lunes, 16 de julio de 2012

En cuanto he llegado a casa, sudorosa y de mal humor, la abuela me ha hecho un chequeo - "Te veo más... exuberante, más... mujer... ¿Te has puesto relleno?" - No (dije mohína) - "Pues algo te pasa... hum... ¡Ya lo sé! ¡Te atacó Pascualita jajajajaja! - No se dónde está la gracia además... ¿tú que sabes? - "Basta verte ¡Estás descompensada! jajajaja ... Mira que te lo he dicho veces: ya que te muerde, que lo haga en los dos pechos jajajajajaja ... ¡Ei! no te vayas. Pon la mesa que viene el señor Li a comer" - ¿Por qué.  A Andresito no le hará gracia - "Es su problema. El señor Li es muy atento y de vez en cuando, hay que corresponder a sus atenciones... aunque podría venir otro día porque hoy estic croixida. - ¿Y eso? - "No puedo decirte nada porque no quieres que te cuente intimidades jijijiji" - Es que ya no estás para estos trotes porque tienes más años que el reloj de Cort - "Aquí los años no tienen nada que ver jijijij Es Andresito. ¿Yo no se que come este hombre pero va fuerte que no veas" - ¡Abuela!... ¿que va a tomar con 87 años? Una tortilla de viagra. - "¿Mi Andresito? ¡Pots pensá!"

La llegada del señor Li interrumpió la conversación - Hola, señola Abuela. Yo sel feliz al vel-la (¡verás tú como venga su novio el Fortachón!, me decía yo muerta de risa) Yo tlaer lollitos de Plimavela y unas floles de loto pala usted (se inclinó haciendo una gran reverencia y a mí se me saltaron las lágrimas) Vel que hoy estalemos en familia, mejol - "¿Qué quiere decir?" - Faltal su vecina la Cotilla. Sel una aleglía pala mi - Acabando de pronunciar esas palabras, entró la vecina a toda velocidad - ¿Me he perdido algo?... ¡Hombre, señor Li. Encantada de verle... ¿Ha traído cosas buenas? - Pala Abuela (dijo frunciendo el ceño) - ¡Eso está muy bien! Hoy comeremos chino (jijiji ¡Ay! me costaba respirar) - Cómo decil? - "Quiere decir que probaremos la comida china" - ¿No habrá traído los típicos rollitos, verdad?... ¿Sí?... Pues no comeré porque no me gustan los muertos (¡La Cotilla estaba sembrada jijijiji) -  ¿Qué decil? - "Que hoy no tiene mucha hambre" - (La abuela era una maestra de la diplomacia)

Para comer había paella. El señor Li era chino y a los chinos les gusta el arroz, por lo tanto qué mejor que una paella. No siempre las cosas más evidentes resultan ciertas pero ésta vez sí. Cuando vio los gambones se le alegraron las pajarillas - ¿Estas sel gambas como la que tilal señola Cotilla por ventana? - No, hijo (contestó rápida la vecina) aquella estaba podrida, esto son gambones congelados de Mercadona. Coma, coma... pero solo tres, que son lo que nos tocan a cada uno.

A la hora del café llegó Andresito. Venía pletórico pero al ver al señor Li se arrugó un poco. Yo me había tomado ya dos copitas de chinchón y seguía con mi risa floja - ¿Qué prefieres, café o una tortilla jijijijiji? - A la abuela no le hizo ninguna gracia aquello y sin ningún miramiento soltó - "Ya le serviré yo. Tu ves a colocarte bien el relleno que vas andando de lado" - ¡Tuché!



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