cogía una y otra vez, zarandeándolo de acá para allá y poco a poco el juguete fue perdiendo todas sus piezas... Fue un triste espectáculo y la abuela supo reaccionar como una buena amiga. Vació un cuarto de botella de chinchón en el "acuario" y unos minutos después Pascualita dormía la mona sobre la arena del fondo.


domingo, 3 de marzo de 2013

- "¡Que día tan bueno! Sol, calor, gente llenando las calles y participando en actividades, todas ellas concurridas y... ¡Mateo!" - ¿Mateo? - "El Alcalde" - ¿Qué le pasa? - "Que lo he visto paseando tranquilamente como el resto de los ciudadanos" - Espero que no te le  hayas insinuado. - "¿Por quién me tomas?... Es que iba con su mujer..." - ¡Menos mal! de buena se ha librado. - "¿Se ha librado? Di mejor que se ha perdido algo bueno... ¡La chispa de la vida, nada menos!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! Yo también quiero una coca cola - Hale, pues vaya a su casa y tráigase unas cuantas. - Nunca compro porque vosotras tenéis de sobra. - A partir de ahora, junto a la nevera, encontrará una lata vacía. Es para que meta un euro cada vez que quiera coger algo de allí dentro - La Cotilla se volvió, rabiosa, hacia la abuela - ¡¡¡¿Has oído a este bicho?!!! ¿Qué educación le has dado? ¡Con todo lo que he hecho por vosotras! ¡Qué cruz tienes con ella! - Con una libreta en una mano y un boli en la otra, me acerqué a la vecina y con mucha guasa, le dije: - Vaya diciendo las cosas que ha echo por nosotras, lo anotaré y veremos lo larga que es la lista. - ¡Con lo bonito que es el día y esta pava me lo acaba de estropear! ¡¡¡Dame un chinchón o no respondo de mí!!!... Por cierto, ¿qué tienes para comer? A ver si me animo. - "Ajo y agua" - dijo la abuela con chulería. - ¿Sopas de ajo? ¿En domingo? Ni que estuvieseis en crisis. - "He dicho Ajo y agua" - ¿Ni siquiera llevará pan? A mi me apetece paella. - "¡Niña, pintale una paella a la señora! y si te sale buena, que nos guarde un plato"

La Cotilla se ha rebotado y ha dicho que se iba a un comedor social así que hemos comido solas ¡solas! Con Pascualita y Pepe en la mesa. La sirena se ha puesto las botas porque le hemos dado de comer de todo. Y luego, mientras la abuela y yo, tomábamos un cafelito y una copa de chinchón, ha nadado junto al pez postizo. aunque por poco tiempo porque se le cerraban los ojos. Le encanta hacer la siesta y no la perdona, esté con quién esté.

sábado, 2 de marzo de 2013



Paseando por las calles engalanadas por ser la Fiesta de la Comunidad, he visto a padres comprado cosas a sus hijos y he sentido un pellizco de envidia. La abuela tiene razón cuando dice que ya va siendo hora de que tenga un niño. Pero en los tenderetes no he visto ofertas de novios. Ni siquiera en los puestos medievales vendían esclavos entre los que pudiera elegir, siempre que el precio no fuera desorbitado, al futuro padre de mi hijo.

Así que he trasladado, mi momentáneo instinto maternal, a la sirena. Una vez tomada esta decisión debía tomar otra, no menos importante: ¿Qué le compro a ese bicho? Nada. No he visto nada que pudiera gustarle a Pascualita y eso que me lo he tomado a pecho y he dado unas cuantas vueltas a la Feria. Así que, sintiéndome derrotada, he emprendido el regreso a casa. Debo decir, aunque no sea una cosa como para estar orgullosa, que a menudo que me iba acercando me subía el ánimo. La razón era que me había ahorrado unos euros... ¡y un berrinche porque, si luego no le gusta a doña Capricho ¿qué hago?

Me he parado a saludar al señor Li  en su tienda y ¡allí estaba el regalo perfecto para una sirena solitaria y neurasténica!: Un pez que nada solo. No sé que clase de artilugio lo propulsa pero es autónomo. Y lo he comprado. Ya que no puedo tener un novio, que lo tenga ella aunque sea un fraude... ¡Le ha encantado! Lo ha mirado, tocado, movido y finalmente, ha nadado a su lado. Ha sido un espectáculo.

A la hora de comer se lo he quitado porque iba a venir la Cotilla. No le ha gustado que lo hiciera y me ha tirado agua a mala uva; afortunadamente, no me ha dado pero la abuela, tan animosa ella, me ha dicho - "Se acabó la tranquilidad para ti" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa!... ¡Este Bárcenas es mi héroe! Ahora a denunciado (otra vez) al PP por el robo de ¡dos ordenadores! No lo achantan. Quiere sus ordenadores , caiga quien caiga. ¿Quién ha robado a Ali Babá... digo, a Bárcenas?

