jueves, 31 de enero de 2013


- ¡Abuela! ¿Has visto lo que le ha pasado al duque? - "¿Qué le pasa al Archiduque?" - ¿Quién es ese? - "Tú sabrás... Por cierto, el duque ya no está en PALMA do" - ¡De ese te hablaba yo! - "No. Perdona, pero quien ha hablado he sido yo" - Me da una rabia cuando se adelanta a mis noticias y luego quiere hacerme creer que la primicia la tenía ella ¡Que mujer!

- "Ya han cambiado la placa de la calle, que vuelve a llamarse Rambla. Ya ves tú el trajín que se llevan los del Ayuntamiento, como si no hubiera nada más importante que hacer en la ciudad" - ¿Por ejemplo? - "Pues..., estoooooo... ¡Ya te digo, cosas importantísimas! Creo que tendré que ir a hablar con Mateo" - ¿Mateo? - "El alcalde"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¡Traigo noticias frescas! Al duque se le van a caer los pantalones... - Será el pelo, por la fianza que le ha puesto el Juez Castro, uno de mis héroes. - "¿Está soltero?" - ¡Déjalo ya, abuela! Menuda perra tienes con el biznieto ¡Cómprate uno y olvídame! - Os traigo una noticia y no me hacéis ni caso... menos mal que después vendrá Nicolasa y me escuchará. - ¡¡¡No, que no venga. Ya te escuchamos nosotras!!! (gritamos las dos a la vez) "Cuenta, cuenta" - Pues que como el duque ya no está... no está como estaba... (la mirábamos con ojos de búho) Vamos, que ya no hay tienda de campaña que valga... - "¿Tienda de campaña?" - ¡No te hagas la tonta que sabes de qué hablo! - Cotilla ¿qué tiene que ver eso con que hayan quitado la placa de la calle? - Pues mucho. Se la han quitado por eso... - "¿Tu la entiendes?" (me preguntó la abuela guiñándome un ojo) - ¿Como no sea que tenía una tienda y se la han embargado? - Creía que en esta casa solo había una tonta y resulta que hay dos ¡Que cruz tengo con vosotras!

En la sobremesa aún nos reíamos de ella - ¡Tan mayor y con tantos remilgos! jajajajaja - "¡Tómate otra copita de chinchón, que te las ganado!" - Brindemos porque el duque se ha quedado sin tienda jajajajaja - "¡De campaña! Ay, Cotilla, con lo fácil que es llamar a las cosas por su nombre. - ¡Ya me tenéis harta! Mañana vendrá Nicolasa ¡hale! - "¡Ni hablar!" - ¿Por qué? - "Pues porque es... ¿como te diría?... vamos, que... Dí tú algo (me dijo a mí)" - No creo que sea conveniente que vuelva porque, en fin... no tenemos confianza con ella...y... - Vaya. Ya veo que os resulta fácil llamar a las cosas por su nombre jajajajaja ¡Venga. Un brindis por la facilidad de palabra. Chín, chín!


miércoles, 30 de enero de 2013

La abuela está preocupada por su amiga. La ve sola y desvalida y piensa que no se ha portado bien con ella - "Tenemos que dejarla dormir aquí" - En tú cama. - "No me gusta dormir con nadie" - A mí tampoco - "Pues ves aprendiendo porque es un principio para que un día tengas a mi biznieto. El pobrecillo ya debe estar cansado de esperar, como el Príncipe Carlos de Inglaterra" - Pero si ese ya hace años que nació. - "¡Ay, pareces tonta! La Cotilla dormirá contigo y punto" - ¡Por encima de mi cadáver! ... pero si tú duermes con Andresito ¡tendrás cara! - "Eso no es dormir con alguien. Es mi novio" - Y la otra, tu amiga. - "¿Quieres que todo el barrio sepa que tenemos un relación amorosa?" - ¡¡¡Abuela!!!... ¿la tenéis?

Pascualita no nos quitaba ojo, sobre todo a mí. Pensaría que estábamos discutiendo (como así era). Me puse las gafas de sol y le di un trocito de galleta que había sobre la mesa de la cocina. Y ella hizo algo que no había visto nunca. Señaló a Pepe con un dedo y luego simuló que se metía comida en la boca - ¿Quieres que le de de comer? ¡¡¡Abuela, mira lo que hace la sirena!!! - "No seas acusica, boba de Coria, que ya eres mayor" - Me parecía mentira que un pez fuera tan inteligente. Era fascinante. - "No me extraña que te asombre la inteligencia de algunos seres porque la tuya brilla por su ausencia" - Me di la vuelta para dejarla con la palabra en la boca y entonces, un chorrito de agua me dio en la oreja. Era una advertencia de Pascualita, así que me acerqué a Pepe e hice como que le metía un poco de galleta en su boca cosida. La sirena, desde su atalaya, me hizo la señal de OK.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! ¡Hale! ya he solucionado mi problema. - ¿Tiene un problema? - "Ves como eres tonta" - He ido a un asilo... - "No puedo consentir que vayas a un sitio de esos, mujer" - Ya, pero es que si no queda otro remedio... He hablado con la directora y hemos quedado que vendrá una mujer todas las noches a dormir conmigo. Aunque hemos discutido un rato porque que yo prefería un hombre... Total, ya está todo arreglado.- "¡Pues miel sobre hojuelas!" - Llamaron a la puerta y al abrir me encontré a una señora entrada en carnes - Hola, soy Nicolasa. La Cotilla me ha dicho que es aquí donde se come.

Nos ha caído el gordo, mejor dicho la gorda. Esa mujer come como una lima nueva y bebe... ¡huy, como bebe!... Estoy empezando a pensar que ha sido peor el remedio que la enfermedad.




martes, 29 de enero de 2013

La Cotilla se ha quedado a dormir en casa porque la abuela ha querido que, si por mí fuera, lo tendría claro. Dice la vecina que tiene "terrores nocturnos" como los críos. Pero yo no tengo la culpa de eso ni de que sus pesadillas se conviertan en realidad como le pasó ayer tarde.

Después de la sobremesa sube a echarse una siesta, de las de pijama y orinal como decía C.J. Cela. El chinchón trasegado debe actuar como somnífero y cuando se despierta, ya hace rato que ha caído la noche. Cuando ayer se despertó y como tiene por costumbre, no encendió la luz del cuarto. Salió al pasillo que lleva al baño y tropezó con un muro que le impedía el paso. Para cuando se dio cuenta de que no había ninguna pared en el pasillo y empezó a chillar, quién quiera que fuese que había entrado en su casa, ya le había dado un empujón y salido por pies del piso. Gritaba como si la estuvieran matando y ganas nos dieron, a la abuela y a mí, de salir al rellano para saber qué pasaba pero al reconocer la voz de la Cotilla nos desentendimos del asunto, como hicieron el resto de los vecinos.

Vino el Municipal y anotó que habían robado un 1/4 de kilo de café - Estaba caducado... como siempre lo tomo en vuestra casa... - Y el libro D. Quijote de la Mancha - "Te ha tocado un ratero intelectual" - ¿Ese? ¡Ni hablar! Ha visto que guardaba dinero entre las páginas... ¿Cómo voy a llegar ahora a fin de mes? (lloriqueó) - La Cotilla sabe latín y se metió a la abuela en el bolsillo a base de lágrimas.

Se había decidido que dormiría en el sofá. Es un sitio que está bien, aunque ella hizo amago de quedarse con mi cama diciendo que sus huesos eran viejos y estaría mejor en la cama en cambio yo, soy joven, fuerte y en edad de procrear (¿qué tendrá que ver la velocidad con el tocino?) Pero hice la sorda, como el Gobierno. Por la noche dieron la noticia de que un hombre y su familia fueron "atacados" por un tornado tipo americano: volaron tejas, una nevera, rejas y ¡a dos camiones grandes que estaban aparcados fuera, los volcó como si fueran de juguete. Todo esto en escaso minutos, con mucho ruido y mucho  miedo.

La Cotilla cogió la noticia al vuelo y dijo que de tornados, nada.- Son las almas en pena que están furiosas ¡No puedo quedarme sola en casa! - "Toma, mujer, un chinchón te vendrá de perlas" - ¡Pero no me dará valor! - No se preocupe, que quienes tienen que coger valor son las ánimas en pena para meterse con usted jejejeje - ¡¿Has oído a tu nieta?! ¡Está poseída! - "Que más quisiera yo. A ver si me da un biznieto de una puñetera vez" - Al ver el histerismo de la Cotilla fui a por Pascualita. Los gritos de la vecina estaban llegando a los decibelios deseados y encima miraba a la abuela... No hizo falta que dijera nada porque la sirena, en un intento de defender a su amiga, lanzó un chorrito de agua al ojo de la mujer que, inmediatamente, inició el ritual de los saltos, las carreras, los gritos y los lloros. - Cotilla, será mejor que vuelva a su casa porque nuestros fantasmas ¡son los más peligrosos! - le grité mientras ella corría escaleras arriba.

lunes, 28 de enero de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! - Me desperté sobresaltada al oír el saludo tarzanesco de la Cotilla. El reloj de mi mesita de noche marcaba las 5,30 de la madrugada. Pensé que tenía un pesadilla. La abuela entró en mi cuarto con cara de pocos amigos - "¡Haz el favor de soñar en voz baja, coñe!" - Iba a responderle cuando una sombra se situó a su espalda y entonces grité y grité con todas mis fuerzas, mientras me metía bajo las mantas en un intento de esconderme de las almas en pena. ¡El fantasma del abuelito se estaba haciendo presente! Dos segundos después éramos tres las que estábamos escondidas; la cama no dio abasto y me caí. Entonces aporrearon la puerta de la calle - ¡Abran, somos los bomberos, abran! - también se escuchó una voz, en tono más bajito - Abran... ejem... soy el Muni... municipal.

Salimos a toda pastilla para abrir antes de quedarnos sin puerta - "¡¿Qué pasa?!" - ¿Dónde es el incendio? preguntó un bombero de buen ver. En el rellano estaban todos los vecinos de la finca envueltos en batas y mantas. - ¿Pero quién os manda encender fuego a éstas horas? ¡Nos quedaremos sin casa por vuestra culpa pero os vamos a poner un pleito de tres pares de narices! - La abuela se acercó al bombero cachas y le dijo - "Pellízqueme, por favor, porque ahora mismo no se si estoy despierta o dormida" - La Cotilla, celosa, dijo que mejor a ella porque hacía mucho tiempo que ningún hombre la pellizcaba - ¡Pero no en el brazo, bobo... Aquí, aquí! - gritaba señalando su trasero.

Media hora después volvíamos a estar solas. La falsa alarma se debió a mis gritos al creer ver al fantasma del abuelito cuando, en realidad, se trataba de la Cotilla. Sentadas a la mesa de la cocina, nos contó que había tenido una pesadilla. Había soñado con sor María - "¿Esa quién es?" - ¡La robaniños!... y me robaba a mí de recién nacida... Y me ha dado por pensar en las historias que oía de pequeña, de desapariciones de críos a cargo del Hombre del saco; del tío Camuñas pero quienes me daban más miedo eran los religiosos porque, se supone que de ellos y ellas, te puedes fiar... Anda, dejame un sitio donde dormir un poco que no quiero estar sola... - "Vale, quédate con mi nieta" - y cerró tras de sí, con llave, la puerta de su cuarto.

