jueves, 13 de septiembre de 2012

- "¡Menudo cacao hay en las calles con la vuelta al cole de los niños. Y lloviendo! ¿Hay algo más tradicional que esto?... Pero me apena el pensar que el Otoño está a la vuelta de la esquina" - Ya está bien de sudar, abuela. Si a ti no te afecta el calor, a mí sí. - "Siempre serás una tiquismiquis. ¿Por qué crees que viene tanto extranjero? ¡por el sol y el calor!" - Pues ayer se mató otro haciendo balconin - "Ahorrar todo el año para dejarse el cerebro al borde de la piscina de un hotel es algo que no entiendo pero... Lo malo es que la porquería la limpian otros" - Ay, déjalo estar... ¿Has sabido algo de la mafia china? - "Sí. Que hacen un pato laqueado muy bueno" - Hablo en serio - "Yo también. ¿Crees que es solamente el señor Li el que está enfadado con la vecina? A ella le gusta trapichear, siempre lo ha hecho y ahora que tiene poco dinero, más. Déjala que se entretenga" - Acabarán haciéndole daño - "¿Te importaría?" - No - "Pues, entonces..."

El Municipal vino a media mañana. Aún está dolorido y ni la abuela ni yo podemos mirarle la barriga porque nos entra la risa floja y lo último que queremos es que piense que estamos de cachondeo a su costa (aunque así es jejeje) Dijo estar seguro de que lo que le atacó ya lo había hecho en otras ocasiones y la Cotilla solía estar cerca (¡Mare de Deu!) - ¡A esta la enchirono yo como me llamo Nicomedes! (inmediatamente se arrepintió de lo que acababa de decir. La abuela y yo, que no somos de piedra, no pudimos contener la risa) - "¡¿Nicomedes?! jajajajajaja... ¡huy!, perdone jijijiji... Nunca lo hubiera pensado jejejejeje (se secó las lágrimas que corrían por sus mejillas mientras yo, corrí al comedor para poner a Pascualita en la pecera, meterla en la despensa y cerrarla con llave)

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa!... ¡Uep! (la sorpresa de la Cotilla fue real pues no esperaba encontrarse con el Municipal ) Y... ¿cómo tienen la barriga? ... ¡Huy! (dijo mientras la palpaba arriba y abajo) ¡bien gorda! jejejeje... quiero decir, hinchada jijijijij... Ay, no se qué me pasa jijiji... debe ser la alegría de verlo jijiji de nuevo (entonces miró a la abuela a los ojos y ambas estallaron en una sonora carcajada. Yo también arranqué pero la mirada asesina del Municipal me cortó la risa de raíz) - Aún no tengo pruebas pero, ya le anticipo que los turrones se los comerá en la cárcel (le dijo, amenazador a la Cotilla) - (La mujer no podía parar) Jajajajajaja ...  ¡Mira que bien! Allí no llegan los recortes jajajajajaja

Cuando nos quedamos solas la vecina dijo que habría que hacer algo con los espíritus que deambulaban por nuestra casa. - Este tío me ha puesto el sambenito de que le ataco con no se qué cosa y yo no he sido. Es cosa vuestra - "¿Nuestra?" - Claro, esas ánimas viven aquí. - ¿No las habrá traído usted de los sitios raros a los que va? - Estarían en mi casa ¿no te parece? - Si apenas la pisa. -  Bueno, vamos a dejarlo... ¿Me invitas a un chinchón? - "Hay que abrir una botella. Está en la despensa" - Salió rápida hacia la cocina y desde allí gritó - ¡Está cerrada con llave! - (¡Se me había olvidado que había escondido allí a Pascualita!. Cuando me vio llegar me miró con desprecio) - Cerrar con llave la despensa a tu abuela es lo más rastrero que has hecho ¡Que cruz tiene contigo la pobre!

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