 Después de escuchar varios ¡¡¡CHOFS!!! misteriosos, la Cotilla ha preferido llevarse la comida a su casa. Allí no hay ánimas enfurecidas.

Ha tenido que ser la abuela quién volviera a poner el pez en el "acuario" porque a mí, Pascualita me escupe. Y encima, ahora no quiere nadar con él. Pensará que la ha dejado plantada... No sé como terminará ésto pero ya he visto como le ha enseñado los dientes de tiburón varias veces. Mientras tanto, la abuela y yo brindamos con chinchón por la tranquilidad que se respira en casa sin la Cotilla.

viernes, 1 de marzo de 2013

La Cotilla ha venido muy temprano a casa. Quería desayunar - ¡Váyase a un bar! -  No me llega la paga - Pues no haber echo pluriempleo en el trabajo y ahora tendría una paga mejor. - ¿A ver si te crees que la señora de la limpieza de un banco gana como un ministro? - Menos gana ahora, por avariciosa. - "¿Se puede saber que os pasa a éstas horas?" - La Cotilla quiere desayunar. - "Es la fiesta de la Comunidad y no hay que madrugar. ¡Vete a tu casa, pesada!" - ¡No puedo ir a trabajar con el estómago vacío! Las calles estarán llenas de gente y es una buena ocasión para mejorar mi pensión. Imagínate que el estómago me ruge en pleno trabajo ¿qué crees que me haría el dueño de la cartera que estuviese afanando en ese momento?

Al final se salió con la suya porque sus argumentos convencieron a la abuela. Más tarde, la abuela, Pascualita y yo, salimos a hacer un recorrido por la Ciudad. Estaba todo muy bonito y animado. A lo lejos me pareció descubrir a la Cotilla y cambiamos de rumbo - "No le gusta que la miren mientras "trabaja" - dijo la abuela.

Nos dedicamos a comprar y degustar los productos de la tierra. Ante un grupo folklórico, la abuela, para sacarme los colores, se puso a bailar boleros al son de la música. Y me preocupaba que Pascualita saliera disparada entre salto y salto pero, al final, no pasó nada.

De un corrillo sobresalía una cabeza. Era el President, así que nos dirigimos hacia otro lado porque el hombre estaba dando una especie de discurso y nosotras preferiámos escuchar a un cuentacuentos profesional.

Una ambulancia se abrió paso entre la muchedumbre, haciendo sonar su sirena. Nos acercamos. - "¿Qué ha pasado?". - Una vieja ha robado una cartera a un joven y éste ¡le ha dado un porrazo! El ambiente se iba calentando entre los partidarios de la ladrona y los del joven - ¡Pobre mujer! ¡Si es más vieja que Matusalem! - Pero iba a robarle los cuartos al chaval. - ¿Y qué? Total luego se lo gastará en vino... ¡o en drogas! Mejor provecho le habría echo a ella. - ¡Pues haberle dado tu cartera, tío listo! - ¡Sí, hombre, con lo que me cuesta ganarlo. - ¡Como a todos y a ese chico, también! - ¡No compares a un padre de familia con un bandarra que no habrá dado un palo al agua en su vida! - ¡La culpa es de los políticos! ¡Esos si que se ganan bien la vida! - ¡Pues hágase político, hombre y no de más la tabarra!

La abuela se acercó al que defendía a la ladrona. Se sintió ofendida cuando llamó vieja a su amiga... que era más joven que ella (aunque fueran pocos días) - "¡Oiga, usted! ¿A qué no me ve vieja?" - le preguntó ante el estupor de todos. - Vieja no, MUY vieja...- Un segundo después se estaba revolcando por el suelo de la patada que le propinó la abuela. - "¡Ve como no soy vieja, pues mi amiga tampoco. Ladrona sí que es, pero vieja ¡NO!" - En un momento se lió un 2 de Mayo y vi, horrorizada, como Pascualita salía, impulsándose con la cola, a meterse en el barullo. Al poco rato fueron varias las ambulancias que llegaron a recoger a los damnificados, algunos de los cuales sangraban por la nariz o las orejas. Y todos, sin excepción, bailaban la danza dolorosa que yo tan bien conocía.

Al llegar a casa, sudorosas y preocupadas por si alguien había viso a la sirena, nos encontramos a la Cotilla, repantingada en el sofá, dando buena cuenta de la botella de chinchón. - ¡Ya era hora de que vinieseis! ¡¡¡Me muero de hambre!!!