Ya no me pude dormir. La Cotilla, en la cama, no se está quieta un  momento: sopla, resopla, da patadas, manotazos, habla en sueños y ronca como un elefante afónico. Al final he ido a hacerme un café. Le he contado mis penas a Pascualita y he tenido que invitarla porque amenazaba con tirarme un chorrito de agua si no le daba un poco de coca de la abuela. ¡Que noche más mala he pasado! Y de repente me ha dado por pensar si no habré sido yo una niña robada por la robaniños con toga porque ¿en que nos parecemos la abuela y yo?...Me serví una copa de chinchón para despejarme... ¿en qué? ¡en nada!... o sí... Tal vez nos una el Chinchón pero (¡oh, Dios mío!) ¡a la Cotilla también le gusta! y entonces hinqué las rodillas en el suelo y grité ¡¡¡Virgencita, que me quede como estoy!!!

domingo, 27 de enero de 2013

Tengo a la abuela como un flan. Y encima está de un humor de perros ¿Cual es el motivo? Una resonancia magnética. Llegó muy contenta del médico porque - "Van a hacerme una prueba muy especial" - ¿Qué te pasa, estás embarazada? jejejejeje ¿Qué te van a hacer? - "Una resonancia magnética" - Anda que no hacen resonancias al cabo de la semana. - "Estás equivocada"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Tu nieta está equivocada? que raro, con lo lista que es ( dijo con retintín y ya me puso de mala uva) - "Fíjate si es lista que dice que todos los días hacen resonancias magnéticas. ¡Pero si no sabe lo que son!" - Pues no está equivocada y mira que me sabe mal. - "¿Quieres decir que es una prueba muy común?" - ¡Claro! Es la prueba del tubo, mujer. - "¿Eh?" - Pues eso, que te meten en un tubo, te tienen un rato y después te vas a tu casa... No es agradable sentirse como en un ataúd... aunque tenga luz...  no te puedes mover, estás encajonada y sientes taquicardias... - ¡Bueno, ya está bien! Cállese. - ¿Por qué?... ¿te van a hacer una? jejejejeje - A la abuela. - ¡Síiiiii!...  ¡Vas a pasar por el tubo! jajajajaja

Esta mañana hemos ido al hospital . También ha venido la Cotilla que no ha querido perderse el espectáculo.  Me he enfadado ¿para qué tiene que venir con nosotras la vecina si es un cardo borriquero? solo lo hace por chinchar. En el autobús todo el mundo nos miraba porque no parábamos de discutir y para remate, he visto a Pascualita en plan broche, en la solapa del abrigo de la abuela.

Hemos esperado un rato y la abuela estaba cada vez más nerviosa, gracias sobre todo, a la vecina. - Imagínate que te tienen una hora metida allí. Será una experiencia terrorífica, digna de ser contada a tu biznieto, si lo tienes algún día (y la muy bruja, me miró) A mí no hay médico que me haga eso ¡Buena soy yo! digo que no, no y no antes que meterme en un tubo claustrofóbico. - ¡No piensa callarse!

La abuela, cogió el abrigo y fue al baño, a medio camino se volvió hacia nosotras - "Cotilla ¿me acompañas?" - Al cabo de un rato volvieron y algo había cambiado. La vecina estaba lacia y le costaba andar, como si llevara una borrachera como un piano.  La enfermera llamó a la abuela. Se levantó junto con la Cotilla que no parecía de este mundo y se la entregó a la enfermera junto con el volante del médico - "Como no es capaz de aguantar la prueba le he dado un calmante... ¿Esperamos aquí?" - preguntó con toda la inocencia del mundo.

Por la tarde, en casa, la Cotilla no acaba de coordinar. - He tenido una pesadilla muy real... un bicho me mordía en el cuello y al ir a gritar, porque dolía mucho, me han metido unas pastillas en la boca... - "Si que es raro el sueño" - Y luego estaba en un tubo que hacía mucho ruido... He pasado mucho miedo... - Le está bien empleado por reírse de los demás. - Creo que tienes razón...¿Puedo tomar un chinchón? - Abuela ¿ya puede? - "Vamos a esperar un poco más porque se me ha ido la mano con las pastillas" - ¿Pastillas? ... ¿qué pastillas?

sábado, 26 de enero de 2013

La abuela está contenta y no para de cantar. Es una novedad porque llevaba unos días, sobre todo desde que la Bocazas la fastidió no muriéndose, pesadísima. Y eso que había elegido el mejor sitio para su retrato. Aunque ya da igual porque el sitio ya está ocupado. Se murió Modesta. Su marido es un cachondo mental que lleva colgados del cuello unos pequeños cuernos de oro - ¡Ya que soy cornudo, que se vea que vale la pena! - Su mujer aguantaba las bromas con santa paciencia.

Al funeral fueron cuatro vecinas y la basca de la cafetería, no sin antes advertir a Conchi que apagase el móvil y se dejase de Paquito Chocolatero en la iglesia. En el banco de la familia estaba el compungido marido, asombrado por la jugada que le había hecho el Destino y a su lado un familiar que intentaba consolarlo a pesar de que a él le resultaba difícil contener el llanto.

A la salida fueron todos al Funeral a realizar el último acto: brindar por Modesta; recordarla y finalmente, colgar su foto.El principio fue frío porque de esa mujer no había mucho que contar. A penas hablaba con nadie. Poco a poco la conversación se animó a medida que se llenaban y vaciaban copas y al final, su viudo, fue el más participativo de todos, contando chistes y diciendo cosas cómo éstas, entre suspiro y suspiro - ¡Ay! y ahora ¿de qué voy a vivir? - haciendo llorar de risa al personal.

 En un rincón del local, apartado de todos, el familiar lloraba sin apartarlos ojos de la fotografía de Modesta.  Nicomedes (el viudo)  alzó la copa y propuso un brindis por Rafael - El último querido de mi mujer y el que más años le ha durado. - El desconsolado Rafael, sorbiéndose los mocos, brindó por la memoria de su amada.

Creo que esa es la razón por la que está contenta la abuela. Modesta, que parecía hacer honor a su nombre, se puso un día el mundo por montera y vivió su vida como le dio la gana y lo que es mejor, sin dar tres cuartos al pregonero y se llevó al otro mundo lo poco o mucho que disfrutó en esta vida. A diferencia del marido, un pusilámine consentido y bocazas, que vivió a la sombra de su mujer y de las migajas que ésta dejaba caer. - "¡Niña. Trae el chinchón que vamos a brindar!" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa... Esperadmeeeeee!





viernes, 25 de enero de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Estoy que trino! ¿No dice la Constitución que todos somos iguales ante la Ley? - "Pues... supongo que sí pero es que, a éstas horas, aún no estoy en este mundo ¿No es muy temprano, Cotilla?" - ¡Ni lo sé ni me importa! - "Pues a mí, sí. Ya estás cogiendo el portante y te largas de aquí hasta que sea una hora razonable para ir a dar la lata al prójimo"

La abuela es categórica con sus costumbres. Le gusta comer despacio y compartirlo don Pascualita mientras lee la prensa y la comenta para que sus dos amigos estén al cabo de la calle de la actualidad. Yo la observaba mientras terminaba de arreglarme. De repente arrugó el periódico y lo tiró al suelo con furia. La sirena se sobresaltó y optó por zambullirse en su "acuario" hasta que pasara la tormenta.

Dejé a la abuela murmurando, a saber qué y al volver a mediodía seguía igual. Grave debe ser la cosa, pensé. La Cotilla ya estaba sentada en su silla esperando el condumio y por su cara, se notaba que no estaba contenta. - ¿Habéis discutido? Espero que no a mi costa. - Hemos picado más alto. A las altas esferas - ¿Quiénes son esas? - ¡Que burra eres!... pues la nobleza, la realeza, la Constitución... en ella dice que todos los españoles somos iguales ante la Ley - ¿Se va a presentar a  oposiciones? ... o se ha presentado ya y la han suspendido jajajajaja  - ¡Sujétame o te quedas sin nieta!

En la sobremesa se quejó amargamente de la discriminación que sufre, siendo como es amiga de lo ajeno, y que nadie le haga caso y sin embargo, a un forastero, rubio, alto y bien parecido que tiene en muy alta estima su honor (aunque no sabe muy bien qué es eso) y que hace lo mismo que ella, aunque a mayor escala, se le puso una placa, junto a su mujer, en la Rambla - "No te quejes, Cotilla. Ya llegará tu hora" - No lo digas así que me da repelús. - "También el duque (porque de eso se trata) tiene de que quejarse: les dieron el ducado de Palma de Mallorca para poder hacerles la placa. ¿Y estuvo contento? pues no. Le hubiese gustado más que, en lugar de la Rambla fuese una cuesta: la Cuesta del Polvo que está más en consonancia con su nomenclatura particular: el duque en PALMA do" - ¡Anda y que le vayan dando! Niña, saca el chinchón que hace frio.

jueves, 24 de enero de 2013

- "¡Se me lleva el viento como a María Sarmiento!" - ¿Una amiga tuya? - La abuela se me quedó mirando mientras una fuerte ráfaga de viento nos zarandeaba - "¿Lo preguntas en serio?... pues, si quieres saberlo búscala en la wilkipedia".- Cuando se pone estupenda me da rabia porque no me entero de nada.

Había acompañado a la abuela al mercado para ayudarla a cargar las bolsas pero, como hace tanto viento en la calle, he dejado que las llevara todas ella y así no la tiraría el viento. Yo me previne metiéndome peso en los bolsillo y claro, no era cosa de cargarme, encima, con la compra. La abuela se ha enfadado pero como no tenía ganas de discutir y la razón la tenía yo, no le he hecho ni caso.

Al llegar a casa ha dejado las cosas en la cocina y me ha llamado. Nada más entrar me ha tirado a Pascualita a la cara. ¿¡Será rencorosa!? Menos mal que la sirena estaba dormida y ha tardado en reaccionar, por eso no ha podido sujetarse cuando, tal como venía, le he dado un manotazo y la he enviado de vuelta a su "acuario". Ha estado un rato mirándome con ojos bizcos y finalmente, ha nadado hasta el barco hundido y se ha escondido en él. Aún debe preguntarse qué le ha pasado, jejejejejeje...

Mientras comíamos, la abuela y la Cotilla se ha reído de mi a placer - ¡¿No me digas que la pánfila de tu nieta no sabe quién es María Sarmiento!? jajajajajajaja... ¡Es más corta que las mangas de un chaleco! jajajajaja. - ¡Se me llevan los demonios cuando os ponéis así, so listas! - "Hablando de demonios. Se ha muerto sor María... o eso dicen" - ¿La roba-niños? ¡Mira, se me ponen los pelos de punta! ¿Pero esos bichos mueren?...

Tomando el café la Cotilla quiso saber si ya habían colgado el cuadro de la Bocazas en El Funeral - "Pues no. Y mira que le busqué un buen sitio pero la tía ha decidido no morirse ¡Las hay desagradecidas!"

miércoles, 23 de enero de 2013

- "Tendré que sacar el abrigo largo porque hace un frío que pela" - ¿Cómo no lo has sacado ya?. - "Hasta hoy no he visto nieve en las montañas... además, me gusta lucir las piernas, tan bien hechas y torneadas, no como las tuyas que parecen de alambre" - ¡Vaya! ya me ha tocado la china" - ¡Avemaríapurísimaaaaaaa! ¿Te has peleado con una china? ¡Como me hubiese gustado verlo! ¿Y qué ha dicho el señor Li? - Que yo sepa, nada porque... - ¿Ves como es esta gente? (se dirigió a la abuela) Tú venga invitarlo a comer para que después no defienda a tu nieta... aunque, bien mirado, yo tampoco lo hubiese hecho jijijijiji

Antes de que la cosa fuera a más me he ido a trabajar - ¡Que alguien tiene que levantar el País! (grité) - Al llegar a la calle, una lluvia de migas de pan ha caído sobre mí. La abuela estaba en el balcón sacudiendo el mantel de la cocina. - ¡¿Pero qué haces?! - "Ayudar a levantar el País. Ahora el barrendero tiene trabajo"

A mediodía he encontrado a las dos amigas brindando - ¿Qué celebráis? - "Mi triunfo de ayer noche" - ¡¿No me digas que mataste a la Bocazas?! - "No hizo falta. Ella solita se metió en la boca del lobo y ahora está en cuidados intensivos" - ¡¡¡Abuela!!! acabarás en la silla eléctrica - Tu nieta es más tonta cada día.

¿Qué pasó, abuela? - "Pues que llegué a la cafetería rompiendo moldes. De negro, plumas y brillos. Taconazo. Minifalda de vértigo. Envuelta en el miniabrigo forrado que me regaló Andresito. Guantes carmesí a juego con los labios y oliendo a Chanel nº 5 que tiraba de espaldas. En cuanto la Bocazas me vio, palideció. Entré pisando fuerte, sobre todo el callo del dueño de la cafetería que se había puesto delante. Aún debe ir cojo.

Fui hacia Andresito y le di un morreo que por poco se nos quedan pegadas las dentaduras. Luego miré al personal, parpadeé abanicando a los presentes con mis largas pestañas postizas y me acerqué, insinuante, al marido de la Bocazas. Le miré de frente y le dije: Para sentir lo que ha sentido mi novio, tienes que tener una mujer como yo y no ALGO venido a menos como tienes tú. Me di la vuelta y volví con mi hombre. A la Bocazas le salía la rabia por los ojos. Se levantó de un salto y morreó a su marido hasta quedar sin resuello. Cayeron al suelo. Él, con la dentadura de ella colgándole de un diente (hay que ser muy diestra para no quedar enganchada) Como no volvían en sí, alguien pidió una ambulancia mientras otros les practicaban técnicas de reanimación. El marido se recuperó en seguida y le costó bastante separarse de los dientes de su mujer. Pero ella había sufrido un ataque que la tiene más allá que acá, a consecuencia del cabreo que cogió.

- No hay quién pueda contigo ¡Brindemos! - "La última. Quiero estar despejada porque esta tarde elegiré el sitio donde se colgará el retrato de la Bocazas en la pared de los Finados...Ya sabes, mujer prevenida vale por dos"


  

martes, 22 de enero de 2013

Después de que la abuela pagara  al butanero 16,20 euros sin rechistar, le ha entrado el frenesí de las rebajas - "¿Y éstos porque no han bajado el precio?" - Lo has tenido a mano para preguntárselo. - "¿A quién? ¿A Marcial? ¿Y qué culpa tiene él? Hay que preguntárselo al Gobierno pero está muy lejos... ¿Se habrán enterado de que es época de rebajas?"... ¡Que va! Estos compran en la calle Serrano y lo mismo les da ocho que ochenta... ¿Vas a pasarte todo el día dándome la lata? - "¡No! Me voy a buscar chollos o no llegamos a fin de mes"

Ha vuelto con un saco de cebollas al hombro ¡10 kilos! - ¿Pretendes ahorrar así? Eres como el Govern que, cuanta más gente echa a la calle, más pregona que acabará con el paro. Y a mi no me mires para que te ayude a pelarlas. - "Sabía que podía contar contigo" (me dijo con ironía y un mucho de mala leche) - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Cómo está mi cocinera favorita? - ¡Gracias por el piropo! (dije yo) - Ni borracha diría eso de ti... ¿Huelo a cebolla? - "Sí,Cotilla. Voy a hacer conejo con cebolla ¿qué te parece?" - Hum... ¡Manjar de dioses! Me apunto. - Para apuntarse primero tendría que borrarse. No se separa de la mesa del comedor ni echándole agua caliente. - "Espero que me ayudes." - ¿Y tú nieta? - "Ya sabes que no puedo contar con ella" - Menuda la que te ha tocado con semejante especimen. ¡Que cruz, Señor! - "No lo sabes tú bien"

Cuando volví del trabajo pensé que Pascualita había echo de las suyas con la pobre Cotilla. Tenía los ojos rojos, los párpados hinchados, apenas veía y lloraba. Lloraba mucho y sorbía mocos sin cesar. En cambio la abuela no estaba... ni  Pascualita. Abrí las ventanas y el balcón. El olor a cebolla se instaló en mi garganta y no se podía respirar sin llorar. Cuando llegó la abuela la casa estaba gélida pero había conseguido que se despejara un poco el ambiente. - "¿Estás loca? ¡Hace un frío que pela y se constipará la vecina!" - Por... mí no... te preoc... cupes... (le castañeaban los dientes)... ¿Ya está... la comiiiii.... da?

La abuela había dejado sola a su amiga para que pelara y cortara los 10 kilos de cebollas. Se quitó de en medio para que no se le hincharan los ojos. Al atardecer tenía que ir al Funeral y no quería que pensaran que había estado llorando. Una mala lengua había hecho correr el bulo de que Andresito estaba con ella por el interés. No monetario sino sexual. La abuela siempre había sido muy avanzada para estos lances y nunca le amargó un dulce. - Muy segura está de que se casarán ¡que infelíz! Solo es un entretenimiento para él. - La "amiga" que hizo éste comentario, jamás pensó que llegaría a oídos de la interesada  pero se equivocó. Y ahora iba a ser víctima de su palabras, dictadas por la envidia cochina.

Por eso, entre otras cosas (como, por ejemplo: que a ella no le daba la gana hacerlo)  dejó que la Cotilla se cargara, ella solita, los 10 kilos de cebollas. Esta noche habría movida de la buena en El Funeral y la abuela tenía que ir echa un pincel. - "¡Cotilla, vamos a brindar con chinchón!" - ¿Qué celebramos? - "Que dentro de poco, habrá una nueva foto en la pared de los Finados de El Funeral"



lunes, 21 de enero de 2013

Mientras desayunábamos la abuela me ha dicho que hoy es el cumpleaños de Germán. Y eso nos ha dado pie para reír un rato recordando cosas de él hasta que, casi nos atragantamos cuando la Cotilla ha entrado en la cocina como un torbellino. - ¡Así que ahora te dejas ver con extranjeros! ¿Qué pasa. ¿No es bueno el ganado nacional? (me ha dicho plantándose delante de mí)  ¿No te da vergüenza que tu nieta salga con alemanes? ¿Quieres un biznieto al que no entenderás cuando te hable? ... ¡No te hagas la sorprendida! Casualmente he oído vuestra conversación desde mi casa. - "¡La oreja la tienes bien desarrollada pero no te enteras de la copla!" - ¿Qué no? ¿A que estabais hablando de los germanos? - Un chorrito de agua envenenada cayó sobre su mano y la vecina dio un salto, asustada. entonces vio a Pascualita que estaba sentad en el borde del "acuario".  Rápida como el rayo, la abuela dijo: - "¡Es un ánima del Purgatorio!"

La Cotilla se había acercado, poco a poco a la sirena para mirarla de cerca. Yo me puse las gafas de sol por si "llovía" más y me daba en los ojos. - Eso es una gamba gorda de las que le gustan al señor Li...-  "Mira, llevo al ánima de adorno" - La abuela se la colocó en el pelo, apoyada en el coletero al que Pascualita se aferró para no caerse. Yo salí al quite - Íbamos a tomar un chinchón ¿Le apetece uno? - Lo tomaré porque no me gusta despreciar a nadie. ¡Mira que salir con un germano!  Pues anda que no les haría yo un favor a los que desprecias... - ¡Mucha hambre es lo que hay! - ¿Has oído a tu nieta? ¡Qué cruz tienes con ella! ... ¿Que vamos a comer hoy - Usted no pierde rípio - "Lentejas en honor de Germ..." - ¿Del alemán? Pero, ¿cómo es posible?... vale, me apunto pero que conste que lo hago para no tengas que tirarlas.

Mientras tomábamos el café, la abuela ha propuesto un brindis : "¡Por Germán. Felicidades! - ¿Germán?... ¿lo conoces? era un novio que tuve allá por los años 30... Ahora recuerdo que una pajarraca me lo quitó ¿¡Fuíste tú!? - le gritó a la abuela. - "Anda, Cotilla, bebe y calla."






 

domingo, 20 de enero de 2013

La sirena se desperezaba a placer en su "acuario"  mientras la abuela y yo mojábamos la ensaimada de los domingos en un cola cao caliente. Me encanta este momento del día. Incluso Pepe parece feliz colocado entre el azucarero y el cazo de la leche. La abuela no habla mucho, aún está resacosa por la fiesta que  anoche celebraron en el Funeral. Pasa rápidamente las primeras páginas del Diario que hablan de política local y se enfrasca en las noticias, repletas de fotografías, de las fiestas populares que se celebran a lo largo y ancho de la isla en honor de San Antonio Abad y San Sebastián y donde los demonios bailan y persiguen a la gente entre risas y sustos. 

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Fue bien la fiesta? - "No estuvo mal... pero, no grites" - ¡Ya veo que sí!  ¿Te trajiste la carne que sobró? - "No quedó nada" - ¡Imposible! cuando se asa para tanta gente siempre hay sobras! ¿cómo voy a celebrar San Sebastían? - "Por una vez, a costa de otra."

Durante un rato solo se oyó el vuelo de una mosca despistada que aún no se había enterado que estamos en invierno. La Cotilla vio una foto que le llamó la atención - ¡Mira quién está aquí! El ex de tu nieta... el Médico.  Habrá ido a ver si se quema con el fuego de los demonios jajajajaja ... Por cierto, gracias por el alma en pena. No sabes la compañía que me hace. Hablo con ella sin sentir que lo estoy haciendo con la pared. Y de cualquier tema. Es estupenda. - (¡Pero, bueno... es lo que me faltaba por oír! y no pude callarme) - Puede ponerle un nombre, nosotras tenemos tantas que no se lo pusimos. -¡Claro que se lo pondré! Será mi amiga más íntima... lo siento por ti (le dijo a la abuela que arrugó el ceño.... huy, huy...) pero creo que has sido desbancada.

La abuela se ha sacudido el dolor de cabeza metiéndose a cocinar su venganza porque a ella ¡no la desbanca nadie por muy alma en pena que sea!

Invitó a Andresito y le pidió que viniese acompañado de su hijo: ¡habría paella! La Cotilla se relamía mientras el aroma del sofrito llegaba a su nariz - ¡Que mano tienes para el arroz, hija! Se me está haciendo la boca agua... ¿tardará mucho tu novio? - "Deja ya de dar vueltas a mi alrededor y pon la mesa" - ¡A tus órdenes! Seremos...cinco. - "Cuatro" - ¿Se ha echado atrás el Médico? Mejor, así podré llevarme un buen plato para mañana. - Pero a la comida no faltó nadie. Y con toda la tranquilidad del mundo la abuela dijo : "Anda, Cotilla, sube a tu casa que tu amiga más íntima ya debe estar hambrienta y no hay nada peor que una alma en pena cabreada... ¿Recuerdas?"




 

sábado, 19 de enero de 2013

- Avemaríapurísima. - "Qué te pasa, Cotilla" - Estoy desmoralizada... Mira que día hace ... llueve. ¿Cómo van a encender las hogueras esta noche en las Plazas?... Y los músicos de las verbenas tocarán con miedo a electrocutarse... - "O no tocarán. No seas tan negativa. Casi todos los años hace mal tiempo en la fiesta de San Sebastián y siempre hemos comido y bailado"

Y mañana quería ir a la bicicletada pero a este paso, no voy a poder - "¡Pero si no has ido nunca, no sabes montar! jajajajaja" - Es que no tenía bicicleta pero ahora, sí - ¿A quién se la ha quitado? - ¡A nadie! Estaba apoyada en un contenedor de basura. Sería para tirarla ¿no? Por eso la cogí ... Quedé asombrada de las cosas que tira la gente porque está nuevecita. - ¡Lo que yo le diga! Se la llevó por la cara.  - Pero si no había nadie... Quería practicar con ella en casa, así  puedo sujetarme a las paredes y los muebles para no caerme pero, después de lo de Armstrong... no me hace ilusión porque ¡Ya no me podré dopar!

