miércoles, 23 de enero de 2013

- "Tendré que sacar el abrigo largo porque hace un frío que pela" - ¿Cómo no lo has sacado ya?. - "Hasta hoy no he visto nieve en las montañas... además, me gusta lucir las piernas, tan bien hechas y torneadas, no como las tuyas que parecen de alambre" - ¡Vaya! ya me ha tocado la china" - ¡Avemaríapurísimaaaaaaa! ¿Te has peleado con una china? ¡Como me hubiese gustado verlo! ¿Y qué ha dicho el señor Li? - Que yo sepa, nada porque... - ¿Ves como es esta gente? (se dirigió a la abuela) Tú venga invitarlo a comer para que después no defienda a tu nieta... aunque, bien mirado, yo tampoco lo hubiese hecho jijijijiji

Antes de que la cosa fuera a más me he ido a trabajar - ¡Que alguien tiene que levantar el País! (grité) - Al llegar a la calle, una lluvia de migas de pan ha caído sobre mí. La abuela estaba en el balcón sacudiendo el mantel de la cocina. - ¡¿Pero qué haces?! - "Ayudar a levantar el País. Ahora el barrendero tiene trabajo"

A mediodía he encontrado a las dos amigas brindando - ¿Qué celebráis? - "Mi triunfo de ayer noche" - ¡¿No me digas que mataste a la Bocazas?! - "No hizo falta. Ella solita se metió en la boca del lobo y ahora está en cuidados intensivos" - ¡¡¡Abuela!!! acabarás en la silla eléctrica - Tu nieta es más tonta cada día.

¿Qué pasó, abuela? - "Pues que llegué a la cafetería rompiendo moldes. De negro, plumas y brillos. Taconazo. Minifalda de vértigo. Envuelta en el miniabrigo forrado que me regaló Andresito. Guantes carmesí a juego con los labios y oliendo a Chanel nº 5 que tiraba de espaldas. En cuanto la Bocazas me vio, palideció. Entré pisando fuerte, sobre todo el callo del dueño de la cafetería que se había puesto delante. Aún debe ir cojo.

Fui hacia Andresito y le di un morreo que por poco se nos quedan pegadas las dentaduras. Luego miré al personal, parpadeé abanicando a los presentes con mis largas pestañas postizas y me acerqué, insinuante, al marido de la Bocazas. Le miré de frente y le dije: Para sentir lo que ha sentido mi novio, tienes que tener una mujer como yo y no ALGO venido a menos como tienes tú. Me di la vuelta y volví con mi hombre. A la Bocazas le salía la rabia por los ojos. Se levantó de un salto y morreó a su marido hasta quedar sin resuello. Cayeron al suelo. Él, con la dentadura de ella colgándole de un diente (hay que ser muy diestra para no quedar enganchada) Como no volvían en sí, alguien pidió una ambulancia mientras otros les practicaban técnicas de reanimación. El marido se recuperó en seguida y le costó bastante separarse de los dientes de su mujer. Pero ella había sufrido un ataque que la tiene más allá que acá, a consecuencia del cabreo que cogió.

- No hay quién pueda contigo ¡Brindemos! - "La última. Quiero estar despejada porque esta tarde elegiré el sitio donde se colgará el retrato de la Bocazas en la pared de los Finados...Ya sabes, mujer prevenida vale por dos"


  

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