sábado, 13 de octubre de 2012

Desde que permaneció un buen rato sumergida en agua dulce, peor todavía ¡en agua del grifo! Pascualita no levanta cabeza. Me da grima verla con ese color cadavérico de siempre, acentuado. La abuela la mima todo el tiempo, aunque lo correcto sería decir que la ceba, hoy por ejemplo, le ha dado paella para comer y como ese bicho es un saco sin fondo, se la ha comido.

Creo que está cogiendo unos gramos de más. Tendré que hablar con el médico para que me diga que es lo que se le da de comer a un ahogado. Lo malo que es me pedirá explicaciones. Ya se me ocurrirá algo.

La que está de capa caída en esta casa es la Cotila. A perdido la protección de la abuela, que maquina una venganza tras otra, para mandarla al otro mundo, por más que le digo que la vecina  no quiso cargarse a la sirena ¡si no sabe que existe! pero es muy tozuda y se le ha metido, entre ceja y ceja, que la vecina sabe más de lo que parece.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ... Vengo cargada de paragüas. No os podéis hacer una idea de cuantos he encontrado en solo un ratito que me he paseado por Palma. En cuanto sale un rayo de sol se olvidan de ellos... - ¿Los ha robado? - ¡Niña, esa boca! Simplemente los he cogido y como estamos en alerta amarilla, en cuanto se nuble volveré a salir a la calle con ellos y en cuanto caigan las primeras gotas venderé un montón. Es que sino me espabilo no llego a fin de mes.

- "Esa manía tuya de tener las manos tan largas te llevará a la perdición" - ¡Huy! ¿Tienes un mal día?... No, creo que es otra cosa... es que te estás volviendo vieja, amiga. - Mal asunto recordarle a la abuela estas cosas, menos mal que Pascualita está de capa caída que sino se la tira a la cara - Beberé un vaso de agua y me iré a poner en marcha mi negocio ambulante - "¡No toques nada! Ya te la daré yo!" - Se fueron a la cocina, una enfadada y la otra mosqueada. Volvían hacia el comedor cuando la Cotilla, que todo lo mira, vio a Pascualita nadando lentamente en su "acuario" - ¡Anda. Otra gamba gorda! Se lo diré al señor Li, verás que contento se pondrá, con las ganas que tiene de comerlas. Si te regala algo, ya sabes, nos lo repartimos. - "Lo que te voy a repartir es un sopapo como digas algo de la gamba. ¡Es  mía! ¿Te enteras? y ahora ¡Puerta!" - La Cotilla salió a la carrera y al verme dijo - ¡Pandilla de egoístas!... luego pasaré a por un plato de arroz.

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