Mientras comíamos, en las noticias locales dijeron que al Juez Castro, azote de corruptos y malversadores, le habían robado la bicicleta, que es su medio de transporte. La dejó un momentito, apoyada en un contenedor de basura, para ir a por un botellín de agua a la tienda de los chinos que está enfrente y cuando volvió, ya no estaba... Se sospecha de un duque y de un ex president que le tienen mucha ojeriza pero han jurado por su honor, que son tan inocentes de eso como de todo lo demás que se les imputa. Por la cara del juez parece que no ha quedado muy convencido.

La abuela y yo miramos a la Cotilla, que había palidecido. - "Ya la estás devolviendo" - luego sacamos el chinchón y dejamos que bebiera hasta que se le pasó el susto.

viernes, 18 de enero de 2013

El día ha ido tranquilo hasta la hora de comer, cuando la Cotilla se ha presentado y se ha sentado en su silla. - ¿Va a comer aquí? - ¡Fues, flafo! - ¿Qué dice? - Fue foy a fomer - ¡Huy, que graciosa... por cierto, vaya labios más sugerentes. ¿Ya ha encontrado algún perrito que le ladre? - ¡¡¡Fus fuerfos!!! - Desde el ataque que sufrió a manos de Pascualita, la vecina no venía por casa porque, ni podía hablar, ni podía comer. Tiene unos morros como de aquí a Roma y ¡negros! a causa del morado que luce. Para animarla le dije que, si le preguntan, puede decir que es punkie.

 La abuela, al sentarse a la mesa llevaba a Pascualita en el pelo. ¡Cómo le gusta provocar! En vista de que la conversación era nula, puse la televisión para oír ruido pero sin prestarle atención porque no quiero malas digestiones. Comía pensando en las musarañas cuando la Cotilla se ha puesto hecha una fiera - ¡Fentifofos, ladfofes. Afí fefienten... Fon la defonra de la pfofesión. ¡¡¡Fretinos!!! - ¿Pero qué dice esta loca!

La abuela, muy pausada se dirigió a ella - "Espero que no te estarás metiendo con mi nieta... porque para eso me basto y me sobro, yo" - No, no. Fon eftof... - señaló la pantalla. Allí estaba Lance Armstrom diciendo que era un mentiroso, un ladrón, un tramposo y no sé cuantas lindezas más y quedándose tan pancho, el tío. Luego salió el tal Barcenas, del PP, que había tenido en una cuenta de Suiza ¡22 millones de euros! que no se sabe, aunque se imagina, de dónde salieron. Por eso estaba indignada la Cotilla. Ella que también es de la misma profesión, se dedica a robar pijadas para poder llegar a fin de mes. Coge solo lo que necesita. Pero esos tipos son harina de otro costal, la vergüenza de los ladrones honrados - ¡Fue los enfierren!. - Debió notar que alguien la miraba y poco después sus ojos se cruzaron con la mirada diabólica de Pascualita. Dio un grito que me heló la sangre ¡¡¡Un áfima en fena!!! Y la sirena actuó, pero no sobre la Cotilla sino contra la pantalla de la tele que había exasperado, también, a la abuela. Menudo rifirrafe tuvo con el cristal.

Después del café (la Cotilla tomó tila) le hicimos los honores a la botella de chinchón. La vecina estaba convencida de que las ánimas seguían en mi casa y se le aparecían para llevársela con ellos. Naturalmente, nosotras no la sacamos de su error y, unas copas más tardes, empezó a ver con buenos ojos que los fantasmas fueran a saludarla.- Me daif enfidia. ¿Fuedo llefarme una a mi cafa? Así no eftaría tan fola... ¡hip!    

jueves, 17 de enero de 2013

La abuela está en un ¡ay!. Ha cogido un constipado al que, por lo visto, le tiene mucho cariño porque no lo suelta... y si no es eso, es que le gusta que la sirva yo. Me tiene esclavizada a los pies de su cama en cuanto entro en casa. Al oír la puerta de empieza a darme órdenes: que si arréglame la cama. ¡Te has dejado una arruguita, ¿Quiéres que me llague?. ¡Friega los vasos del desayuno!. Hazme una sopita. Pónme la tele... ¿pero qué se ha creído? Ya le he dicho que se olvide de mí y recurra a su amiga del alma.

Ha hecho caso dos días, al tercero me ha ordenado que  haga yo la compra y la comida ¡con lo poco que le gusta lo que hago! (a mí tampoco me gusta) Finalmente he sabido el por qué. Cada vez que la Cotilla ha ido a la compra no ha cundido el dinero - "Seguro que se trae más cosas para su despensa que para la nuestra y para remate, se lleva de aquí las sobras. ¡Buen negocio está haciendo ésta!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Dónde tienes la cartera? dame la lista de la compra que me voy al mercado. - "Mi nieta ha ido antes de ir al trabajo" - ¿Quéééé?... No hace falta que se moleste, si a mí no me cuesta nada ir. - "Pero me cuesta a mí" - Si no durmieras con el culo al aire, ahora estarías bien jejejeje - "¡Duermo como me da la gana!" - ¿Y esos humos?... Tal vez un poco de chinchón te calme y a mi me vendrá bien porque hace frío. - ¡"Te lo tomas en tu casa"! - ¿Qué te ha hecho la jodía de tu nieta para que estés así? - "Estoy así porque no me gusta que me roben" - ¿No me digas que también te roba? ¡Menuda pieza! ¡Vaya cruz tienes con ella!... A ver, ¿qué hago hoy de comer? - "Ya está todo echo" - ¿Lo ha hecho ella? Quiéres que te ingresen en urgencias o, peor aún, que te pongan en la pared de los Finados en el Funeral? ¡Pero si no sabe freír un huevo! Que pena... con lo que me gustaba ayudarte. - "No me cabe la menor duda"

A mediodía encontré a las dos amigas muy calladas aunque, a medida que comíamos, la Cotilla empezó a meterse conmigo sin que yo supiese a santo de qué. - No te sientes al lado de mi bolso que no me fío ni un pelo de ti. - ¡Vaya! quien fue a hablar. - ¿No te da vergüenza hacerle esto a tú abuela? - ¿Hacerle, qué?

La cosa siguió así  hasta los postres. Entonces la abuela fue a la cocina, al volver, la Cotilla se disponía a beber un vaso de agua. Siempre remata las comidas así. Los reflejos de mi abuela, a pesar del constipado, están afinadísimos y no le costó nada meter, de sopetón, a Pascualita dentro del vaso, justo cuando su amiga iba a empezar a beber. A la sirena no le sentó bien que la tiraran y menos encontrarse tan estrecha, así que se enfadó contra lo que tenía más cerca: el morro de la Cotilla. Clavó sus dientes con rabia y no nos quedó más remedio que tirar de ella para separarla, mientras la mujer daba saltos y aspavientos, gritaba,  lloraba, moqueaba y sangraba abundantemente. ¡No quiso ni chinchón! Salió corriendo para su casa aunque creo que le dio tiempo a escuchar de la abuela -"¡Los espíritus de ésta casa son muy vengativos, Cotilla!"

miércoles, 16 de enero de 2013

La abuela no está contenta porque sabe que, otra vez, la han engañado. Y le repatea que pase esto cada dos por tres. Lo único que la consuela es que no se siente culpable, a pesar de que el consuelo es mínimo ya que le tocará pagar, haya votado o no. ¡Que mal repartido está el mundo!

Estábamos terminando de desayunar, Pascualita, la abuela y yo, cuando hemos oído el fatídico saludo de la Cotilla - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - Rápida como el rayo, he cogido a la sirena, que estaba sobre el frutero disfrutando de un trocito de pan con miel y la he tirado al "acuario" rosa. Con las prisas no he tenido muy buena puntería y la pobre, se ha estrellado contra uno de los lados de la bañerita antes de caer, medio desfallecida, al agua. La abuela me ha susurrado al oído: - "Esto no te lo perdonará jijijiji" - Siempre se alegra de mis desgracias.

- ¿Has oído a la Consellera? ¡Vamos a tener que pagar un poco más por la cuota de basura! - "¿Y?" - Pues que había dicho que trayendola de afuera, para quemar aquí, no nos la subirían. - "¿Y?" - ¡Déjate de ¿Y?! - "Eres tonta de remate. ¡Tendrías que pagar la subida de mi cuota por crédula, boba de Coria! Ahora tendremos basura, la oleremos, la respiraremos y encima, pagaremos más porque, de momento, no llegaremos al cupo de toneladas que, dice la empresa Tirme, se tienen que quemar para poder hacernos esa "gracia" - ¡Pues vaya cara! - "La misma que han tenido siempre, hija mía" - Bueno, mientras vosotras "arregláis" el País, yo voy a dar el cayo. Hasta lue...¡AAAAAAAAYYYYYYYYYYYY! - Se me había olvidado lo rencorosa que es la sirena. En cuanto ha tenido oportunidad me ha tirado un chorrito de agua envenenada al ojo. - ¿Qué le ha pasado a tu nieta? (preguntó, asustada, la Cotilla) -   "Nada, mujer. Tonterías suyas jejejeje... ¿Qué. No te ibas a trabajar? Pues aligera que llegarás tarde" - No he podido contenerme y al tacto, he cogido a Pepe y se lo he tirado, con muy mala leche, a la cabeza de... ¡La Cotilla! - ¡Que me descalabraaaaa! ¡Qué cruz tienes con ella!

martes, 15 de enero de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! - Pues si que viene usted pronto a dar la lata. - Que simpática está tu nieta por las mañanas. - "Cotilla, ¿dónde están mis pantalones" - ¡Huy, que penaaaaaaa! Ya te está afectando la edad... Los llevas puestos, querida" - "¡Estos no, boba de Coria! Los negros. - Sigo diciendo que los llevas puestos. - "¡¡¡Déjate de coñas marineras y dámelos!!!" - La Cotilla me miró con ojos espantados - En serio, nena (me dijo) ¡Llama al médico porque tu abuela está perdiendo la razón!

Sentadas ante una taza de café con leche y mojando pan tostado con aceite, las cosas se fueron aclarando - Hija, es que todos tus pantalones son negros ¿cómo quieres qué sepa de cual hablas? - "Estoy del luto hasta la coronilla pero, una promesa es para cumplirla y eso haré mientras no cambien las cosas para bien... aunque no podía empezar peor el año porque ya está aquí la basura ¿Cuánto falta para que se vayan los Pinochos?" - Mucho. Pero no te hagas ilusiones porque estos volverán a ganar - "¡Estoy loca por vestirme de colores... No sé dónde estará el dichoso pantalón... Alguien lo ha escondido" - ¡La tonta de tu nieta! - ¡¡¡Oiga!!!

"Son cosas del Fantasma. Cuando se aburre me esconde las cosas... - Abuela, no empieces con tus historias  que luego las sueño... - "No son historias, mema. De siempre es sabido que la casa que tiene pozo o cisterna, tiene fantasma..." - ¡Aquí no hay! - "¡Sí que hay. Está en el subsuelo. Yo misma vi como lo cegaban cuando hacían la obra! - ¡Tienes razón (saltó la Cotilla) Yo también lo vi! - Eso son cuentos de viejas... - "¿Cuando dices "viejas" te refieres a nosotras?" (la voz de la abuela sonaba amenazadora, por eso intenté cambiar de tema) - Mi novio no ha ido a trabajar. Me ha dicho que no ha podido apoyar la cabeza en la almohada del dolor que siente. - "Es muy flojo el pobre... No has contestado a mi pregunta... - ¿Me habías preguntado algo? Perdona, estaba despistada.

He sido castigada a comer un bocadillo de mortadela mientras ellas se zampaban unas lentejas  que decían ¡cómeme! ¿Cuándo se dará cuenta mi abuela de que ya soy una persona mayor? - "¡Cuando las ranas críen pelo!" - ¡No hablaba contigo!

Vaya día que llevo. Mi incipiente novio a cortado conmigo. No le gustó mi actitud de ayer marchándome de casa cuando más me necesitaba. Y encima dejándolo con un grupo de locos de atar. Así que al volver a casa esta noche estaba muy desanimada. Fui a ver a Pascualita pero no estaba en su "acuario" - ¿Abuela, la tienes tú? - "No. Llevo un rato buscándola... No te preocupes. Debe ser cosa del Fantasma y la habrá puesto junto a mis pantalones" - Estaba tan segura de que la tenía ella que me fui a dormir - Anda, pon a Pascualita en su sitio que estoy tan cansada que no conseguirás que tenga miedo.

Apenas entré en el cuarto, la puerta se cerró con estrépito. De un salto me metí entre las mantas de mi cama. Entonces se apagó la luz y yo me tapé más. Durante un rato no ocurrió nada pero, de repente, "alguien" me rascaba la espalda - ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!!! - Corrí como una loca hacia el comedor y me di de bruces contra un monstruo. A partir de ahí no recuerdo nada más. Debí desmayarme. Unas carcajadas me devolvieron al mundo de los vivos - Jajajajajajajaja ¡Qué tonta es, Pascualita! jajajajajaja Con una escoba, una sábana, la fotocopia aumentada de tu cara y una vela iluminando desde atrás, le hemos dado el susto de muerte. Jajajajajaja ¡Un poco más y nos la cargamos jajajajajaja... ¡Ay! que tiempo hacía que no me reía tanto.

lunes, 14 de enero de 2013

La abuela me ha dicho que invite a mi novio a comer para charlar y conocerlo mejor, cosa que no me ha parecido mal. Cuando se lo he propuesto a él se ha mostrado encantado y ha querido participar llevando el pescado.

Como la Cotilla es el perejil de todas las salsas, se ha autoinvitado y ha dicho que cooperará trayendo un bote de aceitunas que abrió este verano - ¿No querréis que lo tire? No están los tiempos para eso. - Así que este mediodía nos hemos reunidos unos cuantos al rededor de la mesa: nosotras tres, Andresito, el señor Li (¿?) (¿qué pinta aquí? le he preguntado con discrección a la abuela) y me ha dicho que lo ha invitado la Cotilla para no ser la única que va desparejada.

Cuando he llegado a casa, Gabriel ya estaba allí. - "Lo tengo en la cocina limpiando sardinas" - Menudo novio te has buscado ¡sardinas! con lo que se repiten (se quejó la vecina) - Así tendrá la sensación de estar todo el día comiendo, pesada. - ¡Lo que tendría que haber echo es traerse un par de merluzas si quería quedar bien! - Nunca quedará tan bien como usted con sus aceitunas embalsamadas... lo digo por el tiempo que llevan muertas de risa en su nevera. - ¡Que cruz tienes con ésta nieta!

Andresito no estaba muy contento. El creía que su hijo y yo llegaríamos a buen puerto. Solo me dijo - ¡Que feo es el jodío! . El señor Li trajo bocaditos de pescado crudo, muy bien presentado. De repente, me di cuenta de que toda la casa olía a pescado y me acordé de Pascualita. Miré en su "acuario" rosa y no la vi. Busqué en derredor y nada. Finalmente me fijé en Pepe y allí estaba, enroscada a la cabeza jibarizada. Sus ojos bizqueaba, quizás pensando en el opíparo banquete que iba a darse. Cogí el guante de acero, porque desde que la vi en pleno ataque a los tiburones, no me fío un pelo de ella. Cuando la tenía en la mano apareció el señor Li camino de la cocina. - ¿Qué tenel ahí?... ¿sel gamba golda? - ¡No, no!. No es nada jejejeje -

Metí a Pascualita en mi bolsillo y fui a ver a mi novio que estaba en su salsa desescamando y destripando sardinas - ¡Hola, amor! - le dije y me saltó una escama en un ojo. El señor Li se acercó a socorrerme y aprovechó para susurrarme - ¡Que feo es el jodío!

Al tratar de aliviarme el ojo descuidé a Pascualita quien no necesitó más que un movimiento de su cola para lanzarse sobre el pelo de Gabriel. Lo mordía, lo chupaba, lo estiraba y yo no podía cogerla con tanta gente delante - ¿Qué me ha caído en la cabeza, nena? - ¡¡¡Un bicho!!! - gritó la Cotilla - ¡Quitamelo, que me dan mucho asco! - No sel bicho, sel gamba golda ¡¡¡Yo cogel!!! - Pero la abuela llegó antes. Le dio una patada en la espinilla al chino y lo dejó fuera de combate, momento que aproveché para darle un fuerte tirón a la sirena y arrancarla junto con un buen montón de pelo. Cuando me volví a mirar el estropicio, mi novio tenía una tonsura en la coronilla como los curas antiguos. Menuda escandalera montó el hombre.

La abuela empezó a repartir chinchón para calmar los ánimos pero no le salió bien la jugada. Cada vez había más gritos, la Cotilla diciendo: ¡La casa está infestada de bichos! desde el balcón a todo el que pasaba por la calle. El señor Li : ¡¡¡Yo quelel gamba golda!!! . Mi novio se me quejaba amargamente: ¡Estás loca, me has dejado sin peloooooo! -

El Municipal se acercó al ver el tumulto que había en la calle pero, en cuanto se dio cuenta, de que procedía de mi casa, salió huyendo como alma que lleva el diablo. Mientras, Pascualita había vuelto a las andadas y se había escapado. La abuela la vio subiendo por la espalda de Andresito - ¡Solo tu sabes rascarme la espalda, cariño! - dijo pensando que era su novia quien le hacía cosquillas, le sacó de su error un feroz mordisco en la oreja e inició el consabido baile de saltos, gritos, lloros y carreras. Entonces la abuela y yo nos miramos, ella arrancó a la sirena de su asidero y metiéndosela en el escote (¡que valiente!) nos fuimos a dar un paseo y los dejamos a todos encerrados en aquella jaula de grillos en que se había convertido el piso.

domingo, 13 de enero de 2013

No he podido dormir en toda la noche... estoy exagerando un poco, en realidad me dormí a los diez minutos de acostarme pero, durante ese tiempo, que me pareció una eternidad, me debatí entre mi incipiente atracción hacia mi nuevo novio y la querencia que ya le tengo a Pascualita.

Si sigo con Gabriel puede que tengamos un disgusto porque no le hace ascos a nada que sea comestible ¿y quién me dice a mí que la sirena no acabará en su estómago? ¡Me quedaría sin abuela del disgusto!... ¿Es una buena idea quedarme sin ella?... No. Porque entonces ¿quién aguantará a la Cotilla?

 Por otro lado... ¿Estoy segura de querer ser madre por mandato familiar? ¡Sí quiere un biznieto que lo compre en la tienda de los chinos, que allí hay de todo!... ¡Ay, ya me duele la cabeza! Tiene razón la abuela cuando dice que, pensar, no es lo mío.

Un chorrito de agua cayó a mi lado. Instintivamente, di un salto para ponerme a salvo pero solo era una llamada de atención. - ¡Jopé, Pascualita, que susto! ... ¿Vamos al acuario? - De repente me pareció una buena idea, así no le daría más vueltas al asunto.

Al llegar abrí un poco el tapón y se puso como loca cuando el olor del mar llegó hasta ella. Dimos vueltas siguiendo la ruta indicada, con peceras a ambos lados y no ocurrió nada, la sirena ni siquiera los miraba... hasta que llegamos a la sala de los tiburones. Un ejemplar grande pasó nadando, majestuoso, junto al cristal, ignorándonos pero Pascualita no lo hizo. Sacó medio cuerpo del termo y sus terribles dientes, una copia en miniatura de los del tiburón. Y de sopetón, saltó hacia adelante y se estampó contra el cristal del acuario. Resbaló y cayó al suelo pero no se amilanó y siguió intentando morder al escualo. El tiburón tampoco se quedó quieto y atacó con furia. La diferencia de tamaño era enorme pero la fiereza era la misma. ¿De qué se conocerán estos dos?

Se armó un revuelo porque, en esos momentos, un buzo que estaba dando de comer a los peces se quedó sin clientela porque todos los tiburones se concentraron junto a la sirena. Fue espectacular. A riesgo de quedarme sin mano, cogí a Pascualita del pelo y a duras penas pude meterla en el temo y cerrar la tapa. Salí corriendo de allí por miedo a verme rodeada de tiburones si el cristal saltaba en mil pedazos.

Al llegar a casa ya había decidido lo que iba a hacer. Seguiría con mi novio y si intentaba comerse a la sirena, ésta sabría defenderse.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Habéis escuchado la radio? La policía busca a una mujer, muy parecida a ti por cierto, que ha vuelto locos a los tiburones del acuario. Ahora no hay ningún submarinista que quiera meterse allí dentro... ¿No habrás sido tú, verdad? jajajajajajaja... ¡Ay,! perdona, jejejeje... es una broma... De todas maneras no se si acusarte porque dan una recompensa y a mi no me vendría mal el dinerito. - ¿Me acusaría en falso? - ¿Por ganar unas perras? ¡Claro!.

sábado, 12 de enero de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¡Ya ha llegado! Ahora solo nos falta comprobar si, una vez más, nos mienten los Pinochos. - "De buena mañana no me hables en clave que aún tengo las meninges en estado cataléptico" - ¡Hablo de la basura! Los primeros camiones, que no veas tú lo grandes que son, ya han dejado su carga de basura peninsular en la Incineradora para quemarlos... ¿Sería eso lo que ayer olía mal aquí?

- "Cotilla, dime cosas del novio de mi nieta" - ¿De qué color quieres que sea tu biznieto?...jijijiji  - Saca el chinchón primero y siéntate jejejejejeje... Es... feo. - "¿Cómo de feo?" - ¡Un rato largo!... y negro. - La abuela quedó un instante con la boca abierta, luego dijo: - "¿Es feo porque es negro o es feo porque sí? - La segunda opción... y trabaja de  pescadero... Tienes todos los números para tener un biznieto de color café con leche... más bien café que leche porque el chico es muuuuy oscuro.

Cuando llegué a casa la abuela me cogió por banda - "Así que tu novio es negro, feo y pobre y no me dices nada" ... - No pensé que estas cosas te importaran - "¡Pues claro que me importan! No quiero que mi biznieto sea feo" - Esta tarde te lo presentaré - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! Yo también quiero que me lo presentes... por cierto ¿a quién? - A usted nadie le ha dado vela en este entierro, tía plasta.

Mi novio llegó a casa en plena siesta nuestra. - Mira, este es Gabriel - La abuela, cogida de improviso, dio un respingo - ¡Jodó, si que es feo el jodío! - La Cotilla le acercó una copa de chinchón para que se le calmara la taquicardia. De repente la vecina soltó un grito - ¡Tenéis la casa invadida de bichos! - Había olvidado que a Pascualita le pone mucho el olor a pescado y había saltado a la espalda de mi novio después de salir del "acuario" y arrastrarse por la mesa hasta lograr su objetivo.

 Mientras le servía más chinchón a la Cotilla para que se le nublara el entendimiento, llamaron a la puerta y entraron dos hombres que, sin mediar apenas palabra, empezaron a fumigar los rincones de la casa. - "¿Pero... Esto que es?... ¡Paren, que nos vamos a asfixiar todos!" - La Cotilla, tomando las riendas de la situación, ordenó a los fumigadores que siguieran con su faena - ¡Los he llamado yo. No puedo comer en una casa que está llena de bichos asquerosos! ¡¡¡Miren, en la espalda de este hombre hay uno!!!  ¡A por él!... No te preocupes (le dijo a la abuela al verla desesperada) Son muy buenos, ya lo verás cuando te den la factura. - "¿No la vas a pagar tú?" - ¿Yoooooooooo? ¿con qué si no llego a fin de mes?... además, es tu casa no la mía.- Envueltos en nubes venenosas, conseguimos abrir todas las ventanas y el balcón ante los asombrados de los operarios que corrían detrás de nosotros, cerrándolas. Al llegar a la puerta de la calle la abrimos y nos hicimos a un lado. En cuanto salieron al rellano, la cerramos a cal y canto. Cogí a una medio asfixiada Pascualita y la metí en la garrafa de agua de mar. Gabriel la vio y dijo sonriente: ¿es mi aperitivo?

viernes, 11 de enero de 2013

Al volver a casa del trabajo he pasado junto al "acuario", Pascualita estaba sentada sobre él y de repente, impulsándose con su cola, ha saltado hacia mí. ¡Menudo susto me ha dado! Pero ni me ha mordido ni me ha tirado su acostumbrado chorrito de agua. El "ataque" se ha producido tantas veces como ha pasado a su lado. Incluso la abuela me ha preguntado: - "¿Qué le has hecho?"

Mientras comíamos he ido a la cocina a por pan y al volver a la mesa, la Cotilla ha comentado - Llevas un bicho en la espalda. - Asustada, he dado manotazos a diestro y siniestro para quitármelo de encima, hasta que la abuela, horrorizada, ha gritado : - "¡Estate quieta, boba de Coria, que te la cargas!" - La frase no se le ha escapado a la Cotilla, que tiene puesto el radar desde que se levanta hasta que se acuesta. - ¡Sabrás tú si es macho o hembra! jajajajaja - Me miré en un espejo y vi que era Pascualita, pegada a mi ropa (¿qué le pasa a ésta?  pensé)

La abuela estaba que trinaba por saber por qué su amiga se portaba así, por eso llenó una y otra vez, la copa de la vecina hasta que se durmió. Y comenzó el interrogatorio: "¿A qué viene este amor repentino? ... ¿Le has dado algún bebedizo?" - ¡Abuela, esa palabra ya no se usa! - "¡¡¡Algo has tenido que hacer para que te salte encima cada dos por tres!!! - ¿Estás celosa? jajajajaja... No he hecho nada. Será que ha reconocido que soy para ella mejor influencia que tú. - "Aqui tiene que haber un misterio... " - Me miró de arriba abajo, de izquierda a derecha, solo le faltó volverme del revés... y finalmente, me olió. - "¿Así que eres tú la que apesta?... ¿A qué hueles?" - Mientras hablaba, cogió a la sirena y tiró de ella pero no pudo separarla de mí porque estaba agarrada con uñas y dientes al jersey.

Después de mucho discutir y no llegar a ningún sitio porque yo no sabía a qué olía, la Cotilla habló a pesar de estar sumergida en los vapores del chinchón - ¡Apestas a sardina!... Que... que cruz tienes con... esta nieta. - "¡Eso es! ¡Hueles a pescado!" - Oh, vaya. No me había dado cuenta ... jejejejejeje... Es que mi novio me ha abrazado esta mañana ... - "¿Tu novio? ¿Tienes novio? ... ¿Tendré un biznieto por fin?"

- Solo hace dos días que salimos juntos y es como un pulpo, me encuentro sus manos por todo. Me gusta pero también me agobia... - "¡No empieces con tus tonterías! ¡Déjale que te sobe! Para eso están los novios y no hagas de doña Remilgos o me quedo sin biznieto" - No sé si te gustará... - "Si le gusta a Pascualita también me gustará a mí" - ¡Yo... sé quién ... esffff! - murmuró la Cotilla - Esffff... esffff... esteee... ¡ah! siiiiii...Gerxxxxfffff...ñññññyy. Es feo. - Y se durmió.

jueves, 10 de enero de 2013

- "¡¡¡Bedulio, sube un momento!!!" - La abuela se ha pasado una hora en el balcón, aguantando el frío, para dar caza y captura al Municipal. En ese momento yo estaba con ella y he sido testigo de que se ponía rojo como una amapola. - ¿No sabes que no le gusta que le llamen por su nombre? Acabas de ponerle en evidencia delante de los vecinos. Si se ríen de él será por tu culpa. - "¿Miiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaa? Yo no lo inscribí en el Registro Civil.  Además, sabe que cuanto antes cumpla mi encargo, antes dejaré de llamarle así.

El Municipal tomaba una tila en la mesa de la cocina. - ¡Le juro que hago todo lo que puedo pero no encontramos nada! ... ¿No estará muerto? - "Si lo supiera no te necesitaría. Las cosas se tienen que confirmar" - ¿Pero éste hombre era de aquí? - "Tu sabes algo y no me lo quieres decir" - ¡Que voy a saber! "Entonces no hables de él en pasado. Y no era de aquí sino de un pueblo del centro de la Península" - Entonces estará allí. - "¡No, señor, porque el otro día lo vi en mi acera!" - ¿Seguro? - "Seguro no, pero si lo fuera me gustaría saberlo" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿Qué es lo qué quieres saber?

-"¡Que cara tienes presentándote aquí después de lo que pasó!" - ¿El qué?... ¡Ah, sí! Fue una peleíta de nada... ¿Pelillos a la mar?... Es una tontería que por un hombre, (aunque tenga una Torre en el Paseo Marítimo) yo no pueda venir a comer... ¿Este también se queda? (dijo señalando al Municipal) No te conviene invitarlo en tiempo de crisis porque come como una lima nueva y ¡te advierto que no le cederé nada de lo que me toque!. - En ese momento el agua del "acuario" se movió. Pascualita estaba al acecho. Aproveché el aviso para quitarme de en medio e irme al comedor.

Oí a la abuela instando al Municipal a que rompiera la orden que no les permite beber mientras están de servicio - "¡¿Pero quién se va a enterar? ¡Tómate un chinchón y verás como te animas!" - El se resistía como un gato panza arriba hasta que se hartó y salió de la casa a grandes zancadas y dando un portazo  - "¡¡¡Bedulio, que vas a tirar la casaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyy!" - El chorrito envenenado le diode lleno en los ojos y se inició la ceremonia de gritos, carreras, llantos y maldiciones. Pascualita, deseosa de librar a su amiga de peligros, inexistentes para los demás pero no para ella, escupió sin mira,r hacia el lugar de donde procedía la discusión.

La pobre sirena estaba consternada y tuve que guardarla en mi bolsillo del delantal para que no se arrojara sobre la Cotilla para enmendar su error. La mujer, que no salía de su asombro, agarró la botella de chinchón y bebió unos cuantos tragos a morro, después, molesta con mi abuela le dijo: - ¡Si no quieres que me quede a comer, dilo, pero no montes un espectáculo ¡rencorosa!


miércoles, 9 de enero de 2013

-¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¡Niña! Ahora que tu abuela no los necesita, déjame sus zapatos de tacón de aguja. - ¿Se va a suicidar? Vale, se los traigo. - "¿Quién te ha dicho que no los necesito?" - Yendo con un anarquista se acabaron para ti los lujos... - "Es que no estoy convencida de que ese viejo sea quién creemos que es" - ¿Ahora te entran dudas? ¡No me fastidies!... Pues, lo siento por ti porque yo sí que me he decido... He quedado con Andresito en tu casa, (pensando que ya te habías fugado) No tardará en venir. Tengo que hacerle una proposición indecente jijijijijijiji.

He tenido que separarlas porque se habían agarrado de los pelos ¡ Menudas leonas! - ¡Calma, señoras, calma que hay más hombres en el mundo! - He recibido un guantazo que me ha hecho bailar como una peonza y aún no sé quién me lo ha arreado. El jaleo ha espabilado a Pascualita que dormitaba, escondida entre las algas, sobre la arena del fondo del "acuario". Por último he dejado de indagar sobre quién me había agredido y he dio a buscar el chinchón que, en un caso así, es mano de santo.

Llevaban ya tres copas encima cuando a llegado Andresito. Venía preocupado porque no le gusta tratar con la Cotilla. En cuanto le vieron, ambas mujeres se derritieron como un helado en verano.Le recibieron entre caricias y besos de la abuela y piropos y manoseos por parte de la vecina.  Por un momento pensé en largarme pero luego me pudo la curiosidad: nunca he visto un acto sexual a tres bandas y en directo.

Cuando consiguió librarse de los dos pulpos octogenarios y con más marcha de la Comunidad Autónoma, quiso saber a qué venía tanta comedia. La Cotilla parecía una ametralladora contando historias antiquísimas de la abuela, a la que vi coger un cuchillo de grandes proporciones y acercarsele con muy malas intenciones.
Andresito, puesto al día de cosas que ignoraba y que ni le iban ni le venían dado que, en aquellos remotos tiempos, él ni estaba ni se le esperaba, cogió un rebote que a punto estuvo de provocarle una apoplejía y mandarlo al otro barrio. Entonces la abuela se enfadó y le llamó "idiota". La Cotilla contraatacó y le pidió al viejo que fueran a la Torre del Paseo Marítimo y allí la hiciera mujer.  El la miró perplejo y ella quiso arreglarlo - No, si mujer ya soy hace tiempo pero es que hace tanto que ni me acuerdo... - Y tiró de él. La abuela tiró del otro lado y el pobre Andresito debió sentirse como un reo condenado al descuartizamiento. Entonces gritó: - ¡¡¡BASTAAAAAAAAAAA!!! - y fue su perdición porque Pascualita no sabe de razones sino de realidades. Pensó que atacaban a la abuela y la defendió.

La vi hacer un salto mortal hacia atrás con dos tirabuzones y entrar, limpiamente, en el "acuario" para salir con la velocidad de un misil contra la cara de Andresito al que, de camino, roció los ojos con agua envenenada. Los mordiscos fueron de categoría, como corresponde a las carreras, gritos, lloros, saltos y pataletas que siguieron al ataque. Me acerqué, presurosa al balcón para cerrarlo y no darle tres cuartos al pregonero y vi como el Municipal, que rondaba la calle, salía de estampida hacia la esquina más cercana.

Una botella de chinchón más tarde, la cosa se había calmado y el gimoteo de Andresito apenas era audible pero su cara parecía la de un boxeador recién acabada la pelea. Las dos viejas dormitaban delante de la tele  mientras yo me partía de risa y Pascualita, sobre mi mano, hacía la señal de OK. No puedo negar que habíamos pasado una tarde entretenida.

martes, 8 de enero de 2013

¿Cuántas personas debe haber en el mundo que han visto "un caso extraordinario"? Así, a bote pronto, nos parecerán muchas pero si pensamos en los millones que somos, ya no nos resultarán tantos. Yo he visto dos. Uno colectivo y otro, individual. Quiero decir que estaba sola y aunque llamé para que vinieran a verlo, nadie me hizo caso.

O sea, que soy una persona privilegiada por haber visto un caso extraordinario, en persona y en exclusiva. El otro, el colectivo, si bien salió en televisión, no creo que nadie se fijara en el carcamal al que yo llamé, quizás precipitadamente, abuelito. Estas dos brujas me han hecho dudar... ¿Será el anarquista? ¿Cómo es posible que haya localizado a la abuela tantos años después de verse por última vez?... ¿o fue pura casualidad? ¡Tendría narices la cosa!

¿Murió el abuelito (el auténtico) tal como me contaron? No tengo porque dudar de ellas... ¿o sí? - La abuela entró en la cocina - "Hace una hora que te oigo hablar con Pascualita ¿Te parece bien dar la tabarra a la sirena? ¡Te denunciare a la Sociedad Protectoras de Animales por malos tratos!" - Solo quiero contarle un caso extraordinario que vi. En mi trabajo había hormigas y llegaron a convertirse en una pesadilla hasta que un día, cogieron las maletas y se fueron . - "¿Esa es la tontería que querías contarle?" - El hormiguero entero se desplazó. Ocupaban un metro de pared, a lo ancho. Miles y miles de de hormigas subían, llegaban arriba y bajaban por el otro lado, a la casa del vecino. Una legión de nodrizas llevaba "bebes" en la boca. Eran un pequeño punto blanco... - "¿Y solamente lo viste tú? No me lo creo" - Pero... ¡abuela!...- En ese momento Pepe cayó al suelo - ¿¿Quién lo ha movido"? - Como no haya sido el aire... ¡Nos dice que él también vio  cosas así en la selva! - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Qué dice que ha visto tu nieta?... Jajajajajaja ¡Una mudanza de hormigas! jajajajaja Y los muebles ¿no los viste? jajajajaja.

Antes de comer salí a dar una vuelta pero a los dos minutos ya estaba en casa - "¿Qué te pasa ahora? - ¡El abuelito está aquí abajo! - "¡Voy a bajar! ¡Me necesita!" - Vale, pero... ¿podré quedarme a Andresito? - Esta mujer coger las oportunidades al vuelo - "¡De momento, ni te arrimes a mi novio!"

lunes, 7 de enero de 2013

Todavía se ríen de mi por decir que el abuelito estaba viendo la Cabalgata de Reyes junto a la abuela.  Incluso Pascualita me tira chorritos de agua en plan de guasa. En la comida no han parado de meterse conmigo: Que si lo mejor es que vaya al oculista cuanto antes. Que si el neurólogo tendrá trabajo conmigo. Que venda el carbón de los Reyes y con lo que gane pague a una médium para que me saque la tontería de encima. Aquí ya no me pude callar - ¡No voy a pagar a nadie ni ver a nadie! Ahora mismo llamo a la Televisión para pedir que repongan la Cabalgata y veréis cómo tengo razón. - "Aunque así fuera ¿cómo ibas a reconocerlo si no lo conociste?" - ¡Por la llamada de la sangre! - Jajajajajaja ¡Cada día es más graciosa tu nieta!... Con lo que ha sido tu abuela en su juventud ¿cómo puedes estar tan segura de que el que crees que es tu abuelo, lo sea en realidad?- Esto... vaya, no sé que decir... ¿Abuela? - "A mí no me mires. No querrás que me acuerde de estas tonterías después de más de 70 años?

Los de la Televisión me hicieron caso o tal vez es que no tenían nada mejor que poner y repitieron toda la jornada real. Llegados al punto en que salía la abuela junto al hombre que me interesaba, grité: ¡Miradlo! ¡¡¡Es ese!!! - Y las dos amigas dejaron escapar un grito aterrador. Pasados unos minutos en los que nadie dijo nada, se echaron a reír. Pero no me engañaron - ¿Es él, verdad? - "Nena. ¿no recuerdas que te contamos que mi marido se murió a consecuencia del mejunje que le dio la Cotilla?" - Con vuestra mala memoria, seguramente os estáis confundiendo de amante. - "También podría ser. Fueron años de mucho trajin jejejejeje... Cotilla ¿a quién te recuerda éste?... ¿A mi marido?" - A nadie. No eran tan viejos.-
"¡Boba! ni nosotras... piensa un poco" - Tendría que volver a verlo... - ¡Lo he grabado! - Nos pasamos media tarde viendo la cara arrugada y macilenta del hombre mientras bebíamos unos chinchones para despejarnos. Al final la Cotilla dijo: - Me recuerda a José Antonio... - y la abuela dio un respingo - "¡No fastidies!" - ... aquel anarquista, novio de Lucía y practicante del amor libre. - "¡¡¡Sí!!! Es verdad... le da un aire... ¿Y dices que es tu abuelo?"  - (me preguntó) - Ya no estoy segura... - Pero, bueno ¿tu sangre lo llama o no? boba de Coria, ¿o te has quedado sorda?.

Para zanjar el tema y viendo que se le echaba encima la hora de irse al Funeral, la abuela me pidió que sacara una copia de la foto y ella se la entregaría al Municipal para que intentara encontrar a ese sujeto. Las dos amigas salieron juntas - ¿Te imaginas que fuese el anarquista? - "¡Ojalá que no! porque no sabría qué hacer con Andresito" - Pasármelo. A mi también me gusta el amor libre.

domingo, 6 de enero de 2013

- ¡¡¡Me han traído carbón!!! pero no un poco, dos kilos por lo menos ¿Para eso me he portado bien todo el año? ¿para eso me preocupé de dejar galletas y agua junto al balcón? ¡La madre que los parió a todos juntos! Menudo cabreo he cogido de buena mañana. En cambio la abuela está feliz. Le han traído una botas altas de charol; un foular estampado en negro, gris y plata. Y una invitación para pasar un fin de semana en un hotel rural con Andresito. También han recibido regalos Pascualita: un mini sostén de lentejuelas y Pepe una gorra.

Ni desayunar he podido. No me pasaba la comida y eso que había ensaimadas. Y lo que más rabia me da es ver a la abuela, muy ufana, restregándome sus regalos por la cara. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¡Mirad lo que me han dejado los Reyes! ¡Bragas y calcetines de colores! ... ¿Y a ésta qué le pasa? - "No se han acordado de ella" - ¿Y este carbón? - ¡Sí que se han acordado de mí! - Jajajajajaja ¡Te han traído carbón! jajajajajaja ¡Boba de Coria! ¿Qué has hecho?

Llevo todo el día aguantando sus burlas... ¡hip!... y ahogando mis ... ¡hip! ... penas en chinnnnn... chón... ¿Por qué me han echo... ¡hip! ... ésta faena ... ¡buuuuuaaaaaa! ... ¡Soy buenaaaaaaa!... ¡hip!... solo un poquiii... to egoístaaa... ¡buuuuuaaaaaaaaaa!

Por la tarde la abuela ya no ha podido más - "¡¡¡Basta!!! Confórmate con lo que te han traído, que ya no eres una niña ¡Jopé!...  - Luego se lo ha pensado mejor y me ha dicho la verdad - "¡Te lo han traído por mentirosa! ¡Por decir que el abuelito de las narices, estaba detrás de mi en la Cabalgata!" - Pero... pero... pero sí lo vi... - "¡¡¡Trae acá el chinchón!!!... ¿Cuántos años tenía el tío ese al que viste?" - Rondaría los cien... ¡hip! - Los ojos de la abuela se abrieron como platos... después dejó la botella de chinchón en la mesa, se metió en su cuarto y poco después salió hecha un pincel, camino de El Funeral. Antes de salir por la puerta me advirtió - "Me llevo a Pascualita. Procura no darle dolor de cabeza al pobre Pepe porque es dificil meterle una aspirina en su boca cosida"                                                                                                            

sábado, 5 de enero de 2013

No hay nadie en casa, salvo Pepe y yo. Las demás se han ido a ver la Cabalgata de los Reyes Magos. La abuela y Pascualita por su lado, para que la sirena viva la emoción de los niño,s que parece que solo están allí para pillar caramelos, cuantos más, mejor y la Cotilla para ver de mejorar su exigua pensión aligerando carteras entre la multitud. Yo he preferido quedarme en casa y tener una tarde tranquila.

Me he preparado un cola cao calentito para tomármelo delante de la tele mientras veo el desfile de carrozas.  La abuela, cuando ya estaba en la puerta de la calle, me ha preguntado si iba con ellas hasta el puerto - ¿Ahora me lo dices?... Espera que me arreglo en cinco minutos... - "¡Aquí no se espera a nadie! Ha sido una pregunta de compromiso. Tienes que decir ¡no, gracias! y Santas Pascuas... Si nos ves en la televisión luego nos lo cuentas... ¡¡¡Adiós!!!"

Las cámaras enfocaban rostros de niños sobre excitados, gritando como descosidos hasta que la reportera les ponía el micrófono delante. Entonces salía a flote la timidez, se ponían rojos hasta la raíz del pelo y se comportaban. Cuántos padres habrán pensado ¿por qué no pedí un micrófono?

¡Ahí están la abuela y Pascualita! ¡¡¡Hola, hola!!! Que boba soy, si no me ven... Ya verás el porrazo que se dará la sirena... ¡Abuela, sujétala que se cae! ... ¡Que mujer ésta! se le va el santo al cielo con cualquier cosa... Un momento... ¿quién es ese que está detrás?... Pepe ¿no te suena esa cara?. ¡NO! han cambiado de plano y ahora estaré toda la tarde pensando en quién es ese hombre.

Cuando la cabalgata pasaba por el Born las cámaras han enfocado un pequeño tumulto. Pensé que se había caído un niño porque una mujer, que parecía muy enfadada, gritaba a pleno pulmón. Una figura conocida apareció de refilón: ¡La Cotilla! Se camufló entre la gente alejándose hacia un nuevo lugar de "trabajo"

Al ver los hermosos caballos de la policía local me he acordado del pobre animal al que una mala bestia ha matado a palos esta semana porque fue descalificado en una carrera. Si cogen a la Cotilla, que roba pequeñas cantidades para sobrevivir la encierran pero un salvaje como ese quizás le caiga una multa que no le costará pagar.  

Cuando han vuelto a casa le he preguntado a la abuela que quién era ese hombre que estaba a su lado en el desfile. - "Ya deberías saber que no tengo ojos más que para mi Andresito... ¿Estaba bueno?" - Más tarde llegó la Cotilla - "¿Qué tal te ha ido?" - No me puedo quejar... - Pues ya podría haber traído unas pizzas... Por cierto, la he visto en la tele. - ¡No me digas! Eso no es bueno para mi negocio¡maldita sea!. - "Venga, vamos a tomarnos unos chinchones y a ver si entramos en calor" - Mientras bebíamos y comentábamos lo que habíamos visto, una visión, clara como el agua apareció ante mí y me heló la sangre - Ya sé quién era el que estaba a tu lado, abuela... ¡¡¡el abuelito!!!

viernes, 4 de enero de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! No he podido dormir en toda la noche, pensando... - "Como no estás acostumbrada" - ... que, si la dentadura es de Pepe, tendré que devolvérsela. - "No parece que le haga mucha falta" - Eso creo yo porque, a ver... (se ha sacado los dientes que, aunque los ha lavado con lejía, siguen teniendo un color de ala de mosca que no invita a ponérselos) ¡Menos mal! ¡Le están grandes! - "Es que los jíbaros, después de decapitarle, redujeron un montón su cabeza que quedó así de pequeñita, como para un llavero" - Si no se la llegan a cortar hubiese quedado raro: un cuerpo normal con la cabeza  como una pelota de tenis... aunque podría haber  hecho fortuna trabajando en publicidad o películas de ciencia ficción. - A mi ya me estaba cargando ésta mujer - ¡Pepe entero o partido, no podría trabajar nunca más! - ¡Claro! ... porque era misionero (y eso que aún no había probado el chinchón)

La abuela, Pascualita y yo hemos ido hasta el Ayuntamiento a echar la Carta al Buzón Real que está en el zaguán. El termo iba un poco abierto para que la sirena no se perdiera la ilusión que estos días brilla en los ojos de los niños. Por todas partes se oían gritos exaltados diciendo ¡¡¡QUIERO. QUIERO. QUIERO!!! y voces de madres, padres y abuelos al borde de la histeria: ¡¡¡SI NO ERES BUENO, NO!!!

- "¡Ay! Acabo de recordar que Pascualita no tiene zapatos para dejarlos junto al balcón" - ¡Abuelaaaaa! - "El ritual es el ritual... Le haré unos patucos" - ¡Y le dejarán un chupete! jajajajaja - Al llegar al Ayuntamiento tuvimos que hacer un rato de cola para poder echar la carta. Un niño nos soltó - ¿No tenéis niños? - La abuela le dijo: - "Tenemos dos. Mi bisnieto, que aún no ha nacido y una pequeñaja" - ¡Es muy fea!... ¡¡¡MAMÁ!!! ¡¡¡Hay un bicho!!! - Acababa de descubrir a Pascualita. Se armó un revuelo. La mujer gritó como si hubiese visto un ratón. Las demás la imitaron y empezaron las carreras. El niño se agarró a la chaqueta de la abuela, gritando: - ¡¡¡LO QUIERO, LO QUIERO!!! - Para separarlo, la abuela le dio un pescozón y el otro berreó como si lo estuvieran matando. Los municipales intentaban poner paz a tanto alboroto sin conseguir gran cosa. - ¡Busquemos a Bedulio! (grité yo) - Pero el Municipal, que nos había visto, daba media vuelta para escapar de nosotras. Una mano poderosa se posó sobre mi hombro - ¿Qué pasa aquí? - Era ¡El Alcalde! - "¿Mateo? (dijo la abuela, obnubilada, e inesperadamente, arremetió contra
él ) ¡Que sepas que, como todos los Pinochos, recibirás carbón! ¡Montañas de carbón!... (luego tirando de mi, salimos a la calle y aún le dio tiempo de ver escaquearse a...- ¡¡¡Feliz año, Bedulio!!!.  ¡¡¡En el bar te dejo pagado un chinchón!!!  

jueves, 3 de enero de 2013

La abuela se ha puesto manos a la obra y está planchando la montaña de ropa limpia que hemos ido acumulando por culpa de las fiestas. Tiene la costumbre de plancharlo todo, con lo fácil que es doblarlo bien y sentarse encima del montón mientras ves la tele. Te ahorras luz y meneo de brazo. - Hay que ahorrar, abuela, que tengo el sueldo congelado. - "Practico el despilfarro para cuando sea la mujer de Andresito". - No te fíes de las apariencias... ¿ya conoces su cuenta corriente? - "Hasta que no la vea no podré decidirme por el sí o por el no..."

 ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¡Estoy pero no estoy! ¡Os saludo pero no os saludo! - "¿Aún estás con eso? Si el año pasado eras tonta, ahora te estás ganando matrícula de honor" - ¡Envidia cochina es lo que tienes! Creo que he encontrado la solución al problema del comer. Cada día comeré lo del día anterior. - ¿Y con eso seguirá en el limbo? - ¡Naturalmente! - Pues vaya preparándose porque el dentista cobra caro - ¿Lo dices por mis dientes? No hay problema. el otro día se murió Marcelino, el trapero y me quedé con su dentadura, así tengo un recuerdo y un comedor a la vez. - "¿No te pondrás esa guarrada." - Tranquila que la he metido en lejía. - ¡Pero si daba asco mirarle la boca a ese hombre! - Cuando se es pobre no se puede andar con remilgos. Cuando baje a comer os la enseñaré jajajajaja ... ¿A qué vienen esas caras?

Al final será verdad que cree estar entre dos años. ¡Que tía más rara! A la abuela le ha dado por reír y le ha contando a Pascualita las neuras de la Cotilla. - "¡Seguro que no tenéis nada igual en el fondo del mar jajajaja! La pobre se quedó atontada cuando un novio que la pretendía, se casó con otra que fue más lagarta que ella. A la familia de él le salía el dinero por las orejas... ¡y las tenían enormes! Les llamaban Los Orejones. La Cotilla estaba de buen ver y se hizo pasar por una señorita de buenas y cristianas costumbres para hacer méritos ante esa familia . Lo que no se esperaba es que, una señorita de verdad, se hiciese pasar por una arrabalera, arrastrada y viciosa, que volvió loco al atontao pidiéndole sexo en los rincones más insospechados, incluso bajo la cama de la madre mientras ésta, arriba, se divertía con el confesor de la familia. Yo me pasé más de 30 años llamándola tonta".

Durante toda la comida no he mirado a la vecina. La imagen de la dentadura, sucia y con un colorido que iba del amarillo al marrón oscuro, me repele. Mientras tomábamos el café y para evitar mirarla, he jugado con Pepe - ¿Te has parado a pensar  en quién lleva ahora su dentadura? jejejejejeje...(me preguntó la muy bruja) La abuela, después de hecharse una buena copa al coleto, dijo: - "Recuerdo que Marcelino me contó que, de joven, había estado en Guinea.Nueva Papúa y los indios le regalaron la dentadura de misionero al que se habían comido un tiempo antes" - Casualmente, la cabeza de Pepe estaba girada hacia la Cotilla y yo me estremecí. ¿Había reconocido sus dientes?

miércoles, 2 de enero de 2013

Andresito se quiere casar. Dice que le gustaría hacerlo un martes y 13. ¡Que valiente es este hombre! pero no por la fecha elegida sino por unirse a mi abuela. Ella está sopesando los pros y los contras - "Es un paso muy importante... No quiero perder mi libertad" - El le dice que no perderá nada y encima ganará un compañero. - "Pero si ya lo eres... ¿La Cotilla seguirá comiendo aquí todos los días?" - ¡Dí que no, Andresito, por favor.! - Aunque me repatee... digo que sí. - Pues que sepas que mi admiración por ti ha bajado unos grados.

Cuando estamos solas le recrimino que tarde tanto en decidirse - ¡Piensa en la Torre del Paseo Marítimo! - "Pero a mí me gusta vivir aquí. Conozco a toda la gente del barrio" - Al abrir los ojos por la mañana  verás la Bahía de Palma ¡menudo espectáculo! no como ahora que cuando te asomas al balcón ves los contenedores de la basura. - "Te quedarías sola..." - ¿Yoooooo? ¡Ni hablar! Si te casas con él entraré en el lote de tu ajuar... y Pascualita también. - "¡Por supuesto que la sirena se vendría conmigo!" - ¿Solo... solo ella (balbucí)? - "¡Y Pepe!" - ¿Y yo qué? - "No puedo llevarte. Ya sabes lo que dice el refrán: el casado, casa quiere. Y hay otro que dice que tres son multitud. ¿Quiéres ser multitud?" - Una duda me atenazó la garganta - ¿Por eso Andresito ha dicho que sí a que la Cotilla siga comiendo aquí? ¿¡¡¡Conmigo!!!? ... ¿¡¡¡Solas!!!? ...¡Que cabrón!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! Estoy feliz. Por primera vez en mucho tiempo, soy feliz. - Me repatea que alguien esté feliz cuando yo no lo estoy (dije con rencor) - ¿Qué le pasa a la Alegría de la huerta? (preguntó a la abuela) - "La envidia la corroe... ¿A qué viene tanta alegría?" - Pues a que estoy pero no estoy. - "Veo que tienes las cosas claras" - Quiero decir que estoy en el Limbo... - "¡No existe! Lo dijo el Papa que, de estas cosas, sabe mucho" - No es el Limbo religioso. Puede ser ateo o medio pensionista. Es un Limbo civil. Me he quedado entre dos años y es una sensación muy agradable. - A ver si dice lo mismo cuando llegue su santo o su cumpleaños. No habrá regalos. - ¿Por qué, mala uva? - Porque los del año pasado ya los tiene y como éste, no está aquí, todo eso que nos ahorramos. - ¿La estás oyendo? - "Creo que tiene razón. Si no estás no hay nada, ni regalos, ni comidas, ni chinchón, ni ná de ná jajajajajaja" - ¿Y qué haré? Aunque no esté en éste año, tengo que comer... - Puede hacerlo en SU CASA. Será una novedad. - ... y beber. - Con lo que se ha sacado limpiando las carteras a los borrachos de la Nochevieja, cómprese una botella de chinchón y se la bebe en SU CASA. - Con lo contenta que yo venía y lo poco que habéis tardado en amargarme la fiesta... ¿Qué hago? Porque no puedo pasarme un año entero viendo ese número nefasto en el calendario. - ¡Muérase! - ¿¡Has oído a la cretina de tu nieta!? - Oiga, no se enfade encima que le doy soluciones.

martes, 1 de enero de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! - Le da lo mismo que estemos en un año o en otro. Usted no cambia el disco. - Perdona pero no me he movido del 2012... - ¡Que cabezona! - Ni yo ni otros muchos como, por ejemplo, el Municipal. - "¿Te lo ha dicho él?" - Si, me lo he encontrado en la calle, temprano, cuando he dado una vuelta por el barrio en busca de borrachos a punto del coma etílico. - "¿Te has convertido en alma caritativa?" - Esta noche muchos se exceden bebiendo y acaban tirados por los rincones. Y yo aprovecho para sanear un poco mi economía limpiándoles los bolsillos y la cartera... - ¡Vaya caradura está hecha!

- Que sepáis que el Municipal ha jurado no volver a pisar esta casa hasta el año que viene porque, si ya pasan cosas raras en años normales qué no pasarán en éste ¡Lagarto, lagarto! - Mientras la Cotilla nos contaba sus cosas, recordé lo glamourosa que estaba la abuela anoche cuando se fue a El Funeral a celebrar la Nochavieja.  Era como un abanico de plumas, lentejuelas y brillos. Todo en negro salvo los labios que pintó de rojo pasión y los párpados de verde malaquita, las pestañas de azul cobalto y alargadas con otras postizas, tan grandes, que cuando abría y cerraba los ojos, abanicaba a quién estuviese a su lado.

Los guantes negros llevaban unas uñas pintadas en dorado y colgado del pecho, entre un sin fin de abalorios,  estaba ... el termo de los chinos con una funda también negra, de la que colgaban cintas de colores chillones. Y todo eso coronado con un sombrerito de plumas de marabú que le había regalado Andresito. En los pies llevaba unos zapatos con tacones  altísimos y finos como la aguja de una catedral. Era todo un espectáculo.

- ¿Te vas, abuela? - "Hay que ayudar al dueño del Funeral a limpiar el local. No te lo he dicho pero "quién tú sabes" hizo de las suyas" - ¡Te dije que no te la llevaras! -  "Como  no le daban de beber, acabó saltando al escote de Conchi que estaba ligando con Felipe. No nos cae muy bien porque es un fatuo pero ayer iba borracho y el muy cretino se puso a fardar del nuevo coche que se ha comprado. Conchi, que también llevaba lo suyo, le creyó y se le arrimó. Lo divertido fue cuando descubrimos que "el coche" era un tacataca para caminar más seguro. Pero antes de saberlo y mientras se arrimaba melosa al bobo de Felipe, "quien tu ya sabes" le saltó, como te digo, al escote y ella creyó que el hombre se estaba propasando. Dio un manotazo al bicho y lo lanzó unas cuantas meses más allá y aterrizó en una copa llena de cava. La dueña no se dio cuenta y bebió hasta que le dieron un mordisco en los labios que le hizo ver las estrellas, bailar la raspa sin música y gritar como si la estuvieran matando. Unos pensaron que la tía baila la conga y se agarraron a su cintura. Yo no podía parar de reir. Había que ver a aquella mujer con "la cosa esa" colgando de su labio superior que iba hinchándose por momentos. Al final me acerqué y se lo arranqué de un tirón. La que se lió fue parda porque la envidiosa de turno le dijo que vaya birria de colágeno le habían puesto en los morros. Aquella dijo que de eso, nada. La otra que ¡anda que no! y se inició un tira y afloja que acabó a tortas. Hacía tiempo que no me reía tanto.

La Cotilla dio media vuelta y se marchó. Antes de que cerrara la puerta la abuela le preguntó - "¿Qué pasa?" - Me voy para que habléis sin tapujos... ¡de Pascual!.