martes, 22 de enero de 2013

Después de que la abuela pagara  al butanero 16,20 euros sin rechistar, le ha entrado el frenesí de las rebajas - "¿Y éstos porque no han bajado el precio?" - Lo has tenido a mano para preguntárselo. - "¿A quién? ¿A Marcial? ¿Y qué culpa tiene él? Hay que preguntárselo al Gobierno pero está muy lejos... ¿Se habrán enterado de que es época de rebajas?"... ¡Que va! Estos compran en la calle Serrano y lo mismo les da ocho que ochenta... ¿Vas a pasarte todo el día dándome la lata? - "¡No! Me voy a buscar chollos o no llegamos a fin de mes"

Ha vuelto con un saco de cebollas al hombro ¡10 kilos! - ¿Pretendes ahorrar así? Eres como el Govern que, cuanta más gente echa a la calle, más pregona que acabará con el paro. Y a mi no me mires para que te ayude a pelarlas. - "Sabía que podía contar contigo" (me dijo con ironía y un mucho de mala leche) - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Cómo está mi cocinera favorita? - ¡Gracias por el piropo! (dije yo) - Ni borracha diría eso de ti... ¿Huelo a cebolla? - "Sí,Cotilla. Voy a hacer conejo con cebolla ¿qué te parece?" - Hum... ¡Manjar de dioses! Me apunto. - Para apuntarse primero tendría que borrarse. No se separa de la mesa del comedor ni echándole agua caliente. - "Espero que me ayudes." - ¿Y tú nieta? - "Ya sabes que no puedo contar con ella" - Menuda la que te ha tocado con semejante especimen. ¡Que cruz, Señor! - "No lo sabes tú bien"

Cuando volví del trabajo pensé que Pascualita había echo de las suyas con la pobre Cotilla. Tenía los ojos rojos, los párpados hinchados, apenas veía y lloraba. Lloraba mucho y sorbía mocos sin cesar. En cambio la abuela no estaba... ni  Pascualita. Abrí las ventanas y el balcón. El olor a cebolla se instaló en mi garganta y no se podía respirar sin llorar. Cuando llegó la abuela la casa estaba gélida pero había conseguido que se despejara un poco el ambiente. - "¿Estás loca? ¡Hace un frío que pela y se constipará la vecina!" - Por... mí no... te preoc... cupes... (le castañeaban los dientes)... ¿Ya está... la comiiiii.... da?

La abuela había dejado sola a su amiga para que pelara y cortara los 10 kilos de cebollas. Se quitó de en medio para que no se le hincharan los ojos. Al atardecer tenía que ir al Funeral y no quería que pensaran que había estado llorando. Una mala lengua había hecho correr el bulo de que Andresito estaba con ella por el interés. No monetario sino sexual. La abuela siempre había sido muy avanzada para estos lances y nunca le amargó un dulce. - Muy segura está de que se casarán ¡que infelíz! Solo es un entretenimiento para él. - La "amiga" que hizo éste comentario, jamás pensó que llegaría a oídos de la interesada  pero se equivocó. Y ahora iba a ser víctima de su palabras, dictadas por la envidia cochina.

Por eso, entre otras cosas (como, por ejemplo: que a ella no le daba la gana hacerlo)  dejó que la Cotilla se cargara, ella solita, los 10 kilos de cebollas. Esta noche habría movida de la buena en El Funeral y la abuela tenía que ir echa un pincel. - "¡Cotilla, vamos a brindar con chinchón!" - ¿Qué celebramos? - "Que dentro de poco, habrá una nueva foto en la pared de los Finados de El Funeral"



No hay comentarios:

Publicar un comentario