miércoles, 12 de diciembre de 2012

Dos días se ha tirado la Cotilla sin venir por casa. Creo que usaré más veces a  Pascualita para quitármela de encima. Los que si han venido han sido los policías. Últimamente se les ve algo cabreados y yo estoy perdiendo las esperanzas de que se resuelva el caso del abuelito... Quizás es que no hay tal caso y el pobre se murió porque le llegó la hora... Tal vez debería dedicarme a buscar a mi padre, El Rápido, pero cuando se lo propuesto a la abuela me ha tirado un cazo a la cabeza y luzco un chichón espectacular.

Ayer los policías se enfadaron mucho, aunque la culpa no es toda de la abuela. Si el primer día que dijo que se iba al Funeral ellos entendieron lo que entendemos todos: muerto, iglesia, rezos, despedida del duelo y tertulia a la puerta de la iglesia contando los últimos chistes, vamos, lo típico, ¿qué culpa tiene ella?... Que tuviera otro funeral al día siguiente también era comprensible debido a la edad de la abuela y de sus amigos pero que el tercer día tuviese otro ya les sonó a cuerno quemado y pusieron pegas - "Pues vengan con nosotros, se toman algo allí y verán que no miento. ¡Venga, rapidito que mi novio me espera" - ¿Pero usted a dónde va? - "¡Al Funeral!" - ¿Cada día? - "Por poco que puedo, sí. Nos lo pasamos bomba" - ¿Se le muere una amistad y se lo pasa bomba? A eso se le llama demencia senil. - "Y a lo suyo, ignorancia. ¿No conocen la cafetería El Funeral? ¡Pero en que mundo viven!" - Así que hoy le han prohibido salir de casa hasta que diga lo que le dieron a su marido - "Yo no sé lo que le dio la Cotilla" (dijo poniendo cara de inocente) ... Como era tan apocado, le hice un "jarabe" con aceite de hígado de bacalao (1 litro), una tableta de chocolate (para quitar el mal sabor) regalíz, chinchón (medio litro) 12 huevos... creo que eso fue todo. Lo mezclé bien y se lo tomó durante la comida" - Los policías pusieron cara de asco - ¿Todo? - "Claro. porque era... para lo que era"

Me costó mucho hacer que bajara la Cotilla - Vengo porque me lo manda la autoridad y en contra de mi voluntad ¡Miren como me dejó el espíritu del dichoso abuelito! - Antes de que se fuera por los Cerros de Úbeda, los policías fueron al grano. - Díganos que le puso usted al bebedizo que preparó su amiga - ¿Lo ha contado?... Pues... pólvora ¡Y funcionó como un trueno!

Les dijeron que no podían hacer nada contra ellas porque el delito había prescrito pero les extrañaba que el hombre hubiese aguantado dos días con esa bomba en el estómago - "De raro nada ¿Cómo iba a morirse enseguida después de haber conseguido un levantamiento de pabellón digno de un récord?